Combarro Por último del día llegamos a Combarro, un pueblo de lo más singular. La calle junto a la costa del mar se encuentra cubierta por una línea de hórreos. Un hórreo es algo muy gallego, casi todos están junto a la costa, mirando al mar, y son graneros donde antiguamente se recogía el grano desde el otro lado de la ría, de ahí que estén mayoritariamente junto a la costa. Son de piedra, con cubiertas de paja u otro material. El pueblo tiene pequeñas casitas con balconadas de piedra muy inspirado en la arquitectura de los pazos. También nos encontramos con los cruceros, elementos religiosos que no podían faltar en las encrucijadas. En alguno de los cruceros que vi en Combarro se representa la victoria sobre el mal. Por las calles del pueblo me encontré con un par de mujeres que vendían orujo casero, pero lo cierto es que casi no me encontré con mucha gente en mi paseo por las callejuelas del pueblo, subiendo y bajando cuestas. Hay que resaltar que pasear por cualquier calle del
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