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Lovaina - Belgica

Lovaina

El caso es que dejamos Zaragoza a las nueve y media de la mañana, y tras coger el vuelo al aeropuerto de Charleroi (llegamos con diez minutos de adelanto), y esperar las maletas que tardaron muchísimo (debido a mis trajes de recreación y al bonete, precioso pero muy grande, yo viajaba con dos maletas), cuando llegamos al bus con destino Bruselas ciudad, este ya estaba lleno y tuvimos que esperar una hora al siguiente bus. Y luego otra hora de viaje hasta Bruselas. El bus para frente a la estación de Bruselas-Midi (o Zud) y ahí cogimos el tren a la estación de Bruselas Central. Nuestro hotel estaba a dos-tres minutos andando de la estación central (es más barato alojarse en Midi pero como teníamos que estar en la calle a ciertas horas intempestivas, y conociendo el barrio, decidí que Bruselas Central también nos servía). Por lo que llegamos a nuestro hotel en Bruselas entras las dos y las tres de la tarde, que era lo previsto, por lo que para la tarde había planeado ver algún lugar cerca y no demasiado grande para que pudiéramos verlo con calma y disfrutarlo. Finalmente me decidí por Lovaina (Leuven ahí) que en algunos blogs de viajes tenía muy buenos comentarios, hasta lo ponían una visita mejor que la de Amberes. No puedo opinar con respecto a esto porque al final no fuimos a Amberes, sino que nos quedamos descansando en Bruselas, pero ese es otro tema. Fue fácil llegar a Lovaina, el método de transporte sigue siendo el mismo que la primera vez que viajé por Bélgica. Los famosos carteles amarillos con los horarios y paradas para entre semana y festivos y fines de semana. Y son bastantes puntuales al respecto, por lo que pudimos llegar en tren sin problema. Nada más salir de la estación de Leuven te encuentras con el monumento al soldado desconocido. Y siguiendo la avenida principal que arte del monumento se llega a todos los rincones turísticos. Llegamos hasta la fuente de Erasmus, muy divertida, donde la cabeza del personajillo es llenada por el agua de la sabiduría. Junto a la fuente la colegiata de San Pedro y el ayuntamiento. Mientras yo no podía dejar de admirar el ayuntamiento, mi amiga no dejaba de mirar la colegiata, a la que se puede entrar gratis. El ayuntamiento es muy bonito, no tan grande como el de Bruselas pero también completamente lleno de esculturas, flores, y las banderas distintivas de país, la región y la ciudad. El ayuntamiento puede parecer recargado con sus adornos del suelo a las torres pero a mí me pareció precioso. En frente la colegiata de San Pedro lisa de color blanco y tejados negros resulta muy sobria en contraste. Pero como dato a resaltar está su gallo dorado en lo alto, junto a un decorado y brillantes reloj dorado y un hombre dorado con un martillo dorado que a la hora en punto golpea una campana dorada (sí, todo muy dorado, pero con el sol resaltaba mucho, sobre todo dada la sobriedad del edificio). Rodeando a la colegiata y el ayuntamiento estaban las casas de los gremios, todas con sus tejaditos bien decorados, con un barco, una niña danzando con una copa, un ciervo, etc. Dejamos de lado las casas de los gremios para seguir la calle del ayuntamiento que nos llevaría hasta la iglesia de San Miguel, que estaba cerrada, pero que pudimos ver por fuera, y de ahí bajamos hasta la calle paralela a donde habíamos entrado, que lleva a la Odet market, una plaza llena de casitas con sus tejados típicos belgas, sus torres en pico de castillo, sus decoraciones gremiales y mucho café, bar y restaurante. Así regresamos al punto de partida, el ayuntamiento. De aquí regresamos hacia la estación para a mitad de camino desviarnos un momento hacia la derecha, para ver la antigua universidad de Lovaina, con sus tejados, sus figuras, sus ventanas, su torre con el reloj, todo tan cuidado. Además tuvimos mucha suerte porque nos hizo un sol fabuloso, lo que ayuda a ver los detalles de la Universidad. Una cosa muy curiosa es que en la plaza donde se encuentra está Universidad, un edificio antiguo muy bien conservado hay una figura moderna de lo más original: es una mosca gigante atravesada por una aguja de coser gigante. Y no sé si es por lo original pero no desentona para nada con el lugar. Tras esto, aunque el tiempo invitaba a tomar algo en una terraza decidimos regresar a Bruselas para comprar algo para cenar en el hotel dado que al día siguiente a las 6.13 salía nuestro tren hacia Luxemburgo. Al final no vimos Amberes, así que no puedo decir si Lovaina es mejor o no, pero sí recomiendo una visita, porque el lugar es encantador.

Visita: Junio 2015

Mis imágenes: Dentro del Álbum de Bélgica

Información para viajar:
Transporte en Bélgica
Tren por Europa

Souvenirs:
Recuerdo de Belgica

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