El segundo día amaneció con un cielo despejado lo que auguraba mucho más calor que el día anterior. Como la visita no era hasta las diez aproveché el tiempo para ir al patio de entrada de palacio, donde me encontré con más recreadores que se dirigían hacia los jardines. Los jardines reales de palacio tienen entrada gratuita y hay zonas con sombra muy placenteras para escapar del calor. A las diez nos localizamos en el centro del patio interior del palacio para dividirnos en grupos, dos grupos de guía en inglés, un grupo de guía en italiano y otro de guía en francés. Si tengo que elegir prefiero el inglés porque entiendo más vocabulario, el francés y el italiano lo estudie, pero hace mucho tiempo que no lo uso y para quien los idiomas solo los aprende pro necesidad pues se olvida muy fácilmente. Empezamos la visita por las estancias de palacio estrechas, por las que iría el servicio, y que daban a comedores y otras salas con vistas al jardín, luego de un comedor pasamos a bajar hasta las cocinas. De la cocina original quedan solo un montón de sillas de madera apiladas pero la visita a las cocinas fue la parte menos sufrida porque al estar en la parte inferior del palacio se estaba mucho más fresco que arriba, en las cocinas se ha cuidado el detalle de dejar los elementos que se usaban en cada estancia, los alimentos y figuras del personal de cocina, incluida la “nevera”. Tras salir de la zona de cocinas cruzamos el patio para entrar a la gran escalera de Palacio, es realmente impactante la grandeza de la misma, para mi gusto el guía iba demasiado rápido para disfrutar correctamente de la misma, de aquí entramos a una gran sala llamativa desde los suelos hasta el techo, las dimensiones me recordaron al ayuntamiento de Oslo, entre la escalera y esta estancia es fácil imaginar porque era uno de los palacios mas grandes de su época. De aquí pasamos a visitar las salas del palacio, aquí el suelo estaba cubierto por alfombras y algunas paredes con tapices, lo que significaba que si ya hacia calor, más calor íbamos a tener, los tapices necesitan calor para su conservación. Así que, entre sala y sala, toda la visita muy interesante pero ya notaba de nuevo las gotas de sudor cayendo, me quite hasta los guantes esperando que quitando capas dejara de sufrir. Visitamos también el baño, inmenso y tras bajas escaleras volvimos a la gran sala donde el guía nos dejó tiempo libre para visitar el resto del palacio. El resto de salas son habitaciones impresionantes pero lo mejor es la armería, como es lo más llamativo del lugar estaba lleno de turistas, pero resulta impactante no solo por la armería en sí sino también por la sala en sí, los suelos y los techos. Tras las habitaciones se llega a la capilla, redondeada y aunque parece pequeña luego se ve que también es inmensa y ya puedes ir al siguiente nivel que es una zona dedicada a la pinacoteca, todo eran cuadros y, por fin, aire acondicionado, me detuve poco ahí, no me llamaban mucho la atención los cuadros. De aquí bajando las escaleras se llega al sótano donde se expone todo arte romano y griego, mosaicos, esculturas, cerámica. Ya se parecía al palacio Madama donde acumulan arte por todos los lados. Al final fueron tres horas de visita, la salida del palacio da a los jardines, pero como ya los había visitado por la mañana me dirigí al interior del café real para la comida (se podía comer dentro o fuera, pero si dentro había aire acondicionado mejor dentro), pero dentro no se notaba el aire acondicionado y además tiene la mala costumbre que toda el agua natural estaba caliente, eso si la comida muy buena y además había de sobra para que todos repitieran, creo que fue una de las pocas veces donde pude comer mucho y bien en estos eventos. Pero volviendo a la entrada, dentro había hueco en una sala donde Roberta y los malteses me dijeron si quería sentarme, como voy sola me da igual, no tengo problemas con los sitios. Luego quedó Silvia sola así que me ofrecí a sentarme en hueco de la mesa de las españolas para que se pusiera junto a Roberta (ambas italianas) pero cuando dijeron “igual quiere estar sola, no hace falta que te sientes aquí” me volví y no dije nada, yo si no me quieren no me impongo, por supuesto luego fue llegando más gente y como, es lógico, los sitios estaban contados y la última persona tuvo que sentarse en el hueco de la mesa española, bueno, así es la vida, no me querías a mí ahora tienes a alguien que habla ingles y tú, que me has desdeñado, no lo hablas, a eso algunos lo llaman karma. Al finalizar la comida me despedí de la gente y a la cumpleañera (había alguien de la recreación que cumplía años ese día) le desee que pasara un buen resto de cumpleaños y me marche a descansar y refugiarme del sol de las tres de la tarde.
Destinos errantes: Berbe en movimiento (viajes, escapadas, visitas, recreaciones, etc.)
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Baile en el Palazzo Falletti di Barolo en Turin - Italia
Palazzo Falletti di Barolo de Turin
El Palacio Fallettti di Barolo se encontraba muy cerca de mi alojamiento lo que implica que se encuentra muy cerca del Palacio Real. Tras un recorrido turístico por la ciudad me acerqué al palacio para el Baile 1800 que organizaba Margarita de Jane Austen Society Florence. Había dos sesiones, pero para poder hacer todo el turismo que tenía planeado (las recomendaciones eran reservar unas dos horas para el museo egipcio) yo cogí la ultima sesión, para no ir apurada. La entrada al palacio es por el museo, la oficina de entrada no da la impresión de palacio hasta que entras al patio interior donde te encuentras con las escaleras y los ventanales de acceso a la planta superior, ahí es cuando lo ves como el palacio que es. Una vez subes la escalera estaba el salón de baile con un piano, aunque todavía no había comenzado la clase de bailas, continuas a una de las salas del palacio donde se exponían y los chales de Empire Shawls y donde había sillas para poder sentarse (un gran acierto) y la sala contigua del palacio encontrabas vestidos y complementos varios de la época napoleónica. Tras esas salas había más salas y al final legabas al pasillo que da a la terraza, donde estaba la gente disfrutando del poco fresco de la tarde, pero es que dentro del palacio hacía mucho más calor que fuera (y eso es decir mucho). Después de saludar a conocidos y a la organizadora volví dentro para seguir viendo el palacio, las salas estaban iluminadas con velas así que le daba un encanto de la época, fue en 1800 cuando Napoleón llego a Turín y el propietario del palacio se convirtió en amigo personal de Napoleón, ofreciéndole un regalo en su boda en 1806. Así fui pasando de habitación en habitación del palacio, la más llamativa es la que contenía la cama, con el orinal en una esquina, el escritorio, la camisa de dormir, etc todo lujo de detalles. Una de las cosas más llamativas son los techos de las salas. Tras le primer baile salimos de nuevo a la terraza pro un descanso, ya estaba anocheciendo así la luz de las velas le daba un toque más de la época y encantador (para no variar el agua estaba caliente, que costumbre tienen en Turín con el agua natural ponerla del tiempo, cuando el tiempo es de calor). Después de salir un rato y como no tenía nadie quien me acompañara volvía entrar a hablar un rato con Charo, aquí le comenté porque decía que yo que yo iba en viaje parecido, este viaje fue programado como recreación, pero al final se quedó en viaje de turismo, y solo permanecieron dos visitas como recreación. Así que quería aprovechar para hablar un rato con los amigos que hace tiempo no veía, pero al final fue poco el tiempo, la tarde se hizo muy corta, ni siquiera llegué a bailar apenas y es que el calor dentro del palacio era horroroso, notábamos caer las gotas de sudor sin llegar a hacer nada. Y así llegó el final de la noche me despedí de los amigos recreadores hasta no se sabe cuando nos volveremos a encontrar.
