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San Sebastian - España

San Sebastian

Como no tengo coche para ir a San Sebastian tenía dos opciones: el autobús y el tren. El tiempo de trayecto, curiosamente, es el mismo. Así que siendo que iba a tardar lo mismo preferí el tren que te puedes mover libremente y no estar sentada todas las horas. Siendo viernes por la mañana no esperaba que hubiera mucha gente en el tren (suele tener sentido que se coja por la tarde como salida de fin de semana) pero en cambio el tren iba completo. Las maletas de varias personas fueron al sitio de minusválidos (no había ninguno) porque no quedó ni un rincón donde dejar las maletas. Por lo que pude comprobar al menos tres de los vagones estaban llenos de turistas extranjeros (japoneses, ingleses, etc). Tuve la mala suerte de tener a mi lado a dos niñas inglesas muy monas pero que en cuatro horas de trayecto no pararon de cantar, saltar y dar mal en inglés. Fue muy curioso, no esperaba que en estas fechas hubiera tantos extranjeros, pero al parecer ir de Barcelona a Donosti en tren es un trayecto usual. Como en el tiempo daban tan malos días (borrasca de frío solar) esperaba llegar a San Sebastian con la misma lluvia y frío con la que salí de Zaragoza y dedicarlo a descansar (sobre todo después del dolor de cabeza de las pesadas del tren) pero fue salir de la estación de tren y ver el cielo azul y el sol de San Sebastián que invitaba a pasear que cambié de idea. Así que me registré, vacié la maleta y salí a la calle. Nada más salir de la estación uno se encuentra con el puente María Cristina, fui a comer junto a la ribera, en una terraza al sol, y luego crucé para dar un paseo por la ribera hasta ver el puente que cruza hasta el Kursaal, un centro de convenciones de estilo postmoderno. La imagen era de postal; arriba el cielo era azul, el puente blanco y verde en medio, y abajo el mar de color azul. Con sol brillando en el cielo San Sebastián se ve mucho más bonito. Continué el trayecto cruzando por el hotel María Cristina, un lugar perfecto para alguna recreación de la Belle Epoque dado que la reina regente María Cristina estableció aquí su residencia real durante el verano y de aquí llegué al paseo que se abre a la bahía circular con aguas cristalinas y playa de arena blanca La Concha está adornada por lujosas mansiones que se elevan en la colina. El paseo a lo largo de La Concha está rodeado por una ornamentada barandilla blanca que cuando el mar y el cielo se combinan en azul ofrece un aspecto muy marítimo y relajante. Había bastante gente en la playa, además de gente paseando y sentada al sol. El día era más de verano que de temporal polar. Por la noche, después de cenar di un paseo nocturno por la ciudad, que iluminada es muy bonita. De noche me fijé por primera vez en el antiguo edificio de Tabakalera que está junto a la estación de tren. Nunca me había fijado en él y me pregunté qué edificio era, porque la parte de arriba era moderna, y la de debajo de estilo modernista.  

Visita: Septiembre 2017

Mis imágenes: España I

Información para viajar: Pendiente

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