Crónica de lo que pudo ser y no fue. Yo quería ir a la selva más antigua del mundo: Taman Negara. Y dado que allí tienen el puente colgante más largo del mundo, disfrutar del canopy (paseo por los puentes colgantes entre las ramas de los árboles). LA¡a actividad por si sola ya es llamativa y atrayente, pero si además le sumas poder ver la selva más antigua del mundo desde lo alto de los árboles, entonces ya no hay duda. El problema es que el día anterior llovió muchísimo, y aunque el día que estuve por Tamán Negara no llovió en ningún momento, los puentes colgantes (canopy) estaban cerrados. Es una verdadera pena porque haciendo trekking puedes ver la estructura de los puentes y las casetas para subir a ellos y te imaginas que si la vista de la selva por el suelo es pura naturaleza selvática, desde lo alto de los árboles aún sería mejor. Esto se queda pendiente, algún día me quitaré la espinita de no haber podido hacer canopy en la selva más antigua del mundo.
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