Museo de America en Madrid - España

Museo de América


Para terminar de viajes de recreación histórica fui al Picnic Regencia, Goyesco e Imperio de Madrid (por no tener limitaciones en cuanto a trajes de época, que hay mucho purista que selecciona a un año concreto y todo lo que se pasa se mira mal). Era todo el fin de semana pero coincidía con la Champions League (algo que nadie cayó cuando se organizó porque no somos aficionados a ello – hay mundo más allá de la liga de futbol-) así que me salía más barato ir y volver en el día con el AVE que dormir ahí, el problema es que los horarios no estaban con antelación así que cogí los billetes de tren al azar. De esa forma llegué dos horas antes y me marché antes de poder visitar la iglesia de San Antonio, pero al menos pasé un día entretenido. La mañana quedamos en visitar el Museo de América en Madrid, que pese a las veces que he estado en Madrid nunca había visitado (y no tenía mucha gente, aunque había una pareja con camisetas rojas de fútbol así que hasta ahí llega el público de la Champions League). El Museo se encuentra en lo alto de un monte pero afortunadamente tiene pinos muy grandes y altos que dan buena sombra porque este fin de semana daban unas altísimas temperaturas, más de lo habitual para ser junio. Llegué enseguida y me dediqué a dar una vuelta por los alrededores, sábado por la mañana y con el sol que hacía no había ni una sola persona por ahí, ni siquiera paseando perros o corriendo. Una vez conseguimos reunirnos todos (a mucha gente no la conocía) entramos en grupo al museo vestidos de época napoleónica. El museo se creó en 1943 con los restos del Museo Arqueológico Nacional y del Museo de Ciencias Naturales, así como por las donaciones y demás. Empezamos subiendo a la planta de arriba donde la sala está cubierta de madera y en sus estantes puedes ver los objetos de América. Aunque la vista es evocadora, porque es fácil imaginar que el museo se creó antes y que los visitantes napoleónicos son de la misma época (los objetos que hay son más antiguos), pronto acaba y entramos en la zona más moderna del museo, aunque en las estanterías hay todo tipo de objetos interesantes relacionados con América. Aunque lo que más nos atrajo fueron los cuadros del mestizaje español, porque hay pueblos que conquistaban y otros que se mezclaban y para las mezclas los españoles crearon nombres. Había nombres desconocidos, y otros más conocidos como: Familia de indios, español con india hace mestizo, mestizo con española hace castiza, castiza con español hace español. Aunque solo es uno de tantos tipos que había; lobo, notentiendo, etc. Recorrer el museo nos llevó varias horas, y el calor (por conservación olvidaros del aire acondicionado) no ayudó a que acabáramos menos cansados, por lo que hicimos uso de las sillas del pasillo que da al patio (el museo tiene un patio cuadrado muy cuidado y bonito). Tras el museo estábamos más que preparados para ir al parque de picnic y descansar al frescor de la sombra, aunque eso es otra historia.

