Las matriuskas

Las matrioskas no son una artesanía tradicional de Rusia; se menciona que fueron inspiradas en muñecas similares traídas desde Japón, de un juego de muñecas de madera japonesas representando a los siete dioses de la fortuna o Shichi fukujin en el cual el dios Fukurokuju contenía en su interior a las otras deidades, pero existe un cuento, como leyenda de la creacion de las muñecas rusas (matriuskas)

Había una vez un virtuoso carpintero ruso llamado Serguei, que se ganaba la vida tallando los más hermosos objetos de madera: instrumentos musicales, juguetes… Todas las semanas, se enfrentaba al frío del bosque para buscar madera y así construir nuevos objetos. La mañana que le tocaba salir para recolectar material, se encontró todo el campo cubierto de una gruesa capa de nieve. La noche había sido cruenta, y el carpintero rezó para que la fortuna le sonriera. Sin embargo, toda la madera que encontraba en su camino estaba húmeda, y tan sólo le servía para calentarse al fuego.Abatido por el cansancio, decidió retornar a su hogar y probar suerte al día siguiente. Cuando se disponía a dar media vuelta, le llamó la atención un bulto que sobresalía de un árbol. Al acercarse, comprobó que se trataba de un trozo de madera espléndido, el más bello que había visto en su vida. Presto como el rayo, regresó a su estudio, pero tardó varios días en decidir qué tallar. Finalmente, se decidió e ideó una preciosa muñeca.Era tan bonita, que convino no venderla sino quedársela para que le hiciera compañía. “Te llamaré Matrioska“, dijo a la inerte figura. Cada mañana, al levantarse se dirigía a su única compañera: “buenos días, Matrioska”. Un día, ésta le respondió: “buenos días, Serguei”. El carpintero se sorprendió, pero en vez de sentir miedo, se sintió feliz por tener alguien con quien hablar.Al tiempo, el carpintero percibió que Matrioska estaba triste y le preguntó qué le ocurría. Ésta le contestó que veía cómo todo el mundo tenía un hijo o hija, y que ella anhelaba tener uno. “Tendré que abrirte y sacar madera de ti, y eso será muy doloroso”, le contestó Serguei. A lo que ella le replicó: “En la vida, las cosas importantes requieren de pequeños sacrificios”. Y ni corto ni perezoso, éste talló una réplica, más pequeña, y la llamó Trioska. Ya no sentiría sola.Pero el instinto maternal se apoderó también de Trioska y Serguei accedió a que ésta también tuviera una hijita. Esta vez se llamaría Oska. Pero Oska también quería descendencia. El carpintero comprobó que apenas quedaba madera dentro de Oska, como mucho podría haber una muñequita más. Tras reflexionar, talló un muñeco diminuto -al que bautizó como Ka- con bigotes, lo puso frente al espejo y le dijo: “eres un hombre no puedes tener hijos”.Entonces, metió a Ka dentro de Oska. A Oska dentro de Trioska y a Trioska dentro de Matrioska. Un día, misteriosamente, Matrioska desapareció con toda su familia dentro. Serguei quedó desolado.

Salon del Comic de Zaragoza

XII SALÓN DEL CÓMIC DE ZARAGOZA

El XII Salón del Cómic de Zaragoza se celebrará los días 13, 14 y 15 de diciembre en la Sala Multiusos del Auditorio de Zaragoza. Como en años anteriores, el Centro Joaquín Roncal y el Centro Cívico Universidad servirán de espacios para acoger exposiciones y propuestas que completen las actividades del Salón dedicadas al cómic. aunque el Salón del comic comienza el ueves 12/12 A las 20 h en el Cívico Universidad, con los premios del cómic aragonés.

Precio entrada: 1 euros (valida para los 3 días).

Folleto/ programación:







