Museo Stibbert, Florencia - Italia

Museo Stibbert, Florencia

El museo Stibbert se encuentra lejos del centro de Florencia por lo que nunca lo había visitado. El museo es la antigua Villa Stibbert a la que le rodea un parque. Hay dos edificios de estilo antiguo, uno a cada lado de la verja de entrada. Primero vamos a la izquierda, al edificio que no es el museo y que llaman la Limonaia (no sé por qué se llama así), para poder ir al baño, y dejar todas las cosas que llevamos encima, dado que al empezar a las cuatro de la tarde y acabar a las 12 de la y va a comenzar el baile, en las salas vacías junto a la zona de bebidas, me quito la chemisette, las mangas largas (como otros vestidos de la época las mangas se podían acortar) y el sombrero. Estoy muy contenta porque en esta cena varias personas alabaron mi traje, que me lo hizo mi madre siguiendo el modelo de un traje de 1815 que hay en el museo Nordisk (y como mi madre cose a mano, le llevó su tiempo y esfuerzo). Durante unas horas se podía bailar o pasear por los jardines de la villa Stibbert. Tanto los paseos por los jardines como los bailes fueron populares pero de forma variada. Es bueno tener algo que hacer si no te apetece bailar en un momento determinado. Los bailes, como noche tenemos que llevar con nosotros los complementos de día y de noche. Como hace mucho calor hasta ahora en los eventos de Margarita, estaban dirigidos por el profesor de baile Donald Francis, que sabe hacer los pasos sencillos para los principiantes. Por otro lado, los jardines eran frondosos por lo que nos protegían del resplandeciente sol de Florencia y un lugar perfecto para pasear, perderse, y no ser visto. Mientras, el salón de baile ofrecía amplias ventanas para disfrutar de la vista tanto desde dentro como desde fuera. También era posible jugar en los jardines con la persona que más llamó la atención, casi equiparable a Napoleón, y que fue el pequeño Bastian. Junto con su ama de cría jugaba por los jardines de la Villa Stibbert y era tan adorable que encantaba a hombres y mujeres por igual. Así pasaron las horas, jugando, paseando, conversando, bebiendo y bailando, hasta que acabó el baile y fuimos andando tras Napoleón y su séquito hasta el jardín junto a la casa Stibbert, donde se encuentra la colección y el museo. Ahí nos esperaba un tentempié para mantenernos sin hambre hasta que llegara la cena que sería servida en el jardín, junto al museo. Las visitas guiadas por el interior del museo fueron ofrecidas en tres grupos, el último grupo era en español. Fue un detalle ya que normalmente estos eventos son solo en inglés, pero casi mejor que no hubiera habido visita en español porque el final fue un detalle malo. Y ya sabemos que siempre nos quedamos con lo malo en vez de con lo bueno. El edificio del museo por fuera no dice nada pero por dentro es impresionante, según el programa podíamos visitarlos por libre una vez acabadas las visitas con guía, pero la hora no fue actualizada y hubo un pequeño problema con ello. Pero volviendo a la visita, el museo Stibbert era la casa de Stibbert, y consta de unas 57 habitaciones que exhiben varias colecciones. La primera sala está decorada como una sala de la casa, con tapices, pinturas, lámparas impresionantes, chimenea, etc, tras esa sala pasamos por un pasillo a través de varias salas decoradas con diversos muebles, pinturas y tapices, en cada habitación encontramos pequeños rincones y objetos interesantes, como un pequeño rincón con madera que servía para dar frescor a la habitación, un tocador de época, etc, y así llegamos al invernadero que había sido cerrado para convertirlo en una sala más de la casa. Luego entramos en las habitaciones de la casa que son el propio museo lleno de colecciones de retratos, muchas armas, y armaduras de diversas épocas. Es impresionante ver tantas armas y armaduras de los suelos al techo, sin apenas dejar huecos libres, incluso se muestran las armaduras para los caballos. Hay diversas salas llenas de armas, salas de estilo árabe para las armas de ese estilo, salas con floretes de diversa procedencia y época expuestas en vitrinas que llegan del suelo al techo, etc. Uno de los recreadores españoles (la pareja de Vitoria simpatiquísima a la que me pegué como una lapa desde que me hicieron compañía en la recreación de Madrid) comenta que Stibbert fue un recreador, dado que se vestía y usaba las armaduras y armas antiguas que iba coleccionando, reconstruyendo como sería en la época, por