Visita: Junio 2019

Mis imágenes: Picnic Goyesco Madrid - Recreaciones

Información para viajar: Pendiente

Napoles - Italia

Napoles

Nápoles o te disgusta por su suciedad y caos o te apasiona, yo me he encontrado con gente con las dos reacciones. por mi parte la primera vez no me entusiasmo nada, ni pude entrar al castillo, el museo arqueológico, tanto entonces como ahora es un caos de dejadez y los palacios son bonitos pero no tienen nada que no tengan otros palacios de Italia, pero con lo que sin duda me quedo es con el Nápoles subterráneo y sus catacumbas. Igual por ser diferente es por lo que se me hizo más especial. Pero volviendo al tema, en el resto de día que tenía libre sin recreación napoleónica me di un recorrido rápido por los lugares turísticos de Nápoles. Empecé la mañana entrando en el lugar más aragonés de una ciudad en la que Aragón y España están por todas partes: el Castel Nuovo. Atravesé el extraordinario arco de triunfo que hizo Alfonso V el Magnánimo de Aragón para conmemorar su entrada aquí y desde sus terrazas uno podría disfrutar el maravilloso panorama del Golfo a nuestros pies, el Vesubio al fondo y Nápoles a nuestra espalda, por desgracia sigue lloviendo como si no hubiera un mañana y dedico mi tiempo a recorrer el castillo por dentro, y como hay zonas cerradas los seis euros de la entrada no vale lo que se ve. De aquí me acerco a la majestuosa plaza del Plebiscito con el palacio real y la iglesia de San Francisco di Paola. Muy cerca está el teatro San Carlo y los dos castillos (Castel Nuovo y el Castel dell'Ovo). De aquí se puede ir caminando por la orilla y disfrutar de una brisa marina y las vistas de Nápoles y del mar, y del castillo. La pena es que por el paseo marítimo no hay bancos por lo que es normal encontrar a algún turista sentado en el suelo junto a la barandilla. Cosas de Nápoles. Después de ir y volver por el paseo voy a entrar en la Galería Vittorio que, tanto la primera vez como esta, no me llamó la atención porque hay parecida en Milán. De aquí subo por la Vía Toledo para entrar en el barrio español. Esta parte de la ciudad se construyó por el virrey español Don Pedro de Toledo. La Vía Toledo es una de las calles más importantes de Nápoles, es la vía comercial que va desde la plaza Dante hasta la plaza Trieste y Trento. Al oeste de la vía Toledo está el barrio de los españoles, con sus callejuelas estrechas, pequeñas tiendas y la ropa colgada en las ventanas, tan típica de Nápoles. Este barrio se construyó para albergar a las tropas españolas de Don Pedro. Hacia el norte, se encuentra el museo arqueológico Nacional en el que ya estuve durante la recreación (y hace año). La opción antes del museo arqueológico era el Palacio real de Caserta, me dio mucha pena porque aquí no había estado y me iba a quedar sin estar, pero está alejado de la ciudad y en medio día no me da para ir y volver, en todo caso por lo que leí a los recreadores que fueron; es otro palacio italiano. Luego seguí por el centro histórico de Nápoles que sigue el trazado original de la antigua Nápoles. Está formada por tres de calles paralelas entre sí. En esta zona se encuentran los lugares de interés más importantes, siendo la zona de la ciudad más antigua, más caótica y más auténtica. La calle mayor corresponde a la vía dei Tribunali, la calle superior son Via della Sapienza, Anticaglia y Via Santissimi Apostoli y la calle inferior llamada Spaccanapoli estña formada por Via Benedetto Croce, Via San Biagio dei Librai y Via Vicaria Vecchia. Y por aquí llegué al Nápoles subterráneo. Es fácil perderse entre tanta calle, pero también descubrir los rincones turísticos del centro. Las catacumbas de San Genaro son otro punto pendiente, y por supuesto muchas iglesias y conventos. Algo mejor que la primera vez (la Nápoles subterránea está muy bien), pero sigue sin apasionarme Nápoles.

