De camino a Avilés el guía nos comentó que esta era una ciudad industrial pero que como Bilbao renació. Bilbao antes era gris y sucia pero luego se rehízo y se limpio y ahora es un lugar para pasear y visitar. Avilés nos cuenta que le pasó un poco parecido, aunque en menor escala que a Bilbao. Avilés era una ciudad industrial pero el centro Niemeyer fue el impulsor de la limpieza de la ciudad como lo fue el Guggenheim para Bilbao. Niemeyer es el constructor de muchos de los edificios de Brasilia, y tras recibir el premio Príncipe de Asturias decidió dar una de sus obras a Asturias, por eso en Avilés se construyó el centro Niemeyer que, según su creador, asemeja a una mujer de la playa de Copacabana tumbada tomando el sol baja abajo. Tras visitar el complejo vamos al parque del muelle donde se muestra la escultura de Pedro Menéndez, adelantado y conquistador de la Florida siendo fundador de la ciudad más antigua de los estados unidos. Siguiendo recto y dejando la escultura detrás nuestro llegamos al barrio antiguo de origen medieval y según el guía uno de los mejores conservados de Asturias porque las casas en Avilés se construidas cerca de las fabricas pro lo que el reconstruir casas sobre casas no pasó aquí, y por eso se ha conservado tan en su forma original. La Calle Rivero está junto a la Calle Galiana, se conserva como la época medieval gracias a su arquitectura y el empedrado del suelo. Esta calle peatonal del siglo XV, antiguo Camino Real a Oviedo, va desde la Plaza del Ayuntamiento hasta la Avenida Cervantes con gran cantidad de soportales. En la Plaza Carbayo tenemos la Iglesia Vieja de Sabugo, del siglo XIII, y rodeada de bonitos edificios de fachadas amarillas con algunos soportales y balconadas, junto a la calle de Bances Candamo con soportales a ambos lados, sostenidos por antiguas columnas. Esta calle te conducirá hasta la Plaza del Mercado, que sorprende por estar rodeada de galerías de madera sostenidas por columnas de hierro y adornadas con rejería. Puedes llegar fácilmente a la plaza de España que está presidida por el Ayuntamiento y el Palacio de Ferrero, uno de los edificios de estilo barroco más antiguos de la provincia. Saliendo de Plaza de España y pasando por delante de la fuente de los caños de San Francisco te encontrarás con la Plaza Domingo Álvarez Acebal, que además de estar rodeada de casas de estilo medieval porticadas, también está el Palacio de Balsera y la Iglesia de San Nicolás de Bari, un antiguo convento de la comunidad franciscana, Desde la Plaza Domingo Álvarez Acebal sale la Galiana de nuevo, con bonitas casas de indianos. Los indianos eran emigrantes españoles que hicieron fortuna en las Américas y volvieron a su ciudad natal para establecerse en bonitos palacetes, como ya comenté en otra entrada. Después al final de la calle Galiana donde se encuentra la Capilla de Jesusín de Galiana y la plaza de Carbayedo en la que destaca su gran hórreo. Y regresamos de nuevo al lugar de partida habiendo descansado tomando algo y disfrutando de la variedad de arquitectura en el pequeño casco histórico de Avilés.
Destinos errantes: Berbe en movimiento (viajes, escapadas, visitas, recreaciones, etc.)
