Chiesa di Ognissanti, Florencia - Italia

Chiesa di Ognissanti (Iglesia de Todos los Santos en Florencia)

La última actividad de la tarde del domingo había sido cambiada (tema de permisos) y en vez de disfrutar de una ópera Buffa en el teatro, teníamos un concierto en la iglesia de todos los santos (Chiesa di Ognnisanti). Entre el calor, y lo cansadas que estábamos lo cierto es que no lo disfrute mucho. Como de costumbre la actividad empezó tarde, entramos al patio de la iglesia decorado con fresco y tras firmas el libro de visitas entramos en la sala de la iglesia donde había una pintura de Giotto. La pintura nos la explicó la directora del museo Cristina Gnoni. Ella nos detallaba todo en italiano la pintura y después Margarita traducía al inglés, yo estaba tan cansada que empecé solo a entender el italiano, y llegó un momento que ya mi cabeza no entendía nada así que me salí fuera, al patio, a sentarme (porque toda la explicación era de pie). Estaba demasiado cansada para seguir con otra media hora de explicación de pie. Luego, cuando acabó la información sobre la pintura, nos dirigimos a la iglesia donde fue enterrada Caroline Bonaparte. Ahí tuvimos otra larguísima charla en italiano (con resúmenes en inglés, afortunadamente) sobre la vida de Caroline Bonaparte y la restauración de la capilla donde está enterrada. Aunque era sentado creo que ya estaba en la fase de que el cuerpo lo único que quiere es descansar y dejar de pasar calor. En este evento estaba presente la princesa Caroline Murat, descendiente directa de la hermana menor de Napoleón. Tras la explicación llegó el general Napoleón y su séquito, y se colocaron en un lateral de honor de la iglesia para que empezara el concierto, tocarían la tercera sinfonía de Ludwig Von Beethoven (Heroica) originalmente dedicada a Napoleón. Yo no soy nadie para juzgar, y lo cierto que aplaudí mucho al final del concierto, pero juraría que las pausas eran demasiado largas, una de las veces pensaba que ya había acabado todo. Tras el concierto era posible visitar de cerca la capilla donde están los restos de Caroline Bonaparte. Pero yo solo quería irme, la maleta sin hacer y yo con la misma ropa desde las diez de la mañana ¡y eran ya las diez y media de la noche!. Y la ropa de corte de 1796 no es precisamente fresca y cómoda para llevarla todo el día. Así que no disfrute tanto de esta actividad cómo podría haber sido si las circunstancias hubieran sido otras, aún así disfruté de un fresco de Giotto restaurado y del interior de la iglesia también muy decorada.

