Calcio storico de Florencia - Italia

Calcio Storico de Florencia

Tras cambiarnos de ropa y comer nos acercamos a la plaza de santa Maria la Novella para ver el desfile del calcio storico. Margarita nos había recomendado ir a la plaza della Signori para poder ver el espectáculo de banderas, pero como teníamos que prepararnos para el baile que comenzaba a las siete de la tarde preferimos acercarnos al inicio del desfile para verlos pasar con detalle. El calcio storico es un deporte que se practicaba en los campamentos militares de la Antigua Grecia y la Antigua Roma, donde a los soldados les servía tanto para divertirse como para mantenerse en forma. Ahora en Florencia hacen una reconstrucción de este deporte y mantienen un campeonato. Los partidos se juegan en la Piazza Santa Croce, que para la ocasión se recubre completamente de tierra y se rodea de gradas, quedando convertida en un estadio. Durante el desfile se pueden ver diferentes trajes en función del personaje que estén recreando, y hay muchos seguidores por lo que el desfile es largo. Podemos ver soldados: con sus armaduras, con lanzas, con espadas, con arcos, con cañones transportables, etc. También podemos ver a los señores a caballo, el personaje que lleva las dos pelotas del juego, una vaca, músicos tocando tambores, los árbitros vestidos de negro y llevando un libro de reglas en la mano, portadores de banderas, y sobretodo a los jugadores y su afición. En el torneo de calcio fiorentino participan cuatro equipos que representan a los barrios más antiguos de la ciudad, vestidos con sus colores distintivos: Santo Spirito (blanco), Santa Maria Novella (rojo), San Giovanni (verde) y Santa Croce (azul). En el desfile primero vemos a los soldados y a los músicos vestidos de amarillo, también distinguimos a los árbitros porque van vestidos de negro, y luego van pasando cada grupo identificado por un color; los verdes con sus músicos, portabanderas, jugadores y seguidores, luego los rojos, y así hasta terminar de pasar todos y acabar el desfile. La afición no va vestida de época y grita y se comporta como la afición del fútbol actual, no hay mucha diferencia. De los que vimos pasar, uno de los seguidores del equipo verde encendió una de estas bengalas que echan humo de color (en este caso verde) que nos asfixió un rato, y el equipo rojo tenía unos jugadores enormes que daban miedo, aunque como es una mezcla entre rugby, lucha y fútbol es normal ver semejantes tipos. Otra cosa que pensé es que nosotros habíamos pasado calor vestidos de época napoleónica pero ellos con esos terciopelos, y más los que iban de negro cubiertos de pies a cabeza, y siendo las cuatro de la tarde, iban a estar asados de calor.

Visita: Junio 2017

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Florencia Napoleónica - Italia

Florencia Napoleonica

Empezamos el sábado por la mañana con un recorrido por la Florencia napoleónica. Como parece ser costumbre en estos eventos, comenzamos más tarde de la hora. Y supongo que eso fue un motivo para que el evento no fuera una maravilla; hacía mucho calor y éramos mucha gente. Así que fue un paseo por diversos sitios de Florencia sin llegar a oír ninguna explicación y además teniendo que ir vigilando el tráfico y a los turistas que cuando quieren son muy pesados. Pero quitando la parte recreacionista, que no tuvo nada de especial (como si mis amigas y yo nos vestimos y salimos de paseo por la ciudad), el paseo fue diferente a mis habituales por Florencia. José, Carolina y Paolina Bonaparte murieron en Florencia así que el paseo recorría los lugares donde vivieron y murieron siguiendo la ruta que el General Bonaparte tomo el 30 de Junio de 1796. El paseo comenzó en la puerta de San Fedriano, por donde entró Napoleón a Florencia y que estaba cubierta por andamios, supongo que en rehabilitación, pero la muralla se podía ver en perfecto estado. de aquí fuimos paseando junto al río Arno observando al otro lado del río la iglesia de Todos los Santos donde está enterrada Carolina Bonaparte, el palacio Corsini, donde íbamos a ir de baile esa noche, y así hasta llegar al puente anterior al Vecchio. Ahí hicimos una parada explicativa, de la cual no conseguí oír nada y luego seguimos hasta el palacio Frescobaldi, y de aquí hasta el palacio Strozzi. Hicimos una parada explicativa pero ya no recuerdo qué decían, no llegué a tiempo a escuchar todo. Y del palacio Strozzi seguimos caminando por la ruta que llevó Napoleón hasta llegar al duomo. En el Duomo paramos para algo, no sé si fotografías, explicaciones, o qué era. Entre los turistas y nosotros éramos demasiados en el recorrido. Del Duomo nos acercamos al palacio Vecchio y ahí tuvimos otra parada, la final, en la que según me contaron explicaron las actividades del día siguiente (digo que me contaron porque de nuevo no escuché nada). Aunque no me enteré de nada, durante el recorrido nos dieron un plano antiguo y un documento explicativo de la ruta napoleónica y los monumentos históricos de la misma, por lo que al menos tengo la información para poder comprender el recorrido.

