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Jerusalen - Israel

Jerusalén


Jerusalén tiene mucho para ver, es una ciudad en la que se tiene que estar varios días. A nosotras nos quedaron dos sitios de la lista en el tintero, pero la cuestión es que los dejamos sin ver porque no nos apetecía, y si algo no te apetece, tampoco vas a forzar una visita solo porque todo el mundo haya ido. Llegamos a Jerusalén la tarde del jueves, pero ya estaba anocheciendo. Este es el lugar de todo Israel donde más vimos a los judíos ortodoxos. Camino a nuestro hotel pasamos por el barrio religioso y el guía nos comentó algo que habíamos estado viendo en las noticias israelís cuando estuvimos en Tiberiades y la televisión del hotel no tenía más que noticias en hebrero y en español solo había una telenovela. Resulta que Israel es un país muy religioso, pero también un país muy igualitario en cuanto a la justicia. De forma que si el servicio militar es obligatorio para todos los israelís, hombres y mujeres sean de la religión que sean, eso se tiene que cumplir. Pues resulta que un judío ortodoxo no se presentó cuando recibió la carta del servicio militar y claro, lo mandaron a prisión, por eso los judíos ortodoxos están manifestándose. Vimos las imágenes de las manifestaciones en la televisión, pero también en vivo cuando pasamos con el autobús. Había concentrado un pequeño número de judíos, y policía a pie, en coche y a caballo. Mientras estábamos parados en un semáforo vi a un judío ortodoxo cómo se subía el pañuelo tapándose la cara como hacen aquí cuando no quieren que los reconozcan, y me dije, ese se está preparando para la manifestación o para montarla. Esa noche estábamos tan cansadas que no salimos del hotel, donde cenamos junto a una pareja mejicana y nos fuimos a dormir. Al día siguiente, viernes, comenzamos el día visitando el museo de Israel, cuya cúpula, que se ve desde lejos, se mantiene a la misma temperatura gracias a las fuentes de agua que caen sobre ella; una arquitectura muy moderna y original. En el museo de Israel vemos la maqueta de la antigua ciudad y el guía nos va explicando la historia arqueológica de todo lo que vamos a ir viendo esos días. Cuando nos dirigimos a otro de los sitios del museo y mientras el guía nos explica oímos como un dron nos sobrevuela, eso sí que es vigilancia. Entonces entramos en unas salas con forma de cueva donde vemos objetos que se encontraron las cuevas de Qumram, y al final de ese túnel-gruta se encuentra una sala redonda donde podemos ver los famosos manuscritos del mar Muerto, lamentablemente no se puede hacer fotografías dentro del museo. De aquí nos vamos a visitar el barrio de Ain Karen y la iglesia de la Natividad de San Juan Bautista, en le barrio vemos unas frutas gigantes, unos limones con el tamaño de melones, y de nuevo helados que disfrutar bajo el sol de Jerusalén. La iglesia de san Juan Bautista tiene también una gruta, algo que está siendo habitual, y mosaicos antiguos en el suelo. Desde aquí se puede ver bastante cerca la iglesia rusa de María Magdalena, con sus cúpulas doradas resaltando sobre el verde del monte. Y finalmente visitamos y comimos en el museo-memorial del Holocausto judío. Lo cierto es que tanto tiempo en el museo me pareció excesivo, pero es lo que hay si se va en circuito. Tras este viaje puedo recomendar el circuito para ver el resto de Israel, pero para ver Jerusalén mejor ir por libre. Mi amiga y yo pasamos bastante del museo pero disfrute de un helado en la terraza del museo donde está el restaurante, tomando todo el sol de febrero que podía, porque daban lluvias pronto. Tras terminar de comer nos acercamos la ciudad vieja de Jerusalén, nos paramos en las murallas junto a la puerta de la basura como la llama el guía, pero es la única puerta que he visto que no conserva el nombre, cada uno la nombra como quiere (porque en varias guías y blog de viajes la llaman de diferentes maneras). Aquí observo otras de esas cosas curiosas que uno lee y que no imagina ver (como lo de la manifestación de los judíos ortodoxos) estaba vez el control que tienen sobre todo el mundo. Cuando estamos en las murallas me fijo que me estropea la foto un chico sentado en las rocas a los pies de las murallas, y el dichoso chico no se mueve, al final el grupo se aleja hacia la puerta de la muralla y cuando voy a seguirlos veo como se acercan tres soldado al chico, lo hacen levantarse y mientras unos le preguntan algo, otro se dedica a mirar en los huecos de la roca, y me doy cuenta de que efectivamente era muy sospechoso que estuviera tanto tiempo quieto en el mismo sitio, y que este no es un lugar donde hacer cosas sospechosas. Tras cruzar la puerta tenemos una vista perfecta de la explanada de las mezquitas, donde podemos ver perfectamente el arco de Richarson (el nombre es dado por la persona que lo descubrió). Aquí el guía nos explica muchas cosas sobre la cultura judía y sobre Israel mientras podemos ver a muchos judíos ortodoxos camino al muro de las lamentaciones, algunos de los hombres llevan unos sombreros de pieles muy curiosos y es que son los sombreros para los momentos especiales y ya se acerca el sabath. En el vuelo de regreso uno de los pasajeros llevaba una sombrerera con el nombrado sombrero de gala y mi amiga me dijo que le recordaba a mi cuando viajo de recreación histórica. Tras disfrutar de las vistas y las explicaciones a la sombra de un olivo, nos dirigimos hacia la entrada al muro de las lamentaciones (aquí allí lo llaman el muro de los lamentos), las mujeres por un lado y los hombres por otro. Al pasar el control de seguridad el grupo se retrasa porque alguien del grupo lleva una navaja para pelar la fruta, muy típico nuestro pero para entrar en estos sitios es “sospechoso” y ya he comentado que ser sospechoso en este lugar significa perder tiempo siendo interrogado. El muro de las lamentaciones en realidad es una parte de la muralla de la ciudad antigua de Jerusalén que es la que más cerca estaba al templo sagrado, y por tanto sagrada para los judíos. Aquí hay un punto curioso, la explanada de las mezquitas es propiedad musulmana, y ahí no pueden entrar judíos, y el muro de las lamentaciones es propiedad judía. Afortunadamente nosotras podríamos entrar a ambos lugares para verlo, eso sí, dentro de la cúpula dorada solo pueden entrar los musulmanes, pero bueno, la cuestión es que dentro de la misma ciudad hay cientos de rincones que están en conflicto con diversas religiones, y nadie se queda atrás, porque si bien ahora hablo de judíos y musulmanes, en el santo sepulcro hay una pelea por las llaves del lugar por cristianos ortodoxos, católicos y armenios. Vamos, que Jerusalén es un polvorín y es increíble que se conserven tanto rincones antiguos con todo lo que ha pasado y podría pasar. Pero volviendo al muro, nos encontramos con varias personas en dos secciones divididas, la de las mujeres, donde entramos nosotras para tocar el muro y meter el papelito con las peticiones, y la de los hombres zona que podemos ver perfectamente desde nuestro lado. En nuestro lado hay sillas y mesas con libros, en el lado de los hombres también hay mesas con unos curiosos manteles, los hombres tienen que taparse la cabeza, porque es la parte más cercana a Dios. Mientras esperamos vemos como se balancean y oran, aunque nada fue tan impactante como vivir el sabath en Jerusalén. Por cierto, el motivo de visitar el muro el viernes es porque el sábado está prohibido hacer fotografías porque es un día sagrado, y el domingo nos marchamos de regreso a España así que, no quedan más días para poder hacerlo. Tras salir de visitar el muro regresamos camino a la puerta de la basura, no sin antes parar en la entrada a la explanada de las mezquitas, este es uno de los lugares que no visitaremos, y que se recomienda visitar, pero en este día no tenemos tiempo y el día de regreso tal vez podríamos haber ido, pero no estábamos muy seguras de los horarios, y ya nos tenía bastante preocupadas la salida del país (siendo lo difícil y sospechosas que nos vieron para salir de Madrid- que ni siquiera digo para entrar al país-), y hablando de verlo todo, el otro de los lugares que dejamos sin ver fue el mercado de Mahane Yehuda, en serio, no soy persona de mercados ni tiendas, y si no fuera por los regalos a la familia no pisaría ni una tienda ni mercado en mi vida, por lo que por mucho que nos lo recomendaron varias veces ni mi amiga ni yo teníamos ninguna inclinación por ir, todo es cuestión de gustos, conozco a gente a la que le recomiendo ver La Seo cuando vienen a Zaragoza y prefieren ir a verse el Ikea, todo es cuestión de gustos. Del muro nos fuimos al Monte Sion donde se encuentra la tumba del Rey David, la puerta de Sion es la entrada a la ciudad antigua desde el monte y me parece preciosa a esta hora de la tarde en la que el cielo está de un profundo azul y el sol se refleja en las piedras de la pierda convirtiéndola en tonos dorados. Con respecto al color de la piedra es muy curioso que durante todo nuestro recorrido por Jerusalén todas las casas que vimos estaban construidas con el mismo tipo de revestimientos blanquecino, ese tipo de piedra en el exterior se utiliza para que la ciudad tenga un color uniforme y resulta obligatorio. Eso no quita que haya rincones modernos, como el museo de Israel o el puente que construyó Calatrava en la ciudad, pero sin duda es un acierto que sigan esa norma porque así el tono de la ciudad de Jerusalén es siempre el mismo. Nos acercamos al Cenáculo que se llama así porque es el lugar donde indican que se realizó la Última Cena. Lo más curioso es la sala superior que tiene una mezcla de estilos; árabes, templarios, etc. Y el toque más curioso el capitel de una de las columnas que es como los templarios representaban la última cena (y que son unas aves, algo que no se nos hubiera llegado a ocurrir). Del cenáculo fuimos a la abadía de la dormición que es de forma redondeada y cuyo exterior está muy bien conservado, por dentro está decorada con mosaicos y en el suelo un calendario del zodiaco, que me recordó al suelo de una iglesia en la isla de Sicilia. Bajando unas escaleras se encuentra una figura de la virgen María dormida con una cúpula decorada con mosaicos dorados, la zona está principalmente iluminada por las velas lo que hace de los rincones más curiosos. Tras salir del monte Sión regresamos al hotel para cambiarnos de ropa, cenar y salir por la noche por Jerusalén. La cuestión es que el viernes cuando se pone el sol comienza el sabath judío por lo que desde las siete de la tarde hasta el día siguiente al anochecer vimos una ciudad completamente diferente. Por lo pronto en el hotel de los tres ascensores había uno dedicado al sabath y que paraba en todas las plantas para que los judíos no tuvieran que pulsar el botón del piso al que querían ir. Cuando bajamos a cenar nos encontramos que en la zona del comedor había un montón de velas encendidas sobre la mesa, y más velas para coger y encenderlas y ponerlas sobre la mesa si querías. Al parecer es una tradición en el sabath y habilitan esa zona del hotel, porque tal y como ponen en los carteles de las habitaciones, encender velas en la habitación está prohibido. Pero la mayor sorpresa nos la llevamos al entrar al comedor para cenar, que estaba lleno de gente vestida con sus mejores trajes, otros cantando en un rincón (cantando u orando, no sé, pero cuando paraba uno empezaba el otro) y mi amiga se preguntó si nos habíamos colado en una boda o algo así. Más tarde al comentarlo en el grupo el guía nos explicó que para el sabath los judíos se ponían sus mejores ropas y lo celebraban como un día de fiesta. Además dio la casualidad que alguien perdió un anillo y nos vinieron a nosotras y a los mejicanos en dos ocasiones, primero una mujer y luego un hombre, para preguntar si lo habíamos perdido. Y así fueron preguntando varias veces mesa por mesa, por un pequeño anillo, no se puede negar que son honrados. Cuando salimos tras la cena nos encontramos con una ciudad fantasma, ni un solo vehículo circulando, apenas dos personas en la calle, todo tan desierto que parecía que éramos los únicos supervivientes de una apocalipsis. El guía nos explicó que durante el sabath está prohibido circular, abrir tiendas o restaurante que vendan comida koser (bajo una elevada multa por ello) y que tampoco hay transporte público. Y al día siguiente efectivamente vimos que no circulaba el tranvía hasta que se puso el sol. Nos acercamos al parlamento, que excepto por los guardias estaba vacío, al lado hay un candelabro judío gigante, no puedo decir si es una ménora o el otro nombre, resulta que hay dos tipos de candelabros judíos; el de siete brazos y el de diez. Según cuantos brazos tenga se llama de una manera o de otra, pero yo solo recuerdo el nombre de ménora. Pasamos por uno de los barrios más caros con viviendas antiguas, pero estaba todo muy poco iluminado. Pasamos junto a la