Shangai - China

Shangai

Después de comer fuimos al aeropuerto de Yichang para ir a Shangai, como comentaba el aeropuerto tenia a las vacas pastando a sus anchas, era un aeropuerto domestico así que solo tenía 3 puertas de embarques y los avisos estaban en pizarras blancas anotados manualmente con lápices de colores. Para variar el avión no salió a su hora y además lo cambiaron de puerta, en la pizarra nadie fue a borrar la puerta y cambiarla pero al ver a un montón de gente haciendo fila para el vuelo preguntamos a ver si tenían el mismo vuelo que nosotros y así supimos que habían cambiado la puerta. Cuando llegamos a Shangai vimos el cielo azul, pero no duro mucho dado que al día siguiente amaneció con lluvia, esta vez no fue como en Xian sino que fue una lluvia continua, intensa que duro todo el día de la mañana a la noche. Primero visitamos el templo del Buda de Jade, los dos budas me sorprendieron por el tamaño, me los esperaba más grandes. Aun así el detalle de las figuras era fabuloso, una pena que estén tan rodeados de tiendas y suvenir por todos los rincones. El templo tenía muchos recovecos, lo que lo hacía más grande de lo que era. Para variar nos metieron en una tienda de té y plantas medicinales, y acabamos preguntando a la guía por su taper, habíamos visto que muchos chinos llevaban frascos o tapers con té. Nos indico una tienda lock lock, que estaba en el centro comercial frente a nuestro hotel que vendía esos taperwares. Así que al final del día fuimos ahí a comprar algunos para el té. Pero siguiendo con el templo lo más bonitos son sus rincones, el patio interior visto desde las ventanas del piso de arriba, la esquina del pasillo lleno de farolillos rojos, y demás rincones bonitos y para mí con más encanto que el conjunto en general. Después nos llevaron hasta el museo de Jade, que es un lugar para venderte objetos de jade, nada de interés, luego toco una fábrica de seda, y en fin, como decía muchas fábricas y lugares sin interés para mí. Luego nos llevaron a visitar el Jardín del Mandarín Yuyuan, y nos sorprendimos al encontrarnos en una calle comercial con bellas casas tradicionales chinas dentro de una zona histórica. Estamos en el Yuyuan Maket, que aunque sus casas son preciosas y esta todo adornado con farolillos la aglomeración de gente consigue que el lugar pierda parte de su encanto. Demasiada gente, demasías tiendas, demasiados vendedores....a quien le guste las compras y no le importen las aglomeraciones es un lugar perfecto para ir, algunos de los que hicieron el crucero conmigo repitieron y el día de nuestra marcha que hizo sol volvieron aquí. A mí no me gusta ni ir al rastro de mi ciudad así que tiendas y gentes como que no me atraen. Un lugar encantador pero con vivirlo una vez me basto y me sobro. Ya sé que el comercio es algo típicamente chino, pero estos rincones me agobian, y si aun encima llueve ya es la puntilla. En pleno mercado de yuyan se encuentra el jardín de yuyuan, bello jardín aunque lo atravesamos entre una multitud de turistas, no podíamos ir los unos mas pegados a los otros... había pocos espacios vacíos donde poder pararse y disfrutar del encanto del lugar, e imaginar una escena china antigua en esos pasajes, fuentes y jardines... las casas tradicionales chinas, con sus entramados de madera de un llamativo color rojo, y sus pasillos, pabellones y estanques. Después de conseguir salir del barullo de la gente, y los vendedores nos llevaron a ver las vistas de Shangai desde el bund o malecón. Pese a la lluvia y a los nubarrones que tapaban los edificios más altos había bastante gente haciéndose fotos al espectáculo que es el otro lado del río, donde la zona de la ciudad son todo edificios altos y más futuristas, que no pegan nada con el ambiente de china, sobre todo con el lado contrario donde los edificios son de corte antiguo europeo. Un contraste que desde el río se advierte mucho mejor, por un lado, lo moderno y por otro lado lo antiguo europeo. Y tan antiguo dado que estaba todo en obras. Siendo sincera las obras eran por la nueva remodelación de la ciudad que se prepara para la Expo. Aunque si les pasa como a Zaragoza cuatro años después de la expo todavía seguirán en obras....Nos dejaron en la calle Nanjing, la zona comercial, donde nos volvimos locos para poder encontrar una buena cafetería, por supuesto, buscar eso en china es algo imposible pero con la que caía ya que íbamos a tener que estar refugiados al menos calentarnos por dentro de buena manera, curiosamente en el café nos saludaron dos chicos que eran de