eso tiene una colección tan grande. Como después de la visita guiada íbamos a poder visitar el museo por libre no me preocupe en hacer muchas fotografías, dado que entonces la visita guiada se hubiera retrasado porque el lugar es inmenso y tiene muchísimas cosas. Entre las cosas que tiene el museo está el traje con el que Napoleón fue coronado como Rey de Italia el 26 de mayo de 1805, por lo que también es posible ver la moda de la época napoleónica dentro del museo. Los pasillos de este museo invitan a perderte entre habitación y habitación, y un lugar perfecto para pasar esta noche de época. Tras acabar la visita nos encontramos con que el resto de la gente ya estaba sentada y cenando, y otros haciendo fila para coger la comida del buffet y sentarse. Un detalle muy feo el comenzar sin que hubiéramos terminado todos la visita, sobre todo porque al final el tiempo libre para visitar el museo era solo hasta las diez de la noche, momento en el que estábamos cenando (la hora de visita por libre fue adelantada en tres horas sin pre-aviso, por lo que no pude anticiparme a ello). Pero no acaba aquí la cosa, después de una noche fabulosa la cosa se fue estropeando, no solo por el detalle de la cena, sino porque una vez llegamos los españoles, nos ponemos a la cola del buffet y cuando llega el primer español a la mesa ya no quedaba nada de comida, absolutamente nada. Y hubo que esperar de pie durante no sé cuánto tiempo a que trajeran más comida. Lógicamente este es un problema del servicio, en estos días es tan difícil encontrar un servicio adecuado que se diera cuenta que tiene que servir más comida antes de que las bandejas queden resplandecientes por falta de alimento... Así que tampoco le podemos echar la culpa al evento, que, quitando ese detalle, fue perfecto. El lugar era ideal para una cena de época, la casa museo era espectacular, y aunque la cena era en el exterior, en los jardines adyacentes a la casa el clima era muy propicio, ni frío ni calor, la temperatura perfecta para estar al aire libre comiendo en agradable compañía. La luz de las velas iluminaban las mesas y ningún ruido molesto llegaba hasta nosotros (no había tráfico cerca del museo) por lo que podíamos conversar con la gente a nuestro alrededor. En nuestra mesa, además de la pareja que comentaba y otra española, había una pareja de estadunidenses, de Carolina del Norte, que asistían por primera vez a este evento. Y a nuestra derecha quedaba la mesa de Napoleón y su sequito, que cada cierto tiempo brindaban por el emperador, pero de nuestra mesa no recibieron gritos coreando el brindis, dado que Napoleón no estaba entre nuestros favoritos, pese a que estuviéramos en una cena con ellos (hay que saber mimetizarse con el entorno si se quiere sobrevivir en estos tiempos). La cena fueron platos exóticos haciendo eco de las colecciones del museo (con lo rara que soy comiendo, no me gustó nada). Y tras la cena era posible pasear por los jardines, la noche estaba limpia de nubes y la luna brillaba redonda de un intenso color blanco, como un fuerte foco de luz. Del museo a la puerta de salida había velas iluminando el camino porque la luz de la luna no era suficiente para alumbrar adecuadamente. Debido a ello los caminos de los jardines se presentaban bastantes oscuros por lo que pocos se atrevieron a pasear de noche por ellos. Aunque si sé de alguna dama española que se fue en compañía de un caballero canadiense para ver las luciérnagas de los jardines, o eso dicen que iban a hacer. Fue una recreación muy abierta dado que los años iban de 1796 a 1817, y los asistentes eran franceses, españoles, malteses, italianos, etc. Cuando acabó la cena resulta que el museo estaba cerrado y como la actividad de pasear por el jardín a oscuras implicaba un riesgo todos decidimos volver a casa, dado que al día siguiente, en contra de la época, íbamos a levantarnos pronto. Con el tema de los taxis volvimos a tener problemas, pero es que el tema del radio taxi en Florencia funciona muy mal, te ponen en espera muchísimo tiempo, solo te dejan pedir un taxi de vez, y así se tarda muchísimo en conseguir un taxi. Así que a esas horas de la noche coger un taxi para volver al centro de Florencia nos llevó más de una hora de espera. Y aunque el viernes era en teoría el único día que íbamos a coger un taxi, luego por otros motivos cogimos más y fue lo mismo. No sé si es que hay pocos taxi en Florencia o todos están más ocupados que en España, porque no era normal.

