Alquezar y sus pasarelas sobre el río Vero - España

Alquezar y sus pasarelas sobre el río Vero

Repetimos con Aragon Xperience, con una de sus excursiones fijas pero que no había realizado. Salimos de Zaragoza camino a Huesca a recoger a otros clientes y vamos hacia Alquezar. Al llegar al pueblo hay un aparcamiento, por el pueblo he leído que no se puede circular por el centro así que toca aparcar antes de comenzar la ruta. Hay unos cuantos coches y furgonetas, parece que hay bastante gente pero por lo que dice Adrián el guía esto no es nada con la cantidad de gente que hubo en Semana Santa. Hay que recordar que debido a la situación en Semana Santa estaba Aragón cerrado así que tocaba hacer turismo de interior. Adrián nos guía por el pueblo hasta la entrada a las pasarelas, de camino hasta aquí he podido ver las casas y las calle sy los carteles sobre la entrada para la Colegiata. Paramos en un bar con terraza hacia el barranco para desayunar algo e ir al baño antes de empezar la ruta. Comenzamos la ruta y ya hay fila, asique esta primera parte la hacemos despacio e intentado llevar distancia, lo bueno es que al final no es tanta la gente, solo que este primer tramo de las pasarelas es estrecho y os juntamos todos los que iniciamos el camino. El inicio del camino consiste en descender atravesando el Barranco, es una zona frondosa con algunas pasarelas de madera que por los huecos que dejan me hace pensar que en otras épocas del año pro aquí discurre el agua, también hay zonas rocosas por las que hay que caminar con cuidado porque resulta fácil resbalar dado que es este tipo de piedra que se pule con el paso y se hace muy resbaladiza sin estar si quiera mojada. Lo bueno de esta parte del recorrido es que es muy frondosa por lo que hay muchos árboles y hojas que tapan el sol, hoy dan pronóstico de calor veraniego y l ruta se puede hacer muy dura con mucho calor. Así llegamos a una zona donde se abre la vegetación y tenemos un cartel marcando los caminos. En vez de continuar hacia las pasarelas nos desviamos un momento hacia la Cueva de Picamartillo, la cueva no es muy profunda ya que parece que se ha formado pro la erosión del río, pero desde aquí a nuestra espalda podemos ver los huecos que hay en las paredes del barranco. Según sea la abundancia del agua es posible pasar a una pequeña ensenada de piedras entre la cueva y la orilla del camino que la lleva hasta aquí. Por esta época no hay mucha agua por lo que se puede cruzar por diferentes caminos de piedras sobre piedra sin mojarse los pies para hacerse la foto obligada. Regresamos pro el mismo camino, con diversos tipos de flores en los laterales, hasta el inicio de las pasarelas metálicas. Antes de comenzar tenemos una imagen de las pasarelas pegada a la piedra sobre el río Vero, que se nota que baja con poquita agua dado que se ve mucha cantidad de piedra y cantos rodados. Tras el primer tramo de pasarelas bajamos otra vez a tierra y podemos, debido al bajo cauce del río acércanos a ver de cerca el agua azulada y verdosa, según la luz del sol, que pasa junto a la roca del barranco erosionándola. Aquí podemos ver sobrevolar al buitre leonado, que resultan impresionantemente grandes, mientras una nueve de polen nos inunda y parece que este nevando. Seguimos el camino por tierra, entre árboles y junto a la orilla del río, de un color amarillo verdoso con el que se confunde entre la intensa vegetación verde que lo rodea. Y así llegamos de nuevo a las pasarelas metálicas, junto al azud, construido para generar electricidad de un edificio que veremos al final de las pasarelas y que ya está en desuso. Desde el azud tenemos unas vistas espectaculares del cañón y del río, que forma una cascada de agua transparente de color azul verdoso. También desde aquí podemos ver las pozas naturales que forma el río por donde hay gente remojando los pies en este día tan caluroso, según nos cuenta Adrián en esta zona permiten el baño y tras ver el agua cristalina y el calor que hace hoy me acuerdo de mi compañera de viaje extremeña y a la que le gustaría meterse en este río. Hay zonas, como esta donde la piedra hace que tengas que encorvarte para poder pasar, antes daban casco para hacer esta ruta (por los despistados que no saben agacharse) pero por el covid ya no lo hacen. De las pasarelas volvemos al camino de tierra que sube paralelo al río, desde aquí tenemos vista de la cascada, el barranco y el río Vero hasta llegar a una cavidad rocosa pro la que hay agacharse para pasar y tener cuidado de no resalarse pues en el suelo tenemos las piedras de antes, que resbalan con solo mirar, y retomamos el camino de pasarelas metálicas para ir por encima del barranco y de las aguas verdosas del río Vero, aquí visible sin tanta vegetación y que nos lleva hasta la antigua caseta de la central eléctrica. Aquí volvemos al camino de tierra con alguna ligera cuesta protegida del sol con la frondosidad de los árboles y desde donde tenemos una vista de las impresionantes paredes del barranco y así llegamos al último tramo de pasarelas metálicas y el más largo, estas están más altas sobre el río Vero y abajo queda el agua verdosa discurriendo entre la vegetación, aquí más lejano por la altura la distancia nos permite tener una panorámica del curso del río entre los árboles y las paredes rocosas a ambos lados. Las pasarelas acaban cuando el camino nos lleva hasta el mirador, una plataforma metálica desde donde podemos ver Alquézar, el barranco, el río Vero, y las pasarelas por las que hemos pasado. Debido al intenso