guinea ecuatorial y se habían parado al oírnos hablar español, los pobres estaban estudiando ahí y comentaron que no oían mucho español. En la calle paseaba el mini autobús por su vía aunque como uno no se percataba más de una vez casi nos pilla mientras nosotros intentábamos zafarnos de los pesados vendedores de copias. Lo más graciosos era ver la mascota de la expo de Shangai en todos los rincones, yo ya tenía una foto con la mascota, que me la hice en la expo de Zaragoza, pero ahí andabas dos pasos y ahí estaba la mascota, del mismo color azul, por cierto. Que para más coincidencias con lo grande que es china resulto que la guía que tuvimos en Shangai tenía una amiga que vivía en Zaragoza, si es que al final el mundo es un pañuelo. De aquí decidimos volver en metro al hotel, porque ya estábamos cansados de tanta agua, ¡no había parado en todo el día! No sé porque todo el mundo decía que en China coger taxis, si es muy barato. Si, barato es pero el metro lo es más y sobretodo tarda menos. Que a mí no me importa coger un taxi barato siempre y cuando no me cueste el doble o el triple de tiempo que por otro método de transporte. Y la verdad es que el tráfico en Shangai es horrible, y si no fuera por las zonas en las que se podía coger el metro, si tengo que moverme todo el tiempo en taxi me da un algo ¡cuánto coche, moto, bici! El metro ni está muy lleno, ni es difícil, ni es caro, y además, como decía, más rápido. El problema que para pudong no tenía línea de metro así que a algunos sitios hubo que tomar taxi, con el consiguiente tiempo que supone el ir en coche por esta ciudad. Por lo demás en el metro no hay nada que resaltar. Al día siguiente fuimos a Suzhou y del viaje en tren de Suzhou llegamos a Shangai todavía para aprovechar algunas horas de sol (recordar que compramos billetes en la reventa para poder regresar antes). Así que descansamos un ratito en el hotel antes de hacer la visitar nocturna en Shangai que teníamos preparada (en realidad se la sugerimos a la guía porque no nos ofreció ninguna visita en barco de Shangai de noche pero le pregunte y nos dijo que podíamos hacerla con ellos en vez de buscarlo solos).Aunque descansamos un ratito en el hotel sí que aprovechamos el sol que duro dos días seguidos. Algunos decidieron repetir visitar para verlas con un día soleado, personalmente no me apetecía repetir, fui a Pudong, que es el barrio financiero, lleno de rascacielos y torres elevadas, se puede subir pagando, claro, pero el precio no es muy caro y la vista desde arriba merece la pena. Pero eso fue el día de mi partida. En cuanto al regreso de Suzhou, después de descansar en el hotel, y todavía con sol, pasamos por el museo de Shangai camino al barrio francés, donde tomarnos algo en una cafetería, algo más occidental que con la tarde soleada que hacía era mucho más interesante. De camino al barrio francés pudimos contrastar (con sol mejor que con lluvia) el contraste de edificios modernos y altos frente a las callejuelas y casas chinas, con sus andamios de bambú (que hasta casas enteras en rehabilitación estaban rodeadas de bambú).El barrio francés es todo contraste, porque pasamos a una zona donde hay parques, casitas más bajas, calle peatonal y cafeterías. Que aun sin ser las casas de estilo europeo serian mas occidentales por poder pasear y tomar algo en la calle, disfrutando del día. Es raro ver terrazas y cafeterías chinas donde disfrutar “a la española”. Y a la gente, turista o no les gustaba porque estaba lleno de gente y casi no se encontraba sitio donde sentarse. En cuanto al aspecto es un barrio muy francés, esos balcones y los edificios y aceras me recordaron en algunas esquinas a nueva Orleáns, también muy francés. Luego de tomar algo y cuando ya empezaba a anochecer marchamos hacia el barco para el paseo por el río, para así ver la ciudad de Shangai iluminada de noche. La guía no nos comento mucho pero tampoco nos importo. Tomamos el barco y ahí disfrute bastante porque no hizo nada de frío en el exterior mientras paseábamos por el río y la vista de Shangai iluminada, tanto la zona antigua occidental como la moderna es impresionante. De lo más recomendable, no hay que irse de Shangai sin verlo, vale la pena. Recuerdo que mientras estuvimos en china nos comentaron varias veces que para conocer China hay que ver tres ciudades, Pekín para conoce runa ciudad del presenta, Xian, para conocer una ciudad del pasado y Shangai para conocer una ciudad del futuro. Y realmente con la vista nocturna de Shangai es fácil ver el futurismo en su paisaje.

