Portoferraio Napoleonico, Isla de Elba - Italia

Portoferraio Napoleonico

Tras salir del teatro, y todos con ropa de la época napoleonica, nos dirigimos hacia la Enoteca della Fortaleza, localizada en las murallas Medici. Aquí aprendí que si se quiere comer hay que dejar las fotos y las contemplaciones para el final. Lo que pasó es que tras recorrer el camino a pie desde el teatro hasta la enoteca la terraza ofrecía unas vistas tan bonitas que no pude evitar quedarme contemplando las vistas y haciendo fotos, por supuesto. Claro que debido a esto la gente entró, hizo fila y arrasó con la comida. Cuando entramos dentro yo no tenía ni hambre pero estaba deshidratada (no sé si había comentado que hacía mucho calor y mucha humedad, y añadido a las capas de ropa de época era una combinación letal). Pero como había que hacer fila aunque no se quisiera coger nada de lo que había ahí (no era como un buffet que pasas de lo que no quieres y vas directamente a lo que te interesa) pues aún tuve que hacer una larga fila hasta conseguir una botella de agua y que nos bebimos enterita. No pedimos que nos llenara un vaso, no, pedimos la botella entera. Pese a el tema de la comida, que ni la catamos (unos trocitos de pan comí yo) el lugar era perfecto, la Enoteca estaba construida dentro de las murallas, y en la parte de la entrada se estaba fresquito (no así al final donde había hecho una cristalera, que si bien tenia vistas al mar se cargaba el frescor de la roca). Luego en el jardín de entrada a las murallas era donde mejor se estaba, faltaron sitios para sentarse pero éramos muchos, aún así, una bebida fresquita junto a las murallas con la vista del pueblo, las montañas y el mar mientras anochecía valían la pena. Tras la cena nos pusimos en camino hacia la Plaza Laugier, que como el pueblo está todo en cuesta la plaza en cuestión está sobre un edificio. En la plaza ya estaba el grupo de baile el Atelier de dance di Firenze mostrando al público algunos de los bailes de la época napoleónica o regencia si lo llamamos al estilo inglés. Así como también había un par de recreacioncitas de Elba. Dejamos todos los bártulos (sí que iban cargados en aquella época) y nos pusimos a bailar, no baile todos los bailes, por una parte por descansar, por otra porque no todos me los sabía bien y, aunque Donal Francis siempre hacia una presentación del baile antes de poner la música para así recordar los pasos (realmente era muy buen maestro porque con el día anterior ya se nos habían quedado algunos pasos y además había estructurado muy bien el orden de los bailes), aún había algún que otro baile complicado. El primero en teoría es fácil y cada cinco pasos se perdían las parejas (había que cambiar de pareja y siempre se quedaba gente colgada sin pareja, lo que siendo pares es algo difícil, pero pasaba mucho). Y finalmente porque iba sola y es muy difícil encontrar pareja con la que bailar. Aún así baile unos cuantos bailes, estuve sentada viendo bailar, entre al edificio (que ahora no recuerdo bien que era aparte de biblioteca, que tenía un parte muy español con arcos blancos y un pozo en el centro, bebí mucha agua (el único defecto de la isla, el calor que pasé, si no hubiera hecho tanto calor hubiera visto más cosas seguro). Y al finalizar el baile marchamos hacia la playa La Viste, de noche no se ve nada por lo que si quieres matarte de camino (cuesta arriba y luego cuesta abajo) lo mejor e ir de noche ahí. Dio la casualidad que había una despedida de soltera así que el bar estaba lleno de gente y la novia se quería tomar fotos que nosotras. Y la playa estaba desierta, hubo algunos valientes que se metieron al mar, el agua tenía buena pinta pero las playas de piedras te dejan los pies destrozados, yo no conseguí estar más de un segundo sin calzado en la playa. Así que así di por terminado el día (no sé qué hora de la madrugada serían y además había que subir la cuesta desde la playa hasta casi lo más alto del pueblo para luego bajar otra vez).

