Oostende Tras trasnochar por el baile nos levantamos nuevamente a las siete de la mañana para coger el tren a Ostend/Oostende (la vida de turista es así de dura). Este día estaba programado Ostende y Amberes pero al final el agotamiento hizo mella en nosotras y acabamos regresando de Ostende a Bruselas, dejando Amberes por perdido. Pero empezando por el principio, nos levantamos y cogimos el tren a Ostende, nada más llegar como era muy pronto y junto al mar hacía un viento helador buscamos un café donde desayunar y meternos algo caliente al cuerpo. Frente a la estación de tren y el puerto deportivo estaba la catedral de Ostende, y ahí al lado varios cafés. Entramos en uno que cuando nos dieron el café con leche que habíamos pedido pensamos que nos iba a costar un ojo de la cara pero no fue para nada caro y eso que nos lo dieron en una bandejita con leche, terrones de azúcar, pastas de té, y crema con nata. Ya con el cuerpo calentito por el café con leche nos dirigimos hacia la es
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