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Nueva Orleans - EE.UU.

Nueva Orleans
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Salí de Philadelphia destino Nueva Orleans puntualmente, algo que según me dijeron no es lo habitual con US airways, supongo que fue por eso que el avión llegó con 20 minutos de adelanto. En todo caso ya llegué de noche y como tenía otras seis noches más en la ciudad decidí irme directa ala cama a dormir, ni siguiera cené, el jet lag por fin me había alcanzado (casi dos días más tarde) o tal vez fuera el agotamiento. Al día siguiente me levanté demasiado pronto para una ciudad como Nueva Orleans, había una tienda 24 horas cerca del hotel donde me proveí de alimento para el desayuno y pude ver que la ciudad estaba desierta, no despiertas hasta eso de las diez de la mañana, al menos entre semana que no hay tanto turismo como el fin de semana, que desde la nueva de la mañana no hay quien ande por ahí. Salí del hotel con una chaqueta y tuve que quitármela nada más cruzar las puertas del mismo, durante toda la semana hizo un intenso calor en Nueva Orleans, y exceptuando unas tormentillas un día el resto de días me hizo un tiempo fabuloso, lo que me dijeron que en esa época del año ya empiezan las tormentas y los huracanes y que estaba teniendo muy buen tiempo. Eso sí, aunque hace calor en la calle, es necesaria una chaqueta para cualquier local, restaurante, bar, hotel o rincón cerrado donde se vaya a entrar, tienen el aire acondicionado muy alto, tan alto que paseando por las calles te llega el aire frio de las tiendas con las puertas abiertas. Son un poquito exagerados en ese aspecto. Seguramente si vinieran a Zaragoza en agosto se morirían porque aunque también se usa el aire acondicionado en los lugares cerrados no se alcanza el grado de frio que ellos le ponen. El primer día, martes pro la mañana, hice un recorrido panorámico por la ciudad, para ir conociéndome los lugares para visitar. Hay dos tranvías que sirven al uso, el tranvía rojo que va del rio Mississippi hacia arriba y el tranvía verde, el de san Carlos, que lo cruza. Hay que recordar que aquí se escribió la obra “un tranvía llamado deseo” y que un tranvía con ese nombre atravesaba la ciudad de Nueva Orleans, aunque ahora ya no existe. El tranvía verde estaba en reparación en algunas zonas pero se puede llegar al distrito verde o garden distric y ver las mansiones que tiene ahí y los enormes árboles con collares de mardi grass colgados de sus ramas como si fueran flores. Y alejándose un poco más de la ciudad se pueden ver los diques de contención y la universidad de Loyola. Todo nueva Orleans esta construido sobre pantanos y zona del río Mississippi, lo que pasó con el Katrina es que se rompieron cuatro de estos inmensos diques, porque son extremadamente gruesos por lo que vi. Regresé al centro turístico de la ciudad y me acerqué al embarcadero donde tomaría algunos de los tours que hay. Eran todo en inglés pero algunos valen la pena, otros, como ya comentaré, no lo valen. Por la tarde, después de comer cogí un barco de vapor de esos de paletas que hacen un recorrido por el Mississippi para los turistas. El paseo es interesante aunque la vista de Nueva Orleans no lo es tanto, la ribera del río es básicamente comercial, es el tercer río mas grande del mundo y el segundo puerto comercial de Estados Unidos por lo que no hay mucho de interés por ver, pero es un paseo agradable y recomendable. Tuve la suerte de que al ir sola me invitaron a ver la cabina del capitán y vi como pilotaba el barquito de vapor. Por la tarde noche me acerqué a Explanade avenue, esta es la zona donde hay quedado apartados los locales de jazz de la ciudad que han sido relevados del barrio francés por los locales de música más popular como el rock o el pop. Esta avenida está nada más terminar el barrio francés así que no hay pérdida alguna, me sorprendí que hubiera música en directo y bastante gente un martes por la noche pero me dijeron que en Nueva Orleans da igual que día sea para que haya música y gente por las calles. El miércoles también me levanté pronto y me acerqué al barrio francés, a la zona frente al embarcadero donde se localiza el café du monde, había leído en internet al respecto así que fui ahí a por mi desayuno y me pedí lo que me habían dicho era típico de ahí, unos bignets o donuts franceses (así ponía en el cartel) mi sorpresa fue cuando al llegar a mi mesa el pedido vi que los famosos donuts franceses eran ¡¡¡buñuelos!!!. Eso sí, como una gran capa de azúcar glas por encima que no dejaba ver al buñuelo, pero indudablemente eran buñuelos. Esta entre otras cosas me recordarían mucho a España, porque por mucho que a todo le pongan el nombre francés en realidad es de origen español. Cundo estuve en el barco de vapor uno de los chicos me lo dijo, que el barco tenía