Visita: Mayo 2009

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Suzhou - China

Suzhou

Al día siguiente hizo sol pero nos marchamos a visitar Suzhou. Nos dirigimos a la estación de tren de Shangai donde uno se puede perder fácilmente pues nos encontramos con cientos, quien sabe si miles de personas intentando coger el tren, solo se accede si se tiene billete y a su tren le falta menos de no sé cuanto para partir, lo cual es lógico porque cuando llegamos para coger nuestro tren estaba toda la sala de espera llena de gente, y de pensar que toda esa gente iba a coger nuestro tren y no estaban ahí por otros trenes....además las puertas para acceso a los andenes están cerradas y aunque las abren un poco antes la fila que se forma es impresionante. El tren es al estilo de Dinamarca hay billetes con asientos y billetes sin asientos, por supuesto los chinos que no tienen asiento reservado se agolpan junto a las puertas del vagón al acecho de un asiento libre. El tren que tomamos no estaba mal, como digo muy parecido a los de Dinamarca pero nada puntuales, salimos y volvimos con retraso algo que no debería sorprendernos si tenemos en cuenta que con los vuelos internos nos paso lo mismo. Al llegar nos recogió nuestra guía, y lo primero que vimos es que es una ciudad china, vamos, lo que se dice un aspecto sucio y pordiosero. En principio Marco Polo la bautizo como la "Venecia de Oriente". El centro de la ciudad vieja lo atraviesa el Gran Canal, a su alrededor una densa red de estrechos canales de agua, calles y vías fluviales en las cuales las edificaciones están a orillas de lagos y riachuelos y aunque vimos canales preciosos y sus parques lo cierto es que muchos de los puentes por donde nos asomamos nos mostraron un aspecto d los canales muy “veneciano en cuanto a que están en ruina y sucios, supongo que el agua estropea tantos los edificios de Venecia como los de china. La guía nos ofreció una excursión en barco por los canales pero a un precio muy caro así que no aceptamos, no nos hubiera importado verlos desde las calles y los puentes pero en algunos casos, como en Venecia, esto es algo difícil. Lo primero que visitamos fue la Colina del Tigre, bajo la que se cree se encuentra enterrado el rey He Lü y donde tienen una pagoda inclinada, al estilo de la torre de pisa pero en pagoda...sé que en la colina del tigre jamás hubo un tigre pero no porque se le dio ese nombre porque nuestra guía era un poco pasota. Lo más bonito eran sus jardines, escaleras, bonsáis, etc. Lo cierto es que tienen un aspecto muy chino, al estilo del jardín de yuyuan de Shangai. Después fuimos a ver el jardín del pescador. Lo primero que nos encanto fue el camino hasta llegar al jardín, digamos que los jardines tenían el antiguo encanto chino pero cuando se han visto otros tantos al final cansa, recuerdo que en Seúl me canse de ver palacios y en Kyoto de ver templos. Un poco es perfecto, tomar demasiado al final empacha. Como decía el camino de entrada es una calle con casas chinas, y ahí vimos que había ropa tendida entre casa y casa, nos comento la guía que eso estaba prohibido pero que aun así seguían haciéndolo, también vimos a los chinos lavando la ropa, comiendo en la puerta, paseando en bicicleta y hasta un perro vimos, que es realmente raro, dado que durante todo el viaje no habíamos visto ni uno. Aun así el jardín del pescador merecía la pena, además lo vimos casi completamente solos y aunque pequeño lo recorrimos varias veces por todos los rincones, la guía nos dejo libres para meternos por todos los lados, así ella no tenía que contarnos nada. El patio central está ocupado por un estanque, y un estrecho camino serpentea a su alrededor entre la orilla, las rocas y la vegetación. Luego estaba una estancia central con un estanque lleno de carpas que tenía unos espejos y es que es el llamado mirador de la luna o algo así explico la guía, que para una cosa que explica no preste atención. Luego nos fuimos a comer. Después de la comida nos llevan a una fábrica de seda pero dijimos que no, y funcionó. Como decía nos toco una guía pasota que tenía ganas de deshacerse de nosotros, y nosotros que ya estábamos cansados de guías le regalamos tiempo porque decidimos volver antes a Shangai. Nos comento la guía que podíamos cambiar los billetes de tren y conseguir unos antes pero que había que pagar 10 yuans, nosotros que vale, que nos queríamos ir porque excepto los canales no vimos mucho más que nos motivara a quedarnos, la ciudad nos pareció muy industrial. El caso es que el chofer para en medio de la carretera y dice la guía que en la bandea roja nos los cambiaran, cruzamos la carretera a lo chino, o más bien a lo suicida porque si ahí van por tres direcciones diferentes en un solo carril, si además le sumamos a nosotros andando por medio, yo veía coches y motos y bicis por todos los lados, completamente rodeada pero sin perder el paso a la guía conseguimos cruzar ilesos. Y cuando damos la vuelta al muro donde estaba la bandera roja nos encontramos con un chino bajo una sombrilla en silla de ruedas que por 10 yuan y el billete de tren te da otro, en fin, la reventa china de billetes de tren. El caso que para el siguiente tren a Shangai nos dio cuatro asientos juntos y en primera, cuando a la ida habíamos tenido que ir en el mismo vagón pero no en asientos junto, pero supongo que esa es la ventaja de la reventa china de billetes de tren. Y luego entramos a la estación la guía nos dijo que no nos preocupáramos si tardaba en salir en el cartel el tren porque solía retrasarse (cosa que hizo, claro) y luego se marcho. La que tomaba los billetes en la entrada a la sala de espera fue muy maja, éramos los únicos occidentales de la sala (a abarrotar, por supuesto) y cuando avisaron la salida de un tren se acerco a mirarnos los billetes no fuera el nuestro y como lo dicen en chino no nos hubiéramos enterado. Al ir a coger el tren en el suelo, como en Japón, te marca donde para cada vagón (eso tendrían que poner aquí, es lo que más extraño, el saber el sitio exacto donde va a parar el vagón que me toca). El caso es que nosotros nos situamos bien peor los chinos no y una avalancha de chinos vino hacia nosotros, el tren, como a la ida, iba a rebosar. Por el camino disfrutamos de la vista de los canales, arrozales y las casitas y sus barcas como medio de desplazamiento, algo muy curioso comparado con lo que es la ciudad o el propio Shangai.

