Bruselas - Belgica

Bruselas

Tras nuestro viaje de un día a Luxemburgo y agotada de tanto subir y bajar cuestas y escaleras, tenía solo la mañana para mostrarle a mi amiga Bruselas. Yo ya había estado varias veces, así que para no quedarme en ver los mismos sitios de nuevo añadimos lo que pudiéramos de la ruta del comic, que además va enlazada con algunos de los puntos turísticos de la ciudad. Comenzamos por la catedral de San Miguel, dado que estaba al lado de nuestro hotel. Siempre recuerdo que la primera vez que entré en la catedral me sorprendió mucho ver esas figuras tamaño real de los santos armados con espadas, hachas y demás objetos dorados, me pareció muy bélico. Al entrar después de tantos años desde la última vez, me di cuenta de que nada había cambiado, ni siquiera la figura de San Miguel matando al dragón (si no fuera por las alas diría que era San Jorge). Al lado de la catedral está el primer mural de nuestra ruta del comic: el escorpión, que fue el que más me gustó de la ruta, aunque casi lo ocultaban unos andamios (nos perseguian los andamios). Bajamos de la catedral camino de la Bolsa y así pasamos por otros dos murales, recuerdo de mi época infantil cuando leía la revista T.B.O. (tebeo). Y desde la Bolsa entramos a la Grand Place, y he de decir que poco o nada ha cambiado desde la última vez que estuve, algunas de las casas de los gremios estaban tapadas en reparación pero el ayuntamiento y el palacio museo se mostraban igual que hace años. Mientras esperaba a que mi amiga hiciera las compras de rigor descubrí que la tiendecita donde me compraba gofres con chocolate recién hechos para comérmelos en las escaleras de la Grand Place seguía ahí, aunque la figura de bronce, dorada por el toque de los turistas, que estaba en una calle lateral al ayuntamiento había desaparecido. Siguiendo por esa misma calle continuamos con la ruta del comic, justo donde dejamos al niño meón pasamos por murales de Tintín y otros personajes de T.B.O., realmente no nos cundió tanto el tiempo como lo esperado porque los murales están pintados en los laterales de las casas por lo que a veces es complicado verlos según la acera por la que camines o la dirección que lleves. En algunos casos hasta tuvimos que recorrer un par de veces una misma calle mirando a cada lado y cruzando de acera hasta encontrarlos. Los primeros murales, los cercanos a los lugares turisticos, están muy cerca entre sí, la única dificultad es verlos (parecería que se dejan ver, pero todo depende de por donde camines). Luego, a medida que continuamos, los murales ya se iban separando más, y nos adentrarnos en un barrio donde las pintadas ensuciaban los murales. Como ya iba siendo la hora de comer decidimos volver a un lugar con más turistas para ir a comer. Nos quedaron varios murales pero todos ellos están algo más alejados del centro (el corto maltes, por ejemplo). También quería haber visto el Old England hotel y el museo del comic, pero la busqueda de los murales nos quitó más tiempo del previsto (además de que yo andaba cansadisima del madrugón y las cuestas y escaleras de Luxemburgo, que es muy verde y bonito pero fue un día muy intenso). Hubo un par de murales, como el del gato y otro más, que están junto a la estación de tren de Midi, que los vimos varias veces al pasar por ahí el tren, incluso la noche al regresar de Waterloo, dado que estaban iluminados. Y esto es lo que dio  de sí una mañana en Bruselas. Por la tarde, debido a que mi amiga no tenía traje, teníamos que salir pronto del hotel para que le alquilaran un traje de época napoleónica para la Recreaciñon del Baile de la Duquesa de Richmond que disfrutamos esa misma tarde-noche. Como veis la cosa ya empezaba a descuadrar en cuanto a tiempos, así que se veía que no íbamos a cumplir el objetivo de visitas. Al menos disfrutamos cada minuto del día levantándonos a las seis o siete de la mañana y echándonos a las dos o tres de la mañana (es lo que tiene viajar para hacer turismo y recrear, las dos cosas suponen mucho tiempo).
Visita: Junio 2015