Visita: Mayo 2019

Mis imágenes: Cuaderno fotográfico de Italia

Información para viajar: Pendiente

Paestum - Italia

Templos de Paestum

Cuando estuve en la isla de Sicilia visite unos cuantos templos griegos mucho mejor conservados que los que vi en Grecia, pero fueron vistos por fuera porque por dentro no estaba permitido, en cambio en Paestum puedes entrar en los templos y caminar entre sus columnas, tocarlas, sentir lo que los viajeros del Grand tour vivieron. Desconocía este lugar cuando estuve en Nápoles y realmente vale la pena conseguir acercarse hasta Paestum para disfrutar de sus templos griegos, nosotros estuvimos hasta el cierre y hubiera estado mucho más tiempo si hubiera sido posible (por supuesto, sacrifiqué ver el museo, pero dicen que vale la pena, para otro viaje con más tiempo queda apuntado). Desde Portici he estado hablando sobre el Grand Tour (que si Portici fue incluido en el Grand Tour, que sí Herculano) bueno, a quien no lo sepa le explicaré lo que es el Grand Tour. El llamado Grand Tour era un itinerario de viaje por Europa, antecesor del turismo moderno. El término Grand Tour apareció escrito en la obra El Voyage d' Italie (El viaje a Italia) de Richard Lassels, en la que hace referencia al viaje por Europa que realizaban jóvenes aristócratas -principalmente británicos- como parte de su educación, su valor residía en el acceso tanto al arte clásico y del Renacimiento como a la sociedad aristocrática del continente europeo (considerada de moda). Un grand tour podía llevar desde varios meses a varios años, dependiendo del presupuesto. El recorrido era muy variado, para un viajero inglés el Grand Tour solía iniciarse bien en Calais o viajar directamente en barco a Italia, para luego regresar por tierra. El recorrido por Italia estaba muy influenciado por Winckelmann y Goethe que convirtió el viaje a Italia en un estudio de la Historia del arte. La visita a Italia solía concluir en Nápoles, por aquel entonces la mayor ciudad de Italia, donde se admiraban las ruinas de Pompeya, Portici o Herculano. Así que como viajeros en el tiempo nos convertimos en viajeros del Gran Tour por Italia en búsqueda del arte clásico. Pero volviendo a Paestum, ya desde el autobús empezamos a ver a zona, bastante grande, donde se encuentran los tres grandes templos griegos. Nada más bajar esperamos a Margarita que fue a recoger la entrada (que no son en la caseta de entrada sino en el museo, un poco más alejado calle arriba). Y una vez entramos, con lluvia o no (a veces caían intensas lluvias como se paraba), tuvimos Paestum para nosotros solos. Nada más pasar la entrada principal tenemos uno de los templos más bonitos de Paestum, el Templo de Atenea situado en lo alto de una colina. Es visiblemente parecido al Parthenon de Atenas pero más pequeño. Este templo no podemos verlo pro dentro pero enfrente quedan algunas ruinas que si se pueden tocar y que sirvieron de asiento para algunos de nosotros cuando comenzó a caer un buen chaparrón, otros se refugiaron bajos los grandes pinos, pero lo mejor que tuve fue la vista desde ese montículo porque pude observar al agente vestida de época napoleónica paseando entre las ruinas que llenan Paestum y que las hierbas cubren, era como ver las pinturas antiguas de la época, así que me sentí como un pintor de la época, si hubiera sido España podría haber sido Goya, no hay palabras para describir un cuadro de época. Baje por el otro lado el montículo para seguir las ruinas hasta el segundo templo de Hera o Apolo dedicado a Poseidón, y que es el templo mejor conservado del recinto. Conserva casi toda la parte superior y uno se queda muy pequeño a medida que va avanzando hacia él. De aquí al templo hay bastantes ruinas que uno va encontrando pro el camino, además de calles empedradas en un excelente estado de conservación rodeadas de edificios a los que apenas han sobrevivido sus cimientos. A esto súmale que en vez de turistas en pantalón corto ves a hombres y mujeres ataviados como en la época napoleónica. El templo de Hera dedicado a Poseidon es una maravilla, se puede subir las escaleras y entrar dentro, disfrutar de sus interminables y gigantes columnas de piedra que se elevan hasta el techo ya desaparecido. Me encantó poder estar dentro y observar y tocar las piedras del templo griego, mucho más impresionante de los de Atenas, tal vez porque estos son más cercanos y menos destrozados. Después de recorrerlo y contemplar su saltas e impresionantes columnas interiores fuimos al templo de al lado, casi en paralelo y muy cerca se encuentra el primer templo de Hera, en él se puede entrar pero solo caminar alrededor de una parte, la otra está vallada para impedir el acceso, tampoco conserva el tejado y es que es el templo más antiguos de todos: 2500 años, y después de visitarlo volví al templo de Poseidon, porque uno no se cansa de disfrutarlo, tanto es así que nos dio la hora de cierre (las siete y media), como soy muy cumplidora salí de las primeras por lo que me dio tiempo a ver, por fuera, el anfiteatro y el foro. Y es que el recinto no solo conserva esos tres grandes templos griegos, lo que pasa es que es lo más impresionante de todo lo que te puedes encontrar. Tras el cierre los autobuses nos acercaron al restaurante Nettuno (Via Nettuno, 2) que es una antigua granja de inicios del siglo dieciocho desde donde se tiene una fabulosa vista del templo de Hera y Poseidon iluminados de noche. Y como era el Grand tour tuvimos una pequeña sorpresa teatral durante la cena donde se reflejaba la “vida” de aquellos. Aún sin recreación napoleónica ni Grand Tour una parada en Paestum resulta claramente obligatoria (no sé por que no sale en todos los tours pero si puedes hay que hacer una parada).