muralla y pudimos ver iluminada la puerta de Damasco, hecha por Suleiman el magnífico, y recorrimos la carretera que baja frente a la basílica de la agonía, con su portada de mosaicos dorados de estilo ortodoxo. Y subimos por el monte de los olivos que tiene un mirador completo de la ciudad de Jerusalén iluminada. De aquí regresamos la zona cercana a nuestro hotel, donde está el molino de Montefiore iluminado, este molino se conserva como recuerdo de la época en que se reconstruyó la ciudad y se reactivó la economía del lugar. Aquí se muestra una réplica de la carroza de Montefiore que fue el que puso el primer molino para impulsar la economía, la pena es que es una réplica porque un loco quemó el original que se mostraba en el mismo lugar. Desde la zona del molino hay una vista cercana de las murallas de la antigua ciudad y, ahí, frente a las murallas de Jerusalén hablamos en hebreo y celebramos y bebimos por haber podido ver la antigua ciudad de Jerusalén con nuestros ojos. Siempre tuve en mi lista de lugares a visitar esta ciudad, que ciertamente no me ha defraudado. Al día siguiente salimos pronto hacia el Santo Sepulcro. Lo usual es hacer la vía dolorosa por el principio y llegar al final al santo Sepulcro pero nosotros íbamos a hacerlo al revés por consejo del guía por dos motivos: uno es la cuesta que hay que subir para entrar por la puerta de los leones a la ciudad antigua, y el otro que a primera hora hay poca fila para entrar al santo sepulcro pero cuanto más avanza el día más fila hay, y visto toda la gente que había en todos los sitios nos pareció una gran idea. Si hay tanta gente en estas fechas no quiero ni imaginar lo que será estar aquí en plena semana santa; todo un suplicio. Como decía nos acercamos la puerta de Jaffa (la más cercana andando a nuestro hotel), al lado de esta puerta se encuentra la ciudadela y la torre de David, pero dejándolo a un lado nos metimos por las callejuelas de la ciudad antigua, llenas de comercios y por cuyas piedras pasear podría llegar a sentirse un viaje al paso si quitamos los vendedores modernos y las cámaras de vigilancia que hay en cada esquina. Entramos a la iglesia del Santo Sepulcro y vamos directos a hacer fila para entrar. El santo sepulcro, la XIV estación, está en una enorme rotonda, esta parte estaba en obras, pero según el guía se espera que para mejor porque el santo sepulcro llevaba mucho tiempo sin tocarse. Afortunadamente la fila no es muy larga, pero cuando salimos el número de gente se multiplica. Dentro del santo sepulcro no dejan hacer fotografías y cuentan el tiempo que estás, con un monje copto con mala leche que nos trata como a ganado. Lo del tiempo lo comprendo, dada la fila que se organiza si la gente estuviera mucho tiempo conseguir entrar sería misión imposible. El lugar es muy pequeñito, primero se accede a una capilla, la de los coptos, que tiene una piedra en el centro, y luego cruzando una puerta más pequeñita llegas al sepulcro que es una lápida de mármol con sencillos ornamentos y velas. Una vez salimos del sepulcro podemos tomarnos el tiempo para ver la iglesia, que es un cumulo de arquitecturas e historia, una parte pertenece a los católicos, otra a los griegos-rusos ortodoxos, otra a los armenios, y otra a los etíopes, y cada uno con su cultura y detalles arquitectónicos. La zona común del deambulatorio rodea el Coro de los Griegos, y nos va llevando a través del Arco de la Virgen, la Capilla de la Magdalena, y la parte de mayor posesión del Patriarcado Latino en la Basílica, aquí vemos lo que se supone es el trozo de la columna al que fue atado Jesús. En la iglesia del Santo Sepulcro comenzamos el recorrido al contrario de los pasos del vía crucis, o vía dolorosa como se llama aquí en Jerusalén. Vamos por el deambulatorio hasta ver una piedra que es la piedra original del monte Gólgota de cuando la época de Cristo. De aquí entramos en una capilla. Salimos de la capilla, que ya no recuerdo que era lo que había aquí, la iglesia está tan llena de rincones con historia, y nos encontramos con un hermoso mosaicos pero lo dejamos atrás y subimos por una especie de escaleras justo a la izquierda. Entramos en otra de las estancias importantes que representa las X y XI Estaciones, cuando Jesús es despojado de las vestiduras y es clavado en la cruz. Hacemos otra fila, es algo inevitable a menos que vengas a las cinco d ela mañana, pero no madrugamos tanto. Estamos en el Gólgota o antigua Colina del Calvario, donde ángeles y modestos ornamentos cubren diversos altares que representan y conmemoran estos momentos, todo iluminado apenas por la luz de una velas, y en la zona central (el motivo por el cual hacemos fila) se encuentra la piedra marcada con un disco de plata cuyo agujero ubicó la cruz de Jesús y donde murió. El lugar tiene unas preciosas pinturas en la pared que me recuerdan a los cuadros antiguos sobre Belén. Bajamos otras escaleras que nos llevan de nuevo junto al mosaico que está frente a la puerta. Frente a la puerta nos encontramos con la XIII Estación, o Piedra de la Unción, piedra donde fue ungido antes de ser sepultado y el aljibe donde fue encontrada su cruz siglos más tarde. Frente a esta piedra, como decía, hay un gran mosaico con representación de la vida de Cristo. Esta roca que la gente toca o besa, es una losa pulida de color rosáceo ornamentada con lámparas. Finalmente salimos de la iglesia y regresamos a entrar por una puerta lateral que nos da acceso a la zona Armenia y etíope, completamente diferente. Pasamos por el Monasterio Etíope, justo en frente de esta estación, y decisión que tomamos nosotros entrando por una puerta gris que nos lleva a los tejados. El Monasterio Etíope se encuentra ubicado en la esquina dela iglesia y sirve de hogar para un grupo de monjes que viven entre las ruinas de un claustro medieval de las Cruzadas. Ahí hay unas pancartas recordando los asesinatos cometidos por Daesh. En este punto del camino abandonamos el barrio cristiano para entrar en el barrio musulmán. Estamos entrando en los límites de la ciudad hace 2000 años. Nos metemos en el barullo de calles y tiendas (un autentico laberinto) mientras vamos de estación en estación (marcadas con su correspondiente número en las paredes). Desde aquí la calle cambia de tipología, y ascendemos por una calle de escaleras mucho más estrecha y menos calurosa para las horas que son. Tampoco hay tanta gente aunque es lo más parecido a un zoco que hemos visto por las calles de Jerusalén. Llegamos a la estación en la que Simón ayuda a Jesús. En la pared se ve una marca indescriptible que muchos peregrinos creen que es donde apoyó la mano Jesús al caer, por lo que hay fila para tocarla. Seguimos andando y llegamos a la Iglesia de Nuestra Señora del Espasmo, ubicación de las IV Estación del Vía Crucis. Continuamos siguiendo el cartel que pone en español “Vía Dolorosa” hasta llegar a un arco, a la derecha se encuentra una puerta cerrada, es actualmente un colegio musulmán pero antiguamente fue el lugar exacto donde se produjo el juicio de Poncio Pilatos a Jesús, inicialmente interrogado y posteriormente condenado por el pueblo, la primera estación. Y a la izquierda tenemos una antigua construcción romana señalada con el símbolo correspondiente (una especie de platillos con números romanos identifican las ubicaciones de cada una de ellas). En este recinto podemos ver dos iglesias que conmemoran los hechos antes comentados. La primera de ellas, la Iglesia de la Flagelación, es un edificio erigido por los Cruzados que tiene unos bonitos suelos y vidrieras, y luego está la la Iglesia de la Condenación, en el interior de esta iglesia se pueden encontrar dos rincones arqueológicos que demuestran que son de la época en la que vivió Jesús. Uno es la piedra del arco que unía la primera y segunda estación y que se encuentra en un lateral, por lo que puede pasar desapercibido. Y el otro se encuentra en el suelo donde se encuentran símbolos de los juegos que en aquella época obligaban a jugar a los prisioneros. Se llamaban el juego del rey, quien gana se convertía en rey y es al que hacían las peores cosas, algunos dicen que es donde se jugaron las ropas de Jesús pero eso no está demostrado, lo otro sí. Estos rincones con lugares antiguos son los que más te trasportan a otra época, tantos años atrás. Así vamos bajando (hacemos el vía crucis al revés por lo que no toca hacer subidas de pendientes sino bajada) y finamente llegamos a la puerta de los leones, la salida de la ciudad que nos lleva con una amplia cuesta de bajada hasta el monte de los olivos. De aquí vamos directo a visitar la iglesia de la Agonía, hecha con todo mosaicos en el techo, pero lo más llamativo está al fondo del altar, donde podemos encontrar la roca donde se supone que Jesús rezo, área rebosante de misticismo con esa oscuridad del interior, y la gente arrodillada rezando mientras toca la piedra. Frente a la iglesia tenemos una vista perfecta de la muralla y la puerta dorada de la ciudad que permanece cerrada porque se dice es la que se abrirá cuando regrese el Salvador. Tras la visita a la iglesia nos centramos en el huerto de Getsemaní, aquí hay un olivo completamente vallado que según el guía se hizo un estudio de su corteza ara delimitar su edad y resulta que es de la época de Cristo, por eso está tan protegido. Lo cierto es que no se pueden coger ramos de olivo pero resulta que acaban de podarlos y cuando nos dirigimos a la salida del jardín nos encontramos con cientos de ramas de olivos, y por supuesto que mejor recuerdo que una rama de los olivos del jardín de Getsemaní, pero es tal nuestro entusiasmo que el guía nos dice que nos podemos llevar algunas pero que no nos llevemos kilos de ellas que no pasaremos el límite del equipaje. Yo solo he arrancado dos pequeños trocitos porque excepto para mí y para mi abuela nadie le va a prestar atención pero cuando me doy la vuelta veo que mi amiga que no tenía ningún interés de repente lleva un puñado, solo hay que decir que es gratis y que puedes coger todo lo que quieras para que la gente se vuelva loca. Finalmente nos dirigimos a lo que sin duda es el mejor mirador de Jerusalén, a los pies del mirador se encuentra un enorme cementerio judío, y parte del Monte de los Olivos, y en frente tenemos una visión de las murallas de la ciudad, de la torre de David, de la explanada de las mezquitas con la cúpula dorada, la puerta de la misericordia, el cementerio musulmán, a un lado abajo la iglesia rusa de Santa María, el muro de las lamentaciones, en fin, desde aquí se puede ver toda la ciudad antigua como una postal que resiste el paso del tiempo. Aquí terminó nuestro día porque nos vamos a visitar Belén. regresaremos por la noche para salir por nuestra cuesta para disfrutar de las murallas de la antigua ciudad iluminadas. Al día siguiente nos toca regresar a casa pero antes madrugamos y salimos del hotel, vamos sin planos ni guías pero nuestro hotel está casi al lado del famoso hotel Rey David y por tanto cerca de las murallas de la ciudad vieja. Empezamos el recorrido en la puerta de Jaffa y vamos recorriendo la muralla pasando por la puerta nueva, la puerta judía (no aparece en los mapas que miré) y la puerta de damasco. Aquí en el puerta de Damasco nos entretuvimos indecisas de si meternos en las estrechas callejuelas o no, pero sin un plano en condiciones nos parecía un poco arriesgado siendo que a cierta hora teníamos que estar de vuelta en el hotel para ir al aeropuerto. Así que finalmente volvimos a cruzar la puerta (no sé si a los soldados que custodiaban esa puerta les pareció sospechoso nuestro entrar y salir) y continuamos la muralla pasando la puerta de Herodes y finalmente llegamos al cementerio musulmán, como la cuestión era que no íbamos a atravesar el cementerio musulmán, el bajar el monte para luego subir hasta la puerta de los leones no me atraía así que dimos vuelta atrás. Fue una suerte madrugar porque a medida que avanzó el día comenzó a nublarse y más afortunado decidir pasar del recorrido por el cementerio porque antes de llegar a la puerta de Jaffa empezó a llover, y aunque llevábamos paraguas llovía fuerte y con viento, así que como el resto de turistas nos refugiamos dentro de la puerta hasta que nos cansamos de esperar que amainara y, por qué no decirlo, también nos cansamos de pasar frío, y nos dirigimos de vuelta al hotel para entrar en calor y ahí esperar a que nos recogieran para ir al aeropuerto de Tel Aviv y salir del país. En el hotel vi folletos sobre recorrido por el subsuelo de Jerusalén, pero no teníamos tiempo para hacerlos. Tuve la impresión que para poder ver y disfrutar de toda la ciudad necesitábamos una semana y no solo un día y medio (también hay que tener en cuenta que había mucha gente, y que no esperaba que hubiera tantas filas y gente en todos los lugares). Y así dije adiós a Jerusalén, sé que me quedaron cosas por ver de la ciudad pero disfruté de cada rincón que visité.

