Si uno va a Viena hay algo que no puede dejar de hacer: ir a un concierto de música clásica.
Si, es cierto que no a todo el mundo le gusta la música clásica pero un concierto vienes no tiene nada que ver con un concierto en cualquier otro país. Quien haya visto el concierto de año Nuevo (aunque sea por la televisión) podrá entender lo que digo.
Un concierto de música clásica en Viena es algo tan interactivo, tan divertido, triste, emocionante que casi sin darte cuenta ha pasado el tiempo y ha llegado el final, y no quieres que acabe. El director de orquesta se pelea, como en una obra de teatro, con algún músico, te instan a aplaudir como si tuvieras que tocar un instrumento, cantan, juegan, realmente es uno de esos momentos que no se puede describir sino que hay que vivir.
Todos los que fuimos salimos encantados, y no podéis imaginar si además es en la Opera de Viena. Ya solo con ver cómo va vestida la gente resulta un autentico espectáculo, todos los hombres con pajarita, las mujeres con guantes hasta los codos, todas con vestidos arregladísimas...todo en un día normal, un día de diario que no es fiesta.
Tras vivir esta experiencia me quedé con las ganas de vivir el concierto de Año Nuevo en Viena, algún día tengo que hacerlo, pues no he vuelto a vivir otro tipo de concierto como el que disfruté en Viena.
Comentarios
Publicar un comentario
.