Feria Steampunk de Barcelona - España

Steampunk Barcelona

Pues volvemos a Barcelona, ya casi parece que vivía por ahí pero este mes de octubre ya no hago más escapadas. Este fin de semana último de septiembre era la Feria Steampunk de Barcelona, alguna vez sé que he escrito sobre la de Zaragoza por el blog, y siempre tenía pendiente acercarme a la de Barcelona, y como ahora tengo conocidos por ahí, eso me brindó la excusa perfecta para finalmente ir a la de Barcelona. Este año la Feria estaba dedicada a los Piratas del aire. El lugar era las Cocheras de Sants cuyo edificio me gustó para entretenerse haciendo fotos tontas mientras esperaba a que abrieran porque por una parte es de ladrillo rojo y por otra de espejos. Nada más entrar me recorrí todos los stands porque iba a comprar, tenía esa intención pero es que además era el lugar perfecto para encontrar algo que estaba buscando para un regalo. . Como en la de Zaragoza, que hay stands, aquí también hay charlas y conferencias, así como juegos. Inicialmente nos apuntamos al Cluedo pero la explicación era muy enrevesada y de primeras fui incapaz de qué se suponía que tenía que descubrir. Difícil ir haciendo preguntas cuando ni siquiera te has enterado de qué tienes que preguntar. También hay música en directo (lo que más me gustó es tener siempre música de fondo acorde) y gente vestida al estilo Steampunk, hay muchos detalles en los que fijarse, aunque aquí no hacen un concurso de trajes como en Zaragoza (al menos el sábado, porque de los dos días solo pude ir uno). Pero aún así pase un día entretenido, porque al final estuve desde la apertura hasta el cierre. Aunque todo el mérito es de la gente de la Asociación RetroFuturista Nautilus que conozco, con tan buena compañía es fácil que el día se pase volando.


Visita: Septiembre 2018

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Información para viajar: Feria Steampunk Barcelona

Barcelona en Fiestas de la Merce - España

Barcelona

Usualmente esta entrada, por orden cronológico, iría antes que las de 1918, pero como solo era estar el día por Barcelona y si surgía encontrarme con amigos de Nautilus no tenía idea de escribirla. Pero como dice uno de ellos; “ir cada fin de semana a Barcelona también es viajar”. El fin de semana que pasé en Barcelona durante las fiestas de la Mercé se dividió en dos, uno en un viaje a 1918, y otro en un paseo por Barcelona con amigos. No había hecho planes pero la gente de Nautilus son tan majos que ya me organizaron una tarde turismo por Barcelona hasta dejarme agotada. Primero me llevaron a la puerta del dragón que realizó Gaudí para la finca del conde Güell. El sitio estaba cerrado pero no me sonaba haber estado al lado de esa puerta con el dragón, luego paseamos por el parque (no recuerdo el nombre) que tenía una fuente y caminos de bambú, y un edificio con pórticos de estilo palaciego, hacía bastante sol y parecíamos los únicos caminando por la gran avenida. Luego me llevaron a un bar, que no recuerdo el nombre (como ando de memoria) donde por dentro estaba todo decorado con el estilo de Harry Potter, pero no se llama el bar de Harry Potter. Después de tomar algo me dejaron en la parada de autobús que me llevaría hasta el Hospital de Sant Pau donde había quedado con más gente de Nautilus para visitar el Hospital modernista de Sant Pau, y cuando lo vi por fuera me pregunté cómo, con la de veces que he estado en Barcelona, nunca había llegado a verlo. La entrada es bastante cara pero si luego tienes en cuenta que es un reciento muy grande acaba siendo amortizada. En cualquier caso mis amigos me invitaron así que no pagué nada. Entramos para hacer la visita del hospital y con tranquilidad fuimos caminando por pasillos de paredes y techos de baldosas blancas relucientes, dado que solo estábamos nosotros el lugar estaba bastante silencioso. Me recordaron a los tunes de acceso a la estación de Canfranc (la parte interior que se puede visitar), aunque también a la estación de metro de Chamberí. Tras salir de los pasillos llegamos al patio que está rodeado por diversos pabellones de estilo modernista, dentro de los pabellones, las paredes y los techos del interior eran lo más llamativo. Había una sala con una exposición explicativa muy estilo “steampunk”, que reproducía imágenes en la pared de la sala. Había también otros pabellones con el mobiliario que tuvo en determinada época: las camas, los radiadores, las sillas del solárium, etc. En todas las salas había paneles explicativos por lo que podías ver la fotografía de la época y la imagen actual. Todo muy bien conservada. Y la verdad es que no pudimos visitar mucho más tranquilamente porque nos avisaron que cerraba en cinco minutos (en inglés, para no variar en la costumbre que cuando voy de turismo por Barcelona siempre me hablan en inglés) así que rápidamente me llevaron a la parte final del lugar que es la más llamativa por la decoración de sus techos y paredes, una explosión de detalles coloridos en columnas, vidrieras, ventanas y paredes. Aunque fue una vista rápida porque no nos esperamos que a las siete cerrara el lugar. Si no tienes problemas de dinero, es un lugar recomendable de visitar. Cuando salimos me llevaron hasta la Sagrada Familia para coger el metro y de ahí al barrio gótico de Barcelona y las Ramblas, por aquí ya había estado varias veces así que, aunque hacía tiempo desde la última vez, todo me sonaba. También me acercaron al Palau de la Música, tanto el el Palau de la Música y el Hospital de Sant Pau son obras del arquitecto Lluís Domènech i Montaner, que os sonara de nombrarlo en alguna entrada de Canet de Mar, y son patrimonio de la Unesco. Ambos lugares son claro ejemplo de la arquitectura modernista de la época y que a uno le deja tan encantado, porque es muy rico en decoración y color, junto con originalidad. Y cuando buscábamos donde cenar algo (sí, comencé a las tres y media de la tarde y acabé cenando) nos pillo en medio de Via Laietana (me acuerdo del nombre por mi trabajo, no creáis), que estaba cerrada por las fiestas y llena de gente, los fuegos artificiales de las Fiestas de las Mercé con la brillante luna al fondo. Y de aquí acabamos comiendo en un bar de estilo modernista junto a una antigua parada de metro, para acabar la noche cenando unos bocadillos. Tarde en buena compañía visitando lugares turísticos.

