Las conchas de Santiago

Uno de los viajes por España desde hace siglos es el Camino de Santiago.

Después de que Santiago fuese degollado, sus discípulos recogieron su cuerpo y lo pusieron encima de una barca de piedra.

Navegando llegaron a las costas de Galicia a un lugar donde había una fiesta por el casamiento del hijo del señor.

Había gran alegría y entre otros festejos se abordaban (ir galopando mientras se arroja la lanza y se vuelve a recoger sin que caiga al suelo).

Uno de los que abordaban era el novio que de repente vio como su caballo se dirigía al mar y se hundía bajo las aguas.
Todos vieron el prodigio y como al llegar a la barca caballo y caballero salieron sin daño de las aguas.

Al volver a tierra y pisar la playa, todos vieron que tenía los vestidos y el sombrero cubiertos de vieiras y a partir de entonces todos los que peregrinan a Santiago llevan en sus ropajes la concha venera.

I Salón Fotográfico Napoleónico

Exposición: Del 9 de Octubre al 01 de Noviembre 2014
De lunes a sábado: de 9.30 a 21.30 horas.
Domingo: de 12.00 a 22.00 horas.
Lugar: Aragonia, plata cines, Zaragoza.

Bases para participar:
http://www.asociacionlossitios.com/bases_I_salon_fotografico_napoleonico.pdf




Los hermanos Ayar

Visita obligada para quien vaya a Perú, es la ciudad de Cuzco.

Sobre la montaña Pacaritambo aparecieron los hermanos Ayar, después del gran diluvio que había devastado todo.
De la montaña llamada "Tampu Tocco" partieron cuatro hombres y cuatro mujeres jóvenes, hermanas y esposas de ellos a la vez.
Eran Ayar Manco y su mujer Mama Ocllo; Ayar Cachi y Mama Cora; Ayar Uchu y Mama Rahua y finalmente, Ayar Auca y su esposa Mama Huaco.
Viendo el estado de las tierras y la pobreza de la gente, los cuatro hombres decidieron buscar un lugar más fértil y próspero para instalarse. Llevaron con ellos a los miembros de diez Ayllus (organización inca que agrupaba diez familias) y se dirigieron hacia el sudeste.
Pero un primer altercado se produjo entre Ayar Cachi, un hombre fuerte y valiente, y los demás. Sus hermanos lo celaban y quisieron matarlo. Con ese plan, le ordenaron volver a las cavernas de Pacarina (se llama así, en quechua, al lugar de los orígenes) a buscar semillas y agua.
Ayar Cachi entró en la caverna de Capac Tocco (ventana principal de la montaña "Tampu Tocco") y el sirviente que lo acompañaba cerró con una gran piedra la puerta de entrada... Ayar Cachi jamás pudo salir de allí.
Los siete hermanos y hermanas restantes, seguidos de los ayllus, prosiguieron su camino y llegaron al monte Huanacauri, donde descubrieron un gran ídolo de piedra con el mismo nombre. Llenos de respeto y de temor frente a este ídolo, entraron al lugar donde se lo adoraba.
Ayar Uchu saltó sobre la espalda de la estatua y quedó enseguida petrificado, haciendo parte en delante de la escultura.
Aconsejó a sus hermanos de seguir el viaje y les pidió que se celebre en su memoria la ceremonia del Huarachico, o "iniciación de los jóvenes".
En el curso del viaje Ayar Auca fue también convertido en estatua de piedra, en la Pampa del Sol. Ayar Manco, acompañado por sus cuatro hermanas, llegó a Cuzco donde encontró buenas tierras; su bastón se hundió con facilidad pero no pudo retirarlo sin esfuerzos, lo cual era una buena señal. Entusiasmados conr el lugar decidieron quedarse allí.
Ayar Manco fundó entonces una ciudad, en nombre del creador Viracocha y en nombre del Sol. Esta ciudad fue Cuzco (ombligo, en quechua), la capital del Tahuantinsuyo (imperio de las cuatro provincias).

Souvenir Elba

Zona: Italia (Isla de Elba)
Souvenir:
figura de Napoleón Collar, pulsera y pendientes de coral rojo.
Coral rojo es típico de una isla y más de la época napoleonica.

 Imagenes de coral rojo:


Los dragones del señor Ye

Es fácil que viajando por China se vean dragones en cualquier rincón. 

Al Señor Ye le gustaban tanto los dragones, que los tenía pintados o tallados por toda la casa. Cuando el verdadero Dragón de los Cielos se enteró, voló a tierra y metió su cabeza por la puerta de la casa del señor Ye y su cola por las ventanas. Cuando el Señor Ye lo vio, huyó asustado, casi se volvió loco. Esto nos enseña que el señor Ye en realidad no amaba tanto a los dragones, sino que sólo le gustaba aquello que se le parecía, pero en ningún caso el auténtico Dragón. Muchas veces pudiera pasarnos a nosotros lo mismo que al señor Ye.

Presentación

Curriculum Viajero - Presentación