Visita: Febrero 2017

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Desierto de Judea - Israel

Desierto de Judea


Durante nuestro viaje pasamos en dos ocasiones por el Desierto de Judea. La vez que más impresionó es después de haber estado viendo todo el verdor que domina parte de Israel, durante nuestro camino nos sorprendió esos verde brillantes, como si estuviéramos en Galicia donde suele llover, y también es curioso los enormes grifos que tienen. El guía nos comento que dado el problema de agua había desarrollado las mejores técnicas de riego por goteo para no perder ni una gota de agua aprovechable. Y en cuanto a la fruta, nos sorprendió el tamaño gigante que tenía, ya fuera limones, naranjas o granadas, todas eran más grandes que las que se ven por España. El caso es que después de tanto verde encontrarse de repente con estas montañas de tierra seca da bastante impresión. El desierto de Judea se considera relativamente pequeño pero ofrece una bonita vista que va cambiando, cañones, colinas, cortados… también es fácil ver cauces de ríos secos que han dejado un surco profundo entre las rocas y la tierra. En algunos de los lechos de los ríos secos podemos encontrar poblados de gente, estos son los poblados beduinos. Nos comentó el guía que no viven así por falta de medios sino por cultura, dado que son nómadas y cada cierto tiempo van cambiando de lugar, localizándose normalmente en los lechos de ríos secos para evitar el fuerte viento del desierto. Vimos un par de estos poblados beduinos desde la carretera, y también es usual verlos montando en burro o en caballo por el mismo desierto, aunque hay que prestar atención pues este desierto no es llano ni son suaves dunas de arenas, sino que es tierra seca de color blanquecino que a lo largo del tiempo el viento y el agua ha ido creando rincones, montañas y figuras de belleza paisajistica. Al ve reste hermoso paisaje no pude evitar recordar el paisaje del Gran Cañón o de el Cañón Bryce, donde las formaciones crean un paisaje de cuadro.

