Murallas chinas de Finestre - España

Murallas chinas de Finestre 

Otra excursión con Aragon Xperience descubriendo rutas. Salimos a las siete y media de la mañana porque tenemos que ir desde Zaragoza hasta Barbastro, que al ser Aragón una de las comunidades más extensas de España (la cuarto me dijeron una vez) hay lugares bastante alejados. De Barbastro seguimos dirección Lérida, y en un desvío nos acercamos a Estupiñán del Castillo (debido a una serie de situaciones tuve bastante atención a los carteles de la carretera, aunque normalmente no fijo). Yendo hacia la izquierda entramos en un camino de tierra con bastantes baches, pasamos (me di cuenta a la vuelta) junto a una antigua estructura abandonada y nos podemos fijar que las rocas que nos rodean ya tienen algunas curiosas formas en pico. Desde Estopiñán hay una pista que llega hasta el pueblo, pero no es recomendable para los amantes de sus coches, ya que está más preparada para 4x4 o coches con los bajos altos (y eso que una no entiende de coches). Aún así seguimos por la carretera de piedra y arena hasta llegar al puente de Penavera, sobre el embalse de Canelles. Una vez llegamos al puente vemos varios coches aparcados lo que da una indicación de que es el momento de dejar aparcado el coche y seguir con la ruta. Durante el camino pudimos encontrarnos con coches que subían y bajaban hasta el pueblo de Finestres, pero la mayoría eran coches que podían ir entre esos socavones, agujeros, pedruscos o piedrecillas varias. Yendo despacio todo es posible pero tampoco es cosa de quedarte ahí en medio de la nada (yo al menos no tuve cobertura en todo el camino) así que dejamos aparcado el coche tras el puente e hicimos el camino a pie, unos 7 kilómetros sin mucho desnivel. El único problema: el intenso calor que hacía. Como decía, aparcamos el coche y comenzamos a caminar, ya había avanzado bastante la mañana ya que antes de empezar siempre hacemos una parada técnica, que luego no es que tengas baños o bares cerca de la ruta, y el sol ya brillaba con fuerza en el cielo. Al poco de iniciar el camino (o eso me pareció) hay una bifurcación, el camino a la izquierda va a Fet L’Estall y Montfalcó y el de la derecha sigue hacia Finestre, vamos tan empeñados en subir que casi nos equivocamos, menos mal que el guía nos avisó que era a la izquierda (bajada) en vez de hacia la derecha (subida). En el camino de ida fuimos disfrutando de las preciosas vistas del agua azul turquesa del embalse, que contrastaba sobre la árida tierra que lo cubría todo alrededor con una vegetación más bien de pinos y bastante seca, con pocas flores. Y hasta vimos a un pescador sobre una barca en el embalse. Debido al calor, que no porque la pisa sea complicada, nos vamos parando en pequeños rincones de sombra bajo los pinos. No hay demasiados rincones con sombra y, sobre todo, si hace un día caluroso como el nuestro es muy importante llevar mucha agua, porque no hay ningún sitio cercano que tenga agua (por mucho embalse lleno de agua que nos rodee). Así entre parada y parada vemos el puente que hemos cruzado con el coche al fondo a lo lejos, y se ve que ya hemos andado, sin darnos cuenta, bastante. Y así llegamos, girando la derecha, al pueblo abandonado de Finestre. Lo primero que nos encontramos es una cruz (y a una chica sentada en la base de la cruz leyendo, aunque cuando llegamos nos mira más que leer). Avanzamos para entrar al pueblo, tenemos delante lo que parece ser la iglesia, en el centro está el lavadero con un cartel informativo sobre Finestre / Finestras y sus alrededores, y se ven también un par de casas. La casa mejor conservada tiene la puerta cerrada y el nombre de Casa Coix, a sus pies que da buena sombra hay otros excursionistas que hay dejado el coche en el puente y han llegado al pueblo andando. Son ellos los que nos confirman la dirección para llegar a la Ermita de San Marcos. En el pueblo hay dos carteles, uno hacia la ermita de San Marcos y otro a la Ermita de San Vicente. Junto a la puerta de la iglesia hay un macetero con flores y una carta plastificada de una antigua vecina de Finestre a los visitantes que hasta ahí llegan, pues la formación natural que se encuentra en esta zona atrae a todo el mundo. Tomamos el camino hacia la