Visita: Junio 2017

Mis imágenes: Recreación Napoleonica Florencia I

Información para viajar: Jane Austen Society Florence

Villa Fabbricotti, Florencia - Italia

Villa Fabbricotti, Florencia

Comenzamos la tarde cruzando el río Arno para atravesar la plaza de Santa María la Novella y acércanos a la parada de taxis de la estación de tren. Nos encontramos con una larga fila de turistas que parece avanzar con lentitud pero aún así llegamos puntales a nuestro destino: 4.30 en la Villa Fabricotti. El taxista en vez de dejarnos en la puerta de la villa sube por la carretera lateral y nos deja arriba del monte, junto al jardín que hay detrás de la villa. Dados nuestros ropajes (ropa de día de 1815) se agradece evitarse la subida por escaleras que llevan a la entrada principal de la casa. Tras la casa, en la zona de los jardines, hay un templete donde nos refugiamos del sol abrasador de las cuatro de la tarde, y donde algunas personas, tan puntuales como nosotras, hacen lo mismo. Seguimos el camino que rodea la villa y al lado del edificio principal nos encontramos con un edificio de estilo templo romano, con pinturas de estilo antiguo y columnas redondas, con techo triangular. Posteriormente me enteraría que este edificio es la capilla de la villa. Tras llegar a la puerta principal de la villa nos encontramos con un amplio pórtico con suelo blanco y unas escaleras centrales que tienen una vista de la ciudad. La villa se encuentra en una posición alta, sobre un monte en la entrada de los jardines, y hasta la puerta principal hay varias escaleras que van girando hasta subir a la entrada de la villa, por lo que a medida que pasa la tarde vamos viendo cómo van llegando los invitados del evento. La escaleras están colocadas de tal forma que desde arriba no es perceptible la subida sino que hasta que las personas no han llegado arriba del todo no consigues ver qué visitante se acerca. Llega Napoleón con su séquito, incluida su guardia mameluca, y todas las mujeres piden hacerse fotografías con él (en este fin de semana Napoleón fue recreado por Mark Schneider, que es bastante conocido como Napoleón para los que llevan varios años en el mundillo de la recreación. Suele hacer de Napoleón en los eventos del Jubileé en Francia, y es estadounidense, -hasta ahí llegan mis conocimientos-). Y como si del mismo Napoleón se tratara se ve rodeado de mujeres ansiosas por tener su turno en conocerlo. Una vez llega Napoleón ya podemos entrar a la villa, lo más llamativos son las dos primeras salas que hay nada más entrar. La villa es un edificio del gobierno al que nos han permitido asistir a las dos primeras salas de la planta baja con vistas a la terraza y que conservan el aspecto original de la época que nos interesa. Este lugar tiene relación con Napoleón porque el 9 de junio de 1825 en esta Villa murió Paolina Borghese Bonaparte a los 44 años. Como es del gobierno la villa no suele estar abierta al público (no así los jardines que lo rodean) por lo que es una gran oportunidad. Aunque como éramos muchos y hacía calor nos íbamos turnando para ver las habitaciones. Tras ver los techos de las salas de la villa salimos a la terraza para bajar las escaleras de entrada a la villa y seguir el parque adyacente hasta el museo Stibbert.

Visita: Junio 2017

Mis imágenes: Recreación Napoleonica Florencia I

Información para viajar: Jane Austen Society Florence

Florencia - Italia

Florencia


Regreso a Florencia, que junto con Bruselas, Barcelona y Madrid es una de las ciudades en las que más veces he estado. Como la última vez (el año pasado) al llegar al aeropuerto nos encontramos con los militares armados. Nuestro apartamento está cruzando el Arno tras pasar la plaza donde está la iglesia de Santa Maria la Novella. Pero antes de salir a pasear toca planchar todo, dado que uno de los problemas de viajar de recreación es los trajes y complementos, que no están preparados para la época moderna. Pero tras dejarlo todo recogido y preparado salimos a dar una vuelta por la ciudad, aunque había planeado visitar algún lugar nuevo al final nos acercamos a uno de los edificios antiguos junto al Duomo donde se daban clases de baile y donde pudimos practicar los pasos que habría en el baile napoleónico del sábado noche. Desde el primer piso, donde era la práctica, había un balcón con vistas al jardín interior del edificio de estilo palacio antiguo, y al caer la noche las luciérnagas volaban por el jardín iluminándolo como pequeñas lucecitas en la oscuridad. Al regresar de la clase de baile hacia tanto calor que se podía ir andando hasta nuestro apartamento pasando junto al Duomo y cruzando el puente Vecchio. Y al día siguiente teníamos hasta la una, más o menos, para dar un paseo, pues después tocaba comer y prepararse para trasladarnos de época. Así que nos limitamos a pasear por el casco histórico de Florencia. Al contrario que le resto de veces en las que estuve, en cada rincón del casco histórico había enormes coches militares y varios militares y policías armados hasta los dientes. Era un aspecto diferente al resto de veces en las que solo había colas de turistas. Esta vez eran los militares armados y los turistas los que hacían compañía a los edificios históricos de Florencia, me llamó la atención porque por mi ciudad todavía no hay ninguna vigilancia tan llamativa. Empezamos el recorrido por el Duomo y fuimos hasta las galerías Uffici para luego cruzar el puente Vecchio y llegar hasta el Palacio Pitti. Había turistas pero nada en comparación al número de turistas que nos encontramos el sábado. Si hacer cola para entrar a los sitios en viernes era duro, el sábado debió ser infernal, sobre todo porque hizo un fin de semana muy caluroso. Hubo una ola de calor por toda esa zona mediterránea (España incluida). Si uno no tiene mucho tiempo en Florencia, dar un paseo por el centro da una impresión general de todo lo que tiene por ofrecer esta ciudad.

