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Diario 2012: Suiza con Swiss Pass : 15 Grimdelwald - Klein Scheidegg - Junfraujoch - dia 4

Al día siguiente desayunamos en cuanto Ursula abrió el desayuno par ano perder ni un instante de tiempo, serecomendaba ir cuanto más pronto mejor, y le compramos los billetes de tren a Junfraujoch. El swiss pass cubre el trayecto de Interlaken a Grimmdelwald o Lauterbrunnen. Pero de ahí hasta Kleine Scheidegg y de ahí al Junfraujoch el billete de tren no está cubierto con el swiss pass, pero si se tiene un descuento del 25% sobre el precio, al final 129 francos suizos.


Ursula nos dio un documento en inglés con las instrucciones para ir y volver a Jungfrauch. Nosotras ya sabíamos que íbamos a hacer así que no hicimos gran uso de él pero esta my bien, sobre todo porque te indica todos los pasos a seguir, hasta el andén donde tiene que cambiar de tren porque nosotras íbamos de Interlaken west a Interlaken ost y de Inteerlaken ost cogíamos el tren a Grimmdelwald, y de ahí bajábamos y cogíamos el tren de enfrente que iba a Kleine Scheidegg y de ahí se cambiaba otra vez de tren, el que nos subiría a junfraujoch. Así que con tanto cambio de tren es fácil desorientarte.


Por lo que, como decía, después de desayunar tomamos el tren de interlaken west a interlaken ost. Solo cuesta tres minutos el trayecto. De aquí tomamos el tren de la plataform A hacia grimmdelwald. El trayecto se nos hizo algo largo mientras íbamos atravesando las montañas y subiendo poquito a poco. Al llegar a grimmdelwald nos dio el tiempo justo para salir, hacer un par de fotos a las montañas, y subir al tren que iba a Kleine Scheidegg.


La subida fue preciosa viendo cómo iban apareciendo las paredes de las montañas por un lado y el valle profundo cubierto de casitas por el otro lado, cada vez quedan más y más en el fondo. Un trayecto muy bonito y muy aprovechado dado que el tren era panorámico y se podía ver muy bien las montañas y el valle. Llegamos a Kleine Scheidegg y aquí había muchísima más gente, y había dos trenes en la misma vía pero cada uno iba a un sitio diferente, todos los turistas que había, un montón, iban corriendo de un lado a otro así que como muchos tuvimos que preguntar cual era el que iba a junfraujoch dado que no estaba nada indicado, las revisoras que había ahí nos indicaron muy amablemente cual era y corrimos coger sitio porque el tren se había llenado por completo en apenas unos segundos.


El tren a Jungfraujoch no nos dio muchas vistas, solo las montañas justo antes de entrar al túnel, aunque aun si hubiera habido muchas tampoco las habríamos disfrutado mucho porque es muy difícil conseguir un buen sitio con tanta gente apretujada. La subida del tren empinada la notamos en un par de ocasiones y la revisora tuvo que inclinarse para mantenerse de pie por la pendiente que había. El tren hace dos paradas panorámicas a la subida. A la bajada nos las hace. Así que en cuanto paramos salimos corriendo hacia las ventanas panorámicas para conseguir sitio y ver algo en los pocos minutos de parada que hace el tren. A la segunda parada fuimos con más rapidez porque ya le habíamos cogido el truco. Las vistas son del glaciar y valen mucho la pena si el día está despejado.


Finalmente llegamos al estación donde hay varias cosas por hacer o visitar. Nos compramos nada más entrar un certificado de haber subido al a estación de tren más alta de Europa que cumplía este año 2012 su cien años. Vimos el museo con los objetos de los primeros turistas que subieron en tren ahí y los nombres de los trabajadores italianos que habían muerto durante su construcción. Luego nos dirigimos hacia el mirador. Como hacia un día fabuloso el sol era tan radiante que costaba mirar la nieve y las gafas de sol fueron más que necesarias. La vista desde el mirador es impresionante, no nos cansamos de ver las montañas con el glaciar frente a nosotras.


Después bajamos hasta la cueva de hielo, al principio hay una barandilla porque el suelo, que también es de hielo, está muy resbaladizo. Como nunca habíamos estado en ninguna resulto curioso ver las figuras de hielo (había una figura enorme de Sherlock Holmes personaje que estuvo por esa zona en el libro de Conan Doyle), y los pasadizos de hielo. Luego salimos a tocar la nieve y pasear al exterior, no estuvimos mucho rato fuera porque como hacía tan buen día y muy poco frío había tanta gente que era muy difícil andar y la nieve ya se había convertido en hielo en muchos lugares y resbalaba con mucha facilidad, vimos más de una caída y al ras de la montaña resultaba bastante peligroso, una mujer casi se cae delante nuestro.

 
  

Después de deambular un rato con o por la nieve entramos a comer nuestros bocadillos con vista a las montañas y compramos postales y sellos para enviarlos desde ahí, con el sello de enviarlo desde la estación más alta de Europa.
Para poder disfrutar más del Jungfraujoch es importante que haya buen clima. En la web www.swisspanorama.com/ hay una webcam en directo para poder ir echando un ojo de cuál es la visibilidad y temperatura del lugar en momento real.
Bajamos hasta Kleine Scheidegg donde nos paramos a hacer una buena cantidad de fotos mientras esperábamos al tren para ir a Lauterbrunnen. Ahí en la estación nos dimos cuenta que hay un cartel que va contando los días, horas y minutos que habían pasado desde que se cumplió exactamente cien años de la construcción de Jungfraujoch.

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