Visita: Julio 2024
Mis imágenes: Palazzo Falleti di Barolo
Información para viajar: Jane Austen society Florence
Turin - Italia
Turin
En verano es muy difícil que consiga algún día de vacaciones, pero con gran esfuerzo conseguí el viernes, perfecto para ir a Madrid y a primera hora coger el avión a Turín. Ya había facturado y estaba dentro del aeropuerto cuando pasó lo del fallo del sistema operativo, como no estaba viendo las noticias no me enteré mucho pero básicamente no funcionaba el programa a nivel global, como ya habíamos hecho todo y hasta teníamos ya la puerta de embarque asignada solo nos quedaba embarcar por lo que tampoco notamos mucho el retraso, que tuvimos, pero apenas quince minutos que no se notó. Durante la espera del aeropuerto me encontré con una compañera de recreación que también iba al mismo destino en el mismo avión, así que pasamos el rato de espera hablando y ni personalmente ni me enteré del retraso. Hablamos de todo un poco y no recuerdo muy bien como salió, pero comenté cómo había cambiado Corea del Sur y Singapur de la primera vez que los visité a ahora, y ella comentó que le pasó lo mismo con la costa amalfita la cantidad de gente que había porque ahora todo el mundo viaja. Yo en realidad no lo comentaba por la cantidad de turismo que hay ahora (que lo hay; ahora viaja mucha más gente que antes) sino más bien lo decía por como se transforman los lugares adaptándose y modificándose por y para el turista. Por ejemplo, en Corea del Sur cuando fui no es que apenas hubiera extranjeros frente al turismo extranjero que hay ahora, si, hablamos de ello, pero yo más me refería a que cuando fui no había tiendas de alquiler de hanbok y ahora hay muchas para turismo interno y sobre todo externo, no existía el falso “camino de Santiago coreano” que han creado en la isla de Jeju para que la gente recorra andando la isla viendo los lugares de interés paisajístico e histórico, esas cosas han salido para y por el turismo. Y cambian completamente el paisaje y las ciudades. Mi tía comentaba lo gris que le pareció Turín cuando ella lo visito, y yo le decía, pues ahora sale en todos los sitios como lugar de escapada, pero claro, se habrá adaptado a tener también turismo. Finalmente llegamos a Turín y del aeropuerto hay dos autobuses para ir a la ciudad ero como había tenia una semana horrible en el trabajo y llevaba una maleta lo suficientemente grande como para tener que facturarla yo me cogí un transfer que más o menos me salió de precio como un taxi en Madrid y Barcelona ( y lo sé porque a la ida salí de Madrid pero a la vuelta regrese pro Barcelona, es la ventaja de vivir en medio, que eliges la mejor opción según el día, y como es muy complicado pedir vacaciones el mismo domingo ya estaba volando de vuelta). Tenía un alojamiento muy céntrico, a cinco minutos andando del Duomo, así que nada más llegar deje el equipaje y me fui de turismo. Fui andando hasta la Plaza Castello donde se encuentra el Palacio Real y el Palacio Madama, y la primera sorpresa fueron los semáforos, hay que tener encontré que como nunca he querido aprender a conducir estoy acostumbrada a verde y rojo, el naranja lo asocio a los coches, claro, el primer semáforo con el que me tope en Turín estaba el peatón en naranja y no tenía claro si podía pasar o no, luego vi que es como cuando parpadea el verde, puedes pasar, pero date prisa que se va a poner rojo. Me adapté pronto, pero al principio mi instinto era parar, luego decía, ah, que puedo cruzar. Y esto me lleva a comentar algo que me llamó la atención y es que para ser Italia son muy civilizados en la conducción, me paraban más en los pasos de cebra de lo que me paran en España, por pararme me paraba hasta el tranvía, que eso fue muy gracioso, en mi ciudad el tranvía tiene prioridad sobre peatones y vehículos, así que yo vi que venía un tranvía y me quedé quieta, solo estaba yo esperando para cruzar, y el tranvía me paró, solo para que yo cruzara; fue un coque cultural. Es más, había una pareja con dos niñas en el otro lado y la niña le dijo a su padre en español, “mira papa, el tranvía ha parado, si pude parar”, lo que refleja lo que decía, uno se acostumbra a que no puedan parar ni para dar paso a los peatones. Y todo esto lo decía porque estuve paseando Turín desde plaza Castello, Plaza San Carlo, plaza Vittorio Veneto, porque con esos edificios elegantes uno puede pasear y disfrutar de los lugares que Turín tiene para ver. Pero siguiendo con las visitas comencé en la plazo Castello visitando el palazzo madame que estaba en obras y tenía zonas cerradas a la visita pero aún así vale mucho la pena, es más, me resultó muy curioso porque buscando que ver en Turín en muchos sitios no se comenta nada del Palazzo Madama así que fui un poco con la intriga de si valdría la pena y la verdad es que es una visita muy recomendada porque tienes de todo, y como no es muy turístico estuve prácticamente sola en la mayoría de las salas. El Palazzo es un museo con una variedad muy completa, tienes restos romanos, telas de teatro antiguas, cuadros, miniaturas, esculturas, baúles, ropas, cerámica, muebles de las salas del palacio, etc. No es como otros sitios que uno ve el palacio y sus salas amuebladas, o el palacio con exposición de ropa, o el palacio y exposición de pinturas, o el palacio y exposición de porcelana…no, aquí encuentras de todo, lo que para mi me parece maravilloso y me gustó mucho, sobre todo porque como nadie lo nombra en los blog y revistas de viaje es más sorprendente y muy tranquilo visitarlo. Ya se da un toque diferente empezando por el inicio, ya que por fuera tiene una fachada barroca que da a la plaza del Castello junto al palacio real y otra fachada más medieval con sus torreones que dan al monumento comandante Emanuele Filiberto de Saboya, flanqueado por soldados de varios ejércitos de la Primera Guerra Mundial. Una vez dentro tienes las impresionantes escaleras de los laterales, aunque la visita comienza por abajo y vas subiendo poco a poco, las salas del palacio son preciosas pero estaban restaurando el suelo de madera de algunas de ellas, los muebles hay algunos muy curiosos, y las miniaturas me llamó la atención que hay una de 1800 con el chal que reprodujo Empire Shawls, la cafetería se ve desde la plaza, con su enorme lampara, y hay tantas cosas por ver, en una de las torres hay un ascensor si no quieres subir y bajar escaleras para ir visitando las distintas plantas, pero también te permite subir hasta arriba del torneo donde hay una vista de 360 grados de la ciudad. El día estaba nublado, aunque caluroso, pero eso dejó ver más fácilmente las montañas que rodean la ciudad. Cuando termine de visitar el Palazzo rodee el lugar camino a la Galería Subalpina, que estaba prácticamente vacía, pasando junto al Cafe Baratti e Milano, sus escaparates son la atención de a quien le guste la moda y el modernismo. Tras visitar la Galerita me dirigía hacia la plaza San Carlo pero me desvié y acabé llegando al Puente Vittorio Emanuele I, otro de los lugares que no puedes perderte de la ciudad, por las vistas del río Po, sino también por las vistas al Mirador Monte dei Cappucini y las montañas. El agua del río Po baja tan tranquila que el reflejo de las casas y los arboles de la otra orilla son como un espejo. Pero como no era mi intención tras un vistazo y cruzar el puente para ver más de cerca la iglesia de Gran Madre de Dios y regresé camino a la plaza de San Carlo para ir al Café San Carlo, este café abrió en 1822 y es uno de tantas cafeterías antiguas de Turín que me rece la pena visitar, no son baratas pero el dulce de aquí es grande y buenísimo, mejor una buena merienda que una cena. Y de aquí ya marché a visitar el museo egipcio que en este año cumplía 200 años desde su apertura, por supuesto, para no variar con el resto de la ciudad tenía zonas cerradas por reforma aun así vale la pena visitarlo porque, y hay que tener en cuenta que he visitado el museo del Cairo, es muy completo de todo el arte egipcio, desde objetivos hasta momias, escritura, ataúdes, etc. Lo cierto es que acumulan tantos objetos que a veces te puede llegar a saturar tanta cosa, me recordó a cuando vimos Chan Chan, donde en uno de los museos se acumulaban los objetos en las estanterías uno pegado al otro que era difícil destacar un solo objeto. Pese a todo es una visita obligada y tal vez por eso aquí había mucha mas gente, nada que ver con la visita al palazzo madama por el que fui casi completamente sola. El museo tiene hasta rincones que son como las tumbas que vi en el valle de los reyes en Egipto, en esto se nota que sea un museo de 200 años, sin duda alguna ahora ya no se pueden ver mover tantos objetos preciosos y detallados en colores vivos como en la antigüedad. Tras visitar el museo egipcio y tras el paseo bastante completo por la ciudad volví al alojamiento para descansar un poco antes de vestirme para ir al Palazzo Falletti di Barolo que también es visitable como museo, pero yo fui para un baile aunque visite algunas de las salas y también tengo que comentar que hay visitar guiadas en italiano, lo que más me gusto es encontrarme con viejos amigos y la vita del lugar a la luz de las velas. Y este fue mi primer día, al día siguiente marche para visitar los jardines del Palazzo Real antes de tener una visita guiada por el palacio, que es también enorme, y aunque muy interesante al final estaba muy agotada y asfixiada del calor dentro del mismo, y que además este si que estaba lleno de turistas, pero también es cierto que este lugar siempre se comenta en los blog, no como el palalacio Madama. Y tras la visita comimos en el café del palacio, donde el aire acondicionado no se notaba apenas y además, malacostumbre que vi que tenía en Turín, pese a la calor el agua natural la servían del tiempo (es decir, caldo). Tras la comida fui a descansar y refugiarme del calor porque el día anterior, aunque caluroso habíamos tenido la suerte que estuviera nublado, pero en el siguiente día el sol brillaba en un cielo despejado y a la hora de la siesta era infernal estar en la calle, con razón desde quien me recogió en el aeropuerto como la del B&B se quejaban de lo caluroso del día, no están acostumbrados a esos calores. Tras dejar que el sol bajara un poco salí para seguir mi visita de la ciudad, me acerqué esta vez a la Puerta Palatina que era una de las puertas de acceso de la antigua ciudad romana y que se encuentra bien conservada y rodeada de un jardincillo, de ahí me acerque a la catedral de Turín y entre para verla por dentro, aquí es donde se guarda la Sabana Santa y se nota el número de feligreses que entran para rezar delante de los cristales que protegen donde se guarda. La catedral está unida al palacio real, pero como esta zona ya estaba vista me dirigí hacia la Via Po con sus soportales, a estas horas había venta de libros de segunda mano, lastima que fueran en italiano. Siguiendo la Via Po puedes desviarte y llegar hasta La Mole Antonelliana, que actualmente es el museo del cine, no entré a verlo, pero es uno de los lugares que más turistas tenía alrededor. Y tras la parada obligatoria a este monumento tocaba volver a acercarse al puente de Vitorio Emmanuele y cruzar el río Po para ver la iglesia de la Gran Madre de Dios y después desde ahí subir hasta el Mirador Monte dei Cappucini. El camino no tiene perdida ya que una vez visitada la iglesia a la derecha ya tienes una pendiente rodeada de vegetación, ese es el punto más positivo, y es que la zona que iba a visitar estaba rodeada de arboles que daban sombra y protegían del intenso calor. Puede parecer que va a ser una subida dura, pero nada más lejos de la realidad al final la iglesia de Cappucini está muy cerca y durante la subida se puede disfrutar entre los arboles de la vista de las montañas que rodean Turín. Una vez llegas al mirador está la postal típica de la ciudad de Turing y La mole, cuando subía había una pareja de novios y unas andaluzas que tardaron siglos haciéndose fotos, ninguna les gustaba. De aquí marche andando por la ribera del Po hacia el Parque Valentino, que para no variar también estaba en obras (la ciudad esta toda reformándose, así que sugiero que esperes a que terminen la obras para disfrutar aun más de la ciudad). En el parque valentino primero me dirigí a ver el castillo valentino, que, aunque estaba rodeado de zanjas y verjas de obras se podía ver la magnificencia de su fachada, de aquí me adentré en el parque para ver la escultura de las farolas enamoradas, y por el camino vi a los topos del parque. Tras encontrar y ver las farolas enamoradas me desplace hacia la fuente de los doce meses, que en marcha refrescaba el ambiente, y la verdad, por todo mi paseo por el parque el lugar estaba lleno de turinenses descansando en el césped a la sombra y alejándose del calor del asfalto. Y viendo que un banco se quedó libre frente al burgo medieval (que es una réplica de una ciudad medieval que, en la línea de la ciudad, está cerrado por reformas), me cogí un refresco fresquito del quiosco del parque y me senté a la sombra a descansar un rato y aunque a estas horas podría estar en el palacio de Stupinigi en un baile de 1800 lo cierto que decidí no ir y lo peor, no lo lamento en absoluto. De inicio este viaje lo reserve en enero por la recreación pero cuando por fin salieron muy tarde ya era muy tarde y no me llegaba para hacer todo el programa, y la cosa es que supongo que he ido a muchos bailes de este tipo y ya no me compensan tanto, recuerdo el de Nápoles, que si que lo disfrute viendo todo, y la cena, y todo lo que quieras, pero al final depende del precio no em compensa porque también paso muchos ratos aburrida, no lo había dicho antes pero la realidad es que cada vez me aburro más. En el próximo baile voy acompañada así que supongo que será diferente, ya os contaré. Tras un rato descanso cruce el puente Isabell para tomar la Viale Stefano Turr que me daba una vista del atardecer sobre el burgo medieval. Y seguí hasta llegar de nuevo al puente Vittorio Emmanuele donde tomé la vía Po para disfrutar del anochecer sobre el centro de la ciudad como despedida ya que al día siguiente salía de regreso por la mañana. Y dicen que más sabe el diablo por viejo que por diablo, como sé que viajar en verano es infernal (y no solo por los calores) como el tren de regreso a las seis de la tarde, si todo iba bien iba a estar mucho tiempo en Barcelona pero como es verano, el vuelo, junto con otros, se retraso horas, así que estuve bastantes horas en el pequeño aeropuerto de Turín. Finalmente salimos y aquí es donde hay que darle la razón a quien me dijo que ahora viajaba todo el mundo, lo que le costo (y ya empezaba tener poca paciencia) a la azafata convencer al viajero que el equipaje en el despegue y aterrizaje debía ir arriba o bajo el asiento, que además el equipaje no era nada pequeño porque, afortunadamente había un asiento libre detrás, finalmente consiguió que el viajero entendiera que si lo llevaba encima y pasaba algo golpearía a otro viajero, cuando lo fue a meter bajo el asiente le fue imposible, pedazo de mochilón lleva, y lo quería llevar sobre las piernas. La cosa no acaba aquí, antes de aterrizan dijeron, la salida será ordenada por filas que se irán nombrando, manténganse en sus asientos hasta que les toque, pues nada, todos de pie corriendo a colocarse para salir, pues cuatro veces dijo la azafata que se sentaran, y ni caso, tuvo que ir otra azafata de refuerzo para decir, a ver, os ha dicho ya cuatro veces que os sentéis, id a vuestros asientos y el equipaje fuera del camino de paso si hay que hacer una evacuación de emergencia. Finalmene la marabunta volvió a sus sitios, se sentó y ya pudimos salir ordenadamente según nombraban. Luego toco el caos de la cinta, como salimos con tantísimo retraso nuestro vuelo no salía en pantalla sino que salían los posteriores, y aunque no lo parezca yo me fijo en mi alrededor y después de un buen rato en el que un grupo de personas del vuelo (los había visto algunos en el vuelo otros en la fila de facturación) vi que había dos chicas que facturaron a la vez que yo que escaneaban el QR y tras un rato largo mirando vi que se fueron a una cinta, como vi que no se movían de la cinta me acerqué y vi que en la cinta ponía que era el equipaje del vuelo de Turín. Así que en cuanto cogí mi equipaje me acerque a las pantallas donde todavía había gente del vuelo esperando encontrar su cinta y avise que la cinta 6 era el equipaje de Turín (buena acción hecha) y me fui corriendo a la salida, todavía tenia que llegar a la estación de tren y con mucho estrés pero llegue con tiempo para estar diez minutos antes de que saliera, muy justo pero por eso lo cogí con mucha separación, así que un recorrido tan corto me supuso casi un día entero de viaje.