Visita: Febrero 2017 

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Río Jordan - Israel

Río Jordan


Seguimos nuestro camino y paramos a comer en un lugar muy curioso, en el río Jordán. Aquí el guía nos recalca muchas veces que no se puede beber el agua, supongo que como durante todo el viaje había fuentes publicas con gua potable y el agua del grifo se puede beber sin problema, el que llegáramos a un lugar sin agua potable es raro. En todo caso el color verdoso del agua del río no nos atraía nada como para beber, pero entiendo que también el guía insistiera en eso porque este lugar es un sitio visitado por turistas religiosos que van a bañarse en el río Jordán al igual Jesús fue bautizado por Juan Bautista en las gua del río Jordán. Eso sí, este lugar que es parada de peregrinos cristianos no es el lugar donde se bautizó Jesús, pero el río Jordán es el río Jordán y sus aguas son las mismas más arriba que más abajo, supongo que por ello mientras comíamos gratamente al sol veíamos a varias personas vestirse con bañador y una túnica blanca y meterse de cuerpo entero en el agua del río. El agua era de un completo color verde jade, por lo que no se veía el fondo y en mi opinión no parecía nada limpia, pero eso no parecía echar atrás a la gente. El lugar es bonito, lleno de arboles grandes debido al agua, pero si no eres muy religioso es un lugar que puede obviar de tu itinerario. Después continuamos nuestro camino hacia Jerusalén recorriendo la frontera de Israel con Jordania. El paisaje de este camino es muy bonito por todas las formaciones rocas y vegetación, la combinación de verdes que da la riqueza del agua del río Jordán.

Visita: Febrero 2017

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Mar de Galilea / Lago Tiberiades - Israel

Mar de Galilea

Nuestro último día en Tiberiades, no hay viento pero una intensa niebla cubre las montañas al fondo del lago. Ayer teníamos vistas, hoy apenas podemos ver nuestra orilla del lago. En todo caso, o es hoy o ya no tenemos tiempo para hacer el paseo otro día, así que aun con niebla nos dirigimos hacia el embarcadero donde salen los barcos que dan recorridos por el mar de Galilea, o más concretamente el lago Tiberiades. El por qué al mar de Galilea se le llama lago de Tiberiades es debido a que ahora ya no es un mar, ha perdido toda su agua salada y se ha convertido en un lago de agua dulce. De camino al lago el guía nos comentó que el mar de Galilea se alimentaba de siete rías de agua salada, una de ellas desapareció y las otras seis se han desviado y ya no van a parar al mar, por ello el lago dejó de ser salado y se convirtió en un lago de agua dulce, que aparte de ser de atractivo turístico en verano (Tiberiades estaba en sus orillas y recordad que comenté que era uno de los sitios turísticos de veraneo) este lago es la fuente principal de agua dulce del país, por lo que su nivel de agua es muy controlado. A este lago también se le llama Kinneret. Así que si se busca información sobre el mar de Galilea, hay que tener en cuenta el nombre de lago Kinneret o lago Tiberiades. Cuando llegamos al centro turístico del lago, donde se encuentra una réplica de los barcos de la época de Jesús y antiguas maderas de un barco de la época, vimos a muchos estudiantes. Como comenté anteriormente aquí los estudiantes viajan a los lugares para conocer sobre el terreno al geografía e historia del país, y siendo el lago tan importante para el país al ser su principal fuente de agua dulce es normal que estuviera lleno de estudiantes. Además de los estudiantes había un grupo de chinos y nosotros. Fuera del centro turístico e informativo hay un paseo de piedras que atraviesa las playas del lago y que nos lleva hasta el embarcadero donde se encuentran los barcos de madera que hacen el recorrido turístico por el lago. El principal atractivo del paseo en barco, aparte de disfrutar de un paseo por el lago con buen clima, es: las vistas que rodean el lago, y la historia religiosa, pues se dice que es sobre estas aguas por donde caminó Jesús. Por desgracia, debido a la niebla nosotras no pudimos ver claramente los terrenos que rodean el lago. Sí veíamos las montañas, pero no con la suficiente claridad. Aun así tuvimos un vistazo general alrededor del lago, donde percibimos varias regiones como el parque del Jordán, la parte baja de los Altos del Golán, y otras que no recuerdo. Durante el paseo te enseñan como pescaban en la época de Jesús, dan de comer a las gaviotas, te venden artículos artesanos, te “enseñan” a bailar un baile típico. En fin, esas cosas de turistas de las que nosotras pasamos. Pero disfrutar del paseo sobre la tarima de madera del barco es recomendable, no hacía mucho calor pero tampoco hacía frío, lo que se podría considerar un paseo de relax, con su consiguiente helado para acabar el paseo (en pleno febrero).

Visita: Febrero 2017 

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Cafarnaún - Israel

Cafarnaum

Cafarnaúm Seguimos la orilla del lago para llegar a Cafarnaún, que llaman la ciudad de Jesús, esto es debido porque según las evidencias aquí fue donde estuvo viviendo Jesús, donde impartió sus enseñanzas. Nuestro guía nos comenta lo mucho que le gusta explicar en Cafarnaún porque es un lugar histórico arqueológicamente hablando. Hay cientos de restos arqueológicos de la antigua ciudad de la época de Jesús, los muros de las casas, los mosaicos del suelo, y hasta restos de las sinagogas del lugar. El recorrido comienza en la casa de Pedro, la casa era sencilla y parece que sea un laberinto de paredes, y debido a la peregrinación en sus muros antiguos han quedado grabadas inscripciones modernas de los peregrinos. Ahora ya no es posible tocarlas, aparte de estar rodeadas de verjas encima de los resto de esta casa se construyó un iglesia, cuyo suelo de mosaico todavía puede observarse. Y siguiendo la rutina, encima de este mosaico y de las ruinas de la casa original se ha construido una iglesia moderna que tiene forma de nave espacial. Una verdadera pena porque no deja ver por completo el conjunto arqueológico, pero se puede ver a trozos, acercándose a la base de la iglesia moderna y las verjas. Más allá de la casa de Pedro están el resto de casas y calles de la antigua ciudad, en estos edificios se encontraron monedas, mosaicos, vasijas, y otros utensilios diarios. Al lado de esta zona se encuentra la sinagoga. Los cimientos son los de la antigua sinagoga en tiempos de Jesús, pero la parte reconstruida de arriba es una sinagoga más moderna, con moderna me refiero a que no tiene más de dos mil años pero sigue siendo antigua dado que data del siglo V. está reconstruida con todos los restos encontrados, las columnas, y capiteles, el suelo con la marca en el centro de la típica sinagoga judía, la parte lateral que era como un patio para los niños judíos y donde en suelo se pueden ver los juegos que marcaban en piedra, como el tres en raya o el de saltar cuadraditos, o jugar a las canicas. Solo que juegos muchos más antiguos que los que nombro pues son del siglo quinto. Al lado de la sinagoga se pueden ver las herramientas que encontraron para hacer aceite de oliva, uno de los productos principales de la época. Y alrededor de todo el recinto más piedras talladas, con elementos como la memora (símbolo de la religión judía mucho más antiguo que la estrella de David) y otros elementos del judaísmo tallados en las piedras. Por lo que en el tiempo libre dimos una vuelta para poder ver cada detalle de las piedras encontradas. Como bien dijo el guía este lugar no es solo interesante a nivel cristiano sino también a nivel arqueológico. A quien le guste ver “piedras” con historia, este es uno de los lugares (junto con Jerusalén).

Visita: Febrero 2017

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Tabgha - Israel

Tabgha


En este pequeño rincón a orillas del lago dicen que Jesús realizó el milagro de los panes y los peces, debido a ello en la bahía de Tabgha se construyó una iglesia, como en cada lugar santo de Israel. Este pequeño lugar tiene una explanada con restos arqueológicos, no pudimos apreciarlos porque íbamos con retraso, entramos en el edificio y lo primero que nos encontramos fue un patio cuadrado con arcos y en el centro un gran olivo. Cruzando el patio se entra a la iglesia que es más grande de lo que parece, aunque un poco oscura. Por todo el suelo hay mosaicos con dibujos de flora y fauna. El guía nos lleva hasta el final, donde hay una cuerda separando el acceso a los mosaicos juntos al altar. Este gran mosaico, que es todo un cuadro, está muy bien conservado y muestra fauna y flora que había en Egipto en la época dado que trajeron a un egipcio para construirlo. A los pies del altar hay una piedra que es parte de la bahía y que tiene un mosaico de peces, y una vela encendida. Todo el suelo de esta iglesia es mosaico detallado y con colores conservados, que merece la pena ver. El nombre Tabgha significa siete fuentes, que son precisamente las que alimentaban el mar de Galilea junto al que se encuentra. Y una de esas fuentes desemboca en el lago situado a escasa distancia a pie de este rinconcito. Por desgracia íbamos cortos de tiempo y solo pudimos deleitarnos con el interior de esta iglesia, y no pudimos apreciar su exterior. Fue ver el interior de la iglesia y salir corriendo hasta Cafarnaúm, nuestro próximo destino a orillas del lago.