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- Bruselas en 2002

Luxemburgo - Luxemburgo

Luxemburgo

Lo bueno que tiene viajar por Europa es que el tren funciona de igual forma aunque cambies de país, y no es nada caro ni dificil. Así que aprovechando que en Bélgica ya había estado varias veces decidí visitar Luxemburgo, que teniendo en cuenta que cuando yo estudiaba existía eso del Benelux, Luxemburgo no podía estar muy lejos. Por lo que vi el país tiene rincones muy interesantes pero con la recreación estábamos un poco pilladas de tiempo, así que solo incluí la capital, que para empezar a descubrir el país no está nada mal. Salimos puntualmente a las 6.13 y en teoría en tres horas llegábamos a Luxemburgo, pero tuvimos la “suerte” de que el tren tuviera que parar en un pueblo antes de llegar a Luxemburgo. Avisaron en flamenco y francés sobre que el tren tenía como fin de estación esa parada, pero la parte para los viajeros cuyo destino final era Luxemburgo no fue muy legible. Hacía mucho que no usaba el francés y según cómo hablaran podía entenderlo o quedarme como si me hablaran en flamenco o suajili. Así que pregunté, pero la mujer pero no debía saber mucho inglés, afortunadamente un hombre muy amable se introdujo en la conversación y nos lo explicó todo claramente en inglés. Así que tocó esperar en el andén hasta que llegó otro tren que nos llevaría a Luxemburgo. Pese al contratiempo acabamos la visita de la ciudad antes de lo previsto, y lo bueno de estos Intercity es que podemos coger cualquier tren de vuelta sin cambio de billete ni nada. Nada más llegar a la estación (nos encantó las pintadas del techo de la estación), nos dirigimos todo recto hacia el centro y parte histórica de la ciudad. Tras cruzar un puente con vista a algunas torres y torreones llegamos al monumento del soldado desconocido, donde comenzamos nuestro recorrido a pie por el Grund (el primer barrio a recorrer). El monumento al soldado desconocido te lleva a uno de los miradores de la ciudad, en lo alto de las murallas y en una esquina junto al palacio de justicia. Aqui tenemos una vista del río y de una de las torres de vigilancia, así como de la zona Rham: llena de casitas blancas con tejados inclinados de color gris, la iglesia, y las casamatas on block. Tras dejar el mirador bajamos de lo alto de las murallas hasta la zona del río. Según los folletos de la oficina de turismo hay una ruta muy interesante par hacer a pie y verlo todo, pero nos encontramos con muchísimas obras y gruas que nos cortaban el paso, asi que el recorrido se nos alargó más de lo previsto porque tuvimos que hacer varios rodeos; no había muchos puentes para cruzar el río (en esa zona solo tres), y si además de los tres puentes únicos puentes te cortan el paso de dos, es complicado no dar rodeos. Afortunadamente nos hizo un sol fabuloso y, aunque el viento soplaba fresco, al sol se estaba muy bien, por lo que no nos importó andar. En el Grund hay mucha cuesta pues de río corta dos monticulos que separan las murallas de la zona Rhum. El Rhum es una montaña con una explanada circular, con casas modernas rodeadas de antiguos torreones y puertas fortificadas, y por su puesto un mirador que da hacia el palacio de justicia y el centro de la ciudad, así como hacia las casemates y la catedral. Esta zona tiene rincones encantadores construidos gracias a la conservación de las murallas, torreones, su río y los pocos comercios que hay en la zona (costó muchísimo encontrar donde ir al baño o donde comprar algo para beber). Desde el Grund subiendo otra cuesta atravesamos una de las puertas a la parte alta de la ciudad. Desde aqui las iglesias y catedral del centro ya se veían rodeadas de grúas y andamios, así que dejamos el centro para el final, dado que supusimos que poco veríamos con tanta obra. Este acceso nos permitió subir a uno de los antiguos torreones para tener una vista de la fortaleza en el ober-grunewald (otro de los barrios antiguos) y la entrada a las casamatas (aquí encontramos baños, ¡y gratis! que eso es muy raro por estos lares). Antes de entrar hay una pequeña zona explicativa sobre las casamatas, iniciadas por los españoles (en esa