Klein Matterhorn - Suiza

Klein Matterhorn

Cuando íbamos a coger el billete para subir al Klein Matterhorn y entrar a la cueva de hielo unos españoles se acercaron para preguntar cuánto costaba la subida con el swiss pass, y tal cual se lo dijeron se marcharon. Hay que decir que la subida no es barata, nosotras preferimos ahorrar en no comer por ahí fuera sino de lo traído de España y subir a todos los sitios pero es cierto que a veces hay que elegir, Suiza es muy bonita pero bastante cara para nuestro nivel de vida. Con el swiss pass hay un descuento para la subida y al final nos costó 172 francos. También en las mismas taquillas se podían comprar los tickets para visitar las cuevas de Zermat, que vimos las pasarelas de madera desde el telecabina y tenía buena pinta pero no teníamos horas suficientes en el día para hacerlo todo. Montamos en el telecabina y mientras subíamos pudimos ver como decía el paseo entre la montaña y las grutas, el valle, la vaquitas pastando, las casita de madera. Y luego cambiamos al teleférico y más arriba solo veíamos la nube oscura tapando todo. Nos metimos dentro de la nube y solo se veía blanco alrededor. Cada vez estábamos más deprimidas pensando que no veríamos nada pero antes de llegar a los 3000 metros las nubes empezaron a desaparecer y de repente des los valles verdes que habíamos dejado atrás ahora estábamos justo sobre un glaciar, y enfrente nuestro se alzaba un pico todo nevado. ¡Qué ilusión!. Cuanto más subíamos mejor se veían los picos y la nieve y el glaciar. La radio del teleférico ya sonaba en italiano. Al llegar arriba del todo, a los 3838 metros, salimos corriendo para encontrarnos con un cielo lleno de nubes, otra vez no se vía nada y además hacia un frio horrible. Así que entramos nuevamente y bajamos a visitar la cueva de hielo, o plació glaciar como lo llaman ellos. Esta cueva no tenía el suelo de hielo, ni tantas figuras pero el techo era mucho más real y no hielo pulido. En la cueva estuvimos acompañando a una mujer inglesa que había perdido a su marido y le daba miedo andar por ahí, luego lo encontró en la cafetería. Cuando salimos de la cueva de hielo ya había salido el sol, las nubes se habían movido y aunque no se podía ver el valle si se podían ver los picos de las montaña, y salimos a las pistas de esquí a pasear y hacer fotos. Como éramos las primeras la nieve era toda virgen, y daba gusto andar por ahí. Luego nos siguieron un grupo de chinos que también corrieron aprovechar esos instantes de sol, que no duraron mucho. En cuanto se fue empezó a hacer otra vez muchísimo frio, ya no se veía ni glaciar, ni montaña, ni nada, así que entramos de nuevo para marcharnos. Subimos al mirador para probar suerte pero solo se veía al Cristo helado (como se notaba la parte italiana) y un cielo blanco. Así que bajamos de nuevo en el teleférico, y otra vez vimos el glaciar por entre las montañas y otra vez una gran nube blanca que no deja ver nada y cuando salimos de la nube aparece un arco iris sobre el valle, cada vez más visible cuanto más nos acercábamos a Zermat. Al final tuvimos suerte de que no lloviera y que tuviéramos algunas bonitas vistas.
Visita: Septiembre 2012

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Zermat - Suiza

Zermatt
 
Nos levantamos al día siguiente y vimos que estaba nublado, la suerte no había continuado con nostras y finalmente la lluvia hizo su presencia. El tren a Zermatt salía a las ocho así que desayunamos deprisa y salimos hacia la estación. Nos dimos tanta prisa que pudimos hasta comprar el billete de tren a Gornergrat. En realidad no estaba planeado coger el billete en Interlaken pero ya que no había mucha gente en la fila aprovechamos la ocasión.El viaje desde Interlaken hasta Zermatt, una vez que se pasa un largo túnel, deja unas vistas preciosas, todo montañas y profundos precipicios, ríos de aguas claras corriendo y cascadas cayendo de las rocas. Y eso que lo vimos muy de mañana y todo nublado, que con sol tenían que ser unas vistas aún mejores. Aún así el tren no tenía mucha gente, debe ser que todos se alojan en Zermat, porque el pueblo si estaba lleno de turistas, muchos turistas.Zermat es muy parecido a los pueblos de esquí del pirineo; supongo que será el típico pueblo alpino de esquí: casitas de madera con balcones y ventanas llenos de flores, y tejados de pizarra. Muchas tiendas de souvenirs y restaurantes. Estuve mirando dormir por ahí cuando preparé el viaje pero todo era carísimo así que nos compensaba más hacer el trayecto en tren ida y vuelta, y lo cierto es que con la cantidad de turismo que había por ahí es normal que tuvieran esos precios los alojamientos. Camino al funicular para subir al Klein Matterhorn - ,Cervino al lado, tuvimos que cruzar el pueblo, y cerca de las taquillas había unas casas que parecían horreos.