Visita: Junio 2014

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Teatro dei Vigilanti, Isla de Elba - Italia

Teatro dei Vigilanti, Portoferraio

Este era el primer evento de este tipo al que iba, pero me he enamorado, porque combina dos cosas que me gustan; viajar y conocer la historia y los lugares de a dónde voy y la recreación histórica (aunque en ocasiones nos tomamos un poco de libertad). Había estado mirando y para esa época al teatro se iba con mantilla, no solo en España también en Francia, pero que sorpresa cuando era la única con mantilla, pero al menos las otras españolas también resaltaban, dos con trajes más vivos que le blanco y los pasteles, porque en 1814 empezaban a entrar con fuerza otros colores, y otra con una chaqueta goyesca, así que perfecto. Nos empezamos a congregar en plaza del teatro que tiene una vista maravillosa de Portoferraio desde lo alto, y luego fuimos entrando y saludando a Margarita, la responsable de todos los eventos. Lo cierto es que la velada en el teatro dei vigilante en Portoferraio me encantó. No solo pude ver el teatro por dentro, que es mucho más encantador que por fuera, que parece poca cosa y muy moderno, sino que disfrute del teatro, la soprano y el arpa que la acompañaba. Además aprendí mucho sobre cómo era el teatro en esa época, que se hacía en los palcos, lo que estaba mal visto, lo que no (y la recreación de algunos actos como beber alcohol – el susodicho palco se llenó de visitantes- entre otras). También se dejó claro que al teatro se iba mucho para ver y ser visto (no cambiamos con el tiempo). Y además de todo esto ver el teatro con todos vestidos de época napoleónica, y con la recreadora de Paolina Bonaparte en el palco de honor, le daba un toque completamente distinto. Además tuve la fortuna de acompañar a Charo de Cuaderno de costura 2.0 y Eva, que iban tan bien vestidas de 1814 que les dieron un palco para ellas, y yo me acoplé.

Visita: Junio 2014

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Porto Azurro, Isla de Elba - Italia

Porto Azurro 

El calor empieza pronto en la Isla de Elba, pero a primera hora apenas hay gente en la calle, dado que la noche, que es más fresca, invita a disfrutar de la isla. Al siguiente día tenía muchas opciones, dado que hay muchos lugares que visitar en la isla. Lástima que el calor y el tiempo no me dieran para ver todo lo previsto. Para pasar la mañana al final me decidí por visitar Porto Azurro. Esta población era una ciudad española, y tiene una ermita llamada de Montserrat, con una virgen negra. Después de desayunar, bastante más tarde lo habitual (tenía que recuperarme del día anterior, que menudo viajecito) salí con dirección a la estación de autobuses, que está pasado el puerto marítimo de Portoferraio. Compré un billete de ida y vuelta a Porto Azurro y esperé a la hora, en la que puntualmente llegó el autobús. En teoría cogiéndolo a las 10 de la mañana (el anterior era a las nueve y no llegué a tiempo) a las 10.45 llega a Porto Azurro, y así fué. El autobús de ida paraba en Capoliveri lo que significa que, aparte de las vistas de la costa que se obtienen en el trayecto de autobús, también se tienen las vistas del pueblo, en lo alto de la montaña, y luego la bajada desde la montaña hasta la costa para llegar a Porto Azurro. Es recomendable coger el autobus que para en Capoliveri, porque aunque tarde más el recorrido te permite disfrutar de unas magnificas vistas de la isla que sin parada en ese lugar no se obtienen. Porto Azurro tiene playas también de piedras pero con un poquito más de arena, así que estas estaban abarrotadas de gente.  El autobus te deja en el centro del pueblo, asi que dí un paseo por el centro del pueblo, con rincones bonitos de flores y banderas con las tres abejas, la iglesia, con sus vigas de madera, sus puertas decoradas y sus libros de cantos. Bastantes tiendas con joyas minerales y corales. Aquí compre un collar y complementos de coral rojo, tan típico de 1814 y de la zona del Mediterráneo. Y el puerto marítimo que te lleva a la montaña cuyo camino sube hasta la ermita de Montserrat, dado el horario que llevaba cuando alcancé el camino no tenía tiempo suficiente para subir hasta la ermita si quería volver a Portoferraio con tiempo para cambiarme de ropa (por la tarde comenzaba con el primer evento) así que subí una parte, lo suficiente para disfrutar de las vistas de un fuerte al otro lado de la costa de la isla (no sé qué población es) y los veleros y calas tan típicos del Mediterráneo, tan usuales en las postales. El pueblo con más para visitar es Portoferraio, pero aunque más pequñito Porto Azurro es my bonito. Tras comer junto al mar, y así descansar del calor (no había sudado tanto desde Malasia), cogí el bus de regreso (puntual en su hora). Este no pasó por Capoliveri, por lo que llegué antes a Portoferraio, perfecto para comprar mucha agua (estaba a un paso de deshidratarme) y tener tiempo para cambiarme de ropa, que como ya diré, la ropa de 1810 no estaba hecha para que se la pusiera una persona sola.
Visita: Junio 2014

