DIARIO 2024: CHILE - Dia 14 - Punta Arenas - Tierra de Fuego - Porvenir - Estancia San Gregorio

Después de una excursión muy recomendable por las torres del Paine cogimos otra excursión a la Tierra de Fuego chilena. Tierra de fuego está repartida entre Chile y Argentina. Ya a la llegada a Punta Arenas el taxista nos indicó que la zona es muy segura y que prácticamente la mayoría de la población es militar ya que Argentina intentó invadir la zona y Chile decidió marcar bases militares para proteger la soberanía. Y es que esta zona, antes de la apertura del canal de Panamá, era muy interesante como punto estratégico y económico al ser el estrecho de Magallanes el único acceso entre ambos océanos (Atlántico y Pacifico). Debido a estos conflictos a la hora de hablar sobre Tierra de Fuego, que es la isla más grande de Sudamérica, decidieron llegar a un acuerdo y quedarse una parte Chile y otra Argentina y no entrar en más conflictos militares. Para este tour primero vamos a coger un ferry que nos llevará a Tierra de fuego (siempre a la parte chilena, aunque a veces cuando vamos por la carretera pasamos pegados a la frontera argentina), este primer ferry dura dos horas y media de trayecto y como hoy hace viento el frío va en aumento y permanecemos dentro de la cabina saliendo solo un par de veces para hacer unas cuantas fotografías.


El ferry desembarca en Porvenir, y aunque el tour incluye un paseo por la ciudad la reserva de los pingüinos nos ha dado una hora de acceso muy ajustada. Había estado mirando hacer la visita a Isla Magdalena y sus pingüinos, pero el precio era caro y el tiempo solo era medio día, y como ya estábamos poquitos días en Punta Arenas queríamos aprovechar hasta el último segundo en ver los puntos más importantes de la zona. En cuanto a Tierra de fuego aquí se encuentra la reserva del Pingüino Rey por lo que no solo vemos la isla, sino que veremos también pingüinos. El problema es que la reserva recibe varios tours y visitantes y para no estresar a los pingüinos organiza las visitas y esta vez nos a tocado a una hora por la que vamos a llegar muy justo (y aquí el tour no tiene nada que ver, lo organiza la reserva), así que una vez bajamos del ferry tenemos media hora para comer, y como el guía quiere enseñarnos Porvenir ha avisado al parque que llegaremos media hora más tarde. Así que nada más bajar del ferry comemos en uno de los lugares de Porvenir, aquí hay mucho cordero porque prácticamente lo único que hay son guanacos y ovejas traídas de Escocia porque aguantan el clima frío y riguroso de esta zona. Fuera de la casita donde comemos hace mucho viento, pero los lugareños, con la amabilidad chilena que les caracteriza, nos comentan que suele ir a 300km por hora a veces y que lo que sopla hoy no es nada.


Cuando salimos de comer entra otro grupo y el guía nos lleva donde está el cartel de la ciudad Porvenir con dos figuras que representan el engaño, algo característico de las tribus originarias de esa zona, donde las mujeres hacían creer a los hombres mediante engaños que eran mensajeras del poder divino y así gobernaron a los hombres hasta que estos se enteraron del engaño y acabaron con las mujeres más viejas de la tribu. Desde el cartel se pude ver la calle que lleva a la iglesia católica que es la más antigua de la ciudad y las pequeñas casitas de colores que la rodean. Aunque el guía dice que las casas son típicas de Croacia porque la mayoría de inmigrantes que colonizaron la ciudad venían de ahí, a mis las casitas de Porvenir me recuerdan a las casitas de los pueblos de la costa de Estonia, que también están acostumbrados a este tiempo más que los croatas. Después de aquí nos paran en la plaza de Armas de Porvenir donde aparte de las vistas y una escultura no hay mucho más para ver.


Y luego ya nos dirigimos hacia la reserva del Pingüino Rey, a través de una larga carretera de piedras durante todo el camino. La vida en la Patagonia chilena debe ser muy dura. Llegamos a la reserva y tras pagar la entrada nos encaminamos al observatorio donde podemos ver un montón de pingüinos rey y sus crías. Aquí tenemos que hacer unos de todas las capas, guantes y gorros que tenemos porque el aire viene muy fuerte y completamente helador, tal vez sin aire no notaríamos tanto frio, pero no hay suerte. Tras disfrutar una hora entera de los pingüinos nos marchamos hacia el ferry de vuelta para descubrir una cola de automóviles y caminos, por lo que dice la radio que pone el conductor por el fuerte viento el ferry está suspendido, y al parecer lleva así desde las doce de la mañana, hay gente que ya ha perdido los vuelos que tenía que coger, nosotros llegamos sobre las cinco de la tarde y según el guía sobre las siete o siete y media seguramente el viento se levante y podamos salir, mientras no hay internet, apenas una pequeña tienda y por fortuna si hay baños. Y así esperando en la nada junto al estrecho de Magallanes estuvimos unas cuantas horas y en cuanto el ferry fue reanudado pudimos entrar en el primer ferry, por este camino el trayecto solo lleva media hora dado que hemos dado todo un rodeo a tierra de fuego y no hemos vuelto por donde hemos entrado, sino que estamos saliendo por Punta Delgada.