Visita: Mayo 2019

Mis imágenes: Fin de semana napoleónico en el Golfo de Napoles

Información para viajar: Jane Austen Florence Society

Herculano - Italia

Herculano

Después de comer en Portici nos acercamos andando hasta Herculano, dado que no está muy lejos de ahí. Dicen que tres horas es el tiempo medio de visita a las ruinas de Herculano (Ercolano) aunque puede ser más larga si vas haciendo fotos y leyendo toda la información que se proporciona en la guía gratuita (en varios idiomas, incluyendo el español) que puedes coger en la entrada (en mi caso fue la francesa Claire quien, sin decirle nada, de repente me llamó por mi nombre y me dio el folleto en español – se había acordado de mí y había cogido un folleto en español para mi a la vez que cogía uno en francés para ella, sin duda lo mejor de este viaje fue la gente tan agradable que conocí, esas personas que tienen pequeños detalles sin hacerlo a cambio de nada – no como otros-). En nuestro caso como después de aquí teníamos que ir a Paestum y no podíamos alargarnos fue una visita menos larga de lo que me hubiera gustado por lo que el museo quedó fuera de mi recorrido dado que quería ver cuánto pudiera de Herculano, y las vistas de la ruinas con nosotros andando entre ellas le daba un aspecto de Grand Tour que no se vería en otras visitas (pese a algunos de los andamios que rodeaban algunas de las ruinas). Dicen que la estructura de la ciudad sigue el mismo modelo geométrico de Nápoles, y nada más entrar desde arriba se puede ver la estructura de la ciudad, las casas, las calles, esculturas, fuentes y plazas así como el río que la recorre. Herculano se alzaba sobre una colina volcánica que caía a pico en el mar. Estaba amurallada y tenía dos puertos fluviales. La gran erupción del Vesubio expulsó tanta lava y escoria que cambió el entorno de la costa. Herculano debía de ser una ciudad pequeña (afortunadamente porque en tan poco tiempo no podríamos haber visto apenas) y se cree que llegó a ser una ciudad de vacaciones de la aristocracia romana. En el programa original el día lo pasamos en Pompeya pero debido a un cambio de dirección se nos revocó el acceso en ropa de época por lo que Margarita cambió la visita a Portici, Herculano y Paestum, que personalmente me gustó mucho más (en Pompeya ya había estado pero en Portici, Herculano y Paestum no por lo que por mi parte me parecía mucho mejor). Pompeya es realmente increíble, pero Herculano es más real porque al ser más pequeña al andar por sus calles, contemplando las casas y sus pinturas parece que estás en un lugar abandonado hace poco tiempo y no hace miles de años. Así, tras la erupción, Herculano fue cubierto por el barro y se conservaron los pisos superiores de las casas -en Pompeya no-, varios restos orgánicos, villas con sus camas y sus fuentes, sus decoración en pinturas y mosaicos, vigas de madera, balcones, hornos y tabernas con barriles. También una de las termas mejor conservadas del mundo antiguo y fuentes de mármol en todos los cruces de caminos. También se pueden ver los esqueletos que son los restos de los habitantes de Herculano que buscaron refugio en los almacenes que había en la antigua playa. Murieron asfixiados por el humo tóxico. Los arqueólogos no crearon moldes con la forma exacta de sus cuerpos, por eso siguen siendo esqueletos (que se pueden ver en Pompeya, según recuerdo de mi visita pasada). Y en el museo que ha reabierto una de sus salas recientemente se dicen que hay varios restos increíbles para ver pero ya no nos daba más tiempo y además estábamos cansados. Una visita muy recomendable, sin duda Pompeya es un gran lugar pero vale la pena perder una tarde en Herculano, que te da la oportunidad de descubrir una villa romana más completa.