Visita: Febrero 2017 

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Monte de las Bienaventuranzas - Israel

Monte de las Bienaventuranzas


Empezamos el día viajando al monte de las Bienaventuranzas que, como el monte Tabor, es un lugar bonito con magníficas vistas pero que no tiene ningún resto histórico que avale que sea el monte de las bienaventuranzas de la biblia. Todo el monte está muy cuidado, lleno de jardines, árboles de frutas y flores. La iglesia que hay tras cruzar un camino por jardines tranquilos y bonitos es muy austera por fuera (y eso que está hecha por el mismo italiano que hizo la del monte Tabor) pero por dentro es curiosamente de forma octogonal. Por fuera hay varios retiros y lugares donde hacen misas, es un lugar para pasear y disfrutar de los jardines y las vistas del lago desde las alturas. Aunque tuvimos un día con niebla por lo que podíamos ver algo, pero no tanto como en un día claro. El terreno situado junto a la iglesia forma un anfiteatro natural que desciende ladera abajo hasta la orilla del lago, por lo que el lugar es un pequeño rincón paradisíaco para estar en tranquilidad y silencio. Hubiera aprovechado para tomar algo aquí arriba con las vistas pero en Israel todo es muy caro. No es algo que me esperara pero ni se me ocurrió gastar en souvenirs más de la compra para mi madre. Le preguntaron al guía por el salario mínimo y dijo que eran mil doscientos euros y que con eso no daba para vivir, con lo que con eso os podéis hacer una idea. Realmente a nosotros nos pareció carísimo, y nos hacíamos bocadillos con el desayuno porque hasta una coca-cola me parecía muy cara.

Visita: Febrero 2017

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Monte Tabor - Israel

Monte Tabor


El monte Tabor parece que está en todos los circuitos de tierra santa. Esto es debido a que se indica que el Monte Tabor constituyó una importante frontera en la Biblia hebrea; fue el lugar donde Débora aniquiló al enemigo, donde se produjo la transfiguración de Jesús y el "ombligo del mundo" rabínico, aunque no haya ningún resto histórico que lo atestigüe. Parte del monte se sube en autobús o coche normal, luego hay una parada con tiendas y en la parte de atrás es donde se cogen los microbuses. Para subir a la cima del monte hay que coger unos microbuses dado que la carretera es muy estrecha y no está preparada para autobuses grandes. Cada quince minutos o media hora sale un microbús, están constantemente yendo y viniendo de la cima del monte, pero como son pequeños hay que hacer fila para poder subir. Estos autobuses van subiendo por las curvas estrechas hasta llegar arriba de la cima y parar en una explanada que es la antesala a la parcela donde se encuentra la Basílica de la Transfiguración. Desde esta explanada hay un camino de cipreses que nos lleva hasta una zona llena de piedras donde hay pequeños rincones de diversos estilos, como jardines de diferentes estilos. Al final del camino se encuentra la basílica franciscana, tanto por fuera como por dentro está bellamente decorada pues fue construida por un Berluzzi, un arquitecto italiano. Para entrar a la iglesia hay que usar una de las dos puertas laterales que son pequeñas capillas son los santos Elías y Moisés dibujados, pues fueron los dos testigos de la transfiguración de Jesús. Tras cruzar la pequeña puerta tras el altar de esas mini capillas entramos en una inmensa iglesia, donde curiosamente el altar principal está en un subnivel (algo que se está convirtiendo en algo habitual en las iglesias que vemos en Israel, donde siempre hay dos niveles, con el altar principal en la zona inferior. Y al fondo unas vidrieras de pavos reales (no recuerdo el símbolo religioso del pavo real, no retengo todo lo que nos dice e guía). Fuera de la basílica en un lateral hay una vista de unos mosaicos restos de una antigua iglesia bizantina construida en la zona y también un mirador donde poder apreciar unas hermosas vistas de la baja Galilea, donde todo es campo verde, estanques de agua y vacas pastando. Nos recordó un poco a Galicia y la verdad es que no nos esperábamos esta imagen de Israel. Puede que lo haya dicho o lo vuelva a decir, pero esos campos de un verde tan profundo, y esas frutas enormes, no eran algo que viniera a nuestra mente al pensar en esta tierra. Desierto (que también lo hubo) o colores anaranjados de la tierra sí, pero no el verde brillante que nos rodeaba. Debido a esto, puede que el interés histórico del lugar sea nulo pero las vistas merecen la pena la subida.

Visita: Febrero 2017 

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Caná - Israel

Cana de Galilea


Tras visitar Nazaret nos dirigimos hacia Cana, según el circuito solo pasábamos por la población, pero el guía nos hizo un pequeño recorrido por esta población que sale en la Biblia. Como decía, comienza el viaje “cristiano”, según nuestro guía una religiosa española hizo un mapa donde marcó los lugares santos. Y en esos lugres santos se han construido iglesias. Algunos de esos sitios, como nos dijo el guía, conservan restos arqueológicos reales y datados de la época de Cristo, otros en cambio no tienen ningún resto antiguo que asegure que sean el lugar por el que se toman. Actualmente Cana es una población de mayoría musulmana, por las carreteras se leen más carteles en árabe que en hebreo. El guía nos lleva por hay una calle que nos adentra en una zona empedrada con muro limpio y un texto de la biblia en inglés que habla sobre las bodas de Caná, donde Jesús convirtió el agua en vino. Entramos en una iglesia donde nuevamente hay un agujero en el suelo donde poder ver unas piedras antiguas, y unas letras en hebrero. Lo cierto es que esta zona está muy abandonada. Después seguimos por un lateral y vamos bajando hacia una zona con varias rocas y muros donde hay un cartel de no escribir en ellas. Esos muros son de la época, según nos cuenta el guía, y también una vasija de piedra de las que se usaban en la época para llenar el agua y el vino. Y aquí el guía nos cuenta la historia que suelen leer en las misas sobre las bodas de Cana. La visita es corta, no hay mucho más para ver, pero es bonita e histórica. Mucho más que nuestra próxima parada.

Visita: Febrero 2017

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Nazareth - Israel

Nazaret


Esta mañana estaba planeado pasear en barco por el mar de Galilea (Lago Tiberiades, ya os contaré) pero al final debido al fuerte viento se cancelaron los paseos en barco, y es cierto que desde el hotel teníamos una vista directa del lago y el viento llevaba olas hasta la costa y no se veía ni un solo barco. Debido a la cancelación de nuestros planes nos dirigimos a Nazareth, empezamos lo que llamo la parte “cristiana” del recorrido por Israel. No es que seamos muy seguidoras, el resto del grupo se sabía lo que decía el guía, nosotras no, pero lo bueno es que estos lugares tienen rincones antiguos o vistas bonitas que ver. Nuestra primera parada es un mirador desde donde se toda la población de Nazaret; la mezquita y la iglesia de la Natividad. El lugar estaba lleno de cristales de botellas, al parecer, según el guía, los rusos que viven ahí son dados a los botellones en esa zona. Bajamos para ir a visitar las iglesias, pasando por una fuente (donde no se puede beber agua) donde los cristianos ortodoxos dicen que es la fuente donde iba la virgen María. Lo del agua tiene su anotación. Cuando estuvimos en Masada había fuentes de agua pública y el guía nos dijo que podíamos beber sin problema, que el agua era potable porque debido a los problemas de recursos de agua había diseñado maquinaría para aprovechar al máximo el agua (aparte de modificar el curso de afluentes al mar de Galilea y del mar Muerto), así que nosotras nos dedicamos a rellenar nuestras botellas y a no comprar ni una botella de agua. Por ello es curioso que esta fuera la única fuente donde el agua no era potable. Tal vez por los cristianos ortodoxos, que son un poquito estrictos, como todos los ortodoxos, y con muy mal genio (al menos con los que fuimos a topar). La iglesia de la Natividad por fuera es muy moderna, con mosaicos de vírgenes de todo el mundo (de España estaba la primer ala virgen de Guadalupe de Extremadura, de donde son mis amigas) y por dentro, en la parte superior de la iglesia, la imagen de la virgen del Pilar, con el propio Pilar y el Ebro de Zaragoza, que esa tocaba por mi parte. El caso es que aunque por fuera parezca muy moderna cuando entras te sorprende su interior porque tiene una curiosa forma, primero una explanada donde hay un muro con columnas y argollas en un lateral iluminado con luz, es lo que queda de la antigua iglesia templaria. En el centro hay un hueco sobre el que se ha construido una segunda planta, con un agujero en el techo en forma de cáliz. En este hueco están los resto de una antigua iglesia bizantina y una antigua sinagoga, donde la forma de sinagoga y los cuidados mosaicos dan una idea de los restos de estas iglesias. Y en un lateral, se coloca el altar, donde hay una gruta con columnas que es la casa de la virgen María. Resulta que en época de Jesucristo los que vivían en esa zona lo hacían en grutas. Así que vemos una gruta con escaleras, rodeada de columnas, piedras con decoraciones que son los restos de las iglesias construidas alrededor de ese lugar santo. Todo el interior es antiguo, de diversas épocas y muy curioso de ver. Fuera de la iglesia hay una explanada donde se puede ver el subsuelo, donde se muestra una calle, unas casas como grutas, un horno, etc. Esta es la zona arqueológica de la antigua ciudad de Nazareth. A pocos pasos de ahí está otra iglesia, donde lo que nos interesa está en el subsuelo, donde se encuentra lo que era el taller de San José, ahí quedan restos de mosaicos en el suelo, una escalera, una puerta, y en la parte superior un mosaicos moderno de la sagrada familia. Interesante, pero pequeñito y con menos rincones para ver que el resto. Y con esto acabamos la visita a Nazaret, en el único día gris (y frío) de nuestras vacaciones. No esperaba que la iglesia de la Natividad, que por fuera se ve tan moderna, fuera tan interesante.

