Ángeles y demonios: Italia

Italia es aclamada en muchos libros, ya que estábamos repasando El Vaticano, tomo el libro de Ángeles y demonios de Dan Brown como referencia para hacer un pequeño recorrido turístico por la ciudad de Roma.
Mi primer viaje a Italia fue de los primeros que hice, así que todavía no había leído este libro y puede que las fotografías no se vean como en otras entradas.

"Langdon exa­minó el Foro Romano, el corazón de la Roma precristiana. Las co­lumnas deterioradas parecían losas caídas en un cementerio que, de alguna manera, había evitado ser engullido por la metrópolis que lo rodeaba igual."

Foro romano

"Cuando doblaron la esquina y entraron en la Piazza della Ro­tunda, el Panteón se alzó ante ellos. Langdon lo miró con asombro y reverencia, como siempre. El Panteón. Templo de todos los dioses. Dioses paganos. Dioses de la Naturaleza y de la Tierra. No recordaba que se pareciera tanto a una caja. Las columnas verticales y los pro-naus triangulares ocultaban la cúpula circular que había detrás. Aun así, la audaz y poco modesta inscripción que destacaba sobre la en­trada le confirmó que se encontraban en el punto exacto. M AGRIPPA L F COS TERTIUM FECIT. Langdon lo tradujo, como siempre, con estu­por. Marco Agripa, cónsul por tercera vez, lo construyó."

El Panteón

"En el centro de la plaza se alzaba el obelisco egipcio de trescien­tas cincuenta toneladas de peso traído por Calígula. Medía veintisie­te metros de altura hasta su punta, rematada por una cruz de hierro hueca. Lo bastante alta para captar los últimos rayos del sol ponien­te, la cruz brillaba como por arte de magia... En teoría, contenía los restos de la cruz en que Cristo fue crucificado."

Obelisco en la plaza del Vaticano

"Dos fuentes flanqueaban el obelisco, en una distribución perfectamente simétrica.
La característica más cautivadora de la fuente era su altura. Sólo el cuerpo central medía más de seis metros de alto, una montaña es­carpada de mármol travertino entreverado de cuevas y grutas por las que fluía el agua. Todo el conjunto estaba sembrado de figuras paga­nas. Sobre la montaña se erguía un obelisco que se elevaba otros doce metros. Langdon lo recorrió con la mirada. En la punta del obelisco, una tenue sombra se recortaba como una mancha contra el cielo, una solitaria paloma posada en silencio."

Fuente

"La geometría del edificio era austera, un castillo circular en interior de una fortaleza cuadrada, y al otro lado de los muros, ro­deando toda la estructura, un parque pentagonal.
Las antiguas murallas estaban iluminadas por suaves focos. En lo alto del castillo se veía un gigantesco ángel de bronce. El ángel se­ñalaba con su espada el centro exacto del castillo. Como si no fuera suficiente, en dirección a la entrada principal del castillo, destacaba el famoso puente Sant'Angelo.... una vía de acceso adornada con doce ángeles altísimos tallados por el mismísimo Bernini."

Castillo de Sant Angelo , Roma

Hay muchas más lugares que visitar en Roma, pero el libro toma sitios que es dificil que uno deje de visitar.
(Todas las fotografías de mi viaje)

Palabras en mis manos: Holanda

Hay libros cuya sinopsis no invita a leerlos pero una vez comienzas ya no puedes dejar de leer hasta terminar la historia y saber todo lo que el autor nos quiere contar, este es uno de esos casos. Y además nos muestra un poco de la Holanda de esa época, y de Amsterdam. El libro es "Palabras en mis manos"   de Guinevere Glasfurd.

