Llega el tren a vapor a Mora La Nova, en 1891 se inaugura la vía de Mora La Nova que a día de hoy sigue conectando con Zaragoza. La Fiesta del vapor organizada por el Museo del Ferrocarril de Mora La Nova nos da la excusa para otro viaje en el tiempo Con mi maleta (de época) me dispuse a esperar al tren, que llegaba con una hora de retraso. Su salida de Zaragoza hasta Mora la Nova llevaba los vagones llenos de estudiantes hasta la frontera con Cataluña, entiendo que estudiantes que volvían al pueblo después de estudiar entre semana en la ciudad. Aun así, conseguí un asiento en ventanilla para disfrutar del paisaje y de las pequeñas estaciones inauguradas entre 1890 y 1895. Como daban lluvias cogí mi paraguas y esperé en la estación de Mora la Nova a que fuera llegando el resto para ir hasta la nave de donde saldrían todos los trenes. En la nave había varios trenes de la época para disfrutar. Por un lado, algunos trenes de vapor enormes que no se movían, otros que se iban y volvían y a los que se podía subir para ver por dentro la maquina de locomotora de carbón.
Después de subir con ayuda de los mecánicos, dado que con la ropa de la época 1890 era algo complicado subir ahí arriba disfrutamos viendo todos los detalles. Al lado de esta había otras dos locomotoras a vapor que lanzaban vapor de vez en cuando antes de ponerse en marcho, era como viajar a una estación Britania antigua llena de humo y silbidos de las locomotoras. Luego había dos trenes más. Uno con un vagón de madera abierto para transportar viajeros de un lado a otro de la estación del museo. Un viaje fabuloso, aunque a esa velocidad hay que agarrarse bien hombres y mujeres los sombreros o estos salen volando y será difícil recuperarlos. Y el siguiente y último tren de vagones cerrados era también para los viajeros, para desplazarse de un lado a otro. Donde compartir la vivencia de un viaje como en la época, compartiendo vagón con personajes de todo tipo y categoría, porque hasta los mecánicos y limpiabotas se colaban para ganarse un real.
Al llegar a la estación visitamos la estación central para comprar billetes y reclamar al jefe de estación por los retrasos. Llego sin darnos cuenta la noche donde nos alumbramos con candiles antes de ir a dormir y a la mañana siguiente paseamos junto a las vías mientras disfrutamos de una exhibición de los bomberos de la época. el mejor momento los niños, que estaban señalando siempre que era Mary Poppins. Tras comer regresé a la estación para esperar al tren de vuelta Mora La Nova – Zaragoza.
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