Ermita de San Marco metiéndonos pro un pequeño camino lleno de vegetación que ha crecido a su libre albedrió entre los muros de las casas abandonadas y así salimos del pueblo hasta llegar a un lateral de la montaña que nos comienza a ofrecer vistas de las formaciones rocosas que forman la muralla natural de Finestre. Hay una explanada de tierra como si fuera un mirador desde donde podemos ver la muralla de piedra de punta a punta. En el lateral izquierdo y en el centro hay unas formaciones rocosas de tono rojizo que se asemejan a los torreones que tiene la muralla china (que al contrario que estas, fue creada por la mano del hombre mientras que esta fue creada por la naturaleza). Luego las formaciones rocosas forman una pared vertical lisa que va de punta a punta de la montaña formando una muralla. Es debido a esta característica tan peculiar por la que se considera como una muralla y se le da el nombre no formal de “murallas chinas de Finestre”. Es curioso cómo, aunque hay dos paredes de piedra, estas discurren de la misma forma, casi completamente idénticas en forma. Estas formaciones rocosas están parte en la montaña y parte en el agua del embalse de manera que vemos a algunos piragüistas a su alrededor. Verlas desde abajo también debe ser impresionante. En el centro de la muralla hay una construcción, creo que es el antiguo castillo o la otra ermita y está construida haciendo uso de las paredes naturales de la muralla, con utilidad, sin duda, defensiva. Seguimos subiendo y nos encontramos con la Ermita de San Marcos en lo alto y junto a ella unos bancos y un mirador. Desde aquí aún se ve mejor la extensa muralla sobre el agua azul turquesa del embalse y también hay un cartel explicativo algo ajado por el sol. La ermita de San Marcos se puede visitar, ya que la puerta no está cerrada con llave, dentro hay unas pinturas asociadas a su nombre. La ermita de San Vicente está algo más lejos, junto con el antiguo castillo, pero dada la hora (ya eran las dos de la tarde) decidimos volver al pueblo y comer a la sombra mientras reponemos fuerzas. Una vez terminamos de comer nadie tiene intención de ir hasta la ermita y tomamos el camino de regreso, que son los mismo 7 kilómetros de antes pero que como estamos más cansados, es más tarde, y el sol, que ya antes pegaba fuerte, ahora está abrasando, se nos hace mucho más larga (a mí por lo menos). El recorrido de vuelta ofrece la misma vista que a la idea, pero con el intenso calor deja de resultar atractivo y solo resulta una larga pista de arena y tierra. Vamos parando a cada rato en los pequeños rincones de sombra que se pueden encontrar, pero debido a mi situación personal física me adelanto y comienzo a caminar sin parar, aunque me separo del grupo. Uno se conoce y sabe cómo mantenerse para llegar al final. Suelo quedar con un compañero de trabajo para andar por Zaragoza y nos hacemos unos 17-20 kilómetros por lo que 7 kilómetros no son tanto, el problema es el calor (muy importante llevar mucha agua, no exagero, si os toca un día tan caluroso como a nosotros toda el agua que cojáis os parecerá poca). Y si algo he aprendido cuando quedo con mi compañero a andar es que cuando acabo y me siento luego se me hace imposible plantearme el andar dos pasos, así que no paro y continuo el camino. Mientras ando a mi ritmo veo pasar corriendo al guía y pienso en qué algo ha pasado, la vez anterior que lo vi correr así fue para ir a buscar la furgoneta porque alguien del grupo no se veía capaz de continuar el camino andando, y esas rutas de Aragon Xperience no son como otras, aquí lo importante es disfrutar por encima de andar. Al rato veo al guía volver en la furgoneta, poco a poco dado que el camino no deja de ser complicado para ir rápido, así que he supuesto bien y hay alguien que necesita una ayuda para regresar. Es realmente bueno tener esa opción, porque como ellos dicen, las excursiones que hacen son para disfrutar, no para sufrir, así que siempre se preocupan para que todos disfrutemos. Finalmente llegamos todos hasta el puente y cogemos los coches para poder ir a un lugar donde podamos hidratarnos, porque como decía, el problema del día fue el calor. Al final acabamos todos la excursión sin problemas y las vistas son muy recomendables.