Cudillero - España
Cudillero
Después de Cadavedo os dirigimos a Cullidero. El autobús no puede entrar al pueblo, pero hay un aparcamiento en un puerto donde ya vemos varios coches. El lugar ya es bonito sin haber llegado al pueblo, vas caminando junto a la orilla del mar y al final de la costa tras una montaña te encuentras con el pueblo de Cudillero, este pueblo tiene sus casas encaramadas en una ladera entre dos colinas que están metidas en la montaña por lo que lo hace invisible a las miradas desde tierra y desde el mar, protegido de piratas y por su entrada directa al mar pueblo de pescadores. De camino al pueblo, aunque como digo, no se ve el pueblo, tienes enfrente el faro y en el lado por donde caminar pequeños tenderetes, y luego un puente que nos lleva hasta el pueblo mismo. Tras cruzar el puente llegamos a una plaza que baja en cuesta hacia el mar, a un lado está la pescadería, con pescado y marisco fresco y redes colgadas al sol, y al otro lado varios restaurantes, hay un par que le guía recomienda para comer. Se come bien, pero nada barato, como creo que ya dije en alguna otra entrada. Desde aquí hay una de las casas escalonadas de fachadas de colores que forman un perfecto anfiteatro natural. Tras comer y ya dentro de este anfiteatro natural salgo de la Plaza de la Marina subiendo por unas escaleras hasta el Mirador el Baluarte, situado justo detrás de la Iglesia de San Pedro. Desde este mirador tendrás unas fantásticas vistas a la Plaza de la Marina y gran parte del anfiteatro, que estamos seguros. Después de disfrutar de las vistas desde este mirador me acerco a la Iglesia de San Pedro que está abierta y vacía, construida de mediados del siglo XVI. Al lado de la Iglesia de San Pedro se encuentra el Ayuntamiento, y aunque el guía ha dicho que hay un plano con los miradores no encuentro nada así alrededor, pero si hay una calle con un cartel que lleva a la ruta de los miradores. Pero recuerdo que el guía ha comentado que para subir a uno de los miradores hay que seguir las barandillas azules así que vuelvo a la plaza de la marina para subir por el otro lado hacia uno de los miradores, durante la subida y bajada de escaleras y cuestas, irás encontrando rincones donde uno se pregunta cómo pueden vivir ahí donde el acceso a las casas es el mismo rincón de paso, todas encaramadas en la montaña. Al primer mirador que me dirijo es a La Atalaya, está situado a mayor altura y ofrece una perspectiva más amplia y vistas al Faro, subiendo por las escaleras de la estrecha calle Cuesta y que llega hasta el mirador de la Garita. La atalaya, aunque es fea, por ser una torre de cemento y hierro ofrece unas vistas increíbles del pueblo, el faro, el mar, la montaña y todo lo que alcance tu vista. Tras visitar la atalaya sigo el camino de barandillas azules para ir hacia el otro mirador, el camino de los miradores está marcado con símbolos en el suelo o las paredes, es difícil perderse, y durante el camino se puede disfrutar de los recovecos de las casas, las vistas de un lado del pueblo, y rincones curiosos como las Caracolas de Teixera, una casa cubierta de conchas, y cosas curiosas como curadillos colgados en los portales de las casas, que es un pescado cecial. Con esta ruta llego al otro lado del pueblo, recorriendo el anfiteatro de punta a punta por la calle Cimadevilla, y busco las cuestas y escaleras que llevan al mirador del Pico desde el que se pueden ver las casas de una de las laderas. Después desciendo hasta la plaza de la marina para andar hasta el faro, bordeando un saliente de roca. Y desde el faro regreso al puerto donde nos ha dejado el autobús. El pueblo merece el esfuerzo de ir de mirador en mirador, y disfrutar de todos los rincones y paisajes que ofrece
Cadavedo - España
Cadavedo
Después de Luarca nos dirigimos hacia Cadavedo, en cuanto entramos vamos viendo varios hórreos y panearas (como ya comenté en otra entrada soy incapaz de diferenciarlos), según el guía tiene más de 90 tipo de hórreos y paneras tradicionales, algunos se ven como nos dijo un guía, con la parte de abajo construida y convertida en vivienda, ya que durante un tiempo el gobierno autonómico financio el construirlos pero ahora están protegidos para mantenerse con su estado original hecho para conservar los alimentos de la humedad y los animales. En Galicia vi algunos, pero no tantos ni tan grandes como en Asturias. Caminamos pro el pueblo hasta estar un camino que solo tiene a los lados campos verdes, con caballos y vacas sueltos. Y entonces llegamos al Campo de la Garita, una gran explanada donde nos encontramos con tres edificios (dos hórreos o panera y una ermita), un amplio césped verde y unos miradores con vistas espectaculares. Primero nos acercamos al gran hórreo (o panera) que se encuentra a la derecha mirando de frente a la ermita, es grande y bien conservado, construido de madera y con cuatro patas hechas de piedra. Junto a este hórreo (o panera) tenemos una vista de un acantilado con una playa de arena recogida. Las vistas son espectaculares, el agua del mar tiene distintos de colores azules y verdes, contrastando con el verde del césped que cubre lo alto de los acantilados, y abajo la amarilla arena de la playa. La playa es la de Cadavedo llamada La Ribeirona y está protegida por los acantilados, por lo que dicen que tiene bandera azul para el baño. Caminando disfrutando de las vistas por el borde del campo de La Garita llegamos a acercarnos a la ermita de La Regalina. El guía nos comenta que en este campo es donde la gente se juntaba y celebrará y que hasta ahí llevaron la iglesia para acercar la religión al pueblo. La fiesta de la Regalina se remonta al año 1931, fecha en la que fue construida. Los festejos se inician por la mañana desde el barrio de rapa con un sinfín de carrozas decoradas con flores y otros atributos. Cuando las carrozas llegan al campo de la Regalina se inician los bailes tradicionales asturianos conocidos como Danzas Primas y tras una misa solemne comienza una procesión con la virgen de Riégala. Desde aquí seguimos disfrutando de las vistas del mar, los acantilados y la playa. De este lado tenemos otro hórreo o panera, que estuvo a punto de desaparecer y fue reconstruido piedra a piedra. Y desde aquí llegamos al mirador de La Regalina, con un banco para disfrutar de las vistas. Aquí las vistas del mar y los acantilados son espectaculares, la playa en forma de media luna es de piedra, pero el paisaje sigue siendo hermoso, creo recordar haber leído que el lugar bajo nuestros pies era la playa de Campiechos. Después de disfrutar de las magnificas vistas regresamos pro el mismo camino, par de la senda al cabo de Bustos según el cartel de acceso al campo de La Garita. Si vas por tu cuenta es un lugar muy recomendable para recorrer y visitar.. Si vas con tour espero incluyas este lugar, porque es una autentica sorpresa para la vista.