Visita: Junio 2017

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Museo Stibbert, Florencia - Italia

Museo Stibbert, Florencia

El museo Stibbert se encuentra lejos del centro de Florencia por lo que nunca lo había visitado. El museo es la antigua Villa Stibbert a la que le rodea un parque. Hay dos edificios de estilo antiguo, uno a cada lado de la verja de entrada. Primero vamos a la izquierda, al edificio que no es el museo y que llaman la Limonaia (no sé por qué se llama así), para poder ir al baño, y dejar todas las cosas que llevamos encima, dado que al empezar a las cuatro de la tarde y acabar a las 12 de la y va a comenzar el baile, en las salas vacías junto a la zona de bebidas, me quito la chemisette, las mangas largas (como otros vestidos de la época las mangas se podían acortar) y el sombrero. Estoy muy contenta porque en esta cena varias personas alabaron mi traje, que me lo hizo mi madre siguiendo el modelo de un traje de 1815 que hay en el museo Nordisk (y como mi madre cose a mano, le llevó su tiempo y esfuerzo). Durante unas horas se podía bailar o pasear por los jardines de la villa Stibbert. Tanto los paseos por los jardines como los bailes fueron populares pero de forma variada. Es bueno tener algo que hacer si no te apetece bailar en un momento determinado. Los bailes, como noche tenemos que llevar con nosotros los complementos de día y de noche. Como hace mucho calor hasta ahora en los eventos de Margarita, estaban dirigidos por el profesor de baile Donald Francis, que sabe hacer los pasos sencillos para los principiantes. Por otro lado, los jardines eran frondosos por lo que nos protegían del resplandeciente sol de Florencia y un lugar perfecto para pasear, perderse, y no ser visto. Mientras, el salón de baile ofrecía amplias ventanas para disfrutar de la vista tanto desde dentro como desde fuera. También era posible jugar en los jardines con la persona que más llamó la atención, casi equiparable a Napoleón, y que fue el pequeño Bastian. Junto con su ama de cría jugaba por los jardines de la Villa Stibbert y era tan adorable que encantaba a hombres y mujeres por igual. Así pasaron las horas, jugando, paseando, conversando, bebiendo y bailando, hasta que acabó el baile y fuimos andando tras Napoleón y su séquito hasta el jardín junto a la casa Stibbert, donde se encuentra la colección y el museo. Ahí nos esperaba un tentempié para mantenernos sin hambre hasta que llegara la cena que sería servida en el jardín, junto al museo. Las visitas guiadas por el interior del museo fueron ofrecidas en tres grupos, el último grupo era en español. Fue un detalle ya que normalmente estos eventos son solo en inglés, pero casi mejor que no hubiera habido visita en español porque el final fue un detalle malo. Y ya sabemos que siempre nos quedamos con lo malo en vez de con lo bueno. El edificio del museo por fuera no dice nada pero por dentro es impresionante, según el programa podíamos visitarlos por libre una vez acabadas las visitas con guía, pero la hora no fue actualizada y hubo un pequeño problema con ello. Pero volviendo a la visita, el museo Stibbert era la casa de Stibbert, y consta de unas 57 habitaciones que exhiben varias colecciones. La primera sala está decorada como una sala de la casa, con tapices, pinturas, lámparas impresionantes, chimenea, etc, tras esa sala pasamos por un pasillo a través de varias salas decoradas con diversos muebles, pinturas y tapices, en cada habitación encontramos pequeños rincones y objetos interesantes, como un pequeño rincón con madera que servía para dar frescor a la habitación, un tocador de época, etc, y así llegamos al invernadero que había sido cerrado para convertirlo en una sala más de la casa. Luego entramos en las habitaciones de la casa que son el propio museo lleno de colecciones de retratos, muchas armas, y armaduras de diversas épocas. Es impresionante ver tantas armas y armaduras de los suelos al techo, sin apenas dejar huecos libres, incluso se muestran las armaduras para los caballos. Hay diversas salas llenas de armas, salas de estilo árabe para las armas de ese estilo, salas con floretes de diversa procedencia y época expuestas en vitrinas que llegan del suelo al techo, etc. Uno de los recreadores españoles (la pareja de Vitoria simpatiquísima a la que me pegué como una lapa desde que me hicieron compañía en la recreación de Madrid) comenta que Stibbert fue un recreador, dado que se vestía y usaba las armaduras y armas antiguas que iba coleccionando, reconstruyendo