calor ya he bebido más agua que en todo el día en las excursiones anteriores, ya que no estoy acostumbrada a andar en verano (no es verano, pero tenemos temperaturas superiores a treinta grados). Como veréis en mis entradas del blog en verano suelo hibernar y luego vuelvo a mis viajes y recreaciones (cuando mucha gente coge vacaciones yo me quedo en casa) pero este año habrá que cambiar la rutina ya que pocos países están abiertos al turismo (ya sea para entrar o para entrar sin dos semanas de cuarentena), así que no creo que viaje muy lejos. El mirador tiene paisajes a todos los lados, así que aparte de para hidratarnos disfrutamos dando una vuelta al mirador. Hasta aquí llega gente que viene de otras rutas, Adrián nos comenta que hay una ruta por puentes medievales también interesante. Ahora ya solo queda la parte final de la ruta que es subir al pueblo por una cuesta de tierra que según el cartel es 1km hasta alquezar. Con el sol pegando bastante fuerte la subida se hace bastante dura ya que no hay apenas arboles que den sombra al camino, en cada espacio con algún olivo hay gente parada reponiéndose, porque la cuestión no es la subida, sino la subida con este calor directo, al inicio aún hay vistas de Alquezar que me permiten parar a hacer fotografías y respirar antes de continuar, luego solo veo piedras del camino, gente agotada y yo ya quitándome una de las dos mascarillas que llevo (¿he dicho que volaba polen como si nevara?) . Al final llegamos al pueblo y aquí tenemos tiempo libre para visitar el pueblo y comer. Yo llevo bocadillos así que no tengo que preocuparme de encontrar hueco, ya que, aunque hay muchos bares y restaurantes, hay también bastante gente. Adrián el guía me hace un recorrido por rincones del pueblo hasta uno de los miradores. Como todavía es pronto para comer decido volver a callejear por el pueblo. Alquézar forma parte de la asociación de Los pueblos más bonitos de España, como se puede ver en un cartel a la entrada del pueblo, por lo que no es extraño que un sábado este lleno de turistas, las calles están repletas de gente y también de grupos con guías. Cerca de la entrada la ruta de las pasarelas se puede bajar hasta un mirador que da al barranco y permite ver la roca con sus agujeros como huecos, continuando un poco más nos encontramos con la Cueva o mullon, una roca con una grieta que crea una entrada natural con un pequeño mirador al fondo, y donde en la pared del interior se puede apreciar que se usa para practicar la escalada. Un poco más adelante ya se ve la colegiata dominante desde lo alto y una plaza con una cruz donde convergen tres calles, tomando una de las calles volvemos a entrar al pueblo por donde disfrutar de las calles empedradas y las casas del pueblo. Así se llega a la plaza mayor, con casas con soportales y una distribución uniforme. Por la mañana apenas hay gente y se puede disfrutar de los detalles de las casas, a la hora cercana a la comida está llena de turistas sentados en las terrazas de los bares. Bajo uno de los arcos de los soportales se pueden ver pezuñas de jabalí (no sé qué significa y he buscado en internet y en cada sitio dice una cosa distinta). Cruce la puerta de entrada la ciudad dos veces entre tanto callejear, y volví a pasar por el Pasador de Casa Lailla, esta vez atravesándolo con cuidado ya que aparte de agacharse por tener cubierta el suelo está cubierto de la roca de la montaña, esa tan resbaladiza que he comentado antes. Volví a la entrada de la ruta de las pasarelas, ahí hay una fuente con agua tratada, como había gente rellenándose las botellas de agua y yo había bebido toda la que traía de Zaragoza decidí aprovechar y rellenarla también, y así además tener agua fría para la comida. Así acabé regresando a la colegiata de Santa María Mayor. Resultaría interesante ver la colegiata por dentro, pero al ir hasta la entrada a las pasarelas he podido leer las restricciones de aforo y horarios que por el covid hay y no voy ni a intentarlo, prefiero disfrutar del pueblo paseando y luego descansar comiendo a la sombra tranquilamente que estrenarme por verlo, hay que tener en cuenta que cuento con la ventaja que es el país donde vivo así que no es tan difícil volver en otra ocasión mejor para las visitas de interiores. Encuentro que en el mirador junto a la colegiata no hay nadie y hay unos fantásticos bancos de piedra bajo arboles donde sentarme a disfrutar de mi bocadillo y del agua fresca de la fuente. Después de comer voy hasta donde el guía nos ha indicado que hay baños públicos y bajando por la calle veo un cartel que indica mirador de O´Vicón, me acerco hasta ahí y me encuentro que, no solo está completamente vacío, sino que tiene unas vistas fabulosas de la montaña, el río Vero y las pasarelas que hemos completado por la mañana. Tras disfrutar de esta vista para mi sola me encamino de nuevo hacia la iglesia de San Miguel, ubicada junto al Barrio Arrabal, que me lleva a la plaza donde aparte de tenderetes y terrazas se encuentra el baño público y, ¡oh sorpresa!, resulta que ahí mismo hay un mapa del pueblo. Afortunadamente veo que he visto casi todo lo que había para ver, así que regreso a los miradores para colocarme bajo un árbol, a la sombra, y descansar un rato antes de volver. Hemos quedado a las tres para subir en coche hasta el mirador de la sonrisa. Desde este mirador no encontramos con una vista completa del pueblo y las montañas de la sierra de guara que lo rodean, una vista espectacular e imperdible. Y de aquí regresamos a nuestro lugar de origen.