Luarca - España
Luarca
Llegamos a la parte alta de Luarca, donde se encuentra el faro y aquí comenzamos el recorrido por este pueblo. Las vistas desde el faro son imprescindibles, a un lado los acantilados con las casas en el borde como colgando, y al otro lado las playas, el puerto, los acantilados y las casas del lugar, unas vistas espectaculares, allá donde mires. El pueblo es un pueblo marinero y está bien localizado, junto al faro se encuentra el cementerio. El cementerio tiene una vista espectacular y el quia comenta que es uno de los más bonitos por sus vistas impresionantes, y que está dentro del circuito de turismo de cementerios. Desde aquí bajamos hacia el barrio del cambaral debe su nombre al pirata protagonista de la leyenda del puente del beso y su historia, como la de la población en sí, está ligada a la caza de ballenas. Ya sea bajando desde el cementerio, como nosotros, o desde las callejuelas del barrio se llega hasta un mosaico de azulejos sobre los restos de una antigua muralla en la que se relatan distintos acontecimientos de la historia de la villa de Luarca desde el siglo IX hasta principios del siglo XX. Luarca, nos comenta el guía, fue uno de tantos pueblos balleneros que había en Asturias, porque, aunque parezca extraño antiguamente había ballenas en el Cantábrico y las ballenas era como el cerdo, del animal se aprovechaba todo; la carne para comer, los huesos para los corsés, el aceite para alumbrar, también se hacia jabón, lubricantes, y se usaba hasta el semen, ya que el semen de ballena se usaba para los cosméticos y perfumes de la época. No quedaba nada sin uso. Al lado de esta historia pintada se encuentra la mesa de los mareantes, lugar donde se reunían los antiguos marineros para debatir si salir o no al mar cuando las condiciones climatológicas eran adversas, donde votaban y la mayoría decidía. De aquí bajamos al puerto de Luarca, rodeado por las casitas blancas del pueblo, que contrastan con los barcos de pescadores pintados de llamativos colores. En el puerto se encuentran las letras de Luarca, la lonja de pescado y algunos restaurantes, el guía nos comenta que antes la lonja permitía a los turistas ver como eran las subastas de pescado pero que por motivos sanitarios ya no es posible, aunque la están acondicionando para poder volver a mostrar u uso a los turistas. Nos adentramos en las casas del pueblo, para pasar por donde en el pasado estuvo la casa donde nació Severo Ochoa, premio nobel de la medicina, uno de los dos premios nobeles de la medicina que son españoles (el otro es el aragonés Santiago Ramon y Cajal), aunque mucha gente conozca más Alsa que al científico, autobuses que hay en todas partes de España y que era al inicio Automóviles Luarca porque se fundaron en esta población. Tras este paseo entre casas llegamos hasta el río y el barrio de Villar donde se encuentra el ayuntamiento y varias casonas de indianos, como es cercano al Día del libro hay una carpa donde venden libros y donde nos encontramos a un gaitero tocando la gaita. Desde aquí avanzamos para ir a la estación de autobuses y seguir nuestro camino. Tras salir de Luarca camino a Cavadevo vemos varias casas de indianos. El guía comentó que hay muchos asturianos que son indianos, pero que para serlo hay que marcar las tres casillas: marcharse a buscar fortuna, hacer fortuna y regresar con fortuna. Lo comenta porque también explica los millones de asturianos que se marcharon en busca de una vida mejor y jamás regresaron. En cambio, los que regresaban eran los que se llamaban indianos y en muchos de los sitios visitados vemos sus casas, que se reconocen por su arquitectura ecléctica y una palmera en el jardín, recordando de donde viene su dinero. Y como dijo el guía en este recorrido, pasamos por muchos lugares que fueron financiados por esos indianos, que hicieron más por Asturias que el propio gobierno, fundando hospitales, escuelas, etc. Por cierto, nos dijo que un indiano asturiano fue quien fundo El Corte Inglés.