una bandera española porque los españoles estuvimos gobernando Luisiana durante unos cuarenta años (me cansé de oírselo a la gente que conocí por la ciudad). Y es cierto, el barquito de vapor tenía la bandera de Castilla. Y las calles del barrio francés tenían su cartelito, en cerámica de talavera de la reina, con el escudo de España con el nombre de la calle en español. Y aquí en Zaragoza han quitado los carteles de la calle que eran de cerámica para ponerlos con plástico azul, que vergüenza. Pero como iba diciendo después de tres buñuelos azucarados al máximo, estilo americano, me acerqué a sacar las entradas para el acuario y luego tomé el ferry gratuito que cruza de una orilla a otra del Mississippi. L otro lado estaba el barrio de Algiers points. Si se va a Nueva Orleans no hay que marcharse sin cruzar al otro lado e ir callejeando por su calles (es imposible perderse porque son todas cuadriculadas), es solamente un barrio residencial pero las casas de madera con sus porches, ventanas, tejados, banderitas y decoración son todo un capricho para la vista. Una vez recorrido el barrio de arriba abajo regresé al otro lado para acercarme a la plaza de España (que tiene el nombre así, en español) y hacerme la foto de rigor en Zaragoza. La plaza de España de Nueva Orleans tiene el escudo de cada una de las ciudades capitales de provincia de España, en cerámica también, donado por la provincia de Castellón. De ahí me dirigí a tomar uno de los tours, que no recomiendo coger. El tour nos llevó al cementerio número 1 de st. Louis. En Nueva Orleans hay varios cementerios pequeñitos, el más famosos es el número 1 de st. Louis, pero también me vi el nº 3, y el cemente de Lafayette, y son todos muy parecidos. El tour es muy interesante si eres estadunidense como todos los que me rodeaban, porque para ellos enterrar a dos personas juntas (marido y mujer) y hacerlo en nichos es algo raro, para nosotros en España es lo más normal. Quitando que fue un poco desilusión ver que los cementerios de Nueva Orleans eran muy parecidos a los de casa, lo más destacable del cementerio nº1 es la tumba de Nicolas Cage (si, ya sé que todavía está vivo pero se compró una tumba de forma piramidal en este famosos cementerio) y la tumba de Marie Leveau, la reina de vodoo en Nueva Orleans. Las tumbas relacionadas con el vodoo estaban llenas de objetos diversos y tres x, y es que si dejas algo como prenda y tocas tres veces en la tumbas y haces una petición los muertos en cuestión te lo cumplen. Justo después del tour y a resguardo empezó a llover, era lo que en España llamamos una tormenta de verano, apenas duró unos minutos pero aproveché para acercarme al acuario. Hay una entrada que permite ver el zoo, el insectarium y el acuario, pero a mi el zoo nunca me fue mucho, los insectos los odios, hasta las mariposas me parecen unos bichos feos, así que decidí ir a ver el acuario, aquí, al contrario que en España, permiten hacer fotos y videos y lo que te de la gana, y es más divertido para los pequeños por la forma en la que lo plantean, en todo caso el acuario es famoso por su caimán-cocodrilo albino, algo como copito de nieve pero en cocodrilo en vez de en gorila. Lo cierto es que el cocodrilo me dio pena, es enorme pero ahí blanquecino resalta bastante más que sus colegas y se le veía muy solo y escondido, igual cansado de que todos le hiciéramos fotos. Cuando salí del acuario ya había dejado de llover y me dirigí al barrio francés donde me encontré con una banda de música escolar y un rey de carnaval estilo cabezudo y un hombre con zancos y disfraces. Una especie de desfile que paseó por el barrio francés al que se iba sumando gente y más gente, era miércoles pero era música y disfraces en directo así que, ahí que iba la gente. Es una de las muchas de las sorpresas que te puedes encontrar en Nueva Orleans. Y llegamos al jueves, esta vez cambié de sitio para desayunar y fui a un lugar en la calle burbon del barrio francés que me habían recomendando, donde tocan música dixie-jazz en directo mientras desayunas, pero siempre y cuando no desayunes antes de las once de la mañana por lo que pude comprobar. Las nueva y media comencé el tour por el garden district, este fue más interesante que el anterior, uno iba caminando por la zona viendo las inmensas mansiones con sus jardines, y escuchaba la historia de cada una, una estaba con el techo quemado, es lo que tiene construir en madera. En cambio en el barrio francés son todo construcciones españolas, que la guía dijo que eran muy caras pero que el ladrillo y el cemento aguantaban más los incendios (eso y todo lo demás). El único problema es que tanto jardín no le fue bien ni a mi alergia ni a miss piernas porque había muchos bichos y uno me acribilló las piernas, casi un mes después todavía llevo las marcas redondas de los picotazos. Una vez