Visita: Junio 2017

Mis imágenes: Pendiente

Información para viajar: Pendiente

Próximo destinos: Recreación en Florencia

Nos vamos de viaje, después de unos cuantos meses de sequía, aunque esta vez nos vamos de recreación, aunque igualmente siempre vemos algo nuevo aunque repitamos lugar.

Esta vez, además, es recreación de dos épocas distintas. Una de 1800-1813 y otra es 1796.

Aquí el programa previsto, luego a  mi vuelta veremos qué se cumplió y qué cambió.

Programme of Events:

FRIDAY 9th JUNE 2017, until 1am
Villa Fabbricotti  & Stibbert Museum

SATURDAY 10th JUNE 2017 until 1pm
Walking Tour of Napoleonic Florence - Starting point is Porta San Frediano

SATURDAY 10 JUNE 2017, until 2am
PALAZZO CORSINI, Lungarno Corsini
Welcome Drinks
GRAND NAPOLEONIC BALL
Games Room - Interludes - BUFFET FROID à la CARÊME - Birthday Celebration 1805-1813

SUNDAY 11th JUNE 2017,
PALAZZO VECCHIO, SALONE DEI CINQUECENTO
Historic Reenactment (30 minutes) of the Meeting between General Napoleon Bonaparte & Ferdinando III, Grand Duke of Tuscany on 1796, presented to the public twice
Visit Palazzo Vecchio

SUNDAY 11th JUNE 2017,
Bardini Gardens (Via dei Bardi 1 red), Forte Belvedere, Boboli Gardens and 3 Pitti museums

SUNDAY 11 JUNE 2017,
Chiesa di Ognissanti
Concert in Celebration of the life of Caroline Bonaparte, buried in this church in 1839
Beethoven’s 3rd Symphony (Heroic) played by the Orchestra Sinfonica Florentia conducted by Maestro Valentino Zangara

Las murallas de Jerusalén

No puedo recordar desde hace cuanto tiempo quería viajar a Jerusalén, pero es uno de esos lugares que siempre han estado presentes en mi lista de lugares pendientes. pero también es uno de esos lugares al que no podía decir que me iba sin que causara un alboroto familiar.

Tristemente, tras los continuos atentados por Europa, a mi madre le aprecio más seguro que viajara a Israel que a otro sitio, así que por fin pude cumplir el sueño de pisar la ciudad santa.

Aire de montañas, cristalino como el vino, y olor a pinos, llevado por el viento del atardecer con sonido de campanas y al descansar el árbol en la piedra, presa de su sueño, la ciudad se encuentra sola y en su corazón una muralla.

Jerusalén de oro y de cobre y de luz, oh!, de todas tus canciones soy violín.

Han secándose los pozos de agua, la plaza del mercado está vacía, y no hay quien guarde el Monte del Templo en la ciudad antigua y en las cuevas en la roca laméntense los vientos, y no hay quien baje al Mar Muerto por el camino de Jericó.

Pero al venir hoy a cantarte y a adornarte con coronas, soy el menor de tus hijos y el último de los poetas porque tu nombre quemaría los labios como el beso de un ángel, si te olvidase Jerusalén, Jerusalén de oro.

Hemos regresado a los pozos de agua, al mercado y la plaza, el shofar vuelve a sonar en el Monte del Templo en la ciudad antigua, y en las cuevas en la roca miles de soles brillan, bajaremos nuevamente al Mar Muerto por el camino de Jericó.


Por la noche nos acercamos a las murallas, y el guía nos dio vino y una"oración" en hebrero, para celebrar estar ante las antiguas murallas de Jerusalén, que tienen miles de años de historia que contar, celebrando el poder estar ahí enfrente cuando hay tanta gente que no ha podido cumplir el sueño de verlas antes de morir.


Presentación

Curriculum Viajero - Presentación