Visita: Septiembre 2018

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Información para viajar: Pendiente

Museo Maritimo de Barcelona 1918 - España

Museo Marítimo Barcelona 1918

Como comentaba, aprovechando las fiestas de la Merce y el centenario del Pailebot Santa Eulalia el museo Marítimo de Barcelona organizó unas jornadas de puertas abiertas y allí nos encontrábamos nosotros, viajeros del tiempo del 1918 que vagabundeaban por el museo como fantasmas. Por la tarde había bastante gente (por la mañana estuve en el puerto marítimo), y varios se animaron a preguntarnos porque íbamos así vestidos, y ya nos distendimos sobre el centenario del velero, que se podía ver dentro del museo, y sobre la visita de la infanta durante las fiestas, y la gripe que se extendía por todo el mundo y que los periódicos le daban el nombre de gripe española. Que hablando sobre la gripe de 1918, en el jardín alguna dama necesitó ser abanicada tras el calor pasado dentro del museo, las malas lenguas dicen que seguramente tiene la gripe. Dado que yo no había estado nunca en el museo a parte de pasear por el lugar nos metimos dentro para verlo con detalle, de forma que así no solo yo lo visitaba, sino que así los visitantes que estaban por dentro también nos veían y podían interactuar con nosotros. La cosa es que había bastantes chinos, y con el chino todavía no nos hemos puesto en el 1918. Dentro del museo se puede ver la réplica de un barco con todo los detalles de marquetería muy cuidados, aunque tal vez por la madera el calor dentro del museo era peor que fuera, y había una humedad agobiante que hizo que alguna señora levantara sus faldas, todo un escándalo como iba enseñando pierna. Siguiendo por el museo visitamos la antigua escuela donde nos pusimos en plan niños, como de costumbre, una exposición de playa con caracolas de mar donde oír las cartas de los niños de la escuela. Por aquí arriba no había mucha gente por lo que no hubo muchas preguntas o fotografías requeridas, pero una vez abajo seguimos con nuestro paseo. En el jardín liamos un poco a un argentino y su compañero que hablaba inglés pero que no sé de dónde sería. No sé cómo acabé hablando con ellos cuando yo le interactuar con la gente más bien poco pero estaba muy en el papel, y cuando sus preguntas extendieron mis conocimientos (sobre quien construyó el pailebot) llamé pidiendo ayuda Mercé que tenía unas fotografías de ese año de Barcelona en fiestas y había estudiado más el tema, pero a los pobres los liamos porque le preguntaron donde se construyó el velero y Merce le dijo que en Zaragoza, yo me quedé sorprendida y ellos muy majos parecieron curiosos, como nos hicieron caso y entraron al museo se acabaron enterando bien de la historia (Merce fue a buscarlos para comentarles que lo de Zaragoza se lo había inventado pero ellos ya lo habían leído en los paneles del museo). También a la salida del museo pude ver los gigantes que habían sacado fuera por las fiestas (por la mañana estaban dentro del museo), por la tarde hubo varias personas que nos preguntaron por la exposición, al parecer no debe ser habitual verlos porque había bastante gente interesada, lo bueno es que yo pude verlos. Fue un día muy completo, aunque hay que reconocer que con tanto paseo y calor, el día resulto agotador.