terminé el tour marché a comer una buena mariscada. Ahí la comida es criolla lo que es menos picante ó bien cajún, que es megapicante para mí, al fin y al cabo de Luisiana es típico es Southern and conford (un licor) y el tabasco (que no sabía yo que el tabasco era originario de Luisiana). Yo me conformé con el marisco que servían pero lo más parecido al marisco español. Qué bien me alimenté en este viaje, adoro el marisco. El gumbo es un plato típico y es algo así como un rancho de marisco, y el crawfish son cangrejos de rio con maíz, que a lo bestia son cubos de hojalata con bogavantes, cangrejos, gambas, etc. Sin olvidar el maíz. Luego también hay bocadillos de gambas rebozadas, pastel de queso y marico, y mil variedades más. Después de comer esperaba coger el tranvía para acercarme al Mardi Grass World (el precio del tranvía hay que pagarlo exacto, no hay cambios) pero como tardaba mucho al final fui andando para visitar el lugar donde se guardan los disfraces y se crean las carrozas del carnaval. Es muy curioso de ver y puedes hacer las fotos que quieras y pasear lo que desees por ahí. Al final del recorrido te dan un trozo de King Cake que es un dulce típico del martes de carnaval (ahí mardi grass) y que es de aspecto muy parecido al roscón de reyes español pero con manteca de cacahuete por dentro, que es lo que les gusta tanto a estos americanos. Dentro del King cake hay una figurita y a quien le toca es el rey del día, vamos, otra cosa al estilo español, solo que ahí el roscón de reyes en vez de tomarlo en enero se lo toman en carnaval. Al terminar me marché directa al hotel dado que mis pies no podían dar un paso más (si ese tranvía hubiera llegado….) pero el día siguiente era viernes y merecía la pena descansar la noche del jueves para poder disfrutar del fin de semana en Nueva Orleans. El viernes cogí un tour por los pantanos, del que os contaré en una entrada aparte. De regreso a Nueva Orleans me dio tiempo para tener una comida-merienda. Lo bueno de los Estados Unidos es que puedes comer a todas horas, no hay problema que sean las cinco de la tarde y vayas a comer, hay comida las 24 horas del día. A eso de las siete de la tarde, después de un tranquilo paseo por el barrio francés y la calle de las tiendas de antigüedades me acerqué a la antigua cervecería Jax que es un centro comercial, para coger un tour de fantasmas por Nueva Orleans, que es el segundo tour más me gustó de todos los que cogí ahí. Es cierto que no ves ni casas embrujadas ni fantasmas pero te cuentan las historias con bastante interés, visitamos el hotel del barrio francés donde se muestra una cajita de caza vampiros, con la cruz, la estaca, el agua bendita, el ajo… además casi todos hicieron la foto de rigor en el espejo de las escaleras del hotel donde dicen se aparece un hombre francés que murió en esas escaleras atravesado por su propio hermano. La sala superior del hotel, ahora sala de convenciones, era un salón de baile para promover a las amantes mulatas y sus patrocinadores, y en esas cosas había alguna que otra riña entre hermanos. Luego también, nos acercó a la farmacia del barrio francés, la más antigua de la ciudad, cuyo segundo piso está embrujado, y nos contó una buena historia de fantasmas. Y ya de noche visitamos un edificio por el que había pasado de día y no me había fijado porque estaba abandonado. La calle solo tiene una farola así que esta casi en penumbra, y ahí te cuentan que el edificio está abandonado porque está encantado por la cantidad de gente que murió por la fiebre amarilla ahí, dado que era un hospital. En esos tiempos de la fiebre amarilla es cuando comenzaron las historias de vampiros y zombis, muertos vivientes porque los enfermos entraban en coma y despertaban, y las calles se llenaban de cadáveres, en fin, que supo describir la historia de más interesante. Después del tour salí de la calle en penumbra y en la calle paralela me encontré con una tienda de artículos vampíricos. Y subiendo llegué hasta burbon Street que siendo viernes estaba lleno de gente andando pro la calle, por la noche cortan la calle al trafico todos los días pero en fin de semana eso de noche parecen las fiestas de mi ciudad, que uno no puede casi ni andar por la calle, todos con vasos de plástico y alcohol, todos los locales te dan un 3 por 1. Tres bebidas al precio de una. Y hay un cartel que dice que no se puede sacar vasas ni botellas de cristal a la calle por eso desde las cuatro de la tarde (si, desde las cuatro de la tarde) se ve a la gente con todo vasos de plásticos en la mano. En casi todos los locales de esa calle había música en directo, solo tenías que elegir el estilo de música que te gustaba y entrar a disfrutar de la noche. El sábado lo dediqué a ver el barrio francés, en realidad aunque había visto ya bastante de él no había estado visitándolo a