Moverse por las ciudades noruegas en autobús es relativamente fácil.
Comprar billetes:
Puedes comprar tu billete abordo, contándole al conductor a donde viajas (si es que tienes suerte y te entiende).
O comprarlo en quioscos o en las máquinas automáticas que hay junto a las paradas de autobús
Billetes: Hay tarjetas de viaje de un día o una semana disponibles en algunos pueblos y ciudades.
Esta se puede comprar directamente al conductor, en quioscos y en estaciones de autobús.
Recomendación:
Es mucho más barato comprar el billete de autobús en las máquinas con tarjeta de crédito (usualmente en las máquinas no se acepta otro tipo de pago que no sea tarjeta de crédito) que en efectivo al conductor.
Por ejemplo en Stavanger desde nuestro hotel al centro con tarjeta de crédito en la máquina de la parada fueron 11 euros y en efectivo al conductor fueron 15 euros.
Paradas:
En algunos autobuses hay pantallas que te muestran las paradas que van a continuación, por lo que si conoces el nombre de la parada a la que vas no hay perdida.
Destinos errantes: Berbe en movimiento (viajes, escapadas, visitas, recreaciones, etc.)
Souvenirs de Noruega
Zona: Noruega
Souvenir:
Los mismos que en Dinamarca y Finlandia:
- Figura de vikingo - Figura de trolls - Figura de replica de barco vikingo
-Tazón de madera. -Figuritas de renos en madera
Pero afortunadamente encontré algo que solo vendían en Noruega (o al menos no lo vi en el resto de paises): una especie de herramientas para trabajar el queso inventadas por un noruego de Lillehammer en 1927.
- Cuchillo para queso
Comprado en Bergen.
Imagenes de: - Cuchillo para el queso
Souvenir:
Los mismos que en Dinamarca y Finlandia:
- Figura de vikingo - Figura de trolls - Figura de replica de barco vikingo
-Tazón de madera. -Figuritas de renos en madera
Pero afortunadamente encontré algo que solo vendían en Noruega (o al menos no lo vi en el resto de paises): una especie de herramientas para trabajar el queso inventadas por un noruego de Lillehammer en 1927.
- Cuchillo para queso
Comprado en Bergen.
Imagenes de: - Cuchillo para el queso
Oslo - Noruega
Oslo
Visita: Septiembre 2016
Mis imágenes: Dentro del Álbum Noruega
Noruega Album Facebook
Información para viajar: Pendiente
Llegamos a Oslo de noche y muy cansadas de un viaje por carretera tan largo, pero como era la única noche que íbamos a estar en Oslo, pues al día siguiente salíamos hacia Suecia decidimos salir para ver la ciudad de noche. El hotel estaba a unos cuarenta y cinco minutos andando que no es mucho pero que de noche no nos recomendaron hacerlo, pero nos dijeron como coger el autobús al centro. El problema es que estábamos muy cansadas. Nos dijeron que siguiéramos hasta encontrar un semáforo, y después de andar un rato no veíamos el semáforo, al fin vimos uno a la derecha y un puente y debajo una parada de autobús. Nos dijeron que la parada de autobús estaba debajo de un puente así que cruzamos la carretera para ir a la parada. Como estábamos tan cansadas no vimos la parada de autobús delante nuestro, y no tuvimos en cuenta que no nos dijeron nada de cruzar la carretera, es decir, cogimos el autobús en dirección contraria al ayuntamiento. Si el conductor hubiera hablado un mínimo de inglés lo hubiéramos sabido antes de coger el billete, pero los conductores de autobús de Oslo con los que topamos eran todos inmigrantes y no sabían nada de inglés y nuestro noruego para decir ayuntamiento no era muy bueno, así que entre uno y otros, cogimos el bus erróneo. Después de un rato y ver que en vez subir más gente para ir un sábado al centro, cada vez eso estaba más vacio y menos iluminada la ciudad (aunque los noruegos en general iluminan muy poco todo) decidí acercarme al conductor de nuevo (no había más que un par de pasajeros) y al fin cayó que habíamos tomado el bus en dirección contraria. El conductor muy majo nos dijo en inglés que nos sentáramos, y cuando se encontró con el bus en la otra dirección paró, hablo por ventanilla con su compañero, nos abrió las puertas, nos hizo bajar y subir al otro autobús, sin