La Capilla Sixtina

Si algo vale la pena al entrar en la Ciudad del Vaticano es poder ver la Capilla Sixtina.


Para poder ver la Capilla Sixtina y los Museos Vaticanos es necesario comprar entrada. Aquí hay dos opciones, o bien se compra a través de Internet y haces cola, o bien compras la entrada ahí, haciendo otra cola (la cuestión es no dejar de hacer cola). 



El Vaticano ha decidido limitar a seis millones el número de visitantes al año por lo que la opción de tener la entrada ya comprada es un seguro de acceso a ver la Capilla Sixtina.



Horarios: 
De lunes a sábado: 9:00 - 16:00 



Precio entrada: 16 euros
Audioguía: 7 €. 
Visitas guiadas a través de la web del Vaticano:32 €. 



Te unirán a un grupo para explicarte los lugares de interés de los museos y todas las curiosidades de La Capilla Sixtina. Además entrarás en la Basílica por el interior de los palacios Vaticanos ahorrándote una larga cola pues la Basilica es de acceso gratuito. 



El último domingo de mes se celebra un una jornada de puertas abiertas y la entrada es gratuita. 



Limitaciones de la Capilla Sixtina: No está permitido hacer fotos (cámaras de vídeo, de fotos y móviles no se deberían usar en esta sala). 



Lo cierto es que cuando estuve yo todo el mundo hacia fotos, y con flash además, lo que si ya de por si es algo descarado, con flash ya ni os cuento. Si se oía a los guardias gritar no fotos, sobre todo cuando saltaba algún flash pero yo veía a un montón de gente haciendo fotos al techo.



Lo peor de la visita es que hay tanta gente que es muy fácil no ver todos los detalle de la Capilla.



Para no perderse nada habría que dividir la capilla por partes: 
- Bóveda 
- Juicio Universal 
- Pared Norte 
- Pared Sur 
- Pared de Entrada 



Para ver al detalle la Boveda es fácil acabar con dolor de cuello pero es la zona más visible pues aunque haya mucha gente a tu alrededor hacia arriba nadie te va a tapar la vista. Además en el centro de la bóveda esta el fresco más famosos: La Creación del hombre.

La pared de entrada en mi visita fue la que más desapercibida pasaba, por un lado tanto el Juicio Universal, como las paredes atraían más la atención, y por otro lado la pared de entrada solía estar oculta en parte por la gente. 


Detalle de la Capilla


Patrimonio de la Humanidad por la Unesco

Hermitage

Uno de los lugares que uno no puede dejar de ver en San Peterburgo es el Hermitage. Es como ir a Paris y no ver el Louvre, o a Londres y no ver el British Museum,  solo que aún peor porque además de un completísimo museo es además todo un palacio de la época de los zares, por lo que uno podría perderse en solo ver las salas y escaleras de este museo.

El Hermitage se encuentra entre el malecón del río Neva y la Plaza del Palacio. Está muy céntrico así que es imposible no verlo. El Hermitage ocupa cinco edificios unidos (el Palacio de Invierno, el Teatro de Hermitage, el Hermitage Pequeño, el Hermitage Viejo y el Nuevo Hermitage).

Detalle exterior del Hermitage
El museo tiene las colecciones de arte expuestas en las salas de tres palacios:
- El Hermitage Pequeño
- El Hermitage Viejo
- El Hermitade Nuevo
Y además está el Palacio de Invierno.

- Palacio de Invierno:
Fue durante siglos la residencia principal de los zares.
Una de las más bellas es la sala de Malaquita; sus columnas, pilastras, chimeneas, lámparas de pie y mesitas están decoradas con malaquita de los montes Urales. También está la sala de Escudos, para cuya decoración fueron utilizados varios kilos de oro (en el hermitage todo lo que reluce es pan de oro). En esta sala el emperador recibía a los mensajeros procedentes de las regiones de Rusia, el interior tiene una superficie de mil metros cuadrados, allí está presente el águila bicéfala, que es el escudo de Rusia, y los escudos de cada una de las provincias del ex-imperio ruso. También se puede ver la sala de San Jorge o Sala Grande del Trono, con columnas de mármol blanco de Carrara.

Detalle de una de las salas del Hermitage
- El Hermitage Pequeño:
Fue construido para la vida privada de Catalina II. 
Remarcable la Sala de Pabellones: un maravilloso salón adornado con galerías, rejas doradas, mosaicos esmaltados, centelleantes lámparas de araña de cristal de roca. En la sala se expone también el reloj Pavo real, una de las perlas de la colección del museo, obra inglesa del siglo XVIII. Cuando el reloj da las horas, el pavo real instalado en un roble, abre su opulenta cola y da la vuelta mostrándola. Las ventanas de esta sala miran al jardín colgante, ubicado sobre las bóvedas de la planta baja. El reloj es realmente impresionante, lo que rodeado de tanta sala esplendorosa es mucho decir.

- El Hermitage Viejo:
Fue construido junto al Pequeño para instalar la colección artística de Catalina II.
Aquí se pueden encontrar varias obras pictóricas que admirar.

- El edificio del Hermitage Nuevo:
Fue construido por el nieto de Catalina II: Nicolas I.
Las salas están decoradas con vasos , mesas y lámparas decorativas de malaquita , ágata y lapislázuli.
Aquí se puede encontrar la pintura italiana y toda la colección de pintura española.