Visita: Mayo 2021  

Cuaderno con imágenes: Alquezar y sus pasarelas sobre el río Vero

Mis imágenes: Álbum Página de Facebook

Información para viajar: Aragon Xperience

Diario 2021: España - Pasarelas de Panticosa y Sallent de Gallego, ruta El Salto (Aragón)

No sé si es el fin del estado de alarma o la hora, pero la excursión del domingo anterior cuando iba camino al punto de encuentro no vi a nadie, y esta vez en cambio había un par de personas aquí y allá, no demasiadas, pero más que ir sola. Pero centrándonos en la excursión, repito con Aragon Xperience, que tiene excursiones interesantes donde disfrutar, aquí no hay nada de ir a andar deprisa y no disfrutar del paisaje sino todo lo contrario, son excursiones para disfrutar del lugar que visitas. También repite la previsión meteorológica que da lluvia, que es cierto que a veces llegan las nubes y descargan cuatro gotas contadas y ya, pero lo cierto es que estuvimos al aire libre sin lluvia ni sol prácticamente todo el día.


Llegamos a Panticosa sobre las nueve y veinte y nos acercamos al bar a tomar algo, sabéis que no desayuno pero a esas horas a las que he salido de casa y después de ir por carretera estoy algo mareada así que me paro a desayunar en el bar y luego aprovecho par mirar el cartel informativo sobre las pasarelas de Panticosa que hay en el aparcamiento que hay nada más entrar al pueblo, y luego me acerco a ver un rinconcito muy mono con un puente de estilo románico de piedra y un canal de agua que cae en cascadas hasta ahí. De esta forma hemos hecho algo de tiempo pues las entradas van por hora y tenemos para las diez. Desde el aparcamiento donde hemos parado hay carteles indicando como llegar a las pasarelas, hay un cartel que indica recto, se cruza un puente y cuando llegas a un río hay otro cartel que indica que hay que girar a la izquierda para ir a las pasarelas.