cobrarnos ningún billete. No sé qué pensarían los pasajeros del autobús al que subimos pero cuando intenté confirmar de nuevo con el nuevo conductor si iba al ayuntamiento no lo conseguí, pero un chico muy amable nos lo confirmo en inglés y nos dio mucho información en inglés, lo acompañaban dos chicas vestidas con el traje tradicional. Nos comentó el guía que ahí el traje tradicional lo usan para ocasiones especiales: bodas, bautizos, y todo tipo de celebraciones. Así que siendo sábado o era un fin de curso o una boda o cualquier otra cosa de esa e iban al centro de fiesta. Lo más sorpréndete de Oslo fue la cantidad de gente en la calle y en las terrazas comiendo y bebiendo pasadas las diez de la noche, era como en España. Eso no fue nada habitual por el resto del país y nos contaron que los fines de semana se aprovechaba el buen tiempo y al ser sábado noches pues más. el autobús nos paró frente al ayuntamiento, un poco feo a nuestro gusto pero mucho más interesante de noche que de día, enfrente estaba el puerto con la fortaleza iluminada y varios restaurantes llenos de gente en el muelle y al otro lado de la plaza un mural con los premios nobel de la paz. Esto es porque en Oslo se entrega el premio nobel de la paz, ye l resto se dan en Estocolmo, siguiendo el testamento del inventor de la dinamita. Recorrimos la calle principal durante un tiempo por lo que pasamos del teatro nacional, el museo donde está el cuadro del grito de Munch, el parlamento y la catedral. El parlamento estaba iluminado por dentro y había una sala muy bonita. Casadas regresamos al hotel, esta vez sin problema con el autobús (una vez dominas una dirección ya no ha problema) y al día siguiente descubrimos que fuimos las únicas del grupo que salieron (normal tras el día de carretera). Empezamos con una excursión con el guía al parque de Vigeland que es un parque lleno de esculturas del mismo artista sobre el ciclo de la vida, el día empezó nublado y fresco pero luego quedó un día soleado con apenas unas nubles blancas. Con este día tras dejar el parque de Vigeland fuimos a visitar el museo donde se encuentra el barco y otros objetos de la reina vikinga Osa. Como cuando estuve en Copenhague no llegué a visitar el museo esta vez fue la primera que vi objetos vikingos. La madera está muy bien labrada y los barcos son impresionantes, sobre todo teniendo en cuenta hasta donde llegaron: Groenlandia o Canadá. Y muy bien conservadas para ser de madera. Lo más curioso es la explicación de la guía local que nos dice que en cuanto pasan a convertirse en cristianos el vikingo deja de ser vikingo y es ya edad media europea. No en todos los sitios lo dicen así, esta es la primera vez que lo escucho, tengo que investigar más sobre eso, porque en Groenlandia los llaman vikingos aunque ya estaban la mayoría cristianizados. Si uno está en Oslo debe visitar este museo, en mi opinión es lo que más valía de toda la ciudad. Tras visitar el museo vikingo nos marchamos a ver el museo folclórico, en Corea del Sur, en la Laponia finlandesa, y en Estonia también visité otro museo de este tipo y son muy interesantes, porque es una forma de viajar al pasado de varias zonas del país en una sola. Este museo es muy parecido al de Finlandia y Estonia, lo que tiene sentido porque su cultura estuvo unida durante muchos años. Aquí podemos ver una casa de madera antigua pro dentro, y una skarvike por dentro donde el día anterior hubo un bautizo. Tras dejar el museo folclórico vamos al centro de la ciudad donde tenemos dos horas para comer y ver la ciudad de Oslo de día, por lo que al final no comemos hasta las cuatro de la tarde y ya en el aeropuerto y nos dedicamos a recorrer la ciudad, empezamos por el Palacio Real y llegamos hasta la Opera en el puerto, pasando por los lugares que recorrimos pro la noche, aunque añadiendo la Opera (en fotografías me gusto mucho más que cuando estuve ahí) y el Palacio Real. Y entramos al Ayuntamiento de Oslo, que es gratis visitar y tiene bonitas salas decoradas con pinturas, además de ser donde dan los premios nobel de la paz.