Nuestra próxima parada es en la estancia San Gregorio. De camino al ferry paramos para ver la estancia más antigua de tierra de fuego desde fuera, pero sin bajar el autobús. Una estancia es como llaman a las haciendas de por aquí. La estancia San Gregorio data del siglo XIX y fue una de las principales productoras de lana en la región. Uno de los aspectos más destacados de la Estancia San Gregorio es su arquitectura, la cual refleja la influencia de la época en la que fue construida. Los edificios están construidos con materiales locales y técnicas tradicionales, desde la casa principal hasta las caballerizas y las zonas de almacenamiento. Aquí es donde apare de trabajar la lana también se organizaban las reuniones sociales, cine, bailes y demás entretenimientos. Como salimos tan tarde de tierra de fuego tenemos una vista del anochecer desde la playa de la estancia. Y una vez visitada partimos de regreso a Punta Arenas llegando sobre las once y media de la noche, pero quitando los imprevistos climatológicos todo fue perfecto.

 
 
 
 
 
 

DIARIO 2024: CHILE - Dia 13 - Punta Arenas - Puerto Natales - Cueva del Milodon - Parque N. Torres del Paine

De madrugada, a las cinco de la mañana, nos recogen para ir al Parque Torres del Paine, para visitar el parque es mejor alojarse en Puerto Natales, porque es el lugar de donde salen varios tours para ver glaciares y la flora y fauna que representan la Patagonia, pero Puerto Natales es mucho más caro y se salía de nuestro presupuesto. Así que lo que nos podía permitir era un tour de un día de Punta Arenas al parque, que son 3 horas en coche de ida y 3 horas de vuelta, de ahí el tener que madrugar. Cuando salimos de Punta Arenas el camino hasta Puerto Natales consiste en solo carretera llana y vegetación verde a los lados con grandes montañas azules al fondo, pero sobre todo llama la atención como durante tantos kilómetros no hay nada a tu alrededor mas que naturaleza. Si cogéis un coche de alquiler hay que estar muy seguros de no quedarse tirado porque es como viajar por un desierto, casi no vimos coches, y muchos menos granjas o personas, y los únicos animales que se ven son los guanacos, que están en rebaños, aunque también hay llamas y vicuñas traídas de otros países.


El guía comenta que de forma natural se han mezclado guanacos y vicuñas y que el resultado es feísimo. Por todo el camino vemos varios grupos de los guanacos, pero el conductor para poco tiempo, según el guía viven en estado salvaje en contra de las llamas que son domésticas. El guía también nos comenta que en el parque de Torres del Paine también hay pumas, aunque son más difíciles de ver porque viven en estado salvaje y solo si haces algún día de treking por el parque puedes verlas. En nuestro caso como solo vamos y volvemos en el día no hay tiempo para treking. Teniendo en cuenta que la Patagonia chilena era un extra al viaje previsto no nos quejamos y lo guardamos para un viaje futuro por Chile o, como hacen algunos otros, desde Argentina. De camino al parque paramos en Puerto Natales, las vistas del lago y de las montañas nevadas al fondo es impresionante, me recuerda a nuestro viaje por Noruega porque, además, aunque hace viento hay nubes y al fondo algunas dejan un hermoso arco iris. Seguimos el camino hasta llegar a la cueva del Milodon.