Zaragoza, Acto Homenaje-reivindicativo Tio Jorge - España

Zaragoza, Acto Homenaje Tío Jorge

Y como ya sabéis no me puedo quedar en casa, y no hace falta viajar fuera de tu ciudad, ni siquiera de tu barrio para hacer un viaje en el tiempo y en este caso en el recuerdo. El domingo, sin haber terminado de deshacer el equipaje del viaje, me acerqué al peirón donde comenzaría la ruta histórica-reivindicativa del 205 aniversario del fallecimiento del Tío Jorge. Así que en el peirón estaba a las 11 de la mañana cuando, debido a la lluvia, hubo un cambio de planes. Primero hubo unas palabras y un recuerdo del bicentenario de Los Sitios y del bicentenario de la liberación de Zaragoza, y donde se hizo la fotografía de familia y se colgó una corona de flores. En el sequito iban un par de personas con traje regional, el resto, esperaban en la asociación del Tío Jorge donde se daría un mayor discurso y música debido a que la lluvia y los trajes de baturro (y sobretodo las alpargatas) no son buenos compañeros. Tras el peirón nos dirigimos a una zona del parque Macanaz donde había preparado en u farola donde colgar una corona de flores y el cartel con la parte más reivindicativa de la ruta, reclamar un monumento en homenaje a los fallecidos en el esa misma arboleda durante los sitios de Zaragoza. Se cuenta que habrá unos 10.000 zaragozanos enterrados ahí, a los que no se les recuerda ni se les conmemora. Y después de las palabras nos dirigirnos hacia la casa del tío Jorge, para colgar la última corona de flores, en el aniversario de su muerte. En 1808, entre el primer y el segundo Sitio, fue cuando murió Jorge Ibor y Casamayor, más conocido como "el Tío Jorge". El tio Jorge fue uno de los que fueron a buscar a Palafox a La Alfranca para que se pusiera al frente de la sublevación, y con su compañía de escopeteros del Arrabal participó en los combates. Cien años después la ciudad le dedicó una lápida en su casa natal, en la que decía: "Al Tío Jorge, al insigne ciudadano D. Jorge Ibor y Casamayor, espejo de patriotismo en el alzamiento de Zaragoza, brazo invicto de su primera defensa, dedican esta memoria, con ocasión del primer Centenario de los Sitios, la Patria y la Ciudad, agradecidas”. Y es bajo es placa en el barrio de la arrabal, en su antigua casa, donde comenzó a llover cada vez más fuerte y ya sin apenas palabras se continuó hasta la asociación.

Visita: Noviembre 2013

Mis imagenes: homenajereivindicativo-tio-jorge
Dentro del album España-Zaragoza

Información para viajar: Pendiente

Diario 2013: España -Homenaje.reivindicativo tio Jorge, Zaragoza (Aragón)

Y como ya sabéis no me puedo quedar en casa, y no hace falta viajar fuera de tu ciudad, ni siquiera de tu barrio para hacer un viaje en el tiempo y en este caso en el recuerdo. El domingo, sin haber terminado de deshacer el equipaje del viaje, me acerqué al peirón donde comenzaría la ruta histórica-reivindicativa del 205 aniversario del fallecimiento del Tío Jorge. Así que en el peirón estaba a las 11 de la mañana cuando, debido a la lluvia, hubo un cambio de planes. Primero hubo unas palabras y un recuerdo del bicentenario de Los Sitios y del bicentenario de la liberación de Zaragoza, y donde se hizo la fotografía de familia y se colgó una corona de flores. En el sequito iban un par de personas con traje regional, el resto, esperaban en la asociación del Tío Jorge donde se daría un mayor discurso y música debido a que la lluvia y los trajes de baturro (y sobretodo las alpargatas) no son buenos compañeros.




Tras el peirón nos dirigimos a una zona del parque Macanaz donde había preparado en u farola donde colgar una corona de flores y el cartel con la parte más reivindicativa de la ruta, reclamar un monumento en homenaje a los fallecidos en el esa misma arboleda durante los sitios de Zaragoza. Se cuenta que habrá unos 10.000 zaragozanos enterrados ahí, a los que no se les recuerda ni se les conmemora. Y después de las palabras nos dirigirnos hacia la casa del tío Jorge, para colgar la última corona de flores, en el aniversario de su muerte. En 1808, entre el primer y el segundo Sitio, fue cuando murió Jorge Ibor y Casamayor, más conocido como "el Tío Jorge". El tio Jorge fue uno de los que fueron a buscar a Palafox a La Alfranca para que se pusiera al frente de la sublevación, y con su compañía de escopeteros del Arrabal participó en los combates.





Cien años después la ciudad le dedicó una lápida en su casa natal, en la que decía: "Al Tío Jorge, al insigne ciudadano D. Jorge Ibor y Casamayor, espejo de patriotismo en el alzamiento de Zaragoza, brazo invicto de su primera defensa, dedican esta memoria, con ocasión del primer Centenario de los Sitios, la Patria y la Ciudad, agradecidas”. Y es bajo es placa en el barrio de la arrabal, en su antigua casa, donde comenzó a llover cada vez más fuerte y ya sin apenas palabras se continuó hasta la asociación.