Visita: Septiembre 2012

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Gornergrat - Suiza

Gornergrat

Nada más llegar a la estación hay que salir de la misma y cruzar la calle. Justo enfrente está la estación del tren de cremallera a Gornergrat. Está señalizado pero hay que tener en cuenta que no se coge en la misma estación que el resto de trenes.Fue una suerte haber comprado el billete de tren en Interlaken porque nada más llegar a la estación desde donde sale el tren al Gornergrat este estaba a punto de salir y en las taquillas había fila para sacar el billete. Nosotras pasamos de las taquillas y corrimos para coger el tren, fuimos las últimas en subir justo antes de que el tren saliera. Si no hubiéramos cogido los billetes en Interlaken habríamos tenido que hacer fila para sacarlos y esperar al siguiente tren, lo que hubiera sido una pérdida de tiempo. El billete de tren a Gornergrat tiene descuento con el swiss pass por lo que nos costó 40 francos.Como decía no nos hizo un buen día y estaba todo cubierto por una densa niebla. Tuvimos más vistas a la bajada que a la subida. A la subida la niebla cubría el valle y no se podían ver ni las montañas ni el pueblo pero por el otro lado si pudimos ver los arboles, las cascadas, los telecabinas para la época de esquí, los lagos, y sobre todo las ardillas y las cabras por ahí sueltas. A la bajada en cambio la niebla había despejado y se veía lo que es Zermat; el valle con todas las casitas y muchas grúas, al parecer ahí no tienen problemas con la construcción, es una pena pero estropeaba la foto de postal. El tren hace unas pocas paradas y cuando despejaba un poco pudimos ver que hay caminos para si uno quiere bajar en una estación y hacer camino de subida o de bajada andando y disfrutar de la montaña. Insisto, una pena que estuviera con tanta niebla. El billete de tren permite pasar por cualquiera de las estaciones por lo que puedes bajarte en una y subir en otra sin problemas.Esperábamos que despejara mientras subíamos pero las nubes eran tan densas como se veían desde abajo. Al principio de la subida a medida que se veían los telecabinas de los esquiadores (no había nieve así que no estaban en funcionamiento) parecía que llegaríamos arriba y estaría despejado pero solo fue un espacio entre nube y nube. Pero cuando llegamos a la parada final, a 3089 metros de altura, todo ¡no se veía nada!. El cartel venia indicado los glaciares que teníamos que ver desde ahí y lo que se veía era un blanca absoluto. Dado que el paisaje no se dejaba ver al menos los sanbernardos, las cabras, los pájaros y las ardillas se mostraban. Subiendo un poco más hay un hotel observatorio y en las rocas un poste cubierto de sal teníamos a una cabra lamiendo el poste, en posición perfecta para hacerle unas cuantas fotos. Ahí nos juntamos todos los turistas dado que no había nada más para ver que la cabra pues las vistas no existan. Subimos más arriba y seguía sin verse nada pero ya había nieve virgen. Estuvimos jugando un rato con la nieve y finalmente, viendo que no despejaba absolutamente nada, bajamos de nuevo a Zermat.
Visita: Septiembre 2012

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Lauterbrunnen - Suiza

Lauterbrunnen
 
El camino de Klein scheidegg hasta lauterbrunnen es precioso también, aquí ya no ves el profundo valle al fondo sino que ves todo montañas. No había ningún rincón que no mereciera la pena mirar. Estuvimos dudando si bajar en Murren como recomendaba Ursula o bajarnos en Lauterbrunnen, finalmente optamos por ver este último, aunque eso estaba programado para otro día. Desde el tren a medida que nos acercamos a Lauterbrunnen aparecen cascadas cayendo a cada lado de la montaña, que no sabes que ventana mirar. Cuando nos acercamos a Lauterbrunnen se puede ver el pueblo y la cascada que sale en todas las postales cayendo desde lo alto de la montaña sobre las casas. El valle tiene unas 72 cascadas y para poder verlas todas se necesita mucho tiempo, desde el pueblo se pueden ver desde lejos unos cuantos saltos de agua. Es buen lugar para dar comienzo a excursiones pro la zona. Nosotras vimos un poco y regresamos a Interlaken.
Visita: Septiembre 2012