Detalle de uno de los cuadros del Hermitage
Si tenéis suerte no tendréis a ningún grupo de chinos que os invadan mientras admiráis algún cuadro.

Culloden

El Campo de Batalla de Culloden es uno de los lugares históricos que debéis visitar en la ciudad de Inverness si sois amantes de la historia. Fue en este lugar donde ocurrió la campaña campal británica tras la derrota del levantamiento jacobita.


El terreno se encuentra ubicado en el extremo sudeste de la región y es un campo con largas hectáreas. En el siglo XVIII se caracterizaba por no poseer abundante vegetación y tener pocos caseríos a su alrededor. Cuando lo visité seguía siendo un extenso campo abierto, lleno de matojos, era por la tarde, finalizaba el día y además estaba de tormenta así que era un día gris y oscuro. No vi muchos visitantes, un par leyendo la placa conmemorativa.


Detalle del campo de batalla
Como llegar:
En coche.


Horario:
Desde el 1 junio hasta el 31 de agosto:
Abierto todos los días desde las 9 de la mañana hasta las 6 de la tarde.

Desde el 1 septiembre hasta el 31 octubre:
Abierto todos los días desde las 9 de la mañana hasta las 5:30 de la tarde.

Desde el 1 noviembre hasta el 23 diciembre:
Abierto todos los días desde las 10 de la mañana hasta las 4 de la tarde.

Precio:
Entrada 11 libras esterlinas.

Detalle del campo de batalla
El Centro de visitantes de Culloden tiene una nueva sede que fue inaugurada en el año 2007, ya que la antigua sede estaba ubicada en un terreno usado por las tropas británicas durante la batalla. No he estado en el nuevo centro así que no puedo decir personalmente como es pero según internet el centro de visitantes ofrece una serie de recorridos por la zona para mostrarle al público los personajes históricos, relatar el suceso y caminar por los puntos de concentración.

Parnu

Parnu

La localidad de Parnu es un pequeño lugar al que paramos en nuestro camino a Tallin. No sé por qué no recordaba el nombre del lugar y de Estonia solo tenía la entrada a Tallin. El lugar es pequeño pero lleno de rincones interesantes. Bajando nada más llegar al centro continuamos por la calle principal, la calle Nikolai, donde nos encontramos con el ayuntamiento, las iglesias Ortodoxa, luterana y números tiendas y bares en casitas de madera de lo más interesantes. Me parecían casas muy curiosas, de madera, todas coloridas y bien cuidadas y con carteles de los locales muy al estilo años treinta. En una de las iglesias entramos, era una iglesia luterana, con un órgano, balcones de madera, todo muy bonito. En Groenlandia también vi una iglesia luterana de madera y son muy parecidas pero de lo más bonitas e interesantes. Hay muchas casas y mansiones que visitar en la localidad, aunque solo su exterior pues son mansiones de personajes con dinero. También visitamos una torre museo y finalmente acabamos en la playa del lugar, una extensa playa de arena blanca y fina que daba a un extenso mar gris, que no invitaba al baño para nada. 


Visita: Septiembre 2010



Mis imagenes: Album del Facebook de Estonia



Informacion para viajar: pendiente

Castillo de Trakai

El Castillo de Trakai es un lugar que no hay que perderse si se visita Lituania. Se encuentra en una  pequeña isla del lago Galvė. Nada más llegar te encuentras con un muelle de madera, unas lindas barquitas y pequeños yates, y el puente levadizo que conecta la isla con la costa. Además de, por supuesto, el castillo que desde el otro lado de la isla y en un día soleado resuelta de postas. 

En el interior hay un amplio patio (con un agarrote con el que los turistas pueden jugar) y varios edificios que se pueden visitar. Hay un buen número de salas interesantes donde podremos repasar la cronología del castillo, de la región y del país a través de vestimentas, muebles, monedas, mapas y otros objetos. Pero lo mejor es la torre del Gran Duque, con un patio interior rodeado por escaleras de madera que dan acceso al resto de salas. El patio con esas escaleras es como viajar a otra época.

Detalle del castillo desde la costa


Cómo llegar: 
Bus. Desde Vilnius Bus Station se toman los buses 28 y 29 (intercity, vía Alytus) en los andenes 6, 7 y 8. Salen cada 10/20 minutos. El trayecto dura unos 45 minutos y cuestan unos 2€. 
Tren. Desde Vilnius Railway Station hay unos 9 trenes directos a al día hacia Trakai. 
El trayecto dura casi 40 minutos y cuesta 1,68€. 


Horarios: 
Mayo – Septiembre: Lunes a Domingo de 10.00h a 19:00h 
Octubre: De Martes a Domingo de 10:00h a 18:00h.  
Noviembre – Febrero: De Martes a Domingo de 10:00h a 17:00h. 
Marzo – abril: De Martes a Domingo  de 10:00h a 18:00h. 


Precios: 
Adulto: 18 Lt
Derecho a foto: 4 Lt por cámara 

Detalle del interior del castillo
El Castillo de Trakai empezó a construirse en el s. XIV por orden del monarca Kęstutis, quien estableció allí su principal residencia. Por entonces el Gran Ducado de Lituania era uno de los últimos territorios paganos de Europa y el castillo sufrió numerosos ataques por parte de los Caballeros Teutones.


Presentación

Curriculum Viajero - Presentación