Visita: Septiembre 2018

Mis imágenes: Álbum de Recreaciones España

Información para viajar: Museo Marítimo Barcelona

El Pailebot Santa Eulalia en 1918, Barcelona - España

Pailebot Santa Eulalia 1918

Con motivo del centenario de la construcción del pailebot Santa Eulalia el museo marítimo de Barcelona realizaba unas ornadas de puertas abiertas que aprovechamos para ir celebrar vestidos como en la época 1918. Quedamos todos en el Museo Marítimo, por si alguno se quería vestir ahí en vez de ir vestido en coche o en metro, como yo (los niños me llamaban Mary Poppins). Debido a que el Museo Marítimo está junto a la estatua de Colón ( y a que soy mega puntual y estuve como media hora antes) pude ver desfilar a la caballería (cosas de las fiestas de la Mercé). Nos acercamos al puerto marítimo para subir al velero y estar con la gente que subía a ver al velero y que también se interesaba por nosotros porque el día era caluroso y con todas las capas de ropas y sombreros que llevábamos se presenciaba algún desmayo. Pero en esta época no creáis que solo las señoras iban cubiertas con sus faldas largas, sus blusas hasta el cuello y sus sombreros (la duda más generada era si llevábamos corsé debajo de la ropa, y si, era la respuesta), el caso es que los caballeros con su camisa, chaleco y chaqueta también debían pasar calor. El velero es pequeñito, no se puede ver el interior pero si pasear por su borda, y coger el timón o apoyarse en los barriles para aferrarse a las cuerdas y ver la vista del puerto, con sus barcos entrando y saliendo. Además de estar en el velero también estuvimos fuera paseando por el paseo marítimo y haciéndonos fotos con todos los turistas que nos lo pedían (muchos chinos) durante la batalla de embarcaciones. Un grupo de franceses recreaban algo parecido a los torneos medievales en los que van a caballo con las lanzas y quien cae tras el encontronazo pierde. En este caso los marineros iban en las barcas con una persona a proba con una laza y un escudo para encontrarse con otra embarcación igual y quien caía al agua perdía. Aunque con el calor que hizo este día casi todos querrían tirarse al agua. Un espectáculo interesante, si vuelve a hacerlo recomiendo que os acerquéis, yo vi a mucho turista más que foráneo, no sé si porque había otras actividades de las fiestas más interesantes o porque Barcelona en sí es un enjambre de turistas (no sé, no tenía la guía de actividades) aunque en 1918 la infanta fue a ver las fiestas de la Merce de Barcelona.

Visita: Septiembre 2018

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Información para viajar: Museo Marítimo Barcelona

Paseo de la playa y coches por Canet de Mar - España

Paseo por la playa y coches 

El domingo seguían las actividades modernistas en Canet de Mar, había varias rutas guiadas para hacer, aunque todas en catalán. Al final yo no hice ninguna ruta, ni siquiera hice turismo porque no tuve ni un segundo libre de recreación, tuvimos noche cena, baile, paseo por el cementerio, baños en la playa, danzas modernistas, y hoy me encontraba también con miembros de las asociación retrofuturista Nautilus para dar un paseo por la playa en plan Sorolla, desayunar, y ver los coches de época que iban a exponerse en una antigua casa. El estilo de la villa no sabría decir si era todo modernista porque tenía un par de carteles en la fachada, lástima que la política oculte todo lo demás. Pero volviendo al tema, el caso que en el día de hoy hasta la hora de la comida estuve acompañada, me vestí de época yo sola (lo de ponerse esta ropa sola es difícil pero empiezo a cogerle práctica) y salí para encontrarme con dos personas maravillosas para desayunar tranquilamente y tomar un café (y yo una coca-cola que en esa época ya existía). Vimos el desfile de automóviles de época que desde una de las villas bajaban para recorrer el pueblo, aquí tuve que tener mucho cuidado porque había muchísima gente y los vestidos con cola son un peligro. Tras verlos pasar nos dirigimos a la playa para un pequeño paseo, sentarnos en la arena y disfrutar del entorno como los pintores de la época, como Sorolla con sus cuadros. Y mirando la hora decidimos intentar subir hasta la villa para ver de cerca los automóviles de época, pese al calor y la cuesta hacia arriba, que es lo que tiene Canet de Mar al ser un pueblo de montaña hasta la playa. Aún así llegamos con tiempo para ver los automóviles (no se podían tocar) y luego bajar otra vez hasta la playa donde está la estación de tren, donde cogí el cercanías para llegar a Barcelona para a su vez coger el tren para Zaragoza. Cuando nos fuimos de la villa había congregado un grupo que había cogido una de las visitas teatralizadas que había. Lo cierto es que hay un montón de actividades para realizar y muchos lugares interesantes que visitar. La próxima vez me toca ver el castillo y la casa museo de Lluis domenech por dentro, sobre todo el castillo ahora que sé que es donde se grabó "leyenda de un mar azul" (el único sitio rodado en España que no había identificado cuando me vi esa serie coreana). Y es que hay mucho por hacer y por ver durante la feria modernista, y además la mañana se me paso volando debido a la buena compañía. Lo dicho, tengo que regresar con más tiempo y menos actividades en la agenda.

Visita: Septiembre 2018

Mis imágenes: Álbum de Recreaciones España

Información para viajar: Turismo Canet de Mar

Presentación

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