Visita: Junio 2021

Cuaderno con imágenes: Diario 2021 Ruta Murallas de Finestre (Aragón)

Mis imágenes: Álbum Página de Facebook

Información para viajar: Aragon Xperience

Hecho - España

Hecho

Al ser domingo apenas hay gente y está todo cerrado pero nos permite pasear tranquilamente por sus calles, empezamos en la parte de arriba del pueblo y nos vamos acercando hacia una zona donde hay una cruz de hierro y una especia de mirador donde ver el pueblo y el valle. Aquí seguimos caminando entre las casas de piedra, con sus curiosas chimeneas redondas y sus tejados cubiertos de hierba hasta la iglesia. Subimos las escaleras para acercarnos a la iglesia románica, con un cartel informativo y buenas vistas de los tejados de las casas del pueblo y sus características chimeneas. Tras dejar atrás la plaza mayor vamos bajando por la calle que rodea la iglesia que pasa junto al museo etnológica, que está cerrado al ser domingo por la tarde, pero junto al cual ha una bicicleta de escultura, puesta de tal manera que si no te fijas en las garras de apoyo podrías pensar que es real. El paseo por el pueblo, totalmente solos, nos permite disfrutar de las casas de piedra y sus balcones de madera adornados de flores. Así llegamos a donde hay una escultura con los trajes típicos de Hecho y el parque de esculturas. De aquí, ya que todo está cerrado, volvemos al coche subiendo una pequeña cuesta. Resultando el recorrido del pueblo casi circular. Y de aquí volvemos a Zaragoza.


Mis imágenes: Álbum Página de Facebook

Información para viajar: Aragon Xperience

Diario 2021: España - Ruta Aguas Tuertas Valles Occidentales y Hecho (Aragón)

Salimos con Aragon Xperience de nuevo al Pirineo Aragonés. Otra vez dan lluvias así que igual tenemos suerte y vemos poca gente (lo que al final pasa). Nuestro recorrido en coche como siempre, parada pasada Huesca para descansar y seguimos hasta el punto de comienzo de la ruta. La ruta comienza cuando llegamos al parking de Guarrinza, el último punto donde pueden llegar los coches, ya que hay un letrero que prohíbe seguir en coche por la pista forestal. El estacionamiento es pequeño, por lo que recomendamos ir temprano para no quedarte sin plaza.

 
 

Desde el estacionamiento empezamos a caminar por la pista forestal que tiene un ascenso leve por el valle, donde solo se escuchan los cencerros de las vacas que vamos encontrándonos por todo el camino, en ocasiones posando para una fotografía, otras defendiendo a los ternericos, y algunas solo pastando tranquilamente. A medida que se sube se pueden ver a lo lejos las dos cascadas provocadas por la caída del agua del río y si te das la vuelta tienes una vista espectacular del valle con las altas montañas de fondo. Un cuadro paisajístico de valle verde con montañas azules y nubes pintadas. Seguimos subiendo y oigo que me llaman unos compañeros de grupo, han oído a dos marmotas hacer ruido jugando y las pueden ver en una roca, cuando me señalan donde para localizarlas ya no veo dos sino solo una, pero parece quieta mirándonos como curiosa.

 
 
 

Nunca había visto una marmota haciendo una ruta senderista. nos encontramos en la pista un poste donde se indican dos senderos: hacia un lado puedes seguir un sendero que lleva a Guarrinza La Mina y hacia el otro lado se continúa al Valle de Aguas Tuertas. En este punto hay otra vista bellísima del valle por donde va bajando el río, esta vez mucho más centrada que durante el camino dado que estamos en el centro del medio del valle, y también se puede ver el Túmulo del Salto, un círculo de piedra que data del III milenio a.C. según se puede leer en un cartel.

 
  
 

Desde este punto podemos seguir la pista forestal o puedes tomar un tramo ascendente por un sendero de la ruta marcada como GR-11, pero dado las agujetas que tengo del resto de la semana por mi parte me uno al grupo con la subida más larga pero menos pesada ya que esa subida es rocosa y empinada, y dado que ambas opciones conducen al mismo lugar todo el grupo acabamos siguiendo la pista forestal, que al fin y al cabo nos da sorpresas como las marmotas. Y así llegamos a una valla con una puerta que pone “paso de ganado, cerrar la puerta” así que una vez pasamos todos el último cierra la puerta para evitar el paso del ganado.