Visita: Junio 2017

Mis imágenes: Recreación Napoleonica Florencia II

Información para viajar: Jane Austen Society Florence

Jardines Bardini y Jadines Boboli, Florencia - Italia

Jardines Bardini y Boboli

Salimos del Palazzo Vecchio y nos dirigimos tras Napoleón y los duques de la Toscana, hacia las galerías Uffizi para coger el corredor cubierto que lleva al puente Vecchio. Atravesamos el puente Vecchio y vamos andando hasta los jardines Bordini. La subida a los jardines es a pie, lo que nadie esperaba es que fuera un monte tan pronunciado. Bajo el calor de la tarde (que además el domingo fue el día de más calor en Florencia) y los ropajes de corte, la subida por el camino a la parte alta de los jardines, fue complicada, agotadora y casi hasta mortal. En la subida vi a más de un inglés o ruso rojo como un tomate, sin respiración y buscando la sombra de algún árbol. Las ropas de corte no eran las más adecuadas para ese paseo. Sé que cuando se pensó en ello fue porque la subida, aunque en continua pendiente, va descubriendo hermosas vistas de Florencia. En una de las curvas de la cuesta, entre las hojas de los árboles se podía ver la cúpula del duomo al fondo. Y cuando nos acercamos a la villa donde comeríamos hermosos jardines escalonados brillaban bajo el sol de la toscana. Pero el catering falló de nuevo, después de esa difícil y larga subida en cuesta bajo el sol abrasador llegamos deshidratados y el agua se había acabado y nadie del catering había sacado más. De todo el fin de semana finalmente, por mucho que me haya podido “quejar”, que los que me conocen saben que no son quejas, lo que de verdad me dolió y esta vez sí es una queja, es llegar a la villa después de esa subida bajo el sol y no tener agua. Además la gente de la villa, menos una persona, fueron superdesagradables, parecía que nos estaban haciendo un favor por dejarnos comer ahí. Y lo de menos, pero como anécdota no está mal, el catering se confundió, nos envió el catering de otros y además no había más que cucharas y cuchillos, y sí, se puede comer con cuchara y sin tenedor. El lugar era maravilloso, los jardines escalonados, y desde la villa una vista completa de Florencia: el duomo, las torres, el río y sus puentes. Lo que se dice una vista impresionante de Florencia. Hubiera sido una tarde maravillosa si no hubiéramos tenido ese infierno de clima. Ese calor era mortal, y por muy admirables que fueran las vistas cuando uno está agobiado, no disfruta igual. La moda de 1796 implicaba que las mujeres llevaran el pelo largo y rizado, vestidos anchos (así que varias enaguas debajo), y turbantes o pañuelos con plumas en la cabeza. Debido a ello la mayoría de las mujeres llevaban pelucas o extensiones rizadas, y si ya de por sí hacía un día más caluroso de los normal, si le añades pelucas o extensiones extras de cabello y telas sobre la cabeza, el resultado es mucho más calor encima. Yo no había sudado así desde la selva de Malasia. Estaba saliendo fuera de la villa tras la comida y notaba como las gotas de sudor me iban cayendo y recordaba Malasia y el calor húmedo de la selva. Ese calor húmedo que no te deja ni respirar con tranquilidad. Ese es el calor que tuve ese domingo en Florencia, de manera que pasé un poco de las vistas maravillosas de Florencia y acabé dentro de la villa en el pasillo del aire acondicionado. Tras la comida había que ir en grupos pequeños por el jardín Bardini al jardín Boboli y de ahí al palacio Pitti para visitar el museo. Según el programa la salida era en grupos pequeños y parecía fácil, pero de fácil no tenía nada. Cuando nos dispusimos a ir al museo ya se había ido Margarita con gran parte del grupo y tuvimos que buscar el camino, después de subir por las cuestas del jardín Bardini buscando la salida hasta el jardín Boboli finalmente agotadas y deshidratadas llamamos a un taxi (otra vez a esperar contactar con uno, porque el radio taxi deja bastante que desear en Florencia) y de ahí fuimos en taxi hasta la entrada del palacio Pitti. En los jardines Boboli (parte del palacio Pitti) nos encontramos con gente del grupo que se iba a descansar y otros que ya avisaban que no irían a la actividad de la noche (el calor nos pasó factura a todos). El paseo fue una gran desilusión porque hacía demasiado calor y pocos árboles para disfrutar del jardín Boboli (que por cierto estaba lleno de esculturas modernas que afeaban el paisaje) y las salas del museo estaban cerradas por la exposición, y solo podíamos ver la sala de porcelana, que la verdad, como que no nos interesaba. Así que la dichosa exposición moderna nos dejó con las ganas de disfrutar del Palacio Pitti. La próxima vez hay que asegurarse de que no haya cosas así para poder disfrutar del sitio como corresponde.  

Visita: Junio 2017

 Mis imágenes: Recreación Napoleonica Florencia II

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Palazzo Vecchio, Florencia - Italia

Encuentro del General Napoleón y el Gran Duque de la Toscana en el Palazzo Vecchio, Florencia

