El 18 de junio de 1815 comienza la batalla de Waterloo, que terminaría con el imperio francés de Napoleón, alzaría a la fama internacional a Wellington, e instauraría nuevos límites en Europa; una Alemania confederada, una España Borbónica, una Suiza independiente, una Italia de estados independientes, una Holanda bajo la Casa de Orange...
Realmente la batalla se libró cerca de la aldea de Braine-l'Alleud pero Wellington situó su cuartel general en la población de Waterloo, por lo que esta batalla heredó su nombre. Es una batalla histórica y en el 2015 pude revivirla a través de la recreación de la misma y un viaje por Bélgica.
El anochecer caía sobre el campo de batalla, y una intensa lluvia se derramaba sobre el campo y los combatientes, doscientos años después un dulce tono rosado alumbra el cielo de Waterloo. Al fondo, sobre los montículos del campo de trigo se pueden ver, entre los espacios que deja el humo del fuego (aliado o enemigo, en la distancia no se puede saber) se puede ver las banderas de algún regimiento que avanza lentamente para atacar. Bajando la ladera los jinetes de unos y otros se enfrentan entre sí en un lío de uniformes y espadas. El sonido de los cañones retumba, el fuego de los disparos, aún en la lejanía, iluminan en cielo, cada vez más oscuro al caer la noche. Con la oscuridad casi no se distinguen a los regimientos, mucho menos con el intenso humo de las armas, pero se ven los disparos de la pólvora al explotar. Y entre tanto humo se escuchan los gritos y la llamada de la corneta, así como el sonido de las gaitas. No es un cuadro o una película, aunque por los colores y las posturas lo pareciera, es la recreación de la batalla de Waterloo en su doscientos aniversario.
Poder ver la inmensa recreación de la batalla, dos días de recreación, y así como sus lugares históricos y campamentos, sin duda merece la clasificación de momento memorable.
¡Ya lo creo! La Historia es increíble, debió ser una espectacular recreación.
ResponderEliminarUn abrazo
vivirviajandoenfurgo.blogspot.com
En este bicentenario, como era de esperar y de temer, han faltado nuevas perspectivas. No fue sólo una batalla. Fue una campaña. Ocurrieron muchas más cosas que lo que ocurrió en aquel campo belga el 18 de junio. Por ejemplo en la frontera de los Pirineos. Eso también es digno de recordar. Sobre todo porque la guerra se ganó allí sin tener que disparar un sólo disparo real.
ResponderEliminarEn eso había quedado el Imperio de Napoleón en el verano de 1815.
Para remediar ese error nada como empezar por leer esta muestra de "El Waterloo de los Pirineos".
http://hiberniansoldierbooks.com/2015/06/19/the-spanish-corner-i/
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Un cordial saludo.