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Visita: Mayo 2009

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Yichang - China

Yichang

Aquí tuvimos un pequeño problemilla de comunicación debido al inútil del guía en ingles del barco (ese que estaba desaparecido, que si hubiera sido la de alemán otra cosa hubiera sido...). El caso que después de la visita a la presa de las tres gargantas nos debían llevar al barco donde nos recogían para visitar la ciudad de Chiang o Yiyang, como también la llamaban.Yichang no es solo la puerta a cruceros por el río Yangse, sino también tiene industria textil, y es conocida por su gran fábrica de bordado así que aquí nos llevaron a la primera demostración de fabrica y tienda de seda, luego, por desgracia, nos tocarían otras tres más...para morirse. Aunque lo mejor fue esta, donde la tienda tenía bordados coloridos, vibrantes, y todos ellos son una representación de esa ciudad. Allí se puede comprar bordados chinos con denominación de origen.Yichang tiene una deliciosa cocina, con un toque picante y un sabor original, comimos ahí y saboree las gambas y los cangrejos, algo picante y diferentes buenísimos. La ciudad es un poco diversa en sí misma, por un lado es todos edificios, callejuelas, suciedad, chinos, tiendas y motos. Había taxi motocicletas, que estaban parados esperando clientes para llevar en las motos, y motos donde iban tres, como los del anuncio de tres en un burro. Como decía la ciudad es muy variada porque la zona al lado del rio es un paseo tipo costa mediterránea y los edificios son también tipo playa mediterránea. Pero luego, el resto es típicamente china actual. Alrededor de la ciudad todo son campos de arroz y casitas pequeñas, lo sé porque fuimos de camino al aeropuerto de Chiang para ir a Shangai, por cierto, en el aeropuerto encontramos vacas sueltas por la entrada del aeropuerto.de lo más original.