Un viaje Regencia a Roma - Italia
Roma 1800s
"A Regency journey in Rome" es como se llama el evento que nos permitirá viajar a Roma en la época napoleónica (regencia inglesa) durante tres días. Nos alojamos cerca de los lugares del evento pero como estos no estaban excesivamente lejos del centro hicimos mucho recorrido turístico ya que estábamos a unos 15 minutos andando del Coliseo romano. Tomando esto en consideración en cuanto llegamos sacamos los vestidos y sombreros de las maletas y nos fuimos a comer. El lugar donde nos alojamos tenia un ascensor antiguo muy propio si hubiéramos ido de 1900, pero como íbamos de 1800 lo ignoramos un poco. El primer día como decía llegamos al aeropuerto de ahí nos acercamos a la ciudad en taxi, hay tren que conecta con el aeropuerto y cuya terminal no estaba lejos del alojamiento pero cuando llevamos tanto equipaje no estamos en plan viajero ahorrador, y el coste del transporte en taxi compensa el viaje ya que éramos tres con tres maletas grandes. Que es lo que tiene viajar en el tiempo, no tenemos baúles y sirvientes como en la época así que hay que aplicar la cordura. La primera visita era a las 17.30 en la Galeria Doria Pamhilj, así que nos vestimos nada más comer, nos preparamos los peinados, sombreros, chales, bolsos, zapatos y salimos a recorrer el coliseo romano y el arco de Constantino que nos pillaba de camino hasta la Galeria. El lugar estaba lleno de gente, la gente hasta caminaba por la carretera porque no había espacio en las aceras, era una invasión humana de la calzada. Y la mayoría hablaba español, parecía que los italianos se había ido a España (en Barcelona a donde viajamos para coger el avión solo escuchábamos italiano) y en Roma solo oíamos español de España. Como no era para nada anacrónico hasta llegar a la Galeria nos dedicamos a recorrer los restos romanos que existían en la época de 1800, tal y cmo los viajeros extranjeros de esa época hiceron. Primero recorrimos el coliseo y el arco de Constantino, aquí ya mucha gente nos preguntaba de que íbamos, mucha gente no acertaba pero otros sí que decían “es Roma de Los Bridgerton ¿No?” y efectivamente le época cuadra, aunque la moda de la serie no sea toda muy fiel históricamente hablando, pero es algo habitual. De camino del coliseo hasta la Galeria pasamos por el foro Imperial y el Foro de Augusto. Aquí cuando nos acercamos a la columna Traiana algunos nos preguntaron si habíamos decidido ir a posta como las hadas de La Bella Durmiente de Disney, y es que sin proponérnoslo íbamos de rojo, verde y azul como Flora, Fauna y Primavera de Disney. Pero no, fue solo casualidad. Pasamos de largo del monumento al soldado desconocido al ser de una época posterior a la nuestra y nos acercamos a la Galería Doria Pamphilj. Aunque las tres habíamos estado ya en Roma ninguna habíamos visitado por dentro la gallería, en el patio estuvimos esperando a que estuviéramos todo, dos grupos, uno de habla inglesa y otro italiano. La Galeria es actualmente todavía Vivienda, y así se puede comprobar cuando una vez pasamos el patio para visitar la casa como en el patio interior hay coches y bicicletas actuales. El museo es un antiguo palacio y tiene una amplia colección de pinturas. El lugar es perfecto para nuestros atuendos y para nuestra visita como en la época sobre el arte del momento ya que el Palazzo Doria Pamphilij, en su galería, alberga la pinacoteca privada más relevante de Roma. El único inconveniente es que la visita fue larguísima y se hizo muy pesada al final, que solo queríamos sentarnos y descansar (unas dos horas de visita de pie). La mayoría de las grandes familias de la nobleza romana han vendido sus palacios al estado, para convertirse en museos, organismos públicos o embajadas. Pero el Palazzo Doria Pamphilj sigue siendo la residencia de la familia nobiliaria Pamphili desde el año 1647. Sus miembros más famosos fueron el almirante Andrea Doria y Giovanni Battista Pamphilj, conocido como el Papa Inocencio X. El palacio en sí mismo es digno visitar por su elegancia, su grandeza y su decoración. Una parte está abierta al público y se pueden visitar los apartamentos del Palacio que conservan mobiliario y decoración originales: esculturas, frescos, cortinas, sumado a nosotros vestidos de 1800, realmente te transportabas a otra época. El toque español estaba en el retrato del Papa Inocencio X pintado por Diego Velázquez en 1650. Después de ver este cuadro entramos en la Galería de los Espejos, una de las mejores estancias que podemos visitar. Es de estilo barroco y sus paredes están decoradas con grandes espejos que fueron traídos desde Venecia. Solo este lugar ya vale la pena a la visita, aunque hay muchas más salas increíbles en este palacio. Un palacio espectacular, y una colección de pintura inmensa, así que la visita de época valía la pena. Tras salir nos acercamos a la fontana de Trevi, a estas horas ya es de noche y está plagada de turistas. El mejor momento es a primera hora en que no hay apenas gente, a medida de avanza el día ya es imposible verla entre tanta gente. Cuando yo la vi no estaba tan reluciente pero es que ya está reformada y limpia, toda arreglada para disfrute de los turista. Tras la parada en la fontana nos fuimos a cenar y tomar helado y cuando volvimos hasta el foro, por la iglesia del santísimo nombre de María, volvimos a recorrer el mismo camino, acercándonos al coliseo y el arco de Constantino. A estas horas ya no hay gente, somos las únicas que están paseando junto al coliseo, y tal y como vamos vestidas un coche de policía se acerca a preguntarnos de que vamos. Con la visita nocturna al Coliseo acabamos el día. Al día siguiente, antes de empezar la conferencia sorbe abanicos antiguos a las 10.30 nos acercamos de nuevo al centro, con el objetivo de visitar el Pantenon, al igual que los viajeros del 1800. Desgraciadamente para visitarlo había una fila del tipo parque de atracciones y un cartel de que no había entradas para verlo en el día. Cuando visité Roma pude entrar al Partenon gratis, sin cita, ni filas y ni siquiera había mucha gente dentro. Ahora parecía un parque temático. Así que después de dar una vuelta la fuente y el Partenon y su fila nos dirigimos a la plaza Navona, la vez anterior que la visité estaba llena de gente, esta vez estaba prácticamente vacía pero las fuentes se veían más limpias e impresionantes, supongo que también tuvieron una reforma. Y ya regresamos para asistir a la interesante conferencia sobre abanicos antiguos. La conferencia se realizaba en el Auditorio Antonianum a cargo del coleccionista Anna Checcoli Marjani Mazzantini, la conferencia fue en italiano traducida al inglés y nos mostró diferentes modelos de abanicos durante la historia tanto de hombres como de mujeres. Aprendimos cosas muy curiosas con los diversos que nos mostró, como que los abanicos cambiaban de tamaño según la época de más pequeños a mas grandes, que tenían espejos para vigilar por la espalda y con puñales ocultos para defenderse. También nos mostró sobre un abanico que tenia el verdadero lenguaje del abanico, ya que hay un lenguaje del abanico falso inventado en Francia y que es el más extendido. Que el original es inglés y más complicado que el que vemos en internet. A las 13.30 teníamos el almuerzo buffet en la cafetería del auditorio. Y tras la comida teníamos el baile, junto la sala de baile teníamos mesas con candelabros, libros antiguos y elementos de acompañamiento para dar a al estancia un toque más de 1800, esta zona la usaron de photocall con el fotógrafo oficinal, en la sala de suelo de madera estaba el arpa y el violín y la maestra de baile que nos enseñaría y acompañarían en los bailes. A las 17.00 tuvimos paisa para un café y pastas, un gran buffet de dulces y pastas con las que luego no había fuerza de moverse. Como ya habiamso bailados unos cuantos bailes decidimos aprovechar la segunda pieza de baile y salimos hacia el Castillo St. Angelo y su vista desde el Puente para dar por completa la visita a Roma, el problema que nos encontramos es que aparte de la gente que hay de turismo un fin de semana estaban las manifestaciones propio de último día de campana (al dia siguiente eran elecciones en Italia). Tras tener que dar un rodeo, debido a la cantidad de gente que saturaba las calles, conseguimos llegar al puente y al castillo para disfrutar de una vista, en el camino pasamos pro el museo napoleonico, muy propio para nuestros trajes de baile de 1800. Regresamos de nuevo al baile y coincidimos con el grupo que iba al coliseo a hacerse una foto de grupo de noche de 1800, asi que nos unimos hasta que llego la lluvia, ahí nos despedimos para cambiarnos e ir luego a cenar todos juntos. Al día siguiente nos acercamos andando hasta el Palazzo Massimo donde se encuentra el Museo Nacional Romano. Al lado está la zona de la estación de Terminni, una zona muy dejada, sucia y llena de mendigos, muy abandonada para estar al lado de una estación muy utilizada, ya que es donde coges y dejas el tren al aeropuerto, no es una zona donde recomendaría alojarse o pasear de noche. La vista no estaba mal pero estábamos muy agotados del día anterior e íbamos buscando lugares donde sentarnos a descansar. Lo que mas me gusto son las salas con los frescos romanos del suelo al techo que te transportaban a esa época. Y con esto nos fuimos a comer y luego al aeropuerto dando por finalizado un intenso fin de semana regencia en Italia.
