Hay libros cuya sinopsis no invita a leerlos pero una vez comienzas ya no puedes dejar de leer hasta terminar la historia y saber todo lo que el autor nos quiere contar, este es uno de esos casos. Y además nos muestra un poco de la Holanda de esa época, y de Amsterdam. El libro es "Palabras en mis manos" de Guinevere Glasfurd. "Salimos a la calle. Cuando nos alejamos de la sombra de Westerkerk, nos detuvimos a contemplar la vista: el Prinsengracht, brillante y resplandeciente, un continuo fluir bajo la brisa cálida. Las barcazas se arremolinaban, cabeceaban y se rozaban en sus amarres. Las cuerdas se distendían, luego se tensaban, luego se rozaban entre sí. " Westerkerk Prinsengracht "Aferré las invitaciones con fuerza y señalé por dónde teníamos que cruzar la calle para dirigirnos a Herengracht. Cuando alcanzamos la otra acera, atajamos por un callejón que daba a Langestraat y volvimos a salir a la rutilante luz del sol. " Her
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