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Palacio Larrinaga - Zaragoza - España

Esta casa, que los zaragozanos llamamos Palacio por sus dimensiones, tiene su entrada propia Zaragoza, Palacio Larrinaga y Matadero, de cuando realicé una visita turística a la misma, dado que es una casa que va pasando de mano en mano, y entre tan diferentes propietarios no siempre es visitable. En todo caso, si cuando visitáis Zaragoza resulta que es posible realizar una visita a esta casa palacio, no lo dudéis, tenéis que hacerla. Es una pequeña joya olvidada en lo que era la salida de Zaragoza (con su motivo propio) y vale la pena.


La casa o palacio, como aquí nos referimos a ella, se llama Larrinaga por la familia que la construyó y tiene una historia de amor detrás. Según nos contó la guía fue en el siglo XIX cuando Miguel Larrinaga y Asunción se conocieron en la Basilica del Pilar. Larrinaga, efectivamente, no es un apellido aragonés pero es que la familia Larrinaga (de origen vasco) tenía una naviera y era gente de dinero y afincada en Inglaterra. Y aunque vivían en Inglaterra el padre de familia envió a sus hijos a España a estudiar, y el hijo Miguel estudió derecho, por lo que acabó en Zaragoza. Y fue mientras estudiaba cuando conoció a su futura esposa. Como tanto la familia de él como el trabajo (director de la naviera Larrinaga en Liverpool – Inglaterra-) estaba fuera de España la pareja se casó y vivió toda su vida en Inglaterra. En ese caso ¿qué tiene que ver la historia de Miguel y Asunción con esta casa?


Miguel podría no haber sido aragonés y haber estado solo de pasada en Zaragoza para sus estudios de leyes pero Asunción era de la localidad aragonesa de Albalate del Arzobispo y su vida en Inglaterra, cuando ella no había nacido ahí como su esposo, ni conocía el clima y las costumbres del país es lógico que cuando fuera mayor deseara retirarse a su tierra. Y como ahora tenía dinero, que mejor regalo de su esposo que preparar una mansión para ella en las afueras de Zaragoza, en la carretera que lleva a Albalate del Arzobispo, para que todos que fueran del pueblo a la ciudad la vieran (ya había comentado que su localización era estudiada), y donde permanecer durante su vejez, en un clima más agradable que el inglés. Y ahí fue cuando nació la casa, una mansión creada para la jubilación, solo que ese hecho nunca llegó. La casa se terminó, se mantuvo vacía y guardada, pero nunca se consiguió su objetivo final, la vivienda de la pareja, dado que Asunción murió antes del retiro de su esposo. Por lo que cuando Miguel retiro todos los recuerdos personales de la casa, la vendió, muebles incluidos.


La casa está rodeada de un jardín, aunque actualmente tiene un colegio pegada a la parte trasera. Si se visita el interior es fácil ver aulas y mesas escolares en algunas salas del palacio dado que uno de los compradores que tuvo la casa fue un colegio marianista. Y junto a la casa se hizo una ampliación moderna del colegio. Ahora la casa no pertenece al colegio (va cambiando de dueño) y afortunadamente durante todos estos años el exterior se ha mantenido, por lo que aunque al visitar el interior es difícil hacerse idea de cómo eran los dormitorios o la capilla, el exterior se mantiene tal cual se diseñó.


La casa tiene cuatro torres, que marcan los extremos, y que al parecer se levantaron varias veces hasta completarse a gusto de la pareja. Es importante conocer la historia de la paejra para entender cada componente arquitectónico de la casa, como son las letras M y A unidas entre sí. O las conchas y los caballitos de mar y el mural de la entrada de unos veleros con la diosa fortuna soplando referencia a la naviera de la familia. Motivos decorativos que sin conocer la historia de la casa no tendrían mucho sentido.


En la entrada hay unas escaleras con un tragaluz, son típicas escaleras que encuentras en los palacios zaragozanos para dar acceso de una planta a otra, con la diferencia de que aquí no hay patio, sino que está cerrado y decorado por unas columnas. Las salas de la planta inferior son las mejores conservadas, con los frisos de la chimenea o de las ventanas. Así como el acceso al invernadero. En la parte de arriba la sala mejor conservada es la que era la capilla que ahora es una biblioteca-museo y que solo conserva la vidriera con el arcángel Miguel como recuerdo de su función original. La parte de arriba fue usada por el colegio y lo que más vale la pena son las vistas desde sus dos balcones. El que está sobre el invernadero (que da al colegio pero que permite ver los detalles arquitectónicos de la casa más cerca. Y el que da a la fachada principal.


Visitas guiadas: Contactar con la oficina de turismo del ayuntamiento de Zaragoza porque la casa ha cambiado tanto de dueño y de agencia turística que puedo poner aquí un nombre y a los dos días quedar obsoleto. 

Comentarios

  1. Es espectacular, muchas gracias por la entrada y las imágenes.
    Habrá que ir.
    vivirviajandoenfurgo.blogspot.com

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  2. Muy interesante tu artículo! Has tenido una experiencia maravillosa en Zaragoza!

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