Mis imágenes: DestinosErranes Facebook
Información para viajar: Playing History
Napoles - Italia
Napoles
Visita: Mayo 2019
Mis imágenes: Cuaderno fotográfico de Italia
Información para viajar: Pendiente
Nápoles o te disgusta por su suciedad y caos o te apasiona, yo me he encontrado con gente con las dos reacciones. por mi parte la primera vez no me entusiasmo nada, ni pude entrar al castillo, el museo arqueológico, tanto entonces como ahora es un caos de dejadez y los palacios son bonitos pero no tienen nada que no tengan otros palacios de Italia, pero con lo que sin duda me quedo es con el Nápoles subterráneo y sus catacumbas. Igual por ser diferente es por lo que se me hizo más especial. Pero volviendo al tema, en el resto de día que tenía libre sin recreación napoleónica me di un recorrido rápido por los lugares turísticos de Nápoles. Empecé la mañana entrando en el lugar más aragonés de una ciudad en la que Aragón y España están por todas partes: el Castel Nuovo. Atravesé el extraordinario arco de triunfo que hizo Alfonso V el Magnánimo de Aragón para conmemorar su entrada aquí y desde sus terrazas uno podría disfrutar el maravilloso panorama del Golfo a nuestros pies, el Vesubio al fondo y Nápoles a nuestra espalda, por desgracia sigue lloviendo como si no hubiera un mañana y dedico mi tiempo a recorrer el castillo por dentro, y como hay zonas cerradas los seis euros de la entrada no vale lo que se ve. De aquí me acerco a la majestuosa plaza del Plebiscito con el palacio real y la iglesia de San Francisco di Paola. Muy cerca está el teatro San Carlo y los dos castillos (Castel Nuovo y el Castel dell'Ovo). De aquí se puede ir caminando por la orilla y disfrutar de una brisa marina y las vistas de Nápoles y del mar, y del castillo. La pena es que por el paseo marítimo no hay bancos por lo que es normal encontrar a algún turista sentado en el suelo junto a la barandilla. Cosas de Nápoles. Después de ir y volver por el paseo voy a entrar en la Galería Vittorio que, tanto la primera vez como esta, no me llamó la atención porque hay parecida en Milán. De aquí subo por la Vía Toledo para entrar en el barrio español. Esta parte de la ciudad se construyó por el virrey español Don Pedro de Toledo. La Vía Toledo es una de las calles más importantes de Nápoles, es la vía comercial que va desde la plaza Dante hasta la plaza Trieste y Trento. Al oeste de la vía Toledo está el barrio de los españoles, con sus callejuelas estrechas, pequeñas tiendas y la ropa colgada en las ventanas, tan típica de Nápoles. Este barrio se construyó para albergar a las tropas españolas de Don Pedro. Hacia el norte, se encuentra el museo arqueológico Nacional en el que ya estuve durante la recreación (y hace año). La opción antes del museo arqueológico era el Palacio real de Caserta, me dio mucha pena porque aquí no había estado y me iba a quedar sin estar, pero está alejado de la ciudad y en medio día no me da para ir y volver, en todo caso por lo que leí a los recreadores que fueron; es otro palacio italiano. Luego seguí por el centro histórico de Nápoles que sigue el trazado original de la antigua Nápoles. Está formada por tres de calles paralelas entre sí. En esta zona se encuentran los lugares de interés más importantes, siendo la zona de la ciudad más antigua, más caótica y más auténtica. La calle mayor corresponde a la vía dei Tribunali, la calle superior son Via della Sapienza, Anticaglia y Via Santissimi Apostoli y la calle inferior llamada Spaccanapoli estña formada por Via Benedetto Croce, Via San Biagio dei Librai y Via Vicaria Vecchia. Y por aquí llegué al Nápoles subterráneo. Es fácil perderse entre tanta calle, pero también descubrir los rincones turísticos del centro. Las catacumbas de San Genaro son otro punto pendiente, y por supuesto muchas iglesias y conventos. Algo mejor que la primera vez (la Nápoles subterránea está muy bien), pero sigue sin apasionarme Nápoles.
Visita: Mayo 2019
Mis imágenes: Cuaderno fotográfico de Italia
Información para viajar: Pendiente
Paestum - Italia
Templos de Paestum
Visita: Mayo 2019
Mis imágenes: Fin de semana napoleónico en el Golfo de Napoles
Información para viajar: Jane Austen Florence Society
Cuando estuve en la isla de Sicilia visite unos cuantos templos griegos mucho mejor conservados que los que vi en Grecia, pero fueron vistos por fuera porque por dentro no estaba permitido, en cambio en Paestum puedes entrar en los templos y caminar entre sus columnas, tocarlas, sentir lo que los viajeros del Grand tour vivieron. Desconocía este lugar cuando estuve en Nápoles y realmente vale la pena conseguir acercarse hasta Paestum para disfrutar de sus templos griegos, nosotros estuvimos hasta el cierre y hubiera estado mucho más tiempo si hubiera sido posible (por supuesto, sacrifiqué ver el museo, pero dicen que vale la pena, para otro viaje con más tiempo queda apuntado). Desde Portici he estado hablando sobre el Grand Tour (que si Portici fue incluido en el Grand Tour, que sí Herculano) bueno, a quien no lo sepa le explicaré lo que es el Grand Tour. El llamado Grand Tour era un itinerario de viaje por Europa, antecesor del turismo moderno. El término Grand Tour apareció escrito en la obra El Voyage d' Italie (El viaje a Italia) de Richard Lassels, en la que hace referencia al viaje por Europa que realizaban jóvenes aristócratas -principalmente británicos- como parte de su educación, su valor residía en el acceso tanto al arte clásico y del Renacimiento como a la sociedad aristocrática del continente europeo (considerada de moda). Un grand tour podía llevar desde varios meses a varios años, dependiendo del presupuesto. El recorrido era muy variado, para un viajero inglés el Grand Tour solía iniciarse bien en Calais o viajar directamente en barco a Italia, para luego regresar por tierra. El recorrido por Italia estaba muy influenciado por Winckelmann y Goethe que convirtió el viaje a Italia en un estudio de la Historia del arte. La visita a Italia solía concluir en Nápoles, por aquel entonces la mayor ciudad de Italia, donde se admiraban las ruinas de Pompeya, Portici o Herculano. Así que como viajeros en el tiempo nos convertimos en viajeros del Gran Tour por Italia en búsqueda del arte clásico. Pero volviendo a Paestum, ya desde el autobús empezamos a ver a zona, bastante grande, donde se encuentran los tres grandes templos griegos. Nada más bajar esperamos a Margarita que fue a recoger la entrada (que no son en la caseta de entrada sino en el museo, un poco más alejado calle arriba). Y una vez entramos, con lluvia o no (a veces caían intensas lluvias como se paraba), tuvimos Paestum para nosotros solos. Nada más pasar la entrada principal tenemos uno de los templos más bonitos de Paestum, el Templo de Atenea situado en lo alto de una colina. Es visiblemente parecido al Parthenon de Atenas pero más pequeño. Este templo no podemos verlo pro dentro pero enfrente quedan algunas ruinas que si se pueden tocar y que sirvieron de asiento para algunos de nosotros cuando comenzó a caer un buen chaparrón, otros se refugiaron bajos los grandes pinos, pero lo mejor que tuve fue la vista desde ese montículo porque pude observar al agente vestida de época napoleónica paseando entre las ruinas que llenan Paestum y que las hierbas cubren, era como ver las pinturas antiguas de la época, así que me sentí como un pintor de la época, si hubiera sido España podría haber sido Goya, no hay palabras para describir un cuadro de época. Baje por el otro lado el montículo para seguir las ruinas hasta el segundo templo de Hera o Apolo dedicado a Poseidón, y que es el templo mejor conservado del recinto. Conserva casi toda la parte superior y uno se queda muy pequeño a medida que va avanzando hacia él. De aquí al templo hay bastantes ruinas que uno va encontrando pro el camino, además de calles empedradas en un excelente estado de conservación rodeadas de edificios a los que apenas han sobrevivido sus cimientos. A esto súmale que en vez de turistas en pantalón corto ves a hombres y mujeres ataviados como en la época napoleónica. El templo de Hera dedicado a Poseidon es una maravilla, se puede subir las escaleras y entrar dentro, disfrutar de sus interminables y gigantes columnas de piedra que se elevan hasta el techo ya desaparecido. Me encantó poder estar dentro y observar y tocar las piedras del templo griego, mucho más impresionante de los de Atenas, tal vez porque estos son más cercanos y menos destrozados. Después de recorrerlo y contemplar su saltas e impresionantes columnas interiores fuimos al templo de al lado, casi en paralelo y muy cerca se encuentra el primer templo de Hera, en él se puede entrar pero solo caminar alrededor de una parte, la otra está vallada para impedir el acceso, tampoco conserva el tejado y es que es el templo más antiguos de todos: 2500 años, y después de visitarlo volví al templo de Poseidon, porque uno no se cansa de disfrutarlo, tanto es así que nos dio la hora de cierre (las siete y media), como soy muy cumplidora salí de las primeras por lo que me dio tiempo a ver, por fuera, el anfiteatro y el foro. Y es que el recinto no solo conserva esos tres grandes templos griegos, lo que pasa es que es lo más impresionante de todo lo que te puedes encontrar. Tras el cierre los autobuses nos acercaron al restaurante Nettuno (Via Nettuno, 2) que es una antigua granja de inicios del siglo dieciocho desde donde se tiene una fabulosa vista del templo de Hera y Poseidon iluminados de noche. Y como era el Grand tour tuvimos una pequeña sorpresa teatral durante la cena donde se reflejaba la “vida” de aquellos. Aún sin recreación napoleónica ni Grand Tour una parada en Paestum resulta claramente obligatoria (no sé por que no sale en todos los tours pero si puedes hay que hacer una parada).