Visita: Febrero 2017

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Tiberiades - Israel

Tiberiades

Tiberiades obtuvo ese nombre en honor del emperador Tiberio y queda poco que ver en ella, un par de murallas derruidas y el paisaje a orillas del lago. Es fácil distinguir las casas más antiguas dado que era una zona volcánica por lo que las murallas y las casas antiguas están hechas de piedra negra. Lo otro que hay que ver en la ciudad es las orillas del lago y las montañas que lo rodean, aunque de noche no es aconsejable dado que la mayoría de las farolas están rotas, y hay muchas casas abandonadas pues es una zona de veraneo y el momento de nuestro viaje es en invierno. Pero aparte de eso no hay nada interesante en el lugar, es una ciudad que se usa para el turismo veraniego del país y para el resto de turistas que visitan el lago tiberiades. El lago Tiberiades, por cierto, no es otro que el mar de Galilea, pero ya contaré en otro momento como pasó de llamarse mar a lago. Aprovechando que no hay mucho que decir sobre Tiberias, os comentaré que mis amigas siempre prefieren viajar por circuito, y en este viaje lo del circuito vino bien por dos razones: por un lado la mayoría de las señales de tráfico que vimos en la carretera y ciudades (incluso en la moderna Tel Aviv) estaban en hebreo y árabe, y yo no sé conducir pero mi amiga comentó que ella no sabría lo que significaba la mitad de las señales de tráfico que veía, por lo que ir en coche de alquiler supondría toda una aventura. Y la otra razón es porque conseguimos elegir un circuito que en ocho días visitamos muchísimos lugares, que por libre no hubiera dado tiempo de visitar. No es como Europa que tiene trenes cada cuarto de hora a cualquier pueblecito, el transporte depende del coche o del autobús, y además hay muchísimo tráfico. Esa es otra de las cosas que nos dimos cuenta, y es que cualquier día y a cualquier hora hay tráfico (menos el Sabath en Jerusalén, pero ese es otro tema que ya contaré cuando lleguemos a Jerusalén). En el mar de Galilea le preguntaron al guía sobre la cantidad de autobuses con estudiantes y resulta que como el país es pequeño la gente se traslada mucho, además los estudiantes están constantemente de viaje porque estudian la geografía e historia del lugar moviéndose al sitio, por esa razón allá donde íbamos había grupos de estudiantes con sus profesores. Este punto me parece muy afortunado, en el día puede ir y volver a cualquier lugar del país y así a provechar a aprender del sitio en persona, así es normal que en Masada estuviera lleno de estudiantes, y es más interesante aprender sobre la historia del lugar viendo cada rincón y mientras te lo cuentan que leerlo en un libro en clase.

Visita: Febrero 2017

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San Juan de Acre (Akro) - Israel

San Juan de Acree

Y llegamos a última hora de la tarde a San Juan de Acre (también conocida como Akro). La noche la pasaríamos en Tiberiades, por lo que todavía nos queda carretera pero en esta población no podemos dejar de pasar para ver uno de sus edificios: la fortaleza Hospitalaria. Al entrar a la ciudad nos encontramos con varias murallas, esas mismas murallas son las que se encontró Napoleón cuando fue a la ciudad. Dejamos a un lado las murallas y entramos en el Jardín encantado, un patio de árboles tropicales condensados unos juntos a otros, y tras salir de esa zona oscura, al estilo de una selva, nos encontramos con el patio de la Fortaleza Hospitalaria, construida por la Orden de los Caballeros Hospitalarios. Como nos indica el guía, ese lugar fue atacado y arrasado por unos u otros, y todos arrasaban y construían encima pero la fortaleza de los templarios estaba construida con muros tan gruesos que los otomanos vieron más factible usarla como fortaleza propia que destruirla, dado que mucho más les iba a costar el acabar con el lugar. Tal vez fuera por ello que esos muros han llegado hasta nuestros días y digo bien al decir muros porque por dentro no queda mucho más. De los templarios quedan los sótanos y la sala de los prisioneros, que están adecuadamente iluminados para quedarse con los detalles más interesantes; como el techo y sus arcadas, o los cañones y sus balas, o las columnas gruesas de las salas. Tras cruzar algunas inmensas salas entramos en un gran patio cuadrangular que si no fuera por los bloques de cemento moderno de una construcción en la zona superior de la fortaleza podría habernos dado una idea más clara de su aspecto en el pasado. Y entramos en una de las salas donde encontramos más arcos y columnas, y a una pareja de novios que están de sesión fotográfica. Si una novia elige hacerse las fotografías con su traje de boda en estos salones es fácil imaginar la majestuosidad y magia que crean las luces y el entorno del lugar. En este salón es donde se puede apreciar, en uno de los arcos, la flor de lis. Y ya no queda mucho más por ver dentro de la fortaleza, por lo que salimsos a disfrutar de las murallas antes de despedirnos de Akro y su larga historia militar (Napoleón, Saladino, Ricardo Corazón de León, etc).

Visita: Febrero 2017 

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Haifa & Monte Carmelo - Israel

Haifa & Monte Carmelo

Haifa es la tercera ciudad más grande de Israel y está situada en las laderas del Monte Carmelo. Nosotros vamos directamente a lo alto del monte para poder visitar la iglesia del monte Carmelo construida encima de una cueva, lo cierto es que ya no recuerdo quien se suponía que vivía en esa gruta. Aunque resulta muy original ver la gruta y sobre la gruta el altar decorativo, a lo largo del viaje veremos que es algo típico de las iglesias pues en la época de Jesucristo vivían en muchos lugares en cuevas, por lo que muchas iglesias tienen la gruta con su pequeño altar, y sorbe la gruta construido el altar. En el interior de la iglesia de los carmelitas podemos encontrar una decoración escrita en español que pone Santa Teresa, el guía nos explica que no nos confundamos, hace referencia a una monja israelí pero que la llamaban como si fuera Santa teresa. Sin un guía es fácil llegar a una conclusión errónea si uno ve eso. Fuera de la iglesia hay una pirámide con unas letras escritas, es un monumento al regimiento napoleónico que estuvo en ese lugar en 1799. Al lado de la iglesia de los carmelitas se encuentras el mejor mirador de la ciudad: los jardines Bahaí. El origen de la fe bahaí es la religión babí fundamentada en Irán, uno de sus fundadores fue expulsado de su patria y acabó en Haifa, donde determinó que debía estar la tumba del profeta Bab. Esta tumba se encuentra dentro de un edificio de cúpula dorada y partiendo de ahí se elevan una serie de jardines persas, con vegetación en forma de estrella. Los llaman jardines colgantes porque desde lo alto del monte vayan cayendo en zigzag hasta la el santuario de Bab. Los jardines están vigilados, hay hora de visita, y hay que respetar una serie de normas pues para los de su religión son sagrados. La vista del puerto y la ciudad desde el monte resultaría interesante sin los jardines, pero con los jardines descendiendo en una combinación de fuentes y flores hasta acabar en la cúpula dorada, dan a la panorámica una vista espectacular del lugar.