Gijon - España
Gijon
A Gijón desde Oviedo hay tren de cercanías así frecuentemente por lo que como el viernes no encontré ningún tour interesante decidí que ese sería el día de visita de Gijón. Tomé el cercanías por la mañana, la estación de tren no estaba lejos de mi hotel y se llegaba a través de una venida recta y fácil de seguir. Nada más salir de la estación fui caminando hasta la Playa de Poniente, una playa entre el puerto deportivo y los antiguos astilleros donde pese a lo pronto de la mañana ya había gente jugando al futbol en ella. Andando por ella puedes llegar hasta el museo oceanográfico de la ciudad, pero en cambio tome el camino contrario para dirigirme hasta el puerto antes del puerto deportivo está un pequeño malecón con un amarre de barcos pesqueros y un gimnasio, ahí hay gente en el malecón pescando, y luego ya aparece el puerto deportivo, situado a los pies de Cimadevilla y del cerro de Santa Catalina, justo antes de entrar te encuentras con las famosas letras rojas de Gijón, y luego paseando por el puerto puedes ver pequeñas embarcaciones que forman un mar de mástiles, palacios y casitas y la escultura del Árbol de la Sidra, realizada con botellas de sidra, según uno de los guías la sidra asturiana está reconocida y es la única que se puede vender en botella verde. Justo aquí se encuentra la Plazuela del Marqués, varios edificios y monumentos históricos, en el centro de la plaza se encuentra el Monumento a Don Pelayo. Frente a esta estatua verás el imponente conjunto de estilo barroco que forman la Colegiata de San Juan y el Palacio de Revillagigedo, y un pozo donde hay una placa indicando que ahí se juraban los cargos. Detrás de este palacio se encuentra la Torre del Reloj que es toda moderna, una reconstrucción sobre las antiguas ruinas murallas, tal vez por la cercanía de la festividad de San Jorge su muralla estaba adornada con dragones. Di varias vueltas por esta zona para no perderme ningún detalle ya que el barrio de Cimadevilla, el barrio más antiguo situado sobre el cerro de Santa Catalina, en una pequeña península con estrechas y empedradas calles, la plaza del Periodista Arturo Arias, los restos de la antigua Muralla Romana, la Casa Natal de Jovellanos, la calle Atocha y la plaza de la Soledad, con su famosa Casa del Chino. Llegue también a la Plaza Mayor, presidida por el Ayuntamiento situada en el el barrio de Cimadevilla, es otro de los lugares que ver en Gijón. Esta plaza de suelo empedrado está diseñada de forma rectangular, está porticada por dos de sus lados y rodeada por edificios de estilo clásico de dos plantas que albergan en sus bajos sidrerías y tiendas de recuerdos la plaza del Periodista Arturo Arias, la calle Atocha y la plaza de la Soledad, con su famosa Casa del Chino, y la Casa Natal de Jovellanos. De aquí llegué al fin de la península y el comienzo de la playa de San Lorenzo, por aquí busqué el acceso a las termas romanas de Campo Valdés, cuesta un poco encontrarla porque está bajo una plaza junto a la iglesia, cuando entré me sorprendió que la entrada era gratuita. Primero hay un audiovisual que te las presenta y luego tienes un recorrido para poder ver los diferentes espacios de las termas, son siglo I, y junto a las murallas, son algunos de los restos romanos que se conservan. Me sorprendió por la cantidad de restos conservados, como las salas originales de los baños como la fría, la caliente y la templada, así como los canales de circulación del agua y pinturas de los baños. Una pequeña visita muy recomendada. Al salir te puedes encontrar con la Iglesia de San Pedro Apóstol y por donde comencé mi subida al cerro de Santa Catalina y al parque del cerro. Durante la subida puedes disfrutar de unas vistas increíbles de la costa de Gijón, su larga laya de arena y sus acantilados en las esquinas. La primera parada de la subida fue la Fontica, una fuente natural que ya salía en los textos de Jovellanos. Luego seguí subiendo hasta la antigua batería miliar, antiguo complejo militar del siglo XVII que tenía la función de defender la península de Santa Catalina de los ataques de los piratas, y de ahí a la escultura Elogio del horizonte, realizada por el escultor vasco Eduardo Chillida y al acercarte el centro de la escultura puedes escuchar como modifica el sonido. Como decía, desde que