Mis imágenes: Fin de semana napoleónico en el Golfo de Napoles
Información para viajar: Jane Austen Florence Society
Herculano - Italia
Herculano
Mis imágenes: Fin de semana napoleónico en el Golfo de Napoles
Información para viajar: Jane Austen Florence Society
Después de comer en Portici nos acercamos andando hasta Herculano, dado que no está muy lejos de ahí. Dicen que tres horas es el tiempo medio de visita a las ruinas de Herculano (Ercolano) aunque puede ser más larga si vas haciendo fotos y leyendo toda la información que se proporciona en la guía gratuita (en varios idiomas, incluyendo el español) que puedes coger en la entrada (en mi caso fue la francesa Claire quien, sin decirle nada, de repente me llamó por mi nombre y me dio el folleto en español – se había acordado de mí y había cogido un folleto en español para mi a la vez que cogía uno en francés para ella, sin duda lo mejor de este viaje fue la gente tan agradable que conocí, esas personas que tienen pequeños detalles sin hacerlo a cambio de nada – no como otros-). En nuestro caso como después de aquí teníamos que ir a Paestum y no podíamos alargarnos fue una visita menos larga de lo que me hubiera gustado por lo que el museo quedó fuera de mi recorrido dado que quería ver cuánto pudiera de Herculano, y las vistas de la ruinas con nosotros andando entre ellas le daba un aspecto de Grand Tour que no se vería en otras visitas (pese a algunos de los andamios que rodeaban algunas de las ruinas). Dicen que la estructura de la ciudad sigue el mismo modelo geométrico de Nápoles, y nada más entrar desde arriba se puede ver la estructura de la ciudad, las casas, las calles, esculturas, fuentes y plazas así como el río que la recorre. Herculano se alzaba sobre una colina volcánica que caía a pico en el mar. Estaba amurallada y tenía dos puertos fluviales. La gran erupción del Vesubio expulsó tanta lava y escoria que cambió el entorno de la costa. Herculano debía de ser una ciudad pequeña (afortunadamente porque en tan poco tiempo no podríamos haber visto apenas) y se cree que llegó a ser una ciudad de vacaciones de la aristocracia romana. En el programa original el día lo pasamos en Pompeya pero debido a un cambio de dirección se nos revocó el acceso en ropa de época por lo que Margarita cambió la visita a Portici, Herculano y Paestum, que personalmente me gustó mucho más (en Pompeya ya había estado pero en Portici, Herculano y Paestum no por lo que por mi parte me parecía mucho mejor). Pompeya es realmente increíble, pero Herculano es más real porque al ser más pequeña al andar por sus calles, contemplando las casas y sus pinturas parece que estás en un lugar abandonado hace poco tiempo y no hace miles de años. Así, tras la erupción, Herculano fue cubierto por el barro y se conservaron los pisos superiores de las casas -en Pompeya no-, varios restos orgánicos, villas con sus camas y sus fuentes, sus decoración en pinturas y mosaicos, vigas de madera, balcones, hornos y tabernas con barriles. También una de las termas mejor conservadas del mundo antiguo y fuentes de mármol en todos los cruces de caminos. También se pueden ver los esqueletos que son los restos de los habitantes de Herculano que buscaron refugio en los almacenes que había en la antigua playa. Murieron asfixiados por el humo tóxico. Los arqueólogos no crearon moldes con la forma exacta de sus cuerpos, por eso siguen siendo esqueletos (que se pueden ver en Pompeya, según recuerdo de mi visita pasada). Y en el museo que ha reabierto una de sus salas recientemente se dicen que hay varios restos increíbles para ver pero ya no nos daba más tiempo y además estábamos cansados. Una visita muy recomendable, sin duda Pompeya es un gran lugar pero vale la pena perder una tarde en Herculano, que te da la oportunidad de descubrir una villa romana más completa.
Visita: Mayo 2019Mis imágenes: Fin de semana napoleónico en el Golfo de Napoles
Información para viajar: Jane Austen Florence Society
Palacio de Portici - Italia
Palacio de Portici
Visita: Mayo 2019
Mis imágenes: Fin de semana napoleónico en el Golfo de Napoles
Información para viajar: Jane Austen Florence Society
El domingo, justo el día que salíamos de la ciudad de Nápoles para conocer rincones del Golfo de Nápoles, amaneció lloviendo y pasó prácticamente todo el día lloviendo. Aun así eso no nos detuvo, a los que no tenía paraguas se compraron uno antes de subir al autobús a las diez de la mañana, ciertamente los paraguas modernos rompían el aspecto histórico del resto de nuestros trajes pero era algo inevitable, con lo que estaba cayendo no protegerse de la lluvia no era una opción. Llegamos al Palacio de Portici y pese a la lluvia lo primero que hicimos fue salir al patio para disfrutar de la vista de sus jardines, que es lo más llamativo del palacio (todavía con grandes partes en reconstrucción). Y es que el Palacio muestra una fachada magnífica con amplias terrazas y balaustradas y se constituye de una parte inferior y una superior divididas por un vasto patio por donde pasa la antigua “Calle Real de las Calabrias” que ahora se llama “viale Universitá”. El Rey Carlos edificó el Palacio Real de Portici en 1737, a causa de una tempestad, la pareja real se vio obligada a detenerse en Portici. La Reina María Amalia se enamoró al instante del lugar y el Rey tuvo la idea de construir allá una residencia real, y que fue ampliando comprando palacetes ya existentes. El Palacio Real nació como residencia de veraneo de la Corte pero luego se convirtió en residencia real y casa del Museo Ercolanense para albergar los resto encontrado en Herculano (así Portici se convirtió en una de las etapas del Grand Tour). De aquí subimos al primer piso, las escaleras están decoradas con pinturas en las paredes y el techo que hacen que se cree una visión de profundidad y decoración que no existe, estas escaleras dan lugar a la Sala de Guardias y la Sala del Trono, que muestran parte de los adornos originarios y que son las dos mejores sales del palacio, desde el suelo al techo todo está decorado. Después de estas salas las restantes están decoradas con diversos objetos y restos de Herculano, así como mosaicos romanos. Después de visitar el palacio visitamos el jardín botánico con guía, desgraciadamente estaba y había llovido tanto que un enorme agujero de agua impedía la entrada al invernadero (incluso del guía con ropa moderna). Afortunadamente mis botines de época me protegieron de la lluvia, las damas con bailarinas o sandalias no tuvieron tanta suerte. El parque representa una de las maravillas del Palacio, como se puede percibir pese a la intensa lluvia. Se constituye de un jardín inglés hacia el mar y largos bulevares. Más allá del jardín se extiende el bosque, diseñado según las necesidades de diversión típicas de la Corte. En el jardín también visitamos el muro de Pallacorda al final del jardín. Por lo que vi el pallacorda es un juego entre el tenis y la pelota vasca. Bajo la lluvia pudimos ver el gran muro de piedra que se conserva desde antes del imperio napoleónico, en el medio está la puerta de acceso y Ben nos explicó lo que se usaba como raqueta y la pelota. El juego consistía en lanzar la pelota, golpearla con esa especie de raqueta hasta que la pelota golpeaba la pared y rebotaba y tocaba volver a darle. Teníamos permiso para golpear la pelota contra el muro, así que pese a la lluvia y el césped mojado se lanzó la pelota hasta conseguir golpear el muro (hay un video en la página de Facebook del blog).La cancha para el juego de la pelota es uno de tantos lugares antiguos e interesantes que hay en los jardines del palacio de Portici, gracias a eso pudimos comer a refugio, como llovía y no podíamos tener nuestro picnic bajo las palmeras nos refugiamos para tener el picnic en el antiguo edificio que servía como zona botánica de la reina.