Mont Temblant - Canada

Mont Temblant 

Este era el día en que a las cuatro de la tarde salimos del hotel de Montreal con destino al aeropuerto para volver a España, aun así teníamos el deseo de poder visitar Mont Temblant, dado que me habían hablado muy bien del lugar, así que apurando salimos preparadas (en el canal del tiempo daban nieve) salimos hacia allí. A medida que nos acercábamos y empiezan a desaparecer los valles y surgir las montañas se empezó a ver algo de nieve, cuando paramos en la gasolinera el lugar estaba cubierto de nieve, el suelo, los tejados de las casas, los coches aparcados, así que nos desilusionó un poco que al llegar a Mont Temblant no hubiera nada de nieve. Aun así el pueblecito que está en cuesta está al lado de un lago y es muy bonito, todas las casitas bien cuidadas y cada una de colores pastel. Como era domingo había muchas familias con niños. El teleférico estaba cerrado pero no importaba dado que era la excusa perfecta para hacer un poco de senderismo y subir y caminar por los recorrido de treking que tienen en la zona junto a la pistas de esquí. Dejando atrás el pueblo empezamos a subir siguiendo a la gente y los niños hasta llegar a las cascadas, no impresionantes como las vistas hasta ahora pero muy bonitas porque conservaban entre los arboles el hielo y la nieve que había caído días anteriores. En el camino había banquitos de madera para contemplar la cascada, que en primavera o verano debe ser muy relajante sentar en el sol a disfrutar del ruido del agua caer y los olores de la montaña. El caso es que con el frio que hacia (en mis cinco mangas llevaba dos polares, uno de 200 y otro de 400) no apetecía sentarse en la madera. Dejando atrás la cascada y el riachuelo llegamos a una encrucijada de caminos, una dirección ponía la Grand brule y otra nos llevaba hasta la zona del teleférico. Salimos hacia el teleférico donde había una pequeña pero abundante concentración de nieve, así que ya sabéis, ver nieve y ya las tengo jugando como críos a tirarse bolas de nieve. Pero lo bueno de esta zona no solo era la nieve sino la vista espectacular desde arriba, con el lago inmenso, las grandes islas verdes en el medio (no llegamos a ver el lago desde el suelo porque se nos fue le tiempo entre unas cosas y otras) y el pueblecito a los pies de la montaña y junto al lado, todas las casitas de colores resaltando sobre el azul y verde del lugar. Una vista espectacular, y casi mejor que desde el teleférico pues aquí no teníamos limitación en la visibilidad, ni reflejos de cristal, ni nada. Tras un rato por ahí volvimos la encrucijada y tomamos el camino hacia la gran brule, pasamos riachuelos y puentes de madera y rocas al más estilo belén navideño (cosa que acompañaba los pinos y la nieve espolvoreada que quedaba sobre ellos y el suelo). Seguimos disfrutando del camino y del paisaje hasta que nos entró la duda de si seguir y volver tras nuestros pasos, la Grand brule no sabíamos lo que era y si bien había carteles en ninguno te avisaba de cuantos kilómetros quedaban para llegar a destino, y como tampoco había mucha gente paseando por esa zona (a las familias con niños las perdimos en la zona de nieve) y los que había iban todos preparados para un señor treking con sus batones y botas de montaña, además de la nieve había quedado barro en varias zonas y la cosa se iba presentando difícil, de forma que la cuestión estaba en que no hacíamos noche ahí para seguir disfrutando de la ruta sino que a las cuatro teníamos que estar sanas y salvas en Montreal por lo que volvimos atrás siguiendo nuestros pasos, para la bajada tomamos otro camino en la zona de la cascada que sigue el recorrido del río y que crea un paisaje otoñal idílico. Luego nos recorrimos el pueblo solo parando para comer, por ejemplo, s e me apeteció un helado (si, con el frio que hacía, mis dos polares y cinco mangas voy yo y me apetece un helado, pero lo dije en voz alta y lo que se le apetece a una se le apetece al resto así que en cuanto encontramos una heladería nos compramos unos helados, que ricos, aunque tras ello tuvimos que entrar en calor comprándonos algo con más calorías, la cola de castor. La cola de castor es un dulce típico de ahí que consiste en la masa de los churros aplanada y cubierta con lo que quieras, nosotros que solo de churros con chocolate pedimos una cola de castor de chocolate, y tuvimos nuestra cola de chocolate cubierta de azúcar glas. El sabor era como los churros untados en chocolate, la pena es que al estar la masa aplanada se comía fatal, pero calorías tenia suficientes para que perdiéramos el frio. Aunque en los baños públicos de los que ya os hablé también hacia calorcito. Tras la cola de castor aun me compre una bolsa de algodón de azúcar mientras mis amigas veían el helado de jarabe de arce, y es que había una tienda con un cubo de madera con nieve por encima y un cartel de no tocar, y al preguntar nos dijeron que ahí ponían un palo de madera y echaban jarabe de arce desde una jarra y con el palo ibas recogiendo el jarabe sobre la nieve convirtiéndolo así en un helado de jarabe de arce. Vimos a una familia con niños hacerlo pero el sabor del jarabe de arce n me convencía, por muy dulce que fuera, así que opte por mi algodón de azúcar (era el tercero o cuarto que compraba en Canadá, donde es fácil encontrarlo). Tras entrar un rato a una cafetería decidimos volver a Montreal, fue una pena no tener más tiempo para disfrutar de la montaña, el guía nos comentó que hay veces en que pasan la noche ahí y se puede hacer senderismo y ver a los renos, pero nosotras no teníamos tiempo. Llegamos a Montreal justo para salir al aeropuerto. La experiencia del vuelo de regreso ya la relate en Transfer en Londres-Heathrow y es que merece un apartado aparte.

Visita: Noviembre 2013

Mis imágenes: Canadá Este en Noviembre de 2013

Información para viajar: Pendiente

Presentación

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