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La campana de Huesca


Visitando lugares de España como Huesca nos encontraba con esta historia.

El rey Aragonés Ramiro II, por su condición de monje, fue muy mal recibido por la nobleza de Aragón. No era ni respetado ni obedecido.
Consultando el caso con el Abad del monasterio al que había pertenecido, éste se limitó a bajar al jardín y cortar las flores más altas. Al emisario le dio este escueto mensaje: “Id y contad a vuestro rey lo que habéis visto”.
Ramiro II entendió la lección.
Reunió a los principales nobles de su reino para presenciar la fundición de una campana, cuyos sones serían escuchados en todo el mundo. Según iban llegando los nobles, mandaba cortarles las cabezas y colocarlas en forma de rueda. Tan extraño y macabro corro sería coronado por la cabeza del principal cabecilla, a manera de badajo. Formaban una campana, la campana de Huesca.
Los ecos de este escarmiento se oyeron en todo el mundo

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