Mis imágenes: Fin de semana napoleónico en el Golfo de Napoles
Información para viajar: Jane Austen Florence Society
Baile en el Palazzo Reale de Napoles- Italia
Palazzo Reale de Napoles
Visita: Mayo 2019
Mis imágenes: Fin de semana napoleonico en Napoles
Información para viajar: Jane Austen Florence Society
Me alojaba en la zona de Chiaia a unos cinco o diez minutos andando del Palacio Real. Sobre las cinco y media salí para ir caminando lentamente (las zapatillas de cintas planas no son el mejor calzado para andar por las calzadas de Nápoles, por lo que tranquilamente fui andando hasta el palacio, en las torres de vigilancia de la puerta se encontraba la guardia imperial Napoleónica hacia guardia a las puertas del Palacio, tras la puerta en el primer pasillo de entrada al Palacio encontré más gente (y yo que pensaba que había llegado pronto) que estaba esperando la llegada de la familia Murat-Bonaparte. Aprovechando mientras los turistas se entretenían haciendo fotografías me dediqué a atar una cinta de mi zapatilla que se había deslizado hacia abajo (no se desata sino que al ser raso al llevar medías se desliza hacia abajo) al atármela se me cayó el broche, me coloqué el broche y se me soltó la peineta, parecía un chiste. Finalmente, conseguí recolocarme y esperar fuera, por la cantidad de gente ya parecía que estábamos todos los asistentes al baile. Y así llegaron Joaquim Murat y Carolina Bonaparte. Tras la familia real y su comitiva fueron cubiertos por la guardia real, y tras ellos los invitados fueron entrando en la Palacio en fila. Yo me quedé al final y Oxana me llamó e hizo que Dimitri me diera el brazo, a su derecha Oxana, yo a la izquierda, para así desfilar entrando al palacio. Tras la primera puerta central uno accede al patio del Palacio, desde el patio central y sus corredores se ven las ventanas, es muy curioso pero hay ropa colgada en una de las ventanas, muy napolitano, cuyas calles están llenas de ropa colgada (después descubríamos que era una pequeña tienda de ropa y complementos de época para que las damas aprovecháramos si algo se quedó olvidado en casa). Caminando por los porches del patio llegamos a la puerta que da acceso a la gran escalera central del Palacio, completamente blanca e inmensa me recuerda a la del Hermitage en Rusia, esas escaleras son imperiales. Fuimos subiendo poco a poco tras la familia real, y aún en las escaleras en la última fila la vista era impresionante. Una vez arriba fuimos pasando por las diversas salas-museo del palacio. En teoría teníamos una media hora para visitar el palacio real pero al final todos estábamos pasando por las salas del palacio en fila india, sin saber muy bien que hacíamos, siguiendo a la familia real. Así que en un momento rompimos filas y nos acercamos a la gran escalera, para disfrutar de ella con luz, es un lugar impresionante pero si a eso le sumas todos nosotros vestidos de época napoleónica es fácil imaginarse cómo era el Palacio en la época de Murat. Después de las grandes escaleras de acceso al Palacio eche un vistazo a algunas de las salas como el teatro del Palacio o la iglesia, y cuando entré en otra de las salas vi al grupo en la terraza y llegué justo a tiempo para oír las explicaciones del guía. Teníamos una visita guiada en inglés a la terraza jardín restaurada del Palacio. Desde aquí hay unas vistas del mar, el puerto y el Vesubio impresionantes. Entre el palacio de Capodimonte y el palacio Real me quedo con el palacio real por dos razones: sus escaleras de acceso y su terraza jardín colgante. La terraza es una auténtica maravilla, es cierto que todavía no está completamente restaurada, la fachada todavía no está en perfecto estado pero el lugar tiene esas vistas tan magnificas, con esos pasillos de jardín cerrado y esos suelos de mármol blanco, que uno se quedaría paseando por esos pasillos verdes o sentándose en uno de los bancos de piedra admirando las vistas. Tras acabar el guía se puso a llover así aunque la familia real salió a la terraza yo entré dentro para terminar de ver las salas del palacio que me faltaban, a las ocho el museo cerraba las puertas y solo tendríamos abierto la sala d’ercole donde se haría el baile, la salita al lado sería el salón de juegos, y tendríamos todos los pasillos y escaleras para nosotros (para pasear y airearse porque dentro de la sala tras un baile hacía mucho calor. Como decía una vez cerrado el museo nos reunimos en la sala ercole donde Carolina Bonaparte y Joaquim Murat abrieron el baile, el primero después de hace cientos de años. Uno de los inconveniente de ir sola es que a veces tengo pareja de baile y muchas otras no, en cualquier caso baile unos cuantos bailes, y tras un par de baile ya se estaba sudando, era una sola donde hacia bastante calor para mantener los muebles y decoración de la sala. Tras los bailes pasear por el salón abanicándose o escapar a la sala de juegos es una opción tan buena como salir a pasear por los pasillos del palacio o disfrutar de las escaleras, como me gustan esas escaleras. Tras acabar uno de los bailes, cuando todavía estábamos en el centro de la sala aplaudiendo nos sorprende una profunda voz cantando, y es que tenemos a un cantante para deleitarnos esta noche como sorpresa. Tras el canto toca un descanso y la cena de buffet frío en los pasillos del palacio y el área Ambulacro (pasta y más pasta, acabé harta de tanta pasta). Tras la cena volvemos al baile, esta vez la sala tiene una buena acústica para la música en directo y también es amplia para que podamos movernos todos. Después de otro baile tuvimos otra de las sorpresas de la noche con la presencia de las attitudes de Lady Hamilton. Usando unos pocos chales, posaba como diversas figuras clásicas; como Medea, la reina Cleopatra, la maja desnuda de Goya, la Venus de Canovas, Madame Recamier, y otras más. Realmente no sé decir los nombres de los cuadros o esculturas pero excepto uno reconocí haber visto todos, realmente un gran talento que con solo telas y los gestos corporales consiguen recrear una obra de arte. Continúa el baile y pruebo a entrar en la sala de juegos, al menos una de las ventajas de no tener pareja de baile es poder cotillear todos los demás rincones y entretenimientos que se pueden encontrar en el palacio. A medianoche el baile termina y espero en la escalera ver como poco a poco los asistentes bajan la gran escalera y dejan el palacio entre las tenues luces que alumbran el lugar, los pasillos del patio exterior están ya oscuros y apenas un guardia se encuentra en la salida del palacio.
Mis imágenes: Fin de semana napoleonico en Napoles
Información para viajar: Jane Austen Florence Society
Museo y Parque Real de Capodimonte - Italia
Museo y Parque Real de Capodimonte
Visita: Mayo 2019
Mis imágenes: fin de semana napoleónico en el Golfo de Napoles
Información para viajar: Jane Austen Florence Society
A las diez de la mañana tomamos el autobús para ir hasta el Parque Real y Museo de Capodimonte. El lugar está algo alejado del centro (me alojaba en la zona de Chiaia) pero en el trascurso se puede ver el puerto y el tráfico caótico e Nápoles. Primero visitamos el palacio, dentro se pueden observar tres enormes patios y porches abiertos al exterior con grandes arcos, nosotros estuvimos en el patio interior del palacio esperando para entrar porque al ser un museo y ser un grupo tan grande teníamos que entrar en grupos de veinte personas poco a poco para no llenar las salas de golpe. Podíamos ver los dos primeros pisos, aunque las escaleras son muy oscuras las salas valen la pena porque aunque el museo es inmenso, lleno de obras de Miguel Ángel, Caravaggio, Tiziano, Goya, Fortuny, aunque también tiene exposición de armería. Es un museo muy completo, del cual te puedes perder detalles si no tienes tiempo suficiente para descubrir todas sus salas. Aunque lo ideal fue visitar el palacio en sí porque sus salas conservan las pinturas de sus techos, sus suelos brillantes, lámparas preciosas, techos pintados, porcelanas, sofás, mesas, espejos, etc auténticos rincones donde todos coincidimos que creaba un ambiente único para la recreación. Mientras paseábamos por las salas de este palacio de repente llegó una música de piano hasta nosotros, acercándonos hacia la música llegamos a uno de los salones principales donde un piano d cola y un pianista tocaba para el público. Entre las lámparas, las columnas, los ventanales, los suelos, los techos, nuestros ropajes y la música, todos evocamos lo que sería hacer ahí un baile. Aunque no sé si este palacio, que tiene varias salas, pero no muy grandes, tuvo bailes. El palacio Real de Capodimonte se creó por Carlos de Borbón como una residencia para la Corte junto a una reserva de caza. Así alrededor del palacio hay un gran parque que fue coto de caza real, desde el museo hay caminos entre árboles, fuentes y unas vistas inolvidables de la ciudad y el mar. Los momentos más memorables de la visita fueron encontrar ese espejo en una sala con el que observar al resto, la música del piano sonando de fondo en el palacio, descubrir de repente un cuadro de Goya (con un vestido amarillo, el color de moda – ya veréis-) y sobre todo el paseo por el Parque real. Imaginad salir del palacio por uno de los laterales y encontrar un paseo cubierto por frondosos verdes árboles, un par de farolas (de las de estilo antiguo no moderno) y ver caminar a los caballeros con las damas del brazo, así hasta llegar a una plaza con fuente al otro lado del palacio, con un mirador hacia el mar donde sentarse y pasear y hablar. Un paseo ideal para acabar la mañana antes de regresar al centro para comer y prepararse para el baile.
Mis imágenes: fin de semana napoleónico en el Golfo de Napoles
Información para viajar: Jane Austen Florence Society
Certosa di San Martino - Italia
Certosa di San Martino
Mis imágenes: Pendientes
Información para viajar: Jane Austen Florence Society
Tras salir del museo arqueológico montamos en los autobuses para ir hasta la plaza que se encuentra en frente de Certosa di San Martino. Hay bastante distancia (aunque con el tráfico de Nápoles igual parece mucha y no es tanta), pero la vista con la que te encuentras es la mejor recompense para ir hasta aquí. Nada más bajar el autobús nos encontramos con una vista de la ciudad de Nápoles desde arriba espectacular. Nos gustó tanto que había que seguir a Margarita hasta el restaurante y la mayoría se quedaron retenidos por la impresionante vista de la ciudad a nuestros pies. Pero el restaurante tenía un punto positivo, estaba aún más arriba de esa misma calle y por tanto tenía un mirador en su terraza desde donde podías ve la catedral, el mar, pero lo más impresionante fue el Vesubio, tan cambiante según anochecía, la luz cambiaba y las nubes se movían. Mientras disfrutábamos de las vistas, era subyugante observar como cambiaba el aspecto del volcán con el paso del tiempo, sacaron aperitivos deliciosos. Y cuando anocheció entramos a cenar sentados en el interior las luces eran muy modernas, no pegaban mucho con nuestros atuendos pero la cena fue también espectacular, hubo tantos deliciosos platos que en vez de retirarnos a las diez y media acabamos marchándonos a las once y media, por lo que de nuevo, otra noche que llegamos a medianoche. Estos días de recreación son madrugar y no parar hasta la medianoche. Recomiendo una escapada hasta Certosa di San Martino, las vistas valen la pena el trayecto.