 
 

Durante este pequeño recorrido tenemos vistas del río Bolatica y las montañas, y vamos subiendo poco a poco por entre la vegetación y el camino indicado. Con pequeñas paradas para disfrutar de las vistas del pueblo, la montaña y el río. Este camino nos lleva hasta la entrada de las pasarelas junto al barranco. Aquí nos encontramos con el control de entrada donde de forma simpática y entretenida nos explican la parte del recorrido que hemos hecho y lo que hemos visto (de ahí que sepa el nombre del río Bolatica ya que, de no ser por esta conversación, ni hubiera caído en si era otro río o como se llamaba) y el resto de recorrido que nos queda, ya entrando a ver el río Caldarés. Nos recomiendan hacerlo con calma y disfrutando de las vistas, así como el camino a escoger en la bifurcación.

 
 

Según los carteles hay dos recorridos posibles cuando haces las pasarelas, el que nos recomiendan en la entrada es girar a la izquierda hacia el mirador, por donde encontraremos dos bunkers rehabilitados, importante cerrar la puerta al salir para que no entren las cabras. Antes de entrar vemos algo en el suelo junto a la caseta, pregunta alguien del grupo y le dicen que es un reloj de sol, solo que como hoy está nublado no indica nada. Al otro lado nos dicen que han construido con piedras una casa para un grillo. Dejamos detrás la caseta y nos encontramos con el barranco donde empiezan las pasarelas.

 
 

Hay que avisar que el recorrido se me hizo muy corto por lo que cuando quieres darte cuenta ya se han acabado las pasarelas. Como decía empezamos las pasarelas por el lado derecha, dejando abajo el río Caldarés, y al poco llegamos a un puente que cruza el río y nos lleva al lado izquierdo. La vista desde aquí del río y sus cascadas al discurrir por el barranco genera preciosas imágenes, pero hay que intentar tomarlas cuando no te estén moviendo el puente. Una vez cruzado el puente seguimos por el lado izquierdo, de vez en cuando hay que agachar la cabeza y se entiende que en los carteles recomienden no llevar mochilas grandes.

 
 

El camino de pasarelas continua al lado del río disfrutando de la imagen de sus aguas y la montaña, además hay como pequeños balcones como miradores para parase y disfrutar la vista. El color del agua del río es de color aguamarina y trasparente que permite ver las piedras. Cuando terminan las pasarelas nos encontramos con dos caminos señalizados, el que continúa haciendo un rodeo hasta el aparcamiento y el recomendado que sube hasta el mirador de O Calve.

 
 
 

La subida la hacemos poco a poco ya que con las lluvias está todo embarrado y eso siempre complica las subidas y bajadas ya que resbala. Subiendo tenemos diferentes vistas de las montañas y el valle, así llegamos al primer bunker, muy parecido al segundo. En el segundo bunker tenemos un cartel explicativo, estos bunkers son vestigios de la Línea P, la más extensa en España y la más grande en Europa después de la II Guerra mundial (según el cartel), que fueron construidos tras la Guerra Civil. El interior esta limpio y pintado, no hay nada excepto su estructura y las ventanas rectangulares propias de estos bunkers. Encima del segundo bunker tenemos una hermosa vista del valle y las montañas. Debido a las nubes no podemos ver todos los picos de las montañas, pero si el río Caldarés, el valle y tres cascadas a lo lejos.

 
 

 

Seguimos subiendo hasta que llegamos al mirador. A cada lado tenemos dos vistas diferentes con un cartel informativo sobre qué picos se vislumbran desde ahí. Desde aquí podemos contemplar la sierra de la Partacua, la sierra de Tendenera, el valle de Caldarés y el pueblo de Panticosa con el embalse al fondo. Sin duda la vista, incluso estando nublado, merece la pena, así que es una buena recomendación. Las nubes no nos han traído lluvia, pero nos quitan vistas, afortunadamente nos quedamos en lo alto del mirador suficiente tiempo para que el viento mueva las nubes y nos permita ver los picos nevados que nos rodean.