 
 
 

Ahí al lado hay una pequeña cabaña y girando junto a ella te encuentras con el Valle de Aguas Tuertas, un imponente valle rodeado de montañas, con río y meandros de agua marrón, verde intenso, flores amarillas que lo van salpicando, y caballos pastando tranquilamente. Una imagen bucólica de película. Descendemos al valle y nos movemos por el acercándonos a los meandros que va creando el río, en zigzag, en curva, etc, Aguas Tuertas en aragonés significa Aguas Torcidas, que es el motivo del nombre del valle. Los caballos están tranquilos, hasta vemos a uno dar una vuelta entera para levantarse, sin que nuestra presencia los moleste.

 
 
 

Para apreciar mejor la forma del río, nosotros subimos por un lateral de la montaña para tomar altura y tener una mejor perspectiva del valle pero al fondo, donde están las montañas nevadas vemos que se acercan unos oscurísimos nubarrones así que el guía nos recomienda regresar para ir a visitar otro rincón del valle antes de que nos alcance la tormenta. Desde donde hemos bajado podemos seguir hacia ese lado del valle, hacia el final del mismo, donde nos encontramos con el dolmen de Achar de Aguas Tuertas, que data del III milenio a.C., de finales del Neolítico, es pequeño y no se ve desde lejos pero cuando estás cerca puedes distinguir que no son unas rocas del valle sino un dolmen, debido a su pequeño tamaño hay gente que lo confunde con unas rocas.

 
 
 

Un poco más arriba del dolmen encuentras el letrero informativo y este dolmen se conoce como la caseta del duende, aunque el cartel informativo está muy rayado y estropeado para poder leer toda la información detallada. Desde el dolmen tenemos una vista del valle y las montañas del fondo nevadas, otra imagen de postal. Desde aquí seguimos subiendo un poco más y vemos una pequeña cascada de agua y desde un punto más alto una vista espectacular del valle y las montañas.

 
 
 

Retomamos el camino de regreso por donde hemos venido, el paisaje de este valle con su verde, sus ríos manchados, sus vacas pastando y sus nubes cubriendo los rincones me recuerdan mucho a Escocia. De regreso por la pista forestal volvemos a ver a las marmotas, la verdad es que me cuesta bastante más que la vez anterior porque están mucho más alejadas. Justamente, como se previa, nos llegó la tormenta, afortunadamente era al final de camino de bajada por la pista y al menos el resto de la ruta de salvo, de nuevo, de la lluvia. Y pudimos disfrutar del paisaje por completo.

 
 
 

Tras esto retomamos los coches y salimos hasta donde hay un bar y zona de mesas para tomar algo y hacer barbacoa y así comer resguardados de la lluvia. El bar se encuentra junto a un Haya enorme que según nos dice la del lugar está catalogada pero todavía no han llevado el cartel con la información. Tras comer deja de llover, como decía, mucha suerte en nuestras rutas pese a las previsiones del tiempo. De aquí nos dirigimos a Hecho para dar una vuelta por el pueblo antes de volver a Zaragoza. 
 
 

Al ser domingo apenas hay gente y está todo cerrado pero nos permite pasear tranquilamente por sus calles, empezamos en la parte de arriba del pueblo y nos vamos acercando hacia una zona donde hay una cruz de hierro y una especia de mirador donde ver el pueblo y el valle. Aquí seguimos caminando entre las casas de piedra, con sus curiosas chimeneas redondas y sus tejados cubiertos de hierba hasta la iglesia. Subimos las escaleras para acercarnos a la iglesia románica, con un cartel informativo y buenas vistas de los tejados de las casas del pueblo y sus características chimeneas. Tras dejar atrás la plaza mayor vamos bajando por la calle que rodea la iglesia que pasa junto al museo etnológica, que está cerrado al ser domingo por la tarde, pero junto al cual ha una bicicleta de escultura, puesta de tal manera que si no te fijas en las garras de apoyo podrías pensar que es real. El paseo por el pueblo, totalmente solos, nos permite disfrutar de las casas de piedra y sus balcones de madera adornados de flores. Así llegamos a donde hay una escultura con los trajes típicos de Hecho y el parque de esculturas. De aquí, ya que todo está cerrado, volvemos al coche subiendo una pequeña cuesta. Resultando el recorrido del pueblo casi circular. Y de aquí volvemos a Zaragoza.

 
 

Presentación

Curriculum Viajero - Presentación