comienzas a subir hasta que llegar ahí arriba a hay unas vistas espectaculares vistas de la ciudad. Luego seguí el parque pero ya en bajada para acabar al otro lado de la península y callejee de nuevo hasta acabar en la casa natal de Jovellanos donde, como iba bien de tiempo, entré para visitar sin saber muy bien que iba a encontrarme, la visita era gratuita (entre precios baratos y entradas gratuitas en Asturias no hay excusa para no visitar los interiores de los lugares), la casa conserva solo el patio interior y su estructura ya que el resto se ha dedicado a museo, hay dos pequeñas salas dedicadas al escritor, jurista y político Jovellanos, y el resto son salas de arte asturiano, que en mi caso no tuve ningún problema en recorrer y disfrutar, pero no todo el mundo disfruta de exposiciones de arte. Tras visitar la Casa de Jovellanos salí de regreso a la playa de San Lorenzo, Esta playa de arena de color tostado en forma de concha va desde la desembocadura del río Piles hasta la Iglesia de San Pedro, por lo que es un recorrido de más de dos kilómetros. Paralelo a esta playa discurre el Paseo del Muro de San Lorenzo, así que empezando por la iglesia comencé el paseo disfrutando de las vistas y del tiempo, cuando llegué a la Escalerona, que es una bonita escalera que da acceso a la playa y que contiene un termómetro, un barómetro y un medidor de mareas, me senté en uno de los bancos del paseo a descansar y disfrutar del día. Tras un pequeño descanso retome mi recorrido de la playa hasta llegar a las siguientes esculturas y sobrepasándolo para acceder a otras dos playas más. Decidiendo no excederme regresé mis pasos para parar a comer frente a la playa, realmente fui a buscar un sitio recomendado en un blog de viajes, pero en cuanto vi el precio de menú de entre semana me di la vuelta y mire todos los demás lugares para comer que había por la zona, ya que el lugar por mucha fama que tenga era carísimo. Al final comí frente a la playa, bien, cantidad adecuada y buen precio, además el sitio estaba lleno de gente habitual porque decían “la bebida lo de siempre”, así que si la gente de ahí come en el lugar el sitio no sería tan malo, la cuestión es que yo comí bien, buenas vistas y buen precio (casi tres veces menos que en el sitio recomendado), para una vez que me da por seguir una recomendación de viajeros gastronómicos la jugada me sale rana, menos mal que con tiempo solo es cuestión de recorrer la zona mirando los diferentes menús. Tras comer daban lluvias y efectivamente fue salir de comer y empezar a llover, aunque como iba avisada, iba también preparada. Me acerqué de ahí al paseo de Begoña, una amplia calle peatonal con zona ajardinada y con el Teatro Jovellanos y ahí pensaba ir más céntrico a coger un taxi, pero la verdad es que me perdí. Tal vez fuera por estar caminando bajo la intensa lluvia o por qué, pero cuando acabe en un sitio sin gente pro la calle (con la que estaba cayendo también era normal, no hay quien anduviera con esa intensa lluvia) y sin saber hacia dónde ir cogí el Google maps fui probando, ya que conocí la dirección donde estaba La laboral, intente acercarme a pie y como consuelo vi una señal del camino de Santiago, por ahí al menos podían pasar peregrinos, al menos no andaba por ningún lugar desconocido. Entonces decidí sacar el móvil y buscar en Google maps que tenía más cerca, como sospechaba era La Laboral así que decidí caminar hacia allí con las direcciones del móvil. Entonces llegue a un punto donde había un cartel de prohibido el paseo peatones y coches, si fuera por el móvil tendría que volar para conseguir pasar por ahí, menos mal que cuando viajo no suelo utilizar mucho el móvil sino a saber dónde podría haber acabado. Por ello seguí andando por la carretera en busca de la salida a la carretera principal y la civilización. No había acera, pero como no pasaba ni un solo coche caminé bajo la lluvia por la carretera hasta llegar a la carretera principal, con coches, semáforos, y no puedo decir que gente porque con esa lluvia no había nadie en la calle. Como ya estaba cerca continué andando hasta el Jardín Botánico Atlántico de Gijón, hay una entrada combinada que incluye el edificio de La Laboral, situado justo al lado, pero con este día de lluvia no era recomendable así que continue andando hasta