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Presa de las 3 Gargantas y Rio Yangtse - China

Presa de las 3 Gargantas y Rio Yangtse

La tercera garganta, Xiling, la recorrimos de noche. Justo antes de llegar al final se encuentra la Presa de las Tres Gargantas, donde un sistema de esclusas permite cruzar al otro lado. Por megafonía nos avisaron de que íbamos a entrar en la Presa. Así que algunos subimos a la cubierta para vivir y ver el momento en el que nos metíamos en una de las esclusas. Lo cierto es que el tiempo pasó despacio. Entramos, y nos pegamos a un crucero más pequeñito, estábamos a dos dedos del otro barco y a dos dedos de la pared, parecíamos metidos con calzador, pero detrás nuestro llegaron dos cargueros de carbón, que se pegaron uno a la pared y el otro al otro carguero para así dejar pasar a otro pequeño crucero, y vimos como poco a poco se metieron como en un puzle los tres barcos. Una vez completos y sin un hueco libre se cerraron las compuertas y vimos como con rapidez el agua iba bajando. En las fotos se podía apreciar como de alto estaba antes de la bajada de las aguas y después de las bajas. Pero más impresionante fue como calzaron los barcos para entrar. Al día siguiente estábamos anclados frente a un templo, la excursión que teníamos era la visita a la presa de las 3 gargantas pero ya en bus y a pie, como el resto de turistas que había. Una gran fila para entrar a la inmensa presa, que es toda una ciudad en tamaño. Cuando se toma el autobús dentro de la Presa de las 3 Gargantas comienzan a verse los edificios y la pequeña ciudad construida para los obreros de colosal obra. Se contaron se tardó 13 largos años en finalizar pero aún así terminó unos diez meses antes de lo previsto para la alegría de todos los ingenieros que le dedicaron más de una década a esta feroz construcción que va a lo ancho del caudaloso río Yangtse y que tiene como objetivo aprovechar su fuerza y controlar al mismo tiempo las constantes inundaciones que azotan esa parte de China desde siempre. Una vez finalizada la visita recorrimos el curso del rio desde el autobús en dirección a Yichiang. El paisaje, al igual que el de las otras gargantas era espectacular, ver la figura de las altas montañas reflejadas en el agua, ver la silueta de las montañas, y en los bajos de sus faldas los embarcaderos y los templos.

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Badong - China

Badong y sus alrededores

Seguimos la travesía y por la tarde, después de comer, el barco amarra en la ciudad de Badong, la ciudad solo la vimos desde el barco. Aunque para ellos es como un pueblo para cualquier occidental es una ciudad, en la montaña está lleno de cuestas empinadas y enormes edificios, y por su puesto su puente. Pase muchos puentes durante la travesía por el yangtse.Desde aquí es desde donde se inicia una de las excursiones más interesantes del crucero. Aquí se toman un barco más pequeño para ir por el río shennong (un afluente del Yangtsé). El trayecto dura una media hora o así y lo primero que se ve es que el agua de este rio es más limpia, mas verde y en algunos sitios reflejos de cristal de las montañas. Las montañas son, como las otras, altísimas, y la vista de las pequeñas barcas de madera de los aldeanos contrastan en su tamaño con el resto del paisaje, el ancho rio, las altas montañas, y los pequeños aldeanos en barca de madera. Pude ver varios de estos, dado que el desplazarse en barcas de madera es el medio habitual de ahí para moverse de sitio o desplazar las cosas. Durante el trayecto se pueden ver también otros aspectos nuevos en el paisaje, como escrituras talladas en las paredes, algunas de ellas de la dinastía Song, grandes y pequeña cuevas, algunas imponentes, y lo más importante y curioso del lugar es que en las paredes de los precipicios se pueden ver los sepulcros excavados hace miles de años, ahí se aprecian los ataúdes de los antiguo Bo. En lo alto de algunos acantilados se ven las pasarelas de madera donde colocaban los ataúdes, y desde el rio uno imagina que a esa altura, dentro de esa roca sin ladera, el trabajo para colocar los ataúdes tuvo que ser impresionante, y ningún guía nos dijo, tal vez no lo saben, el porqué se colocaron ahí esos ataúdes, de esa manera. Después llegamos a un embarcadero flotante donde haríamos otra excursión por el rio, pero eso es otra historia.

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