como sería en la época, por eso tiene una colección tan grande. Como después de la visita guiada íbamos a poder visitar el museo por libre no me preocupe en hacer muchas fotografías, dado que entonces la visita guiada se hubiera retrasado porque el lugar es inmenso y tiene muchísimas cosas. Entre las cosas que tiene el museo está el traje con el que Napoleón fue coronado como Rey de Italia el 26 de mayo de 1805, por lo que también es posible ver la moda de la época napoleónica dentro del museo. Los pasillos de este museo invitan a perderte entre habitación y habitación, y un lugar perfecto para pasar esta noche de época. Tras acabar la visita nos encontramos con que el resto de la gente ya estaba sentada y cenando, y otros haciendo fila para coger la comida del buffet y sentarse. Un detalle muy feo el comenzar sin que hubiéramos terminado todos la visita, sobre todo porque al final el tiempo libre para visitar el museo era solo hasta las diez de la noche, momento en el que estábamos cenando (la hora de visita por libre fue adelantada en tres horas sin pre-aviso, por lo que no pude anticiparme a ello). Pero no acaba aquí la cosa, después de una noche fabulosa la cosa se fue estropeando, no solo por el detalle de la cena, sino porque una vez llegamos los españoles, nos ponemos a la cola del buffet y cuando llega el primer español a la mesa ya no quedaba nada de comida, absolutamente nada. Y hubo que esperar de pie durante no sé cuánto tiempo a que trajeran más comida. Lógicamente este es un problema del servicio, en estos días es tan difícil encontrar un servicio adecuado que se diera cuenta que tiene que servir más comida antes de que las bandejas queden resplandecientes por falta de alimento... Así que tampoco le podemos echar la culpa al evento, que, quitando ese detalle, fue perfecto. El lugar era ideal para una cena de época, la casa museo era espectacular, y aunque la cena era en el exterior, en los jardines adyacentes a la casa el clima era muy propicio, ni frío ni calor, la temperatura perfecta para estar al aire libre comiendo en agradable compañía. La luz de las velas iluminaban las mesas y ningún ruido molesto llegaba hasta nosotros (no había tráfico cerca del museo) por lo que podíamos conversar con la gente a nuestro alrededor. En nuestra mesa, además de la pareja que comentaba y otra española, había una pareja de estadunidenses, de Carolina del Norte, que asistían por primera vez a este evento. Y a nuestra derecha quedaba la mesa de Napoleón y su sequito, que cada cierto tiempo brindaban por el emperador, pero de nuestra mesa no recibieron gritos coreando el brindis, dado que Napoleón no estaba entre nuestros favoritos, pese a que estuviéramos en una cena con ellos (hay que saber mimetizarse con el entorno si se quiere sobrevivir en estos tiempos). La cena fueron platos exóticos haciendo eco de las colecciones del museo (con lo rara que soy comiendo, no me gustó nada). Y tras la cena era posible pasear por los jardines, la noche estaba limpia de nubes y la luna brillaba redonda de un intenso color blanco, como un fuerte foco de luz. Del museo a la puerta de salida había velas iluminando el camino porque la luz de la luna no era suficiente para alumbrar adecuadamente. Debido a ello los caminos de los jardines se presentaban bastantes oscuros por lo que pocos se atrevieron a pasear de noche por ellos. Aunque si sé de alguna dama española que se fue en compañía de un caballero canadiense para ver las luciérnagas de los jardines, o eso dicen que iban a hacer. Fue una recreación muy abierta dado que los años iban de 1796 a 1817, y los asistentes eran franceses, españoles, malteses, italianos, etc. Cuando acabó la cena resulta que el museo estaba cerrado y como la actividad de pasear por el jardín a oscuras implicaba un riesgo todos decidimos volver a casa, dado que al día siguiente, en contra de la época, íbamos a levantarnos pronto. Con el tema de los taxis volvimos a tener problemas, pero es que el tema del radio taxi en Florencia funciona muy mal, te ponen en espera muchísimo tiempo, solo te dejan pedir un taxi de vez, y así se tarda muchísimo en conseguir un taxi. Así que a esas horas de la noche coger un taxi para volver al centro de Florencia nos llevó más de una hora de espera. Y aunque el viernes era en teoría el único día que íbamos a coger un taxi, luego por otros motivos cogimos más y fue lo mismo. No sé si es que hay pocos taxi en Florencia o todos están más ocupados que en España, porque no era normal.