Visita: Febrero 2017

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Cesarea - Israel

Cesarea

Dejamos atrás Tel Aviv para ir por la costa del Mediterráneo hacia Cesárea. La ciudad fue construida por Herodes en honor al emperador romano Cesar Augusto, por lo que muchos de los edificios que se encuentran son de estilo romano. El lugar en sí conserva ruinas romanas, bizantinas y de las cruzadas, aunque también tiene justo al lado una central de energía. La vista principal al entrar al recinto arqueológico es del mar y unas columnas romanas, más de cerca se puede ver que es parte del palacio de Herodes, pero al girar la vista a la izquierda te encuentras con una enorme fábrica moderna, con sus feos edificios y el profundo azul del mar Mediterráneo a sus pies. Sin duda lo de esta central de energía es lo que más nos llamó la atención porque rompe la belleza del conjunto arquitectónico. Al lado de esta central moderna se encuentra un anfiteatro, reconstruido con las piedras originales y donde a día de hoy se usa como escenario. A su alrededor hay una muralla y resto de las figuras de carneros y leones. De aquí nos acercamos a la zona que era el palacio de Herodes, que como fue el constructor y rey de la ciudad se hizo una piscina natural con las rocas de la costa y hoy en día se puede ver la forma rectangular de la piscina y el agua azul trasparente del Mediterráneo. Y antes de la piscina se pueden observar los mosaicos que adornaban el suelo. Desde aquí hay unas vistas impresionantes de la costa, y el color del mar acompaña de forma que uno puede imaginar la belleza de ciudad que fue en la época de Herodes. Entre el palacio y el anfiteatro hay una sala moderna donde exponen un vídeo reconstructivo para enseñarte la historia del lugar, algo parecido a lo que vimos en Medina Azahara, y que es muchos más ameno e instructivo que los paneles. Desde el palacio hasta la otra parte de la muralla hay una larga playa donde hay acceso al Hipódromo. Aunque para captar mejor la forma del Hipódromo y apreciar cómo era el lugar (un hipódromo a las orillas del Mediterráneo) es mejor verlo desde una de las zonas elevadas del recinto, y no a pie del mar, donde se pierde la perspectiva. Más adelante nos encontramos con más murallas y el acueducto romano, y con esto nos despedimos de Cesárea. Por desgracia ha sido una visita rápida dado que nos queda mucho camino que recorrer, pero el lugar nos ha gustado mucho, tal vez porque somos más de ver “piedras antiguas” que de otras cosas.

Visita: Febrero 2017

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Tel Aviv & Jaffa - Israel

Tel Aviv & Jaffa

Tel Aviv- Jaffa son dos ciudades en una. Tel Aviv es una ciudad moderna, con un paseo marítimo cómodo para pasear, con playas para disfrutar nadando de un cálido mar Mediterráneo o bien para hacer surf, con sus casetas de los vigilantes de la playa. Varios hoteles cerca de la playa y altos rascacielos en el centro de la ciudad, muchos comercios y centros comerciales, y una panorámica de costas interminables y altos edificios que me hizo pensar en Miami. Aunque también es cierto es que de noche nos pareció muy oscura, muy poca iluminación por las calle, el mercado lleno de tiendas también está hasta arriba de gente, y paradas de autobuses cada dos pasos (y cuatro o cinco policías vigilando que ningún coche aparque en zona de autobús) donde hay tanto caos que me recuerda más al Cairo que a una ciudad moderna. Pero es que me dio la impresión que es una ciudad en crecimiento, que quiere modernizarse pero tiene todavía rincones de su vieja yo. Desde nuestro hotel podemos pasear por el paseo marítimo y realmente hay muy poca iluminación. Luego esta Jaffa, que según el guía significa hermosa, que es la parte antigua de Tel Aviv, y que en su día fue otra ciudad, una mucho más antigua que Tel Aviv, dado que hace tres mil años Jaffa existía mientras que Tel Aviv era simplemente arena. Así que visitar la zona antigua de Tel Aviv es visitar la ciudad de Jaffa. Empezamos el recorrido en una fuente con forma de ballena que es un recordatorio de Jonas en la Biblia (no recuerdo la relación de Josas con Jaffa, posiblemente sea por el puerto de esta ciudad), de aquí nos acercamos a unas de las casas con balcones de madera, y puertas labradas cuidadosamente, muchos de estos lugares están marcado por un muñeco vestido de estilo napoleónico, es la forma de marcar los sitios históricos porque en este lugar con sabor medieval y aire judío es hasta donde llegó Napoleón. Cierto que no llegó a Jerusalén, pero sí llegó hasta Jaffa, y así lo quieren recordar en la ciudad, al poner esos muñecos marcando los lugares históricos. Podemos ver uno de estos muñecos marcando, escaleras arriba, el suelo de una antigua sinagoga, o bien alrededor de los rincones, marcando de forma general un grupo de casas y callejuelas que en su época llegaron a ver personajes bíblicos. Tras un recorrido entre las callejuelas estrechas que recuerdan a la zona medieval y judía de cualquier ciudad española conservada llegamos a los Jardines de HaPisgah, donde hay un gran agujero, que está para mostrar las antiguas murallas de la ciudad. Y frente a las murallas antiguas hay un moderno arco egipcio, recuerdo, como las figuras de Napoleón, de la historia del lugar. Desde aquí se puede subir hasta un mirador con una vista panorámica de Tel Aviv que muestra casa playa hasta donde el horizonte se pierde y los altos rascacielos en el centro de la ciudad. Desde aquí también se puede ver una iglesia católica que según el guía tiene algo de especial (pero no visible) por lo que no consigo recordar que era. Tras esto terminamos la visita, donde solo nos queda un paseo por el puerto para dar todo por completado.
Visita: Febrero 2017 

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Mar Muerto - Israel

Mar Muerto

Como Masada se encuentra junto al Mar Muerto la excursión incluye la visita a un lugar turístico frente al mar muerto, el lugar más bajo del planeta. Deberían también incluir una visita a la zona arqueológica de Qumran, donde aparecieron los manuscritos del Mar Muerto y vivía la secta de los sesenios, pero solo te lo señalan cuando pasas con el autobús. El lugar a donde nos llevaron tiene tienda, restaurante y cambiadores y todo era carísimo, pero muy muy caro. Normalmente la impresión que me dio Israel fue la de un país caro, pero lo de este lugar se pasaba, como que triplicaba los precios, y no es que las cosas sean baratas. Para haceros una idea, el guía nos comentó (cuando le preguntaron) que el salario mínimo eran mil doscientos euros y que con eso no llegaba para vivir. El caso es que a mí me pareció muy caro, sobre todo porque no me lo esperaba así. El lugar ofrecía un trenecito para poder ir hasta la orilla del mar muerto, esto es debido a que en los últimos años el agua del mar Muerto ha bajado de nivel, y es una bajada considerable, estando ahí es muy fácil ver el fondo salino que ha quedado seco y que antes cubría el mar. Esto es debido a múltiples razones pero es una pena porque el lugar es bastante visitado. Por un lado, dada la salinidad del lugar generan muchas cremas y va mucha gente para darse baños curativos. En donde fuimos hay hasta duchas que cogen el agua para que te la puedas echar por el cuerpo con más precisión. Aunque eso quita el buen momento de flotar sin quererlo, y es que debido a la cantidad de sal que hay es imposible hacer otra cosa. A decir verdad está prohibido intentar nadar en el lugar, hay un vigilante de la playa que avisa a grito que no se intente nadar, ahí uno solo tiene que dejarse flotar, incluso intentar coger alguna posición sin estar con los pies en el suelo es algo muy complicado porque el cuerpo empieza a flotar como si fuera un corcho sin control. En uno de otros movimientos tuve esa impresión. Un corcho que uno intenta sumergir o volcar y que vuelve de nuevo a su posición de flotamiento en el mar, eso mismo éramos nosotras. Otra de las bellezas del lugar, aparte de poder flotar sin quererlo o de los beneficios para la salud, es el color que adquieren las aguas. Debido a la salinidad y que, recordemos, estamos en el punto más bajo del planeta, a 417 metros por debajo del nivel del mar, este lago no tiene ningún tipo vida, por lo que no hay fauna marina ni algas que modifiquen el color del fondo, lo que implica que el suelo es solo sal blanca y las aguas adquieren un tono azulado paradisíaco. El problema que hay es que el fondo de este lago es pura sal y la sal toma forma de cristales por lo que andar descalzo por sus aguas puede ser doloroso si no se tiene cuidado, es mejor recordar llevar chanclas si vas a disfrutar del lugar. Otro de los atractivos, no para nosotras, pero si para algunas personas, son los baños de lodo negro que genera este lugar, que dicen es bueno para la piel por las sales minerales. Yo disfrute del agua del mar muerto, pero lo del lodo no me atraía de ninguna forma. Y tengo que reconocer que mi idea para la excursión era la fortaleza de Masada ahora que lo probé no dejaría atrás la oportunidad de disfrutar de un ratito del mar muerto. Eso sí, hasta que no llegamos al hotel y nos duchamos en condiciones no dejamos de ver sal por todo el cuerpo.

