Siracusa Tras Taormina nos marchamos a Siracusa, para ello el autobús fue otra vez hasta Catania y de ahí a Siracusa, este trayecto lo hizo varias veces y nos comentó el guía que porque la carretera de la costa era muy mala. Llegamos de noche y tras la cena nos acercamos la ciudad vieja en la antigua isla de Ortigia. Se construyó un puente que la une al resto de la isla así que ya no es más una isla, la Siracusa moderna está a un lado del puente, al otro lado comienza Ortigia: la Siracusa antigua. Ada más pasar el puente, que tiene mucho más encanto de noche que de día se llega al templo de Jupiter, o más bien a sus ruinas. Como es semana santa hay mucho movimiento, todas las iglesias están abiertas (lo estarán todo la noche) y familias enteras con niñas van y vienen entrando y saliendo de las iglesias, formando grupos, hablando, y todos los curas que vemos, incluso los jóvenes, llevan sotanas. Siracusa de noche tiene un cierto encanto que pierde al verla de día, las casas antigua
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