Visita: Junio 2017

Mis imágenes: Recreación Napoleonica Florencia I

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Villa Fabbricotti, Florencia - Italia

Villa Fabbricotti, Florencia

Comenzamos la tarde cruzando el río Arno para atravesar la plaza de Santa María la Novella y acércanos a la parada de taxis de la estación de tren. Nos encontramos con una larga fila de turistas que parece avanzar con lentitud pero aún así llegamos puntales a nuestro destino: 4.30 en la Villa Fabricotti. El taxista en vez de dejarnos en la puerta de la villa sube por la carretera lateral y nos deja arriba del monte, junto al jardín que hay detrás de la villa. Dados nuestros ropajes (ropa de día de 1815) se agradece evitarse la subida por escaleras que llevan a la entrada principal de la casa. Tras la casa, en la zona de los jardines, hay un templete donde nos refugiamos del sol abrasador de las cuatro de la tarde, y donde algunas personas, tan puntuales como nosotras, hacen lo mismo. Seguimos el camino que rodea la villa y al lado del edificio principal nos encontramos con un edificio de estilo templo romano, con pinturas de estilo antiguo y columnas redondas, con techo triangular. Posteriormente me enteraría que este edificio es la capilla de la villa. Tras llegar a la puerta principal de la villa nos encontramos con un amplio pórtico con suelo blanco y unas escaleras centrales que tienen una vista de la ciudad. La villa se encuentra en una posición alta, sobre un monte en la entrada de los jardines, y hasta la puerta principal hay varias escaleras que van girando hasta subir a la entrada de la villa, por lo que a medida que pasa la tarde vamos viendo cómo van llegando los invitados del evento. La escaleras están colocadas de tal forma que desde arriba no es perceptible la subida sino que hasta que las personas no han llegado arriba del todo no consigues ver qué visitante se acerca. Llega Napoleón con su séquito, incluida su guardia mameluca, y todas las mujeres piden hacerse fotografías con él (en este fin de semana Napoleón fue recreado por Mark Schneider, que es bastante conocido como Napoleón para los que llevan varios años en el mundillo de la recreación. Suele hacer de Napoleón en los eventos del Jubileé en Francia, y es estadounidense, -hasta ahí llegan mis conocimientos-). Y como si del mismo Napoleón se tratara se ve rodeado de mujeres ansiosas por tener su turno en conocerlo. Una vez llega Napoleón ya podemos entrar a la villa, lo más llamativos son las dos primeras salas que hay nada más entrar. La villa es un edificio del gobierno al que nos han permitido asistir a las dos primeras salas de la planta baja con vistas a la terraza y que conservan el aspecto original de la época que nos interesa. Este lugar tiene relación con Napoleón porque el 9 de junio de 1825 en esta Villa murió Paolina Borghese Bonaparte a los 44 años. Como es del gobierno la villa no suele estar abierta al público (no así los jardines que lo rodean) por lo que es una gran oportunidad. Aunque como éramos muchos y hacía calor nos íbamos turnando para ver las habitaciones. Tras ver los techos de las salas de la villa salimos a la terraza para bajar las escaleras de entrada a la villa y seguir el parque adyacente hasta el museo Stibbert.