Mis imagenes: Porto Azurro

Información para viajar: Bus por la Isla de Elba

Portoferraio, Isla de Elba - Italia

Portoferraio

Después de mucho investigar y por cuestiones económicas para llegar a la Isla de Elba cogi un vuelo de Barcelona a Florencia. Ciertamente debería haber pagado más por un vuelo desde Madrid a Pisa, al final me hubiera compensado. Después de coger el vuelo encontré el primer problema, se me había olvidado que a Barcelona no es como a Madrid y que no tengo transporte cada hora y que pasadas las once y media de la noche ya no hay forma de ir a Zaragoza, así que a mi regreso tendría que hacer noche en Barcelona y a la ida, bueno, la id iba bien hasta que me toco la huelga de taxis. En Zaragoza no hubo huelga pero en Barcelona a esas horas de la noche no había ni un solo taxi en la calle, por suerte desde la Estación Nord conseguí coger el autobús nocturno número 4 que me dejo en la plaza Cataluña donde cogí el N17 que va al aeropuerto. Lógicamente al ser único transporte existente a las 12 de la noche en Barcelona íbamos más apretados que en una lata de sardinas, todos sentados sobre nuestras maletas, estas a su vez sobre los asientos para que entrar más gente. La ultima doce de paradas la gente entro por la puesta trasera de puntillas y a gatas porque no había otra forma de entrar. En fin, la cuestión es que llegue a tiempo al aeropuerto pese al susto que no me dejó dormir en el autobús pensando si me daría tiempo de coger el vuelo. Tras llegar a Florencia cogí, fácilmente, el bus hasta la ciudad cuya parada es la estación de Santa María la Novella que está justo en el centro y al lado del casco histórico y como tenía que coger el tren me iba perfecto. Como ya me había informado fui directa a las maquinas verde para sacar el billete de tren regional a Piombino Maritima, a esa hora tenía que hacer transbordo en Pisa, pero bueno, me manejo mejor viajando en tren que en autobús (a las 10 sale un único autobús de Florencia a Piombino Maritima). Tras llegar a Pisa comí con tranquilidad y luego cogí el tren a Piombino Maritima, por supuesto la gente, incluso un par de italianos me preguntaron si ese era el tren a Piombino, siempre me pasa igual cuando viajo pero como estaba segura les conteste afirmativamente, al fin y al cabo aunque era mi primera vez lo del tren lo manejo bien. Tras dos horas y media de recorrido, más o menos, parando en todos los pueblecitos costeros (desde algunas estaciones se veía el mar) llegue a Piombino marítima. Aquí ya había cogí el ferry pero si giras a la derecha nada más salir de la estación, de esa forma llegas a la terminal de ferris donde comprar el billete de ferry. Tenía todavía una hora hasta mi ferry pero la compra por internet me permitía coger un ferry anterior así que eso hice y cogí el primer ferry que salía para Portoferraio. Lo que me mató es que el ferry era para coches y pasajeros (el de solo pasajeros es algo más caro) y hay que subir escaleras. Tras tantas horas de viaje y habiendo solo dormido dos horas en el tren (en el vuelo y el bus no conseguí dormir nada del estrés por la huelga dichosa…) pues me costó un poco la subida. Dejando a un lado el aire acondicionado del ferrry. Salí, con maletas incluidas, a la zona superior para poder ver el trayecto al aire libre. El mar azul, los veleros, las gaviotas, los montes y sobre todo la vista de Portoferraio y sus fuertes a medida que vas llegando es una vista que uno no puede dejar de ver, aunque sea por los cristales. Es el punto positivo de viajar a pie en ferry a la isla. Tras una parada en el hotel Salí a visitar Portoferraio. Excepto el ultimo día pase muchísimo calor, el problema es que era un calor húmedo de este que te hace sudar y sudar y sudar, y seguir sudando. Desde Malasia no sudaba tanto. Aún así valía la pena porque con el sol la isla se veía preciosa rodeada por el mar azul cristalino. ¿Quién necesita dormir con una vista semejante?. Al llegar Portoferraio con sus murallas y sus calles en cuestas me recordó a otras islas, como Malta, por ejemplo. En este día me dio para visitar la iglesia de la Misericordia (su museo estaba cerrado), que me llamó la atención porque aunque por fuera no resalta ninguna de sus iglesias por dentro estaba cuidadosamente decorada con lámparas y pinturas como si un palacio se tratase. Luego visite la iglesia de al lado, también muy bonita, y de aquí subi hacia la villa de Mullini, residencia de Napoleon cuando estuvo en la isla, y ahora un museo. Este si estaba abierto aunque entré otro día a verlo. Desde ahí arriba se tienen vistas del faro y el fuerte Stella y de la otra fortaleza. Antes de llegar a la otra fortaleza se tiene buena vista de la playa La Viste, que aunque es de piedra tienen un agua clara de hermosos tonos azules. Tras dejar la cala, en vez de bajar a La Viste, seguí subiendo hasta llegar a la puerta de la fortaleza (que encontré cerrada) pero continuando el camino entre las casas hay una vista de toda la isla y el pueblo; con el puerto cerrado, los veleros, el fuerte del otro lado, el faro,… en fin, una vista de postal. Volviendo atrás me acerqué al otro fuerte, que también estaba cerrado, y seguí bajando hasta llegar al puerto y así acercarme al museo romano de Linguella, que resulta que los jueves también está cerrado (que suerte tuve). Tras pasear por el puerto marítimo y disfrutar de un rico helado italiano subí hasta la plaza donde está el duomo (la catedral) que en comparación con las otras iglesias está muy vacía por dentro, pero conserva sus techos de madera. Del otro lado está el ayuntamiento de color rosa con el retrato de Napoleón recordando el bicentenario de su establecimiento en la isla (1814-2014). Subiendo por las interminables escaleras llegue al teatro dei vigilanti, por fuera parece muy moderno pero en la puerta hay fotos de su interior y se puede ver que no es de construcción tan moderna (fue cosa de Napoleón). Por la tarde tenía una clase de baile de la época regencia con el maestro Donal Francis. Fue fabuloso, el lugar estaba muy bien y las lecciones fueron muy fáciles y divertidas con tanta gente, muy maja toda ella; malteses, españoles, italianos, rusos, ingleses, holandeses…. Los últimos bailes reconozco que claudique y me senté en el suelo pero es que el no dormir desde las 11.30 del día anterior que había empezado el viaje me estaba pasando factura (excepto tres horas en el tren). Tras el baile fui a recoger los trajes de época que tenía alquilados a Margarita, la organizadora de los eventos, y a lo tonto me quedé hasta pasada la una de la madrugada, pero hacía una noche fresquita y se estaba de maravilla por la calle. Al día siguiente me marché a Porto Azurro y luego regrese para ver alguno de los museos que pillé cerrados el día anterior. Lo que me dejé fue entrar a los fuertes (uno de ellos está cerrado por rehabilitación) y recorrer las murallas Medici. Lo había dejado para el domingo, que tenía medio día libre, pero lo pasé con las españolas que conocí y no me importó, aunque por las fotos que he visto desde las Murallas Medici hay unas vistas espectaculares de Portoferraio. Luego, el domingo por la noche, no fui a la barbacoa que hacía Margarita, pero tenía que prepararme el equipaje porque al día siguiente salía a las 6 de la mañana. Salía tan pronto para poder pasar el día recordando Florencia (hacia años desde la última vez que estuve pero no ha cambiado nada). En definitiva, unos días intensos en Portoferraio descubriendo sus maravillas. Un lugar muy recomendable.
Visita: Junio 2014