"Salimos a la calle. Cuando nos alejamos de la sombra de Westerkerk, nos detuvimos a contemplar la vista: el Prinsengracht, brillante y resplandeciente, un continuo fluir bajo la brisa cálida. Las barcazas se arremolinaban, cabeceaban y se rozaban en sus amarres. Las cuerdas se distendían, luego se tensaban, luego se rozaban entre sí. "

Westerkerk

Prinsengracht

"Aferré las invitaciones con fuerza y señalé por dónde teníamos que cruzar la calle para dirigirnos a Herengracht. Cuando alcanzamos la otra acera, atajamos por un callejón que daba a Langestraat y volvimos a salir a la rutilante luz del sol. "

Herengracht
cerca de Langestraat

"Lo llevé a lo largo del Brouwersgracht, de ahí cruzamos al barrio de Jordaan."
Brouwersgracht

 barrio de Jordaan

"Habíamos llegado al mercado de las flores. Los pétalos cubrían el suelo, alegrando la monotonía del pavimento. Me parecieron muy bonitos y comencé a deambular de un lado a otro para no pisarlos. Algunos vendedores habían empezado a desmontar los puestos. Otros estaban vendiendo sus últimas flores por unos pocos stuivers. "

Mercado de las flores

Mercado de las flores

Hay muchos más lugares interesantes que ver por Amsterdam y Holanda en general, pero esto nos da una breve pincelada de la ciudad.

(Todas las fotografías son de mi viaje)

Serie Sano Ichiro: Japón feudal

Algo que no me gusta, pero que en España, por desgracia es habitual, es comenzar una serie por la mitad (las editoriales sabrán el por qué de ello). Por lo que esta serie no la he leído en orden, como me hubiera gustado, y sirve para descubrir el Japón feudal y entretenerse con los misterios que el detective Sano Ichiro tiene ante sí.
Para esta entrada he tomado párrafos del libro de la serie llamado "La marca del asesino" de Laura Joh Rowland.



"(Tokio, mayo de 1695) Un dispao resonó en el interior del castillo de Edo y su eco alcanzó la ciudad que se extendía en las faldas de la colina."


Castillo de Edo, Tokio

Puente al castillo de Edo, Tokio



"Los montaban jinetes samuráis, vestidos con yelmos de metal y cotas de armadura, encogidos en las sillas."

Armaduras samurais en Himeji

"entraban por la doble puerta, cruzaban el patio y pasaban a la mansión, que se multiplicaba en un laberinto de alas conectadas por pasillos cubiertos."


Interior del castillo de Himeji


"Su luz menguante doraba los tejados que se extendían por la llanura debajo del castillo, el río que describía una curva alrededor de la ciudad y las pagodas del distrito de los templos. "

Castillo de Himaji

"Los tenderos andaban ocupados recogiendo de la calle las muestras de género para guardarlas en sus establecimientos. Cerraban y aseguraban las persianas que cubrían sus tiendas."



barrio antiguo de Kanazawa


"Las llamas resplandecían en las linternas de piedra repartidas por el complejo de edificios de entramado de madera y los senderos de grava blanca que cruzaban sus lozanos y apacibles jardines. "


calle barrio antiguo de Kanazawa


"Las ranas croaban en los estanques mientras resonaban los disparos de las prácticas de tiro"


Jardines de Kanazawa


"Bellos muchachos vestidos con vistosos ropajes de seda tocaban el samisén, la flauta y los tambores; otros bailaban."


Músicos en teatro de Kyoto


Baile en teatro de Kyoto


"Nos atamos el uno al otro con una cuerda."


Representación teatral en Kyoto

Japón está lleno de contraste, pero lo positivo es que está muy bien conservado los rincones de la época Edo.

Ángeles y demonios: El Vaticano

Hay unos cuantos libros, pero no recuerdo muchos con descripciones de la ciudad de El Vaticano, asi que he tomado el de Ángeles y demonios de Dan Brown. Hace mucho tiempo que estuve, de mis primeros viajes, así que no tengo muchas fotografías.

"Los Museos Vaticanos albergaban más de se­senta mil piezas de incalculable valor, distribuidas en mil cuatrocien­tas siete salas: Miguel Ángel, Da Vinci, Bernini, Botticelli.
Por no hablar de los grandes tesoros arquitectóni­cos: la Capilla Sixtina, la basílica de San Pedro, la famosa escalera de caracol de Miguel Ángel que conducía a los Museos... Incontables testimonios del genio creativo del hombre."

