Arequipa - Peru

Arequipa

De Paracas volvimos a Lima en autobus (el bus se retrasó como una hora y pico, pero ya nos estábamos acostumbrando a los retrasos habituales en los transportes peruanos) y de Lima al día siguiente por la mañana salimos en vuelo hacia Arequipa. Lo primero que hay que hacer al bajar del avión en Arequipa es mirar hacia el lado contrario del aeropuerto (aunque tengamos que dirigirnos hacia allí). En frente del aeropuerto, y con las pistas libres de aviones, tenemos casi al alcance las manos los volcanes de la región, después de recorrer Arequipa descubriremos que son una vista habitual desde cualquier rincón de la ciudad, pero ninguna resulta tan cercana como desde la pista del aeropuerto. También me resulto curioso que el nombre de la zona de equipajes se llamaba “recojo de equipaje” y en el aeropuerto de Trujillo se llamaba de otra forma diferente. Nada más llegar a nuestro hotel dejamos las cosas en el palomar (nuestra habitación era un antiguo palomar) y marchamos para ver la ciudad. La visita más espectacular de todas es ver la ciudad desde uno de sus miradores. Uno no puede perderse la imagen de postal que se puede obtener de los campos de cultivo verdes del Valle de Arequipa, rodeado de cadenas montañosas, atravesado por el río Chili de color blanquecino y con el fondo grisáceos de los tres grandes volcanes: el misti, el chachani, y el pichu pichu. Luego el barrio más alto de la ciudad nos ofrece un hermoso mirador con vista a los volcanes, calles de paredes blancas, macetas con flores coloridas, y arcos de piedra grisácea. Es como si pasearas por unas calles de cualquier pueblo andaluz, pero con los volcanes siempre presentes. También la ciudad tiene varias iglesias y conventos, el de Santa Catalina es grande como una ciudad y todo son casitas y calles con nombres de ciudades españolas, con las paredes de vividos colores, jardincillos, y pinturas al fresco en los muros. Por la noche había un recital de piano gratuito al que asistimos durante un rato, así visitamos tanto el convento como la ciudad de Arequipa de noche. La plaza de armas reluce con las farolas de sus porches durante la noche, pero de día también presenta una hermosa postal, con sus arcos de piedra grisácea, y la catedral, que también tiene arcos y torres impresionantes. La visitamos por dentro pero es más bonita, para mi opinión, por fuera. Curiosamente nos parecieron más bonitas las iglesias por dentro que las catedrales, porque conservan las pinturas coloniales de forma que las paredes son todo imágenes coloridas de animales de la selva y frutas tropicales como las de la iglesia de la Compañía de Jesús. Luego, una cosa curiosa es que la plaza de armas de Arequipa está repleta de palomas, algo que no había visto hasta entonces en Perú. Y la piedra grisácea que es habitual en cada edificio (por fuera todos ellos muy elaborados) es de origen volcánico, típico de ahí, pero no recuerdo el nombre. Creo que a Arequipa la llaman la ciudad blanca por la tonalidad blanquecina-grisácea de sus casas.

Visita: Noviembre 2011

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(una parte pendientes)