Visita: Mayo 2019

Mis imágenes: Fin de semana napoleónico en el Golfo de Napoles

Información para viajar: Jane Austen Florence Society

Palacio de Portici - Italia

Palacio de Portici

El domingo, justo el día que salíamos de la ciudad de Nápoles para conocer rincones del Golfo de Nápoles, amaneció lloviendo y pasó prácticamente todo el día lloviendo. Aun así eso no nos detuvo, a los que no tenía paraguas se compraron uno antes de subir al autobús a las diez de la mañana, ciertamente los paraguas modernos rompían el aspecto histórico del resto de nuestros trajes pero era algo inevitable, con lo que estaba cayendo no protegerse de la lluvia no era una opción. Llegamos al Palacio de Portici y pese a la lluvia lo primero que hicimos fue salir al patio para disfrutar de la vista de sus jardines, que es lo más llamativo del palacio (todavía con grandes partes en reconstrucción). Y es que el Palacio muestra una fachada magnífica con amplias terrazas y balaustradas y se constituye de una parte inferior y una superior divididas por un vasto patio por donde pasa la antigua “Calle Real de las Calabrias” que ahora se llama “viale Universitá”. El Rey Carlos edificó el Palacio Real de Portici en 1737, a causa de una tempestad, la pareja real se vio obligada a detenerse en Portici. La Reina María Amalia se enamoró al instante del lugar y el Rey tuvo la idea de construir allá una residencia real, y que fue ampliando comprando palacetes ya existentes. El Palacio Real nació como residencia de veraneo de la Corte pero luego se convirtió en residencia real y casa del Museo Ercolanense para albergar los resto encontrado en Herculano (así Portici se convirtió en una de las etapas del Grand Tour). De aquí subimos al primer piso, las escaleras están decoradas con pinturas en las paredes y el techo que hacen que se cree una visión de profundidad y decoración que no existe, estas escaleras dan lugar a la Sala de Guardias y la Sala del Trono, que muestran parte de los adornos originarios y que son las dos mejores sales del palacio, desde el suelo al techo todo está decorado. Después de estas salas las restantes están decoradas con diversos objetos y restos de Herculano, así como mosaicos romanos. Después de visitar el palacio visitamos el jardín botánico con guía, desgraciadamente estaba y había llovido tanto que un enorme agujero de agua impedía la entrada al invernadero (incluso del guía con ropa moderna). Afortunadamente mis botines de época me protegieron de la lluvia, las damas con bailarinas o sandalias no tuvieron tanta suerte. El parque representa una de las maravillas del Palacio, como se puede percibir pese a la intensa lluvia. Se constituye de un jardín inglés hacia el mar y largos bulevares. Más allá del jardín se extiende el bosque, diseñado según las necesidades de diversión típicas de la Corte. En el jardín también visitamos el muro de Pallacorda al final del jardín. Por lo que vi el pallacorda es un juego entre el tenis y la pelota vasca. Bajo la lluvia pudimos ver el gran muro de piedra que se conserva desde antes del imperio napoleónico, en el medio está la puerta de acceso y Ben nos explicó lo que se usaba como raqueta y la pelota. El juego consistía en lanzar la pelota, golpearla con esa especie de raqueta hasta que la pelota golpeaba la pared y rebotaba y tocaba volver a darle. Teníamos permiso para golpear la pelota contra el muro, así que pese a la lluvia y el césped mojado se lanzó la pelota hasta conseguir golpear el muro (hay un video en la página de Facebook del blog).La cancha para el juego de la pelota es uno de tantos lugares antiguos e interesantes que hay en los jardines del palacio de Portici, gracias a eso pudimos comer a refugio, como llovía y no podíamos tener nuestro picnic bajo las palmeras nos refugiamos para tener el picnic en el antiguo edificio que servía como zona botánica de la reina.

Visita: Mayo 2019

Mis imágenes: Fin de semana napoleónico en el Golfo de Napoles

Información para viajar: Jane Austen Florence Society

Presentación

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