Mis imágenes: Dentro del Álbum Noruega
Noruega Album Facebook
Información para viajar: Pendiente
Lom - Noruega
Lom
Visita: Septiembre 2016
Mis imágenes: Dentro del Álbum Noruega
Noruega Album Facebook
Información para viajar: Pendiente
De camino a Oslo tuvimos otra parada más, esta ya la última antes de coger la autopista. La parada fue en Lom, para ver la starvirke, que es un iglesia de madera de estilo medieval. Es una de las starvirkes más grandes y ha tenido varias reconstrucciones, hay que tener en cuenta el problema de que sea toda de madera la parte de atrás de la iglesia es la que más me gusto por el detalle de sus puestas y tejados, aunque era en la que peor estado estaba la madera, toda ennegrecida. Alrededor de la iglesia y dejando poco espacio para caminar estaba el cementerio, los noruegos suelen dejar os cementerios cerca de la ciudad como zona de paseo, para estar por la zona. En este caso no es ese el motivo pues el cementerio está todo vallado formando parte del perímetro de la iglesia. Esto hace que sea un poco agobiante con tanta tumba rodeando todo el césped libre. Por dentro había que pagar y no entramos porque en Oslo íbamos a visitar el museo folclórico al aire libre (como en Estonia y en Corea) y ahí ya veríamos por dentro una iglesia de madera. Tras la parda de aseos obligatorio continuamos camino hacia el final del viaje por Noruega. Esta fue la etapa, sin duda, más pesada del viaje por la cantidad de carretera que toca hacer. Sin contar con que en mi opinión lo más bonito ya estaba visto, ni Lom me dijo nada, ni tampoco Oslo, que fue una ciudad muy fea en comparación con el resto del país.
Mis imágenes: Dentro del Álbum Noruega
Noruega Album Facebook
Información para viajar: Pendiente
Lillehammer - Noruega
Lillehammer
Visita: Septiembre 2016
Mis imágenes: Dentro del Álbum Noruega
Noruega Album Facebook
Información para viajar: Pendiente
La parada en Lillehammer es obligatoria para que el conductor de autobús cumpla con su media hora de descanso reglamentario. El guía nos propone que en vez de ir al centro de la ciudad que a las cinco y media de la tarde ya está todo cerrado y no hay nadie en la calle, vayamos a las instalaciones de salto de esquí de cuando en esta ciudad de celebraron los juegos olímpicos de invierno. Con todo el grupo de acuerdo vamos hacia la zona del salto de esquí donde el guía nos comenta que al estar en lo alto tiene unas vistas del lago y de los valles y las montañas preciosa, y que ya solo el mirador vale la pena. Por si acaso, como estamos en septiembre y la temporada de turismo ya está fuera de fecha el guía llama a un hotel de ahí donde lo conocen para confirmar que las instalaciones están abiertas para que no vayamos hasta ahí y luego no haya ni baños, y nos da la sorpresa de que no solo está abierto sino que hay una competición de salto de esquí. El guía nos comenta que alguna vez ha coincidido con prácticas de salto de esquí ahí y que es impresionante verlos saltar y cuando nos acercamos hacia las instalaciones ya vemos los coches y los carteles de la Copa Continental sub18. Nada más bajar del autobús entramos directos en el recinto y, como la suerte nos acompaña, por haber competición los baños son gratis, no hay que pagar nada. Antes de empezar la competición varios del grupo hacen fila para hacerse la foto en el fotomatón que hay junto a la pista de salto, y que tiene un par de esquís en posición de salto y solo hay que colocarse y hacer la fotografía como si estuvieras saltando. Mientras algunos del grupo hacen fila nosotras damos una vuelta por el lugar y preferimos hacer la fotografía en las escaleras que llevan al peletero olímpico. El guía nos comenta que la competición empieza a las seis, así que en vez de irnos a las seis (justo media hora de descanso) nos iremos a las seis y cuarto para poder ver algo de la competición porque merece la pena ver los saltos de esquí. Aunque todavía no ha nevado la zona está preparada para que sin nieve se puedan hacer los saltos en una pista verde. Empezamos a ve la competición, somos casi todos novatos, jamás hemos visto esto de los saltos de esquí, y menos en directo y nos deja a todos alucinados. Es increíble cómo se quedan tanto tiempo en el aire y con qué velocidad y flexibilidad se mueven. Fue una visita espectacular. Aunque se notaba que éramos españoles porque había más "ohh" cuando no salía muy bien y más aplausos cuando saltaban altísimo, y seguro lo notaron cuando nos fuimos porque los noruegos muy efusivos no eran. En esto que llega la hora de marcharnos y de regreso al autobús todos caemos en que no hemos visto las vistas, así que nos asomamos para ve los increíbles paisajes que se obtienen desde lo alto de Lillehammer. Al subir al autobús el guía, que se ha dado cuenta, nos comenta con deje de broma si nos han gustado las vistas ¡estábamos todos tan entusiasmados con los saltos que ni miramos las vistas!. Al marcharnos pasamos por el centro del pueblo que parece un lugar abandonado, no hay ni una persona pro la calle (cosa muy curiosa, tienen una estatua de Gandhi). Solo por las vistas la subida a la zona olímpica valía la pena, pero los saltos de esquí de la copa continental fueron el broche final para hacer de esta parada un momento imborrable del viaje.
Mis imágenes: Dentro del Álbum Noruega
Noruega Album Facebook
Información para viajar: Pendiente
Suscribirse a:
Entradas (Atom)