época en la que cundimos mucho por el mundo). Una vez se entra a las casamates on block se nota, lo primero de todo, el cambio de temperatura, las corrientes de aire son mayores y por tanto hace más fresco que en el exterior. Hay balcones en la roca que permiten ver la zona tanto del grund como del over-grunewald, es decir, los dos lados de los casamatas, cada uno a un lado del río que da una vuelta a su paso por la ciudad. También te puedes encontrar muchas escaleras, tanto para subir hasta uno de los puentes de la ciudad, como para bajar a las minas. Esa zona no tiene salida pero nosotras nos recorrimos todos los recovecos de las casamatas, donde es habitual encontrar algunos cañones apuntando hacia las ventanas creadas en la roca. Hay otras casamatas en Luxemburgo, pero esas solo las abren en pleno verano. Es una visita muy interesante y recomendable; si se va a Luxemburgo no se puede dejar de verlas. Tras las casamatas nos paramos a comer, y tras la comida continuamos nuestro camino hasta el barrio de ober-grunewald que es la zona donde está la ciudadela. Desde las casamatas solo hay que bajar de nuevo hasta el río y cruzar el puente hasta llegar a una montaña. Como tocaba volver a subir, y entre tanta subida y bajada ya estábamos un poco deshidratadas, en cuanto encontramos un bar (una tarea muy complicada, pues solo los vimos en el centro y de camino a la estación de tren) entramos para hacernos con provisiones. Y casualmente el único bar que encontramos era de españoles. Tras la breve parada comenzamos la subida a la fortaleza, que se hace desde la montaña, rodeada de árboles, camino que me recordó mucho al del Monasterio de Piedra en Zaragoza, con la diferencia que esto está en la misma ciudad. Por supuesto éramos las únicas subiendo, pero una vez arriba encontramos a un par de turistas perdidos. Aunque los árboles tapan la vista mientras subes, cuando llegas arriba el recorrido de la ciudadela y la vista de la ciudad desde esta merecen la pena el esfuerzo. En algunos rincones la ciudadela se encuentra muy bien conservada, pero en otros algo abandonada. Tras la ciudadela hay un museo moderno, que no visitamos, y que solo llegamos a verlo porque seguimos subiendo y subiendo y escuchando la conversación de unos españoles que hablaban de como ahí las hipotecas eran del 1% de interés. (Escuchamos muchísimo español durante este viaje, está claro que cundimos mucho). Desde lo alto de la ciudadela hay dos formas de bajar: una es bajar hasta el río y otra es pasando por el barrio de niederfrunewald, y siguiendo el camino del folleto de la oficina de turismo de Luxemburgo (de internet, a la real no llegamos ni a verla). Por supuesto seguimos el camino turístico que es como si estuviera haciendo un poco el camino de Santiago, dado que estas tan rodeado de vegetación que no ves civilización, y en este caso, ni siquiera personas. Así llegamos a lo alto del torreno de otra muralla y a lo que era el viejo molino. De ahí bajamos para cruzar el puente de dos torres del barrio pfaffenthal. Desde aquí el camino desde las torres del puente es una cuesta hacia arriba (si no subes y bajar muchas veces es que no has visto Luxemburgo) pero tiene otro mirador con una vista de la ciudadela  y de las casamatas. No es dificil hacer el recorrido pues hay un tren turistico que pasa por todos los lugares por donde nosotras pasabamos. Si uno quiere ver Luxemburgo y no cansarse subiendo y bajando cuestas y escaleras la mejor opción es coger el tren turistico que sale de las casamatas on block. De aquí llegamos al centro, y tras ver por fuera el palacio ducal (aquí ya vimos turistas, los habíamos perdido camino de la ciudadela) nos sentamos a tomar algo frente al palacio ducal y el parlamento. Al lado teníamos la plaza de Guillermo II donde hay una escultura ecuestre de él (y donde escuchamos más español). De aquí fuimos a la catedral (en obras) y tomamos el camino directo para volver al puente de inicio, donde regresamos nuestros pasos hacia la estación de tren. Tal vez después de todo lo que vimos, el centro de la ciudad nos pareció muy poca cosa, supongo que el truco es hacerlo al revés y sobre todo que no haya obras.