Mis imagenes: Imagenes de Portoferraio , Isla de Elba

Información para viajar: Como llegar a Portoferraio

Bus por la Isla de Elba

Para moverse con la isla lo mejor es alquilar un coche, pero si no conduces, como yo, o no tienes interés en conducir durante tus vacaciones por un país como Italia, la otra opción son los autobuses que comunican todas las localidades de la Isla.

Me sorprendió gratamente descubrir que los autobuses cumplen fielmente sus horarios, más puntales que los britanicos, y las paradas están bien señalizadas.

Los billetes se pueden comprar en la estación de autobuses o al propio conductor.

Puedes comprar billete de ida y vuelta o solo de ida.

Al subir al autobus hay que fichar siempre el billete, sino, no es valido.

Aquí os pongo los enlaces con los Horarios  del servicio de buses de la Isla de Elba (los urbanos de Portoferraio no sé si los cumplen pero los de la isla sí dado que fui a Capoliveri y Azurro en bus):

-Horarios semanales (de verano) de los buses que van por la Isla de Elba: http://www.infoelba.com/allegati/orari-autobus-feriale-estivo-extraurbano-elba-2014.pdf
- Horarios de domingos y festivos de los autobuses que van por la Isla de Elba:
http://www.infoelba.com/allegati/orari-autobus-festivo-estivo-extraurbano-elba-2014.pdf
- Horarios del bus urbano de Portoferraio (Isla de Elba):
http://www.infoelba.com/allegati/orari-autobus-feriale-estivo-urbano-portoferraio-2014.pdf




Presentación

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