llegar a la puerta principal de la Laboral y refugiarme de la lluvia. Justo cuando entré un grupo de turistas bajaba de un autobús y corría para refugiarse de la lluvia, yo llevaba paraguas, chubasquero, zapatillas de treking resistentes al agua así que la lluvia era molesta, pero no me mojé. Nada más entrar tienes el centro de información, como ya había cogido la entrada a la visita que hacen al edificio entré para validarla y me dieron una pegatina identificativa para cuando nos encontráramos en el punto de reunión, y me dijeron que podía ir la cafetería, baños y ver el edificio hasta la visita. Y precisamente eso hice, y bien hecho, porque cuando comenzó la visita guía ya no llovía, sino que caía el diluvio universal, la guía no se atrevió en ningún momento a salir de los pórticos del edificio porque caían cubos de agua. El edificio de La Laboral es el edificio más grande de toda España ya que se construyó pensando en ser toda una ciudad independiente. La entrada principal es alta y ancha y aunque originalmente era abierta se cubrió de un techo transparente que deja entrar la luz, pero no el agua, que siendo como llueve es muy buena idea. Luego hay una serie de edificios anexados y unidos entre sí y con un gran patio central. Frente a la puerta principal te encuentras con el patio central rodeado de pórticos y al fondo la torre mirador con gran altura y un edificio de forma de elipse que se construyó para ser la iglesia, aunque nunca llegó a serlo. Esta parte del edificio es la más fotografiada ya que parece mucho al edificio de la Universidad de Oxford. Aquí aproveche y sali con el paraguas al patio para ver de cerca los detalles del edificio, una suerte porque luego, durante la visita guiada, era imposible salir. Con el recorrido la guía nos comentó que la idea de la Laboral nació en la II República con el objetivo de abrir un orfanato para los hijos de los mineros fallecidos en accidentes, aunque finalmente se convirtió en la Universidad Laboral de Gijón. Ahora alberga varias facultades, escuelas superiores y centros de arte e investigación y actualmente. Durante la visita visitamos los diferentes edificios creados para ser una universidad laboral (una FP donde enseñar una trabajo a los jóvenes), también entramos en la zona del teatro, pero estaban ensayando una obra a estrenar, así que subimos a la segunda planta donde hay un mural pintado que cuenta la historia del edificio, y cuyo balcón que da de cara al patio, con un escudo de armas incluido fue filmado en la película española “Mortadelo y Filemon”, la guía comentó que este edificio se usó en las filmaciones de las películas “Mortadelo y Filemon” y “Fuga de cerebros”. Luego visitamos también lo que eran las antiguas cocinas, lavandería y comedor, ya que el edificio se creó como una ciudad y por tanto era independiente, los estudiantes dormían y comían ahí. Dentro de la iglesia, que está vacía y nunca se usó de iglesia, no pudimos entrar y los detalles que vi antes la guía comentó que excepto algunos mosaicos la mayoría eran modernos ya que se acabó el dinero y por tanto la obra se paralizó. El recorrido final es en la torre de 130 metros de altura con dos miradores, subimos solo al último mirador y más alto dado que con la lluvia ya que ambos son miradores abiertos, y por tanto no compensaba ir a los dos. Pero si vale mucho la pena salir al mirador de la torre porque la vista desde ahí arriba es espectacular, se ve todo alrededor, los edificios aledaños al edificio central que la guía nos había comentado y sobre todo la cúpula elíptica de la iglesia (la iglesia con planta elíptica más grande del mundo), ya que por fuera no se percibe. Tras terminar de ver la torre se acaba la visita y me acercó al centro de información para preguntar por la parada de taxi más cercana, la chica me dice que esta enfrente a diez minutos andando, pero con la que está cayendo mejor me da el número del taxi y que me venga a buscar en la puerta principal de la Laboral. Así que si uno de ahí me dice que con la que está cayendo que mejor ni caminé diez minutos como que le hice caso, como decía ya no llueve, sino que diluvia. El taxi llegó en seguida, no fue nada caro, y me llevo a la estación de tren para ahí coger el cercanías de vuelta a Oviedo.
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