Visita: Junio 2015

Mis imágenes: Album de Luxemburgo 

Información para viajar:  
Tren por Europa
Casamatas on Block

Recreacion Bicentenario Baile de la duquesa de Richmond, Bruselas.- BELGICA





Wellington recibe un mensaje y lo comunica a los asistentes del baile.





Transporte por Waterloo

Pese a ser una conocida batalla y ser un lugar de turismo, el transporte para moverse entre los puntos de interés puede ser complicado si uno no va preparado.

Para ver los siguientes puntos de interés:
- Cuartel General y Museo de Wellington
- Monte del Leon, memorial museo y granja de Hougoumont.
- Cuartel General y Museo de Napoleón.

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Se pueden coger los siguientes transportes:
Desde Bruselas se puede coger el tren a Waterloo
Aqui en waterloo tenemos el cuarte general y museo de Wellington.

Del cuarte general de Wellington sale el autobus W con parada en Esso Petrol Station, para llegar al monte del León y el museo memorial.
Desde el cuartel general de Wellington sale el autobus 365b con para en el Monumento Gordon, para llegar al monte del león y el museo memorial.
Andando desde ambas paradas el museo está cerca, aunque lo está un poco más desde la Esso Petrol Station que desde el Monumento Gordon.

Del museo memorial o monte del León hay que ir andando hasta la granja de Hougoumont.

Del museo memorial o monte del León sale el autobus 365 que para en Genappe-Musee du Caillou, para llegar al cuartel general y museo de Napoleón.
El bus w no sirve para llegar hasta aqui.

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Desde Bruselas se puede coger el tren a Braine-l'Alleud.
Aqui en Braine-l'Alleud se puede coger el bus W con parada en route de Nivelles para llegar al monte del León y el museo memorial.
O se puede andar 3 kilometros hasta el Monte dle León (nosotras lo hicimos el viernes noche tras la recreación de la batalla).

Del museo memorial o monte del León hay que ir andando hasta la granja de Hougoumont.

Del museo memorial o monte del León sale el autobus 365 que para en Genappe-Musee du Caillou, para llegar al cuartel general y museo de Napoleón.
El bus W no sirve para llegar hasta aqui.

Desde el cuaterl general y museo de Napoleón sale el autobus 365 hasta el museo de Wellington en Waterloo.
El bus W no sirve para llegar hasta ahí a menos que se ande algunos kilometros (3 o 4) hasta la parada más cercana.

Atlantik Wall Museo

El Muro del Atlántico fue una linea defensiva, construida por los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial. Este muro defensivo discurría a lo largo de toda la costa desde el norte de Noruega hasta la frontera entre España y Francia. El objetivo era defender toda la costa de posibles invasiones.

Información práctica:
Precio: 6,50 euros
horario: 10 - 17 horas

Si se compra la entrada en la estación del tranvía junto con el billete del tranvía ida y vuelta sale más barato (aproximadamente sale el viaje en tranvía gratis y solo se paga los museos - el atlantic wall y el pueblo Año 1465, que abre de 14 a 17 horas).

Como llegar:

Llegando a Ostende en tren nos dirigimos hacia la izquierda donde está la estación del tranvía.

Ahí cogemos el tranvía que llevan a Raversijde Domein (en este tranvía es como un bus urbano, hay que pulsar cuando te quieras parar. No hace todas las paradas por lo que si no pulsas para bajar te puedes pasar de la parada sin darte cuenta).


Tras bajar del tranvía hay que ir hacia la derecha (mirando en dirección contraria a la playa) hasta encontrarse con unas escaleras que suben unas dunas. tras bajar la escalera hay que girar a la derecha y seguir andando hasta llegar a la puerta del museo, no hay ningún cartel en inglés que te oriente sobre donde está el museo.


A quién no le guste la historia o el tema militar seguramente se le hará pesado, nosotras en cambio nos pasamos casi cuatro horas recorriendo lo.


Detalle de una de las baterías antiaéreas del museo.

Presentación

Curriculum Viajero - Presentación