Ir al contenido principal

Diario 2012: Suiza con Swiss Pass :10. Berna - dia 3

Llegamos a Berna y aquí tuvimos que volver a gastar 9 francos por una consigna grande para guardar las maletas. Saliendo de la estación giramos hacia una iglesia que había y así llegamos a la calle principal, que es la que seguimos para ver todo lo importante de la ciudad. A parte de que el nombre de las calles ya estaba en alemán aquí fue donde pudimos comprobar el cambio de zona en suiza, hasta ahora por la calle habíamos oído francés ahora por la calle oíamos hablar a la gente en alemán. Se hace muy curioso como dentro del mismo país cambia el idioma de tal manera.

 
 

Seguimos la calle y cruzamos con mucho cuidado al centro de la misma, las casas son todas con porches por lo que desde dentro, aparte de que había mucha gente y se hacía difícil caminar, no se podían ver todas las fachadas de las casas, todas ellas estaban decoradas con alguna escultura grande y curiosa y los techos de madera pintados, muy llamativas. En el centro de la calle estaban las fuentes, Berna tiene un sinfín de fuentes, no paramos de ver fuente tras fuente y el caso es que todas nos gustaban. Decía que hay que tener cuidado al cruzar por que pasa por ahí el tranvía y varios autobuses así que caminar de fuente en fuente era casi imposible y sobre todo bastante peligroso así que íbamos andando en zigzag para poder verlo todo. Es más, cerca de una de las fuentes hay un gran agujero, bastante peligros porque uno se puede caer si no se fija bien. Mis amigas me comentaron que en Jerte una vaca se mató cayendo en un agujero así, y las vacas son más grandes.

 
 

La primera fuente que nos encontramos fue la del gaitero y de ahí fuimos fuente tras fuente y fachada tras fachada hasta llegar a la torre del reloj que sirvió como prisión. Había leído que cada hora en punto salen unas figuras en movimiento del reloj y como quedaban solo diez minutos decidimos esperar a ver qué tal. Cuanto más se acercaba la hora más gente se posicionaba frente al reloj empezando con uno niños con su maestra. Al final fue un poco decepcionante, tal vez porque habíamos esperado más, como suele pasar con estas cosas.

 
  

Seguimos de fuente en fuente buscando la casa de Einstein y aunque no la encontramos si localizamos en la calle paralela el ayuntamiento, enorme junto a una iglesia, y en la fuente de al lado del ayuntamiento había un montón de críos tirándose al agua como si fuera una piscina.

 
 

Y seguimos el camino hasta cruzar el puente para ir al foso de los osos que estaban de lo más tranquilos bañándose en el agua y pasando de los varios turistas que tenían amontonados haciéndoles fotos. Nos gustó mucho más la vista de la ciudad, de las casitas junto al río que los osos en sí. Y luego, corriendo, regresamos a la estación para coger el tren a Interlaken. Teníamos prisa por llegar porque teníamos pensado coger un barco por el lago Thun o por el lago Briez y no podíamos llegar demasiado tarde

 
 

Comentarios

Entradas populares de este blog