Visita: Febrero 2017

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Masada - Israel

Masada 

Llegamos a Tel Aviv ya de noche y al día siguiente habíamos cogido una excursión a Masada y el Mar Muerto. Mi interés era Masada pero el mar muerto fue bienvenido. El único momento libre en nuestro circuito fue el primer día en Tel Aviv pero lo conveniente es coger la excursión desde Jerusalén, porque el camino más corto es desde Jerusalén, dado que desde Tel Aviv tuvimos que ir hasta Jerusalén y de ahí hasta Masada, toda una vuelta. Mi interés en Masada era de tipo histórico, había escuchado la historia del asedio romano y tenía interés de ver el lugar en persona, como tanto otros lugares antiguos del mundo. Una vez adentrados en el desierto la carretera dio paso a dos vistas, a un lago el mar muerto de un claro tono azulado (combinado por el blanco de la sal de su suelo) y al otro lado unas altas montañas anaranjadas con curiosas formas diseñadas por el viento. En lo alto de una montaña de pared perpendicular al suelo se vislumbran unos edificios, esa es la antigua ciudad de Masada que Herodes construyó. Desde la carretera es visible el sinuoso camino de subida, llamado “la serpiente” por la forma que toma, y que era un camino imposible de seguir para los atacantes de Masada, pues los dejaba en desigualdad de condiciones y sin defensa. Al llegar a la base de la montaña los turistas tienen dos opciones: subir andando el camino de la serpiente, para lo cual hay que ir con antelación, es decir, los tour regulares no te dan tiempo para ello, o bien coger el funicular. Subimos en el funicular, que va lo suficientemente lento para no tener que agarrarse durante la subida y si hay suerte y te toca junto a una ventana disfrutar de la vista de pequeñas hormigas de gente subiendo por el camino de piedra y unas piedras en forma cuadricular, que después descubriría que es uno de los antiguos campamentos romanos. La entrada a la ciudad va mostrando distintos edificios hasta llegar al antiguo palacio que Herodes construyó, y donde todavía quedan restos en el suelo de los mosaicos. Desde este lado se puede apreciar a poca distancia, en la montaña de al lado, otro de los campamentos romanos. Masada se convirtió en un símbolo de la guerra de los judíos contra los romanos, y hoy es un símbolo para el estado judío de Israel. Masada fue asediada por los romanos, que se encontraron con el problema de la situación estratégica del lugar, y que los judíos mantenían continuo acceso de comida y agua, por ello, y tras meses de asedio, idearon otra forma de acceso a la ciudad; construir una rampa para acceder a lo alto de la montaña. Siguiendo el recorrido de la ciudad se puede ver lo que queda de la rampa que construyeron los romanos para conquistar la ciudad de Masada. También se puede ver una antigua sinagoga judía donde, según el guía, se siguen realizando Bar Mitzvah. La ciudad está repleta de edificios de todo tipo, adornos de piedras como un tablero de ajedrez o mosaicos. También hay una iglesia cristiana, con restos de hermosos mosaicos y estructura antigua. Y todavía se pueden ver arqueólogos trabajando en el lugar. A lo largo del recorrido de la ciudad se pueden ver canales a lo largo de la montaña y grandes cavidades en la roca que son las antiguas cisternas de agua. Porque aunque están en medio de desierto, en lo alto de una montaña, lejos de lagos y ríos de agua dulce los judíos de Masada tenían suministro de alimentos y agua dulce. El secreto estaba en esos canales creados a lo largo de Masada y el resto de montañas adyacentes, pues cuando llovía el agua seguía su recorrido natural acabando, siempre, en uno de los canales de Masada. Y los canales llevaban el agua a las cisternas. Debido a esta gran estructura arquitectónica Masada fue conquistada después de muchos meses, pero ningún judío cayó en manos romanas pues se suicidaron todos (hombres, mujeres y niños) antes de caer en manos romanas. Según el guía cuando se hace el servicio militar israelí se va a Masada y se jura “nunca más otro Masada”. Lo que tiene bastante significado para los judíos.

Visita: Febrero 2017

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Entrada y salida del país - Israel

Entrada y salida aérea a/de Israel

Cuando tuve que entrar a China durante la gripe A tuve que pasar controles, cuando viajé a EE.UU. tras aumentar la seguridad por los atentados del 2011, también pasé controles, pero nada comparado con los controles que hay para entrar y salir de Israel. Viajábamos directas a Israel desde Madrid cogiendo la compañía israelí (aunque es un vuelo combinado con Iberia). Como sale de la T4 de Madrid siempre nos gusta ir con 3 horas de adelanto y desayunar en el aeropuerto pero que sobre tiempo, esta vez desayunamos a la carrera y no nos sobró nada de tiempo. Estábamos tres horas y quince minutos antes del vuelo. A las tres horas empezaron a aparecer gente de la aerolínea con atriles y nos separan entre gente que viaja en grupo y los que no. Como llegamos tan pronto fuimos de las primeras a pasar a los atriles donde nos esperaba un interrogatorio. Como nuestra relación es solo de amigas tenemos que pasar al interrogatorio por separado. Hay preguntas lógicas pero otras no tanto. El caso es que nosotras les debimos parecer muy sospechosas porque estuvimos una hora de interrogatorio. Tuvimos preguntas cómo porqué viajábamos a Israel, qué recorrido íbamos a hacer, donde íbamos a dormir (bueno, lógico) otras cómo que en qué trabajaba, en qué trabajaba mi amiga, cómo vivía, cómo vivía mi amiga, si llevaba algo que no fuera mío, algún regalo, un libro... que cómo había llegado hasta el aeropuerto desde mi ciudad, dónde vivía, quién había elegido el destino de Israel, si alguien sabía que viajaba a Israel. El problema empezó con nuestra relación, porque somos amigas de viaje, y eso de que no nos viéramos en persona más que para viajar (vivimos a más de 530 km) les sonaba raro, luego la explicación de cómo nos conocimos (nos conocimos en un circuito por Escocia, de esos que te llevas bien pero pierdes el contacto, luego unos años después sin haber hablado ni nada coincidimos en un circuito por el valle del Loira y Normandía, mismo circuito, mismas fechas, mismo destino y sin haber hablado, es tan complicado coincidir con alguien con los mismo gustos al viajar que desde entonces dijimos que era el destino y hacemos al menos un viaje al año juntas), y vuelta a insistir qué como nos comunicábamos si no nos veíamos nunca en persona, para complicar las cosas mi trabajo es difícil de explicar, así que tras preguntármelo a mí y a mi amiga, se juntaron entre ellas y luego volvieron y me preguntaron de nuevo en qué trabajaba (qué no somos amigas íntimas que no nos contamos con detalle cada día lo que hacemos, no sé con detalle cómo vive o trabaja), y con lo de cómo vivíamos igual, porque desde qué viajamos para vernos la forma en que vivimos mi amiga y yo había cambiado, así que cada una decía una cosa distinta y claro, las interrogadoras hablaban entre ellas, no cuadraban las respuestas y volvían a preguntar ¿cómo dices que vives?. Y para terminar de rematarlo, revisan los sellos del pasaporte e hicimos un circuito por Turquía hace unos años, así que las preguntas de rigor sobre el viaje a Turquía. Tras una hora de ir y volver y volver a preguntar nos dejaron ir a facturar con un papelito que indicaba que teníamos que estar en una media hora en el control de seguridad que hay junto a la puerta de embarque, así que salimos hacia el control de seguridad, pasaportes, etc y llegamos corriendo a la puerta de embarque donde no había nadie más de un par de personas. Ahí nos cogen la tarjeta de embarque y el pasaporte y nos piden que las sigamos, empiezan a abrir puertas, bajar en ascensor y acabar en los entresijos del aeropuerto donde nos pasan algo por la ropa y el calzado y nos piden revisar nuestros bolsos de mano mientras nos pasan a una sala donde nos ofrecen té, café, agua, hay velitas, una tela.. todo muy bien pero ahí nos toca quedarnos siempre bajo la mirada de alguien. Tras revisar y sacar todo del bolso de mano nos lo devuelven y mientras esperamos vemos que abren nuestras maletas (a mí me piden la combinación para ello) y empiezan a revisar todo al detalle, me abren hasta el paraguas, el spray de los mosquitos, todo al dedillo… y cuando toca embarcar nos vuelven a “escoltar” hasta la puerta de embarque, ahí se mantienen con nosotras hasta que entran los pasajeros vip y tras ellos vamos nosotras, y es en ese momento en el que nos devuelven nuestros pasaportes y tarjetas de embarque, que hasta entonces habían retenido. Tras esta experiencia buscamos en internet y descubrimos blog de viajeros españoles que cuenta su experiencia y es cómo al nuestra, solo que ellos lo tuvieron a la salida del país. Y es que a la salida también toca interrogatorio pero a la salida ya no fuimos sospechosas y no tuvimos que pasar por los controles de la idea. Y no es cosa de la compañía aérea o del país porque en Jerusalén coincidimos con una pareja mexicana y  volaron con otra compañía y por Alemania y a ellos hasta les revisaron el cuerpo (de tener que quitarse los pantalones y todo), así que tampoco fue mal la cosa en nuestro caso. Ahora lo contamos y es una anécdota muy divertida del viaje, pero en su momento nos preocupó no poder hacer el viaje porque nos consideraran sospechosas. Al entrar al país no te ponen sello, sino que te dan un papelito de entrada (no te lo grapan ni nada) y al salir, lo mismo. A mi amiga le gusta coleccionar sellos en el pasaporte y entre Europa e Israel siente que los sellos han pasado de moda. 
Aquí dos enlaces a dos entradas sobre la salida de Israel de otros viajeros, lo nuestro fue a la entrada y la salida fue facil, pero podría haber pasado lo mismo:





Visita: Febrero 2017

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