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Niagara Falls - EEUU

Niagara Falls - Cataratas del Niagara


Y ya entramos en Niágara Falls, la ciudad está dividida en dos por el rio Niágara, un lado es estadunidense y el otro canadiense. Ya en la entrada, al fondo de la ciudad se ve una gran nube, como una explosión, es el vapor del agua de las cataratas. Dormimos en el lado estadounidense y la verdad es que el hotel sorprendió porque era de mejor calidad que en la ciudad de nueva york, pese que aquí era de estrellas inferior pero lo de los hoteles en estados unidos es algo que ya os contare. Lo que resalta a primera vista al llegar a la ciudad de Niágara Falls es que el lado estadounidense está “menos desarrollado” que el lado canadiense. En el lado canadiense se pueden ver altas torres y rascacielos, todo edificios, mientras que hay muy pocos, básicamente hay uno que resalta, que sean alto. Más que nada es que el lado estadounidense es en sí casi todo un parque natural. Aprovechando que no llegamos excesivamente tarde dejamos las cosas y salimos hacia el parque, en las fotos que hice se puede comprobar que falta luz y es que a eso de las siete de la tarde se hacía de noche a las ocho ya era noche cerrada, un asco porque no había muchas horas de sol si lo comparamos con España en esas fechas. El parque tiene un mirador desde donde se ven las cataratas, el puente rainbow donde dicen se ve el arco iris, yo tuve mal tiempo así que no lo vi, y toda la ciudad de Niágara Falls canadiense, la torre skyeline desde donde se tiene una vista de las cataratas inmensa e impresionante, aunque no tuve tiempo de llegar, entre recorrer la parte de estados unidos, a lo que pase al lado canadiense ya era de noche cerrada y no iluminan las cataratas hasta las diez y solo con colorines unas horas. Después de ver las vistas del mirador se pase alrededor de las cascadas, hay tres, la más grandes llamada herradura de caballo es la más alejada y la que menos se ve de cerca, y hasta de lejos porque es la que provoca una gran densidad de agua, siempre esta lloviznando en esa zona, y una gran nube de agua tapa toda la catarata y su caída. Caminando alrededor se puede ver la rapidez con la que baja el agua del rio Niágara y la rapidez con la que cae. Después cruzamos el puente hacia la frontera. El puente creo que no es zona de nadie dado que las aduanas están en la orilla de cada puente. En la aduana estadunidense hay carteles en español e inglés, llegas a la aduana canadiense y hay carteles de que se habla en ingles y francés. No hace falta cambiar dinero solo que si pagas con dólares estadunidenses el cambio te lo dan con canadienses. Cenamos en una terraza frente a las cataratas, que dada la noche no se veían pero se oían, y cenamos muy bien aunque empezó a llovernos y hacer mucho viento. Recuerdo que el puente estaba medio en obras y a la vuelta estaba todo revuelto por el aire, con las maderas vueltas y los clavos hacia arriba, peligrosa fue la vuelta. Pero bueno, lo dela parte de Canadá ya lo comentaremos en otro momento. Al día siguiente visitamos la parte de las cataratas del lado Canadiense y cruzamos al lado estadunidense solo para coger el barco que se acerca a las cataratas. Hay barcos a cada orilla, uno del lado canadiense y otro del lado estadunidense y el recorrido es el mismo, lo que sí es cierto es que es una experiencia que nadie puede dejar de hacer. Irse sin ver las cataratas desde el agua es una pena porque, aunque te mojas, es una impresión y una imagen fabulosa. Sin duda vale la pena sobre todas las otras cosas que se puedan hacer (mucho más que verlo desde el aire o pasear al bordeando las cataratas).

Visita: Septiembre 2008

Mis imagenes: Pendientes

Informacion para viajar: aqui

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