Siempre recordaré la sensación de entrar en las pirámides. Ciertamente quien busque encontrar paredes adornadas y salas espectaculares se llevará una sorpresa desagradable. Porque la entrada al interior de la pirámide tiene su punto de placer en las sensaciones y no en el paisaje visual. Como para todo, sobre todo si es en Egipto, hay filas para entrar a las pirámides que además tienen acceso limitado a un número de turistas al día (comprensible). Antes de entrar te revisan para ver si llevas cámaras, dado que fotografiar y grabar dentro de las pirámides está prohibido. Que esté prohibido no quiere decir que la gente no lo haga, o bien porque no hay guardias o bien porque se soborna a los guardias (algo muy típico en Egipto). Tras la fila entrar por un agujero de la pirámide (no hay puertas de acceso), y comienzas la aventura, porque al fin y al cabo quien entra en las pirámides ha de hacerlo con la idea de experimentar como los antiguos exploradores lo que se
Destinos errantes: Berbe en movimiento (viajes, escapadas, visitas, recreaciones, etc.)