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Cañon del Colca - Peru

Cañon del Colca

En Chivay nos alojamos para poder disfrutar de un recorrido por el cañón y el valle del Colca hasta la Cruz del Cóndor, donde ver los vuelos de los cóndores. De camino a la cruz del cóndor disfrutamos de varias paradas por el valle del Colca, los caminos son de tierra y hay túneles en la montaña sin ninguna visibilidad pero el recorrido merece la pena, de cada mirador se pueden obtener diferentes vistas del valle. Por un lado se pueden ver las terrazas de diversas tonalidades verdes que cubren los pies del cañón, por otro lado se comienza a ver el río que surca el cañón del Colca, de una tonalidad azul blanquecina por el agua de las nevadas, y curiosamente a su alrededor montaña seca y marrón. También hay otra vista de lagos de diversos colores entre los campos verdes de cultivo. A los lagos se les considera mágicos por sus cambiantes tonalidades de color. Cada rincón del paisaje durante el recorrido de Chivay a la Cruz del Cóndor merecía la pena. Después fuimos caminando un trecho hasta la Cruz. La subida no es tan dura si se sabe tomar los atajos convenientes, durante el camino a pie por la montaña había varios miradores, todos llenos de turistas, y el mirador más alto, donde hay una Cruz es el llamado la Cruz del Cóndor, en teoría es desde donde mejor vista se obtiene. Nosotras disfrutamos de ver la altura del cañón, el río lejísimos al fondo y la montaña rugosa de enfrente que casi parecía que se podía tocar con las manos de lo grande que era, pero solo era una ilusión óptica. De camino a la Cruz vimos pasar un cóndor, fue el cóndor que más cerca vimos, son realmente enormes, un animales impresionante de color negro y blanco. La lástima es que nos pilló tan de sorpresa que para cuando encendimos las cámaras ya se habría alejado, y pasó tan cerca que se veían sus enormes alas desplegadas sin necesidad de zoom de ninguna cámara. Nos habían dicho que en noviembre es la época de anidación de los cóndores y que igual no veíamos ningunos, por eso nos pilló con la guardia baja. Después, una vez arriba de la Cruz nos fuimos un poquito más hacia la izquierda, nos sentamos en la tierra y pasamos una hora esperando ver algún otro cóndor pasar. Y vimos tres más, uno de los cóndores que vimos era un cóndor joven, que se diferenciaba de los adultos porque era de color marrón, mientras que los adultos eran negros y blancos. Pero en la montaña se ve mejor el negro que el marrón. En todo caso desde ese mirador se veían más lejanos, aunque se vieran bien porque son muy grandes la vista no se pudo comparar al cóndor que nos sorprendió en el camino.

Visita: Noviembre 2011

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Reserva Natural de Paracas - Peru

Reserva Natural de Paracas

Cuando llegamos a Paracas nos ofrecieron un sinfín de excursiones, las que más había escuchado eran sandboard en el desierto, islas ballestas, reserva nacional de Paracas y sobrevuelo a las líneas de Nazca. Nosotras cogimos solo las tres últimas. Así que después de las islas ballestas nos tocaba visitar la reserva nacional de Paracas. Tuvimos solo una media hora o así desde que acabamos una excursión hasta que comenzó la otra, pero un paseo por el pueblo para hacer algunas compras de última hora nos descubrió un autobús muy típico. Lo primero que visitamos en la excursión por la península de Paracas fueron los fósiles que cubren la tierra, el guía nos dijo que podíamos coger los fósiles que no estaba prohibido, pero luego tuvo que decir que dejáramos algo para los demás turistas porque nos emocionamos con eso de buscar el fósil mejor conservado y tomarlo. Si uno levantaba la vista del suelo y de los cientos de fósiles marinos que había podíamos ver las dunas del desierto de diversos colores: rojo, gris, naranja. Este paisaje me recordaba al desierto Pintado en EE.UU. por la combinación de colore que teñían sus montañas y la arena. Si uno se fijaba bien era también sencillo encontrar mucha sal en el camino, a parte de fósiles, y la carretera pro la que iba el coche era toda de sal, se podía ver el brillo de los cristales de sal bajo el sol. Luego con el coche fuimos atravesando el desierto de Paracas hasta llegar a un mirador natural con vistas del mar azul de Paracas y algunas formaciones rocosas como la conocida “catedral”, antes de que hubiera un terremoto (no recuerdo el año) cuando uno miraba hacia el mar tenía la vista de una formación con forma de cúpula de una catedral, de ahí el nombre, pero como la tierra es arenisca se destruye con facilidad, y un temblor acabó derrumbando la cúpula. Pero desde el mirador se pueden ver los acantilados anaranjados (por el tipo de tierra, que no es roca dura) y el océano. Luego nos acercamos a una playa donde yacen los esqueletos de algunos animales, tales como ballenas, lobos, pingüinos, aunque nosotras solo vimos de un lobo marino había varios dientes de animales marinos y muchos minerales y bonitas piedras que también se podían coger. La playa tiene buenas vistas: el mar enfrente, atrás las montañas de arena de colores, a un lado los acantilados. Una vez que nos cansamos de recorrer la laya en busca de pequeños tesoros fuimos a subir una de las montañas de arena para formar nuestra pirámide de piedras, que sirven para pedir un deseo (no recuerdo como las llaman ellos) y obtener unas magníficas vistas de la playa, las arenas de desierto y los acantilados y el océano a lo lejos, brillantes como una postal panorámica. Y finalmente visitamos la hermosa playa de Lagunillas, de un tono rojizo oscuro como las de las islas Canarias (si mi memoria no me falla) y es que esa zona también es una zona volcánica, por eso la combinación de colores del desierto y de algunas playas.