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Jungfraujoch - Suiza

Jungfraujoch

Al día siguiente desayunamos en cuanto Ursula abrió el desayuno y le compramos los billetes de tren a Junfraujoch. El swiss pass cubre el trayecto de Interlaken a Grimmdelwald o Lauterbrunnen. Pero de ahí hasta Kleine Scheidegg y de ahí al Junfraujoch el billete de tren no está cubierto con el swiss pass, pero si se tiene un descuento del 25% sobre el precio, al final 129 francos suizos. Ursula nos dio un documento en inglés con las instrucciones para ir y volver a Jungfrauch. Nosotras ya sabíamos que íbamos a hacer así que no hicimos gran uso de él pero esta my bien, sobre todo porque te indica todos los pasos a seguir, hasta el andén donde tiene que cambiar de tren porque nosotras íbamos de Interlaken west a Interlaken ost y de Inteerlaken ost cogíamos el tren a Grimmdelwald, y de ahí bajábamos y cogíamos el tren de enfrente que iba a Kleine Scheidegg y de ahí se cambiaba otra vez de tren, el que nos subiría a junfraujoch. Así que con tanto cambio de tren es fácil desorientarte. Por lo que, como decía, después de desayunar tomamos el tren de interlaken west a interlaken ost. Solo cuesta tres minutos el trayecto.De aquí tomamos el tren de la plataform A hacia grimmdelwald. El trayecto se nos hizo algo largo mientras íbamos atravesando las montañas y subiendo poquito a poco. Al llegar a grimmdelwald nos dio el tiempo justo para salir, hacer un par de fotos a las montañas, y subir al tren que iba a Kleine Scheidegg.La subida fue preciosa viendo cómo iban apareciendo las paredes de las montañas por un lado y el valle profundo cubierto de casitas por el otro lado, cada vez quedan más y más en el fondo. Un trayecto muy bonito y muy aprovechado dado que el tren era panorámico y se podía ver muy bien las montañas y el valle. Llegamos a Kleine Scheidegg y aquí había muchísima más gente, y había dos trenes en la misma vía pero cada uno iba a un sitio diferente, todos los turistas que había, un montón, iban corriendo de un lado a otro así que como muchos tuvimos que preguntar cual era el que iba a junfraujoch dado que no estaba nada indicado, las revisoras que había ahí nos indicaron muy amablemente cual era y corrimos coger sitio porque el tren se había llenado por completo en apenas unos segundos. El tren a Jungfraujoch no nos dio muchas vistas, solo las montañas justo antes de entrar al túnel, aunque aun si hubiera habido muchas tampoco las habríamos disfrutado mucho porque es muy difícil conseguir un buen sitio con tanta gente apretujada. La subida del tren empinada la notamos en un par de ocasiones y la revisora tuvo que inclinarse para mantenerse de pie por la pendiente que había. El tren hace dos paradas panorámicas a la subida. A la bajada nos las hace. Así que en cuanto paramos salimos corriendo hacia las ventanas panorámicas para conseguir sitio y ver algo en los pocos minutos de parada que hace el tren. A la segunda parada fuimos con más rapidez porque ya le habíamos cogido el truco. Las vistas son del glaciar y valen mucho la pena si el día está despejado.Finalmente llegamos al estación donde hay varias cosas por hacer o visitar. Nos compramos nada más entrar un certificado de haber subido al a estación de tren más alta de Europa que cumplía este año 2012 su cien años. Vimos el museo con los objetos de los primeros turistas que subieron en tren ahí y los nombres de los trabajadores italianos que habían muerto durante su construcción. Luego nos dirigimos hacia el mirador. Como hacia un día fabuloso el sol era tan radiante que costaba mirar la nieve y las gafas de sol fueron más que necesarias. La vista desde el mirador es impresionante, no nos cansamos de ver las montañas con el glaciar frente a nosotras. Después bajamos hasta la cueva de hielo, al principio hay una barandilla porque el suelo, que también es de hielo, está muy resbaladizo. Como nunca habíamos estado en ninguna resulto curioso ver las figuras y los pasadizos de hielo. Luego salimos a tocar la nieve y pasear al exterior, no estuvimos mucho rato fuera porque como hacía tan buen día y muy poco frio había tanta gente que era muy difícil andar y la nieve ya se había convertido en hielo en muchos lugares y resbalaba con mucha facilidad, vimos más de una caída y al ras de la montaña resultaba bastante peligroso, una mujer casi se cae delante nuestro.Después de deambular un rato con o por la nieve entramos a comer nuestros bocadillos con vista a las montañas y compramos postales y sellos para enviarlos desde ahí, con el sello de enviarlo desde la estación más alta de Europa. Bajamos hasta Kleine Scheidegg donde nos paramos a hacer una buena cantidad de fotos mientras esperábamos al tren para ir a Lauterbrunnen. Ahí en la estación nos dimos cuenta que hay un cartel que va contando los días, horas y minutos que habían pasado desde que se cumplió exactamente cien años de la construcción de Jungfraujoch
Visita: Septiembre 2012

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