Visita: Mayo 2019
Mis imágenes: Pendientes
Información para viajar: Jane Austen Florence Society
Museo Arqueologico de Napoles - Italia
Visita y práctica de baile en el Museo Arqueológico de Napoles
Tras la comida y un rápido cambio de ropa cogimos el autobús que nos llevó al Museo Arqueológico de Nápoles. Según el programa inicial esta tarde íbamos a ir al Palacio Real de Caserta pero debido a un cambio en la directiva los permisos para entrar en ropa de época (no, no se puede entrar a los sitios vestidos como uno quiera) fueron cancelados. Pero Margarita consiguió, en poco tiempo, encontrar un reemplazo, visitaríamos el Museo Arqueológico de Nápoles, con la exposición de Cánovas, y tendríamos la práctica de baile entre las esculturas de la Sala Farmeso. Yo ya había estado en el museo arqueológico la primera vez que estuve en Nápoles, y pasé varias horas recorriéndolo, y sorprendentemente el museo no había cambiado ni un poco, así que excepto la exposición de Cánovas, el resto del museo ya me lo había visto en su día, por lo que el tiempo libre de visita se me hizo un poquito largo, para entretenerme me dediqué a observar a la gente. Lo primero de todo al entrar todos los turistas se quedaron mirándonos, éramos dos autobuses de 60 personas llenos y vestidos de época que llegamos y entramos en fila en el museo, no son precisamente poca gente. Nada más entrar ya se mostraba una exposición de algunas de las esculturas así que casi todos revoloteamos por la entrada, según Margarita el baile era en la sal del Toro pero no sabíamos localizarla, Oxana, tan simpática ella, mandó a su marido Dimitri a ir a buscar un folleto en español del museo para buscar la sala. Ni en ruso ni en español la encontramos, pero al final era la sala del toro Farmeso. Una de las mejores imágenes eran las escaleras del museo pero con tanto turista no había forma de imaginarse la escena con solo nosotros, así que volví a recorrer las salas del museo, empezando por la zona donde se muestran los resto romanos de los lupanares de Pompeya, y luego el resto del museo. El museo es muy grande y como recordaba haberlo visto hubo momentos en los que me dediqué a estar sentada descansando (y no fui la única). No sé cuánto cuesta la entrada pero si te gustan los museos, hace años valía la pena la visita y hoy en día sigue valiendo la pena, aunque está igual de desordenado que hace años, aquí, en Nápoles, parece que no pasa el tiempo. Finalmente subí a la zona superior donde había más esculturas de la exposición de Canovas, aquí pudimos ver algunas esculturas famosas como Las tres Gracias o la Venus Victoriosa, y que incluso yo que no he estudiado arte las reconocí. La más curiosa, dado nuestros atuendos, fue la escultura de Paulina Bonaparte como Venus victoriosa. Esta escultura forma parte de la serie de mujeres tumbadas que se producen en esa época, como Madame Recamier de David y las Majas de Goya. Paulina yace aquí desnuda, según el estilo Imperio, en consonancia con la recuperación arqueológica del mundo clásico, los recientes descubrimientos de Herculano y Pompeya y la toma de modelos históricos. Aquí lo más curioso eran los puntos negros que cubrían toda la escultura, más tarde investigué al respecto (lo había estado hablando sentados con uno de los holandeses) y resulta que es el método que usaba Canovas para crear copias de las esculturas. Había una máquina de sacar puntos o puntómetro para lograr un copiado. Cuantos más puntos se transportan del modelo al bloque, más precisión se alcanza en la reproducción. Una vez sacados los puntos el acabado final se realiza por medio de la talla directa. Con el sacado de puntos, el maestro realiza una figura en barro y serán los operarios los que se encarguen de realizar el resto. De esta forma el artista ganaba tiempo para seguir creando hasta que retomaba la escultura los últimos retoques. Canova exponía en su taller distintos modelos en yeso; una vez elegido uno por el cliente, era copiado en mármol. Con el sacado de puntos, un modelo puede repetirse tantas veces como se quiera. Me resultó una información muy curiosa, pero también es como ver una escultura que realmente no la creó del todo el autor. Además de las esculturas, el techo de esta sala era como el de un palacio, todo decorado y con unas enormes puertas, con museos como palacios es un lujo pasear vestido de época. En la parte superior de la escalera muchos se dedicaron a recrear escenas de época, y ahí es cuando yo me coloque en la escalera y me dedique a observar. Finalmente (fueron dos horas libres para visitar el museo) nos acercamos todos a la sala Farmeso, había algunos turistas, no muchos porque ya era más tarde y no es una de las salas principales ni la que más turistas atrae, que se quedaron a vernos bailar. Aquí, como es usual, el maestro Donald Francis nos enseñó los pasos de cada baile, y luego bailamos con la música entre las esculturas del museo. No deja de ser curioso eso de bailar entre las gigantes esculturas de la sala Farmeso, la pena era la acústica, bastante mala para escuchar las directrices del maestro de baile. Además de los bailes habituales nos enseñó un baile basado en la coreografía de Gennaro Magri. Magri fue el maestro de baile del Palacio de Caserta en 1773. Estuvimos bailando hasta las siete y media, hora en la que el museo cierra sus puertas.
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Fin de semana Napoleónico en el Golfo de Napoles
Fin de semana napoleónico en el Golfo de Napoles II
Información para viajar: Jane Austen Florence Society
Palazzo Sessa - Italia
Palacio Sessa
Visita: Mayo 2019
Mis imágenes:Fin de semana Napoleónico en el Golfo de Napoles
Información para viajar: Jane Austen Florence Society
Quedamos a las diez y media en la plaza, mi alojamiento se encontraba justo al lado, la ubicación no solo fue perfecta sino que era un bed and breakfast regentado de forma familiar con un desayuno casero delicioso y una habitación en un edificio aparte que era como un apartamento, el mejor sitio donde me he alojado de todos mis viajes a Italia. Pero volviendo a lo que nos interesa, este jueves por la mañana, soleado en Nápoles, nos fuimos encontrando en la plaza dei Martiri recreadores de todo el mundo; canadienses, malteses, estadounidenses, franceses, holandeses, españoles, ingleses, rusos, italianos… las mujeres con sus bonetes, velos o mantillas, y sus sombrillas para protegerse del sol, los hombres con sus bicornios o sombreros, bastones, abanicos, botas, zapatos, chaquetas, un sinfín de complementos y colores llenaron la plaza (muchas gente nos preguntó durante el fin de semana si estábamos rodando una película y todos que estábamos muy bien). De aquí fuimos caminando todos juntos hasta el Palazzo Sessa que se encuentra bastante oculto en la ciudad. Si no fuera porque seguíamos a Margarita, la encargada de este evento en Nápoles, fácilmente nos habríamos perdido, porque encontrar el palacio es como buscar algo entre las laberínticas calles napolitanas porque ha sido absorbido por los edificios napolitanos, el crecimiento continuo de esta gran, ruidosa, caótica y sucia ciudad que a algunos espanta y a otros los enamora (me he encontrado con comentarios de viajeros con una y otra postura). A mi Nápoles, donde ya había estado hace unos trece años (si la memoria no falla) me pareció que no había cambiado nada. El caso es que si te interesa descubrir el palacio Sessa hay que ir por Feltrinelli, atravesar la Cappella Vecchia, pasar por debajo de un pórtico, aquí acabas en un patio que es como una plaza cuyo camino está rodeado por macetas de palmeras enanas, luego te deslizas en una curva cerrada para llegar a un pequeño callejón a la izquierda entras debajo de un arco, sales a un segundo patio y finalmente te encuentras con la fachada interior del palacio. Es en ese arco que se atraviesa dónde nos encontramos con guardias armados. En el edificio hay una sinagoga, por lo que soldados armados regulan el acceso al edificio por seguridad de la sinagoga, así como están prohibidas las fotografías, aunque he de decir que todos hicimos alguna pero nadie nos dijo nada, entiendo que se veía que las fotografías eran a nosotros con nuestros ropajes en ese lugar histórico, y no al edificio en sí. Como decía una vez atravesado el patio (un camino que te recuerda a la antigua Venecia y sus palacios) entramos en el patio que da a la fachada del palacio, el palacio tiene su fachada sin restaurar por lo que encontramos sus balcones como podemos pensar que eran en la época, por aquí entramos por otro arco que parece que continua hasta otro patio pero que en un lateral tiene unas amplias escaleras de piedra, subimos con cuidado las escaleras, como entonces subirían las dama con sus vestidos. Pasamos de la sinagoga y subimos a la segunda planta, actualmente el Instituto Goethe y antigua residencia de Emma Hamilton y donde estuvo Goethe en su visita a Nápoles. Antes de entrar disfrutamos de las vistas del techo de madera que cubre las escaleras del palacio y nos informan que el siguiente piso no existía en la época de Emma Hamilton. Entramos al moderno instituto Goethe donde han conservado todo lo posible algunos de los restos de decoración del palacio original, apenas un par de rincones porque el resto estaba muy desgastado, aquí tomamos asiento para descubrir la historia del lugar, porque al parecer no muchos la saben o como yo no quieren levantar la mano y reconocer que conocen la historia (yo porque tengo la costumbre de investigar antes de viajar). Lady Emma Hamilton nació como Amy Lyon de una familia pobre, trabajó de doncella antes de comenzar a trabajar como actriz. Si hacemos caso a los cuadros que hay de ella, era hermosísima, y de actriz también pasó a ser modelo y amante. Así se hizo amante de Greville quien le pidió que posara para su amigo George Romney, quien hizo varios de sus retratos. Además de hermosa Emma era muy inteligente y aprendía con rapidez, se convirtió en alguien de quien decían era elegante, ingeniosa e inteligente. Llego el momento en que Greville tuvo que casarse por dinero, y como no podía mantenerse con su amante (que a estas alturas ya era altamente conocida en la sociedad) y conseguir casarse con la heredera de dieciocho años Henrietta Middleton que podría no aceptarlo como pretendiente, decidió presentar a Emma a su tío. Y así fue como Emma llegó a conocer a Sir William Hamilton, el tío de Greville. Sir William era un aficionado a las antigüedades y objetos bellos, y conocía la famosa belleza de Emma. Su hogar en Nápoles era bien conocido por todo el mundo por su hospitalidad y refinamiento. Greville le planteó a Emma un viaje a Nápoles como unas prolongadas vacaciones mientras él estaba fuera por negocios. Ya en Nápoles, Emma se convirtió en amante de Sir William y posteriormente en su esposa. Desarrolló como entretenimiento social un tipo de espectáculo que ella llamaba attitudes. Combinaba poses clásicas con encanto moderno y traje livianos inspirados en la antigua Grecia. Nuevamente, gracias a la combinación de su belleza e inteligencia, sus “attitudes” la hicieron famosa. Fue ahí en Nápoles, donde Emma no solo se convirtió en Lady Emma sino que además se codeó con la realeza, y donde conoció al amor de su vida: el almirante Lord Nelson. Como esposa del enviado británico (Sir William), Emma dio la bienvenida a Nelson en 1793, cuando acudió a recoger refuerzos contra los franceses. Emma y Sir William escoltaron a Nelson al Palazzo Sessa donde Emma lo cuidó y se hicieron amantes. Se decía que Nelson y Emma estaban completamente y mutuamente enamorados, y así fue hasta su muerte. Pero cuando Sir William y Nelson murieron Emma y su hija quedaron sumidas a merced de sus parientes políticos, por lo que pronto fue olvidada y murió en la pobreza. Para terminar de transportarnos a la época de este personaje tan curioso como el de Emma Hamilton nos dividimos en dos grupos, uno se queda escuchando lo que Goehte escribió cuando estuvo en Nápoles y en el propio Palacio donde ahora estamos, y otro grupo sale a la terraza a disfrutar de las vistas que tenían en la época. Haciendo referencia a un testimonio de Wolfang Goethe. Goehte, en compañía de su amigo pintor Wilhelm Tischbein, llegó al Palacio Sessa en marzo de 1787 para rendir visita a Lord Hamilton, que tenía su residencia aquí. Por supuesto Goethe admiró los hallazgos de anticuarios y los objetos de arte raros recogidos por el embajador. Pero aun así más que la profusión de tesoros expuestos, el poeta fue golpeado, tal y como indica en la Italienische Reise, con el incomparable encanto de Emma Lyon que eran tan inteligente y astuta como hermosa, sabía cautivar mejor a aquellos caballeros inmersos en la cultura neoclásica, donde lució sus “attitudes” vistiendo en "traje griego" poses inspiradas en mitos antiguos. Uno puede imaginar que en las escaleras o pasillos del palacio Sessa Nelson tuvo la suerte de ver y enamorarse desesperadamente de Lady Hamilton, o como desde los balcones del palacio Emma observaba la flota inglesa, porque por entonces el Palazzo Sessa aún no había sido tragado por los edificios en la calle Morelli y destacaba su fachada exterior al esplendor del golfo (como el Palacio Real), actualmente los balcones del palacio no nos permiten ver el mar. Finalmente salimos del edificio y nos dirigimos a Ristorante Umberto (Via Alabardieri, 30) de cien años de antigüedad y buena comida, y tras la comida aún tuvimos el tiempo justo para poder cambiarse de ropa para la tarde.