Estamos en Florencia, pero en 1976. En este año Napoleón todavía no ha sido coronado Emperador pero es un general ambicioso cuando llega a Florencia y se encuentra con el Gran Duque de la Toscana y su corte para discutir los términos de la neutralidad de la Toscana. Este hecho histórico fue en realidad en la Plazzo Pitti donde se había trasladado la corte dejando en el Palazzo Vecchio la parte del gobierno. Lamentablemente había una exposición moderna programada (que aprovechando comento que tenía casi todo el museo cerrado) y no dieron los permisos para ello. Pero en su lugar la recreación se realizó en el palacio Vecchio, que también había sido sede de la corte italiana. Cuando llegamos al palazzo Vecchio en su exterior hay muchos grupos de turistas congregados, no es algo inusual, pero me sorprendo cuando entro en el patio del Palazzo y lo encuentro medio vacío. Las últimas veces que entré no estaba tan vacío, y luego confirmo mi sospecha cuando la sala del evento estaba prácticamente vacía de visitantes. Lo que he de decir es una pena, porque con la misma entrada no solo veías el museo y el palacio, sino también la recreación. Lo más sorprendente era que aunque no fueran a la recreación al menos deberían ver el palacio y el museo, no es nada caro (sobre todo si lo comparas con las visitas en Cataluña), pero en cambio no había mucha gente. Cuando recorrimos el palacio prácticamente solo estábamos nosotros. Lamentablemente no pude recorrer con calma todo el museo porque también éramos menos recreadores de los habituales. Al ser otra época la moda femenina y masculina cambia y no todo el mundo tiene trajes de esta época. Debido a ello, aunque había dos recreaciones del encuentro, y el plan era asistir a una y el resto de tiempo ver el palacio. O ver el palacio y asistir a la otra recreación. Por falta de gente tuvimos que ir a las dos recreaciones, lo que nos quito tiempo de ver el museo (aunque teniendo en cuenta que no pagamos entrada tampoco nos vamos a quejar mucho, solo que hubo gente muy lista que estuvo en la primera recreación pero que se escaqueó de la segunda y yo lo noté porque la segunda vez éramos muy poquitos formando la corte). Pero volviendo al principio, entramos al Palazzo Vecchio por el primer patio cubierto y rodeado de columnas, en las paredes y bóvedas del patio se pueden ver frescos con paisajes de época y en el centro del patio podemos encontrar una fuente. Pasando el patio entramos al palacio para encontrarnos con el segundo patio, con enormes pilares y nada adornado en comparación con el primer patio y sus frescos. Aquí nos encontramos al 113 regimiento, formando junto a la escalera de acceso al salón de los quinientos (Salone dei Cinquecento). En el interior del segundo patio nos vamos encontrando con amigos y conocidos, y saludando para que en la hora en punto (cosa extraña) subir las escaleras hasta el salón. Entramos de a dos en el salón de los quinientos. Este salón resulta impresionante con tantas pinturas cubriendo sus paredes y techo. Los cuadros que adornan el salón las escenas de batalla son pintados por Vasari: la conquista de Siena, la toma de Porto Ercole, la victoria della Chiana, la derrota de Pisa, el ataque en Livorno, y Pisa atacada por las tropas de Florencia. La decoración del techo representa, en varios paneles, los episodios más importantes en la vida de Cosme I, los barrios de la ciudad y, en el centro, la escena de su nombramiento a Gran Duque de Toscana Nosotros nos colocamos al fondo del salón y conversamos, criticamos, cotilleamos, reímos, cosas naturales en la corte italiana de 1796. Entonces suenan las trompetas y avisan al duque y la duquesa que llega el general Napoleón. Los duques toman asiento en sus tronos y la corte nos colocamos alrededor, para observar al recién llegado. Entra la guardia de Napoleón, con los soldados del 113 regimiento, y el mismo general Napoleón avanza con seguridad hacia el gran Duque de la toscana Ferdinando III. Napoleón se presenta y muestra sus respectos al duque y la duquesa, el duque se levanta y saluda a Napoleón mientras empiezan una conversación sobre la neutralidad de la Toscana en la guerra que está librando el general francés. Mientras recreamos las situaciones los del equipo MUS.E del Palazzo Vecchio se encargan de explicar la historia en inglés e italiano, para que los espectadores que hay sepan qué se está recreando. Tras llegar a un acuerdo Napoleón se marcha y la corte junto con los duques se marchan también, ya somos libres para pasear por el salón y visitar los cuartos monumentales. Lo primero es mirar atentamente las pinturas de los techos y las paredes del salón. Es posible subir a la parte de arriba para verlo más cerca. Al fondo de la sala resultan llamativas seis estatuas, incluyendo el Genio de la Victoria de Miguel Ángel. Tal vez por ser la parte menos decorada de la sala resaltan en su desnudez. Por aquí ya podemos entrar a los cuartos monumentales donde nos encontramos con salas decoradas con frescos y pinturas. Lo cierto que subiendo escaleras y girando pro pasillos te puedes perder con tanta sala que tiene el palacio, aunque no sea un palacio muy grande. Sin duda alguna una mañana muy productiva. Tras la última reconstrucción histórica salimos en grupo camino a los jardines Bardani, aunque eso es otra historia.

Visita: Junio 2017

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