Para entrar hay que haber comprado la entrada a la cueva ya que en chile las entradas a los parques se pueden comprar por antelación por internet (recomendable ya que hay cupos y puedes quedarte sin entrar al parque por no sacar la entrada para el día o días que vayas). En la pagina de parques nacionales de Chile vienen todos los lugares a los que hay que comprar entrada. Nosotras tenemos la entrada a la Cueva del Milodón y la entrada al Parque Torres del Paine sacadas con antelación. La entrada permite el acceso a 4 cuevas, pero nosotros con el tour solo visitaremos la cueva grande ya que nos falta tiempo, pero si os quedáis en Puerto Natales podéis aprovechar y verlo todo. Estas cuevas se formaron durante el deshielo de los glaciares y se llama cueva del milodon porque en ella encontraron huesos y pieles de este animal prehistórico que no se ha encontrado en ningún otro lugar. Nos enamoramos de las vistas de las montañas en el camino hacia la cueva, la cueva grande tiene un sendero para darle la vuelta por dentro y también una figura de Milodón para tomarse fotos. Esta cueva fue descubierta por Hermann Eberhard cuando exploraba las tierras entregadas en concesión para colonizar la Provincia de Última Esperanza y lo único especial es el origen del Milodón. Se cree que todas las cuevas se formaron por la erosión del lago glaciar que se ubicaba en la zona hace unos 20.000 años. Y sirvieron de refugio para animales como el tigre dientes de sable, el caballo o el milodón, y también para los humanos que poblaban la Patagonia.


De aquí vamos a la siguiente parada que es el Mirador Torres del Paine de la Laguna Amarga, un lugar desde donde se pueden ver perfectamente las Torres los días despejados y que, en este momento, únicamente podemos ver las bases porque están completamente cubiertas por las nubes. Son tres cuernos de piedra y no se ve nada, pero, aunque no vimos las torres disfrutamos de la vista, y como dijo el guía, lo más bonito del parque no son las torres. El lugar tiene unas vistas espectaculares de las montañas de color azul y la nieve blanca en sus picos, y abajo el verde del césped y la laguna de un color azul verdoso increíble, el guía nos comenta que la laguna tiene ese nombre y ese color porque el agua es tan acida que no hay vida en él. Cierto que no se ven las torres, pero como dice el guía, el tiempo es imprevisible en la Patagonia e igual de aquí a la entrada del parque tenemos suerte de que se despeje y llegar a verlas. Tras la parada en la laguna amarga nos dirigimos a la cascada de las torres del Paine. Esta es otra parada panorámica que vale mucho la pena. Desde este mirador tienes acceso a una vista de una gran cascada y de fondo se encuentran las montañas del parque. Aquí puedes ver las marcas de erosión del agua en las rocas y el agua de color blanquecino que baja de los picos.

 
 
 

De aquí nos dirigimos a la entrada del parque para usar los baños mas que para otra cosa ya que todos del tour tenemos ya comprada la entrada al parque y nos vitamos las colas para intentar hacerlo en el sitio. Aquí vamos a ver el parque desde la furgoneta parando en los miradores más típicos del parque, de forma que en lo que se puede hacer en el poco tiempo que tenemos veremos diferentes puntos del parque que según nos enseña el guía en un plano es enorme y tomaría varios días verlo entero. Una vez dentro oficialmente del parque hacemos una parada en un mirador junto a un lago azul con algunas algas verdes con otra perspectiva de las montañas que es el Lago Nordenskjöld en honor al explorador que recorrió el lugar. Sé que paramos en la Laguna Azul y el Lago Pehoe, pero hacemos tantas paradas en lagos y lagunas que no sabría decir cual es cual, todas con vistas hermosas, este parque vale mucho la pena y más aún la madrugada.

 
 
 
 

Después de varios miradores espectaculares paramos a comer en un rincón junto a un lago, protegidos del viento frío, con baños y un restaurante para quién quisiera comer en caliente. El lago tenía un color gris por lo que creo que es el Lago Grey, y es muy curioso como refleja el gris de sus sedimentos. Luego continuamos a uno de los muchos hoteles que tiene el parque para ver el lago desde el que salen las embarcaciones que visitan de cerca el glaciar Grey. Como decía, al ser un tour desde Punta Arenas no pudimos acercarnos más pro falta de tiempo, pero vimos muchísimo del parque para tan poco tiempo. Si me toca la lotería iremos a disfrutar de la Patagonia chilena con más tiempo. En alguna parte del camino pasamos por un lago y una granja que es famosa porque Gabriela Mistral (la escritora chilena que gano un premio novel) estuvo ahí invitada por su amigo de correspondencia y escribió uno de sus poemas inspirado en el lugar.

 
 
 
 

Otra de las cosas interesante que comentó el guía mientras nos maravillábamos en todas las paradas de las vistas que tiene este parque es sobre Lady Florence Dixie la primera turista británica que tuvo el parque, ya que pago a un guía para visitarlo, recorrió a caballo los remotos paisajes de la Patagonia austral, pasando por pampas, bosques y cordilleras, transformándose en una pionera en el turismo de la zona que hoy conocemos como Torres del Paine y “A través de la Patagonia” es el libro donde habla sobre la belleza de este lugar. Tras la última parada panorámica tomamos el camino de regreso a Punta Arenas. Al final del día valía la pena el palizón y la madrugada.

 
 

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