Visita: Noviembre 2011

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Islas Ballestas - Perú

Islas Ballestas

Al siguiente día de llegar a Paracas nos levantamos pronto para salir con destino a las islas ballestas. Según había leído por internet todas las excursiones salen a la misma hora, sobre las ocho de la mañana. Salimos de uno de los muelles que habíamos visto por la tarde en nuestro paseo, en la lancha íbamos nosotras con alemanes (había bastante turista alemán) y nos aprovisionamos con los chalecos y los gorros impermeables porque habíamos leído que es habitual que los pájaros se te caguen encima. Y así fue. A las primeras a las que les cayó el regalito del cielo fue a nosotras tres, menos más que íbamos bien cubiertas y el impermeable se limpia bien. Antes de ir a las islas ballestas nos acercamos a la costa donde se encuentra la figura del Candelabro, que es un trazado en forma de candelabro o tridente sobre la falda de una montaña de arena. Esta figura está formada de diferente manera a la de las líneas de nazca por lo que nuestro guía no cree que fuera hecha por la misma cultura nazca. El día era gris y parecía que no íbamos a poder verla, pero se pudo visualizar sin problemas, y después de ver esta famosa figura fuimos en dirección a las islas ballestas, antes parando cerca de los barcos pesqueros, donde se arremolinaban cientos de pelicanos en busca de alimento, y algún león marino andaba libre por ahí escondiéndose de vez en cuando bajo el agua. Mientras nos dirigíamos hacia las islas bandadas de pájaros surcaban el océano tanto a nuestra derecha como a la izquierda, casi en paralelo a nuestra velocidad y tan cerca que se podía ver como planeaban o extendián sus patas para rozar el agua. De lejos se puede ver que las islas ballestas estan formadas por diversos arcos (como los de una ballesta), y de ahí viene el nombre de la isla. Una vez en las islas el piloto paro el motor y pudimos ver de cerca a los lobos/leones marinos (que no focas que unos tienen oído interno y otros externo) y las diferentes aves como pequeños pingüinos, pelicanos, gallináceos, etc (no recuerdo los nombres de todas las aves que pudimos ver). También vimos los arcos y playas de las rocosas islas, una de ellas estaba plagada de lobos marinos hembra, que cuando están embarazadas van a ahí a dar a luz. También se veían algunos animales marinos como las estrellas de mar, los caracoles marinos, los cangrejos y otro tipo de bichos. Luego vimos de lejos la fábrica de guano, que las aves producen en gran cantidad, y que es un valioso combustible. Aunque uno no sea muy fanático de los animales el viaje merece la pena porque es un paisaje muy hermoso y estar tan cerca de los animales, libres en su medio ambiente, da una sensación de viaje de aventura no comparable a otras experiencias.

Visita: Noviembre 2011

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Proximos viajes 2012

Como una tiene que pedir las vacaciones del 2012 en noviemrbe para que en enero se las concedan aqui van los futuros viajes que (si no hay ningun imprevisto climatico o laboral) se llevaran a fin en el 2012.

- Julio: Groenlandia

- Septiembre: Suiza (que por cierto el 2012 es el año del agua en Suiza)

A medida que vayan confirmandome vacaciones os iré informando que temas podeis encontrar.

Presentación

Curriculum Viajero - Presentación