Museo Vaticano

"La pla­za de San Pedro, una inmensa extensión de granito, constituía un ex­traordinario espacio abierto en la congestión de Roma, como un Cen­tral Park de estilo clásico. Delante de la basílica, bordeando el enorme terreno ovalado, doscientas ochenta y cuatro columnas se proyectaban hacia fuera en cuatro arcos concéntricos que iban dismi­nuyendo de tamaño, un trompe-l'oeil arquitectónico utilizado para in­tensificar la sensación de grandeza de la plaza."

Plaza de San Pedro

"El cardenal Mortati alzó la vista hacia el magnífico techo de la Capi­lla Sixtina y trató de encontrar un momento para reflexionar con tranquilidad"

Capilla Sixtina

"Entonces, la Guardia Suiza sellaría las puertas. 
Si bien exhibían también el uniforme dorado y azul, cada uno portaba la tradicional alabarda vaticana (una lanza de dos metros y medio con una guadaña afilada como una navaja), con la cual se ru­moreaba que habían decapitado a incontables musulmanes cuando defendían a los cruzados cristianos en el siglo XV."

Guardia suiza al fondo

(Todos las fotografías de mi viaje, aunque la de la Capilla sixtina no es mía sino de un compañero de viaje - lo siento, no recuerdo su nombre ahora mismo, lo buscaré y actualizaré la entrada-)

Lunas de Estambul: Estambul y Pamukale

En el libro "Lunas de Estambul" de Sophie Goldberga te encuentras entre México y Turquía, con la descripción de la familia judía dividida entre dos mundos. Pero además el libro también es un compendio de recetas judías caseras.

Leí el libro después de haber estado casi tres semanas por México y tras haber estado por Turquía, por lo que es fácil rememorar lugares con las descripciones que se hacen.

"Iba a dejar Turquía, la que alberga a Izmir o Esmirna, considerada por muchos la tierra natal de Homero, la perla del Egeo, la que vio clavar los maderos del caballo colosal. Iba a dejar la vieja Constantinopla que por miles de años fue el escenario de distintas soberanías. Iba a dejar Turquía, la tierra con olor a comino. Iba a dejar Turquía y su cielo sostenido por minaretes dorados. Ventura consideraba que Turquía era el museo al aire libre más grande del Viejo Mundo." 

Vista de Estambul desde el palacio de Suleiman

"Jamás dejaría de extrañar el Monte Ararat que sería reemplazado por el Iztaccíhuatl; o bien, Pamukkale, que significa castillo de algodón, el lugar en que la familia Esquenazi de vez en cuando iba a vacacionar; eso, si su economía mostraba alguna esplendidez. Este lugar era la antigua ciudad de Hierápolis que dejó como vestigio baños romanos, y su necrópolis de dimensiones extraordinarias. Pero Ventura no acudía ahí, ella iba a las fuentes termales que habían sido creadas por capas calcáreas tomando formas indefinibles, donde las piscinas a distintos niveles acentuaban un milagro visual de aguas que continuamente lavan sus terrazas erigidas por la acumulación de cal."

Necropolis de Hierapolis

Terrazas de aguas termales en Pamukale

Terrazas de sal en Pamukale

"Entre puestos y mercancías, Ventura y su madre cruzaron por las jorobas de las callejuelas del rumbo de Eminönü para llegar al Bazar de las Especias: el Bazar Egipcio. Diferentes pimientas en grano, frutos secos, esponjas de mar y panales de miel de un delicioso color ámbar custodiarían sus pasos. En su trayectoria observaban a hombres, jóvenes y viejos, sentados en cajas de madera jugando shesh besh, el pasatiempo oficial de los turcos, un juego de fichas parecido al backgammon, y bebiendo el refrescante raki. Los techos de teja roja albergaban la vid entrelazada que se tendía desde las ventanas para trepar a lo alto de los balcones proveyendo de sombra y fruta a sus inquilinos. De las terrazas tramadas con enredaderas colgaban las tradicionales alfombras: los kilims de lana y los shirvan eran desempolvados por las señoras"