 
 

Finalmente retomamos el camino y comenzamos la bajada, con algo más de pendiente que afortunadamente en los lugares más complicados tienen donde agarrarse, ya que como he dicho el barro dificulta la bajada. Mientras bajamos vamos encontrándonos con personas que hacen la subida hasta el mirador. La bajada es entre vegetación así que no hay vistas, y al final llegar al pueblo de Panticosa que si giras a la derecha la carretera te lleva hasta el aparcamiento del pueblo donde tenemos el coche.

 
 

Como el recorrido por Panticosa se nos hizo corto Aragon Xperience nos lleva hasta Sallent de Gallego para hacer una pequeña ruta con la que completar el día. De camino de Panticosa a Sallent de Gallego pasamos junto al Embalse de Lanuza, que nos deja una preciosa imagen de postal, lástima que no haya donde parar en la carretera, afortunadamente en Aragon Xperience hacen lo que pueden por complacer así que vamos más lentos para que podamos disfrutar lo que se pueda de la vista. Llegamos a Sallent de Gallego donde tras aparcar junto al área deportiva comenzamos a caminar por un camino amplio. 
 

Durante esta ruta encontraremos a más gente paseando y con niños, ya que pese a las previsiones de lluvia y las nubes que nos cubren el día nos está respetando y se puede pasear al aire libre. Desde el comienzo del camino podemos ver los picos nevados y el campo verde que nos rodea, donde se nota la primavera. Así llegamos hasta un puente que cruza un río donde y tras cruzarlo seguimos el camino en plano hasta encontrarnos con un campo cubierto de dientes de león y de fondo se muestra regia la peña Forata.

 
 
 

Tras pasar este campo y justo antes de adentramos en una zona más boscosa, podemos encontrar un cartel con explicaciones sobre las plantas del lugar. Aquí nos encontramos con un giro de la ruta donde el camino se hace más estrecho y continua paralelo a un riachuelo. Tras pasar esta parte volvemos al camino plano pero más estrecho y rodeado de vegetación, con diversos tipos de flores en el camino.

 
 
 

Llegamos a una parte del camino que son todo piedras que hay que subir para continuar, un pequeño esfuerzo nada complicado y seguimos subiendo hasta alcanzar una bifurcación con un cartel muy nuevo de color amarillo que indica tres direcciones: El Salto, La Sarra por las Fobetas y Sallent de Gallego.

 
 
 

Nosotros seguimos el camino a El Salto que discurre por un lateral de la montaña entre raíces de árboles y así llegamos al final del camino, con un mirador a la cascada de El Salto, un banco para descansar y un cartel algo descolorido con información sobre El Salto y su historia. En este rincón tenemos un pequeño camino para ir por las piedras hasta acercarse lo que uno pueda hasta el salto. Una vez llegado a aquí el camino se termina y hay que regresar por el mismo camino que hemos andando antes. El regreso se me hace más corto, tal vez porque es más bajada que subida, y así comienza a chispear. Esperamos que las nubes nos permitan comer al aire libre con tranquilidad.

 
 

Desde este aparcamiento donde empezamos el camino nos vamos hacia el aparcamiento que hay junto a la central eléctrica, para luego ir caminando al lado del río hasta un puente de piedra que nos llevará a una zona de recreación. Este paseo junto a la central eléctrica y el río nos ofrece una postal del pueblo de Sallent de Gallego; su iglesia, sus casas de piedra y tejados de pizarra, y el fondo de las montañas nevadas. Caminamos junto al río hasta llegar al puente de piedra de estilo románico que cruzamos para ir hasta la zona recreativa donde podemos sentarnos a comer al aire libre.


 
 

El tiempo nos respeta y podemos comer, mientras veo que una pareja de novios debe estar aprovechando que no hay mucha gente para grabar un video pre-boda ya que van paseando junto al río, con poses indicadas por el camarógrafo. Después de comer cruzamos el puente para subir al centro del pueblo, pasando junto al ayuntamiento y la figura del gigante de Sallent, un personaje famoso en todo el Pirineo aragonés por su estatura de más de dos metros. Y tras un rato en el pueblo regresamos al coche para volver a Zaragoza.

 
 
 

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