fondo, recorriendo cada calle o rincón de interés turístico. Además, siendo sábado había mucho más animación en las calles y las plazas, Jackson square tenía artistas callejeros animando con su música el día, adivinos y lectores de mano, pintores y otros artistas vendiendo su obras, los coches de caballos, y cientos de turistas. El café du monde tenía una fila que daba la vuelta al edificio solo para comer unos buñuelos. La catedral de la ciudad es católica, la entrada está en lo que ahora se llamaba plaza de Juan Pablo II pero que ha tenido otros nombres antes, solo que se los van cambiando. Por dentro es muy bonita con banderas de diferentes lugares. Está la bandera de España y la bandera de Castilla. Luego la cosa del barrio francés es callejear mucho para no perderse ningún rincón, enrejado, balcón y edificio con patios interiores todo muy al estilo español. Las casas de madera eran más el estilo colonial francés, y no quedan tantas como las de ladrillo, que eran las de origen español. Hay una cafetería en la zona del barrio francés que conserva en el suelo las baldosas de la entrada para mujeres y la entra para caballeros por separado. Esta en una calle que va a parar al antiguo convento de las ursulinas. En burbon Street hay un bar que es la antigua casa del pirata Jean Lafitte, pirata francés que se convirtió en patriota al luchar contra los ingleses durante la independencia estadounidense. El bar es de ladrillo y madera y por dentro conserva la antigua chimenea, con su patio donde sentarse a tomar un refresco o cerveza, al estilo español durante una tarde de playa. Aquí estuve tomando algo con una mujer de Denver que conocí ese mismo día y con la que paseé viendo la ciudad y demostrando que entiendo inglés mucho mejor de lo que lo hablo. Está claro que mejor que me hablen ellos y me cuenten cosas interesante, como lo fue haciendo la gente que conocí durante toda la semana. También por el barrio francés puede ver varias tiendas de vodoo y el museo del vodoo con un montón de cosas como muñecas, figuritas, botellas, bolsas gris-gris, y un montón de cosas más. Las muñecas tienen un alfiler blanco y otro neegro, uno para los amigo y el otro para los enemigos, las bolsas gris-gris están compuestas de tierra, sal, arroz, y un penique algunas, otras tienen una mayor variedad de elementos, depende quien las realice, y son tambien para conseguir algo o para la buena suerte en general, aunque Marie Leveau, la reina del vodoo de Nola (ellos llaman así a Nueva Orleans- Luisiana) las usaba como hechizos contra los hombres. La mujer de Denver me dijo que había hecho vodoo negativo (resulta que se puede hacer vodoo positivo o negativo) a su ex-marido, le pregunté si había funcionado pero me dijo que no lo sabia porque no lo había vuelto a ver. Por la tarde noche tomé el tour del barco de vapor por el Mississippi pero de noche y con banda de música dixie, que es una pasada como viven ahí la música. Es lo mejor del viaje en el barco. Eso sí, vi a una pareja muy rara, se suponía que eran una pareja pero el hombre no hacía mas que acercarse a la gente y hablar con ella y al final estuvieron los dos rodeando a una mujer mayor y algo bebida. Luego la acompañaron del brazo no sé a donde y ya desaparecieron de la vista. Muy sospechoso. El sábado por la noche en Nueva Orleans es como el viernes pero con más despedidas de solteros y solteras, si es que es posible. Anda ríete tú de las noches en Las Vegas. El domingo lo dediqué a un tour y a preparar la maleta, pues salía el lunes de vuelta a casa y tenía que guardar todos los souvenirs que había comprado. El tour que hice fue el visitar Oak Plantation que os cuento en otra entrada. a mi regreso del tour tome una merienda-cena y me marcé hacia el hotel a preparar el equipaje. El lunes fue un poco desesperante porque el vuelo de Nueva Orleans a Philadelphia se retrasó una hora. La cosa es que dio tiempo a llegar a la otra terminal para coger el vuelo de Philadelphia a Madrid (porque para salir del país no hay que hacer tanto control) y el vuelo a Madrid también se retrasó. Me dijo un chico español que se sentaba a mi derecha que una vez había tenido que esperar dentro del avión tres horas hasta que salió así que el esperar una hora dentro del vuelo de Us airways es algo normal. Lo curioso es que pese al retraso llegamos en hora a España. Supongo que los de la compañía ya cuentan con no salir nunca a tiempo y lo añaden a su tiempo de vuelo y por eso mismo cuando cogí el vuelo de Philadelphia a Nueva Orleans y salimos a tiempo llegue a Nola (Nueva Orleans-Luisiana) con casi media hora de adelanto.
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Visita: Mayo 2012
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Mis imagenes: Pendientes

Informacion para viajar: aquí

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