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Barcelona en Fiestas de la Merce - España

Barcelona

Usualmente esta entrada, por orden cronológico, iría antes que las de 1918, pero como solo era estar el día por Barcelona y si surgía encontrarme con amigos de Nautilus no tenía idea de escribirla. Pero como dice uno de ellos; “ir cada fin de semana a Barcelona también es viajar”. El fin de semana que pasé en Barcelona durante las fiestas de la Mercé se dividió en dos, uno en un viaje a 1918, y otro en un paseo por Barcelona con amigos. No había hecho planes pero la gente de Nautilus son tan majos que ya me organizaron una tarde turismo por Barcelona hasta dejarme agotada. Primero me llevaron a la puerta del dragón que realizó Gaudí para la finca del conde Güell. El sitio estaba cerrado pero no me sonaba haber estado al lado de esa puerta con el dragón, luego paseamos por el parque (no recuerdo el nombre) que tenía una fuente y caminos de bambú, y un edificio con pórticos de estilo palaciego, hacía bastante sol y parecíamos los únicos caminando por la gran avenida. Luego me llevaron a un bar, que no recuerdo el nombre (como ando de memoria) donde por dentro estaba todo decorado con el estilo de Harry Potter, pero no se llama el bar de Harry Potter. Después de tomar algo me dejaron en la parada de autobús que me llevaría hasta el Hospital de Sant Pau donde había quedado con más gente de Nautilus para visitar el Hospital modernista de Sant Pau, y cuando lo vi por fuera me pregunté cómo, con la de veces que he estado en Barcelona, nunca había llegado a verlo. La entrada es bastante cara pero si luego tienes en cuenta que es un reciento muy grande acaba siendo amortizada. En cualquier caso mis amigos me invitaron así que no pagué nada. Entramos para hacer la visita del hospital y con tranquilidad fuimos caminando por pasillos de paredes y techos de baldosas blancas relucientes, dado que solo estábamos nosotros el lugar estaba bastante silencioso. Me recordaron a los tunes de acceso a la estación de Canfranc (la parte interior que se puede visitar), aunque también a la estación de metro de Chamberí. Tras salir de los pasillos llegamos al patio que está rodeado por diversos pabellones de estilo modernista, dentro de los pabellones, las paredes y los techos del interior eran lo más llamativo. Había una sala con una exposición explicativa muy estilo “steampunk”, que reproducía imágenes en la pared de la sala. Había también otros pabellones con el mobiliario que tuvo en determinada época: las camas, los radiadores, las sillas del solárium, etc. En todas las salas había paneles explicativos por lo que podías ver la fotografía de la época y la imagen actual. Todo muy bien conservada. Y la verdad es que no pudimos visitar mucho más tranquilamente porque nos avisaron que cerraba en cinco minutos (en inglés, para no variar en la costumbre que cuando voy de turismo por Barcelona siempre me hablan en inglés) así que rápidamente me llevaron a la parte final del lugar que es la más llamativa por la decoración de sus techos y paredes, una explosión de detalles coloridos en columnas, vidrieras, ventanas y paredes. Aunque fue una vista rápida porque no nos esperamos que a las siete cerrara el lugar. Si no tienes problemas de dinero, es un lugar recomendable de visitar. Cuando salimos me llevaron hasta la Sagrada Familia para coger el metro y de ahí al barrio gótico de Barcelona y las Ramblas, por aquí ya había estado varias veces así que, aunque hacía tiempo desde la última vez, todo me sonaba. También me acercaron al Palau de la Música, tanto el el Palau de la Música y el Hospital de Sant Pau son obras del arquitecto Lluís Domènech i Montaner, que os sonara de nombrarlo en alguna entrada de Canet de Mar, y son patrimonio de la Unesco. Ambos lugares son claro ejemplo de la arquitectura modernista de la época y que a uno le deja tan encantado, porque es muy rico en decoración y color, junto con originalidad. Y cuando buscábamos donde cenar algo (sí, comencé a las tres y media de la tarde y acabé cenando) nos pillo en medio de Via Laietana (me acuerdo del nombre por mi trabajo, no creáis), que estaba cerrada por las fiestas y llena de gente, los fuegos artificiales de las Fiestas de las Mercé con la brillante luna al fondo. Y de aquí acabamos comiendo en un bar de estilo modernista junto a una antigua parada de metro, para acabar la noche cenando unos bocadillos. Tarde en buena compañía visitando lugares turísticos.

Visita: Septiembre 2018

Mis imágenes: Álbum España 

Información para viajar: Pendiente

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