Mis imágenes:Fin de semana Napoleónico en el Golfo de Napoles
Información para viajar: Jane Austen Florence Society
Napoles Subterraneo - Italia
Nápoles subterráneo
Visita: Mayo 2019
Mis imágenes: Italia
Información para viajar: Pendiente
Estuve en Nápoles hace mucho tiempo, cuando empecé a viajar uno de mis primeros destinos lo tenía claro: Italia. Pero después de tanto tiempo seguro habían cambiado algunas cosas, así que busqué en internet que había que ver en Nápoles (y que no hubiera visto ya en mi anterior visita) y encontré varias visitas, de las cuales pero llamó la atención la de Nápoles subterráneo y las catacumbas de San Genaro. No tenía mucho tiempo libre en Nápoles por lo que entre las dos elegí la de Nápoles subterráneo, dado que ya había visto varias catacumbas y tenía curiosidad por lo que se vería en esta visita. Hay visitas en italiano, inglés, español y francés. Solo que las visitas en español y francés no son cada dos horas como las otras, sino que son a las 12, a las 2 y a las 6 de la tarde. Mi vuelo llegaba justo para, con el tráfico italiano (y más el napolitano), llegar al bed and breakfast donde me alojaba y dejar las maletas para salir corriendo hacia la visita. Desde donde me alojaba hasta la entrada de la visita tenía unos cuarenta minutos andando. Afortunadamente la ruta para llegar era bastante sencilla (hasta que entras en las laberínticas calles del centro, entonces es fácil perderse). A las dos de la tarde pensaba que no habría mucha gente, teniendo en cuenta que además era jueves, pero todo lo contrario, había varios grupos de turistas, primero entran los de habla inglesa e italiana y luego fuimos los españoles. La visita vale la pena, son dos horas de recorrido donde ver algo diferente, conocer la historia de la ciudad, y escapar del calor de la superficie. Por supuesto no es apto para claustrofóbicos. La única pega que le encontré es que la guía iba demasiado rápido (pro eso tengo muchas fotos borrosas, de hacerlas en movimiento para no quedarme atrás) por lo demás muy recomendable. Aunque si planeas hacerla si lees toda mi entrada posiblemente te estropee todas las sorpresas de la visita guiada, por lo que si esperas que te sorprendan, no continúes leyendo demasiado dado que peco de dar mucho detalle. La visita a Nápoles subterráneo comienza junto a la plaza de San Gaetano. Uno comienza la visita frente a unas escaleras de 121 escalones que hay que bajar para descender 40 metros y comenzar la visita al subsuelo, abajo recomiendan llevar una chaqueta porque es cierto que no hace el calor que hace en la superficie (yo tuve que ponérmela), cosa que me sorprendió porque en Turquía las ciudades subterráneas eran agobiantes de calor cuanto más se descendía. Nada más bajar nos encontramos con una gran cavidad con mucho espacio y en un rincón un jardín, aquí la guía nos explicó que el Nápoles subterráneo se remonta a antes de Cristo, cuando los griegos que habitaban la zona, ante la necesidad de crear depósitos subterráneos para acumular agua, empezaron a crear grandes depósitos subterráneos de agua. Seguimos a la guía y bajamos algunas escaleras más para llegar a otra zona aún más espaciosa, donde podemos ver un agujero en el techo desde donde cuelga una bomba, y abajo junto a la piedra hay otras dos bombas. Aquí la guía nos comenta otra de las utilizaciones de ese Nápoles subterráneo, porque tras los romanos y los griegos los túneles quedaron semiolvidados y usados de vertederos. Pero cuando durante la Segunda Guerra Mundial, tuvieron que buscar un refugio para la ciudad para defenderse de los bombardeos, y cayeron en que tenían una red de túneles bajo tierra que podían usar de refugio, pero tanta gente afinada ahí abajo les hacía extrañar la luz y además creían que las iglesias no serían bombardeadas así que sobre la iglesia hicieron un agujero, el que estábamos viendo, pero se equivocaron y si fue bombardeada, de aquí se pasa por unos amplios pasillos donde tras una rejas hay una réplica de un tanque de la guerra y lo que si son reales son las máscaras de gas de las figuras tras las rejas. Aquí nos cuentan cómo vivieron bajo tierra durante la guerra y se pueden ver la zona que usaron como aseos. Aquí también podemos ver unas líneas de color en las paredes, son las que nos indican hasta donde llegaba el subsuelo original. Resulta que tras una grave epidemia de cólera, se decidió dejar de utilizar los depósitos subterráneos de agua de Nápoles. Por entonces, la ciudad ya tenía un increíble laberinto de galerías y túneles subterráneos, a los cuales se accedía por largos pozos que descendían desde cada una de las casas del barrio español de Nápoles y se decidió usar esos acueductos de agua como vertederos. Los tunes se llenaron de basura y hoy en día no se han podido recuperar muchos de los túneles originales y por los que pasamos están sobre metros y metros de basura. Se puede decir que Nápoles está sobre un cúmulo de basura. Algunos de los túneles se recuperaron como refugio en la guerra pero no se pudo recuperar la profundidad real que tenía en subsuelo de Nápoles. De aquí seguimos por los tunes a la guía que nos lleva hasta lo que representa la antigua cantera, tras la llegada a Nápoles de Carlos I de Anjou, se acentuó la extracción de toba volcánica para construir edificios en la ciudad. Y con el propósito el limitar el crecimiento desordenado de Nápoles, se prohibió introducir materiales de construcción en la ciudad. Lo que llevó a los napolitanos intensificaran el proceso de extracción de toba volcánica de los subterráneos. Seguimos hasta una zona donde el techo casi roza nuestras cabezas, aquí la guía nos señala la marca roja que nos refleja que esta zona está llena de basura bajo nuestros pies y por eso el techo está más cerca de nosotros que nunca, dado que las galerías originales eran mucho más profundas y con unos techos amplios como los que hemos visto al bajar inicialmente. Aquí la guía nos enseña varias salidas de los pozos y nos habla de la profesión del pocero, hombres menudos que se encargaban de la limpieza y del mantenimiento de las cisternas. Para acceder a las mismas utilizaban huecos en los que apenas cabían y se desplazaban por ellas mediante una ingeniosa red de agarres que aún hoy se pueden ver en los laterales de algunas de las cisternas. También nos comenta que los italianos pensaban que los poceros encontraban grandes tesoros bajo tierra y que como se conocían todos los túneles estos poceros podían visitar a una mujer casada cuando su marido no estaba en casa, y cuando el marido llegaba y veía el dinero decía “ya nos ha visitado el pocero”. Aquí la guía avisa que los tunes que pasmaos a pasar son estrechos, muchos de ellos hay que hacerlos de medio lado y sin bolsos ni mochilas por lo que avisa que quien tenga problemas con las zonas estrechas que es libre de no hacerlo, pero claro, si no lo haces te pierdes ver las cisternas napolitanas. En esta parte del trayecto te dan velas eléctricas para iluminar el camino, aunque es mucho mejor la linterna del móvil, el camino es realmente estrecho, lo usual es pasar rozando todas las paredes, pero se puede respirar sin problemas. Aquí la guía fue muy rápido pero así llegamos a la primera de las cisternas artificiales, dado que tras el desuso de los túneles solo tras la creación del metro se decidió recuperar la zona subterránea de Nápoles, y se llenaron de agua dos de las cisternas que había. De arriba del techo había un cántaro romano, y las escaleras originales, el agua es de un tono verde que me recuerda al agua de las termas de Bath. Mientras se recorren los estrechos túneles se escucha el agua correr. Y en una de las cisternas se pueden ver los agujeros que usaban los poceros para moverse por las paredes y los túneles. Finalmente acabamos saliendo a la misma sala por donde hemos entrado, si alguien no quería entrar los hubiéramos encontrado, pero todos en mi grupo entraron. De aquí nos acercamos a dos de las zonas de los túneles que los estudiantes universitarios utilizan como cultivo, en un experimento científico de ver si las plantas puedes crecer bajo tierra. De camino de un jardín artificial a otro pasamos junto a un sarcófago, pero la guía no se detiene a comentarnos que es, el lugar es enorme. De aquí nos lleva a una zona que parece una antigua bodega y nos explica que normalmente por falta de tiempo esa zona no la enseña (como hemos ido tan rápido es normal que nosotros si la podamos ver) y es la parte de un convento, dado que no solo las casas sino también los conventos hacían uso de los túneles subterráneos para guardar vino, alimentos o para encontrarse con amantes. Aquí acabamos esta parte del recorrido y nos toca subir los 130 escalones que nos separan de la superficie. Arriba se puede ver una exposición de uniformes y objetos de la segunda guerra mundial, que sirven de entretenimiento hasta recuperar el aliento y seguir con la visita, porque la visita no acaba aquí. La guía nos lleva por el exterior hasta una casa, donde entra con las llaves, por fuera parece una casa normal excepto que hay un cartel sobre un teatro greco-romano. En el interior nos encontramos con una antigua televisión, una cama y otros muebles y unos arcos. La guía nos cuenta que hace trece años (después de visitar por primera vez Nápoles, así que esta visita no existía cuando estuve en Nápoles) estaban investigando donde se podían encontrar los resto del antiguo teatro grecorromano, si es que todavía se conservaban tras las construcciones de las casas actuales (como en Zaragoza que apareció el teatro romano cuando demolieron un antiguo edificio, los que querían reconstruir se quedaron con las ganas ya que ahora se encuentra el museo del teatro romano). El caso es que encontraron esa casa con esos arcos y cuando preguntaron a la mujer que vivía ahí ella reconoció que tenían un escondite secreto que usaron en el pasado, la guía mueve la cama, que se introduce en la pared y deja un tablón de madera con una cadena del cual tiras y te abre unas escaleras al subsuelo napolitano, y que bajando nos lleva directamente a los resto del teatro grecoromano. El teatro se conserva casi en su totalidad pero sus muros se aprovecharon para construir casas en las que hoy en día continúan viviendo vecinos por lo que, aunque lo vemos en parte, la amplitud real del teatro nos lo tenemos que imaginar. Está muy bien conservado y es curioso como encima de este teatro tan bien conservado (lo usaron de bodega) se encuentran las casas actuales. De aquí pasamos a otra casa, donde se conserva resto del teatro, aunque no tanto como en la otra casa, por lo que en su interior podemos encontrar otros alicientes, resto de una película donde salió Sofía Loren y muchos variados belenes napolitanos. Aquí acaba la visita al Nápoles subterráneo, las prisas habían valido la pena.
Visita: Mayo 2019
Mis imágenes: Italia
Información para viajar: Pendiente
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