Visita: Junio 2017

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Florencia - Italia

Florencia


Regreso a Florencia, que junto con Bruselas, Barcelona y Madrid es una de las ciudades en las que más veces he estado. Como la última vez (el año pasado) al llegar al aeropuerto nos encontramos con los militares armados. Nuestro apartamento está cruzando el Arno tras pasar la plaza donde está la iglesia de Santa Maria la Novella. Pero antes de salir a pasear toca planchar todo, dado que uno de los problemas de viajar de recreación es los trajes y complementos, que no están preparados para la época moderna. Pero tras dejarlo todo recogido y preparado salimos a dar una vuelta por la ciudad, aunque había planeado visitar algún lugar nuevo al final nos acercamos a uno de los edificios antiguos junto al Duomo donde se daban clases de baile y donde pudimos practicar los pasos que habría en el baile napoleónico del sábado noche. Desde el primer piso, donde era la práctica, había un balcón con vistas al jardín interior del edificio de estilo palacio antiguo, y al caer la noche las luciérnagas volaban por el jardín iluminándolo como pequeñas lucecitas en la oscuridad. Al regresar de la clase de baile hacia tanto calor que se podía ir andando hasta nuestro apartamento pasando junto al Duomo y cruzando el puente Vecchio. Y al día siguiente teníamos hasta la una, más o menos, para dar un paseo, pues después tocaba comer y prepararse para trasladarnos de época. Así que nos limitamos a pasear por el casco histórico de Florencia. Al contrario que le resto de veces en las que estuve, en cada rincón del casco histórico había enormes coches militares y varios militares y policías armados hasta los dientes. Era un aspecto diferente al resto de veces en las que solo había colas de turistas. Esta vez eran los militares armados y los turistas los que hacían compañía a los edificios históricos de Florencia, me llamó la atención porque por mi ciudad todavía no hay ninguna vigilancia tan llamativa. Empezamos el recorrido por el Duomo y fuimos hasta las galerías Uffici para luego cruzar el puente Vecchio y llegar hasta el Palacio Pitti. Había turistas pero nada en comparación al número de turistas que nos encontramos el sábado. Si hacer cola para entrar a los sitios en viernes era duro, el sábado debió ser infernal, sobre todo porque hizo un fin de semana muy caluroso. Hubo una ola de calor por toda esa zona mediterránea (España incluida). Si uno no tiene mucho tiempo en Florencia, dar un paseo por el centro da una impresión general de todo lo que tiene por ofrecer esta ciudad.

Visita: Junio 2017

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