Bazar de las Especias

Interior del bazar de las especias

calles adyacentes al bazar

"El empedrado de las calles había sido estriado por los senderos metálicos del tranvía de la línea T1 Zeytinburnu-Kabataş, el tranvía nostálgico, como muchos le llamaban, ya que pasaba por la Mezquita Azul, la Basílica de Santa Sofía, el Gran Bazar y, por último, el Bazar de las Especias o Bazar Egipcio. Los inicios de este último se remontan a 1663 y su nombre remite al momento en que Estambul marcaba el final de la ruta de la seda y era el centro de distribución de toda Europa. A unos pasos del puente Gálata, Ventura y su madre se sentaron en una banca para descansar de su caminata; desde ahí observaron a la gente que bajaba del tranvía y escogía por cuál de las seis diferentes entradas introducirse a ese mundo en el que se respiraba una mezcla de comino, orégano y clavo."

El Gran Bazar

Puente y al fondo la torre

Cerca del puente Gálata

"El mar de Mármara, el mar Mediterráneo y el mar Negro confluyen en las tierras de Estambul, como si asistieran a una ceremonia, como si se tratara de uno de los ejes del mundo. En premeditado embudo, forman un solo cauce que se dirige al estrecho del Bósforo, separando la parte europea de la asiática de la ciudad de Estambul y acercándose como si quisieran tocarse los labios. Justo en el punto en donde entra el mar de Mármara en dicho estrecho, se forma una península en cuya punta descansa la vieja Estambul. El Cuerno de Oro, santuario en forma de punzón y puerto natural, desemboca en el mar de Mármara y divide la parte europea de la ciudad, como si fuera una amante indecisa, entre la ciudad vieja y la zona de Gálata. Según la leyenda, el nombre de Cuerno de Oro se debe a la cantidad de objetos de valor que los bizantinos sumergieron en sus aguas y a las tierras fértiles que rodean la belleza de su forma." 

El Bósforo

El Bósforo

"Y de pronto, en su alucinación, se vislumbró en Estambul, en Santa Sofía, cuando tenía doce años. El sol del Mediterráneo se derramaba sobre los pequeños mosaicos que cubrían paredes y cúpulas, columnas y arcos. Aquel esplendor le creaba una sensación de irrealidad, como si fuera un espacio encantado." 

Interior de Santa Sofia

"Beti nos llevó a la ciudad vieja para ver la mezquita de Süleymaniye y la imponente basílica de Santa Sofía. Una frente a la otra, igual de majestuosas, igual de solemnes; una parece reflejarse en la otra como en un espejo. Cúpulas y minaretes."

Santa Sofia

La mezquita azul

"Aquella tarde, visitamos el palacio estival de Dolmabahçe, a orillas del Bósforo. Todo ahí me hacía revivir las historias de poderosos sultanes y bellas princesas. Me llamó la atención su estilo europeo, un tanto Louvre, un tanto Buckingham, sin dejar el carácter tradicional otomano. Comprobé lo que mi abuela decía sobre los techos del interior del palacio, que estaban decorados con catorce toneladas de oro. No podía creerlo. Se revelaba el esplendor del Imperio otomano. La luz natural se colaba por los dos mil setecientos ventanales. Impresionante el candil de cristal de Bohemia de setecientas cincuenta luces que la reina Victoria de Inglaterra le regaló al sultán Abdülmecit I. Estar ahí era como estar en uno de los relatos de Las mil y una noches. Después de deambular entre fuentes, esculturas y tulipanes negros, llegamos al harén, la residencia de las concubinas del sultán. Mi tía Beti describió la importancia de la jerarquía en el harén."

Interior Palacio Dolmabahe

Interior Palacio Dolmabahe

Interior Palacio Dolmabahe

Esta vez he combinado dos destinos, porque en realidad Pamukale solo lo nombra de pasada, y he combinado también dos viajes, dado que estuve dos veces en Estambúl, en la primera ocasión dejaban hacer fotografías dentro de palacio, ahora ya no dejan.

(Todas las fotografías son de mis viajes)

Presentación

Curriculum Viajero - Presentación