Baile época napoleonica/regencia (Regency Ball Sevilla) - España

Regency Ball Sevilla

Para ir al baile no nos dimos mucha prisa, podíamos descansar un rato los pies después de comer porque sabíamos que, siguiendo lo que había sido todas las actividades desde el viernes, no se iba a ser puntal. Aún así llegamos pronto si tenemos en cuenta la cantidad de gente que todavía no había aparecido por el Casino de la Exposición. Aprovechando que es Sevilla algunos recreadores tomaron coches de caballos para que los llevaran hasta el lugar del baile, para comenzar la velada como en la época. Había seguridad contratada con lo que pudimos respirar aliviados porque la gente podía vernos y hacer fotos si salíamos al exterior del salón del baile, pero no podía acosarnos ¡bien!. Cuando llegamos, después de saludar a un par de personas, entramos al casino para escribir nuestras tarjetas de presentación al baile. Inma (de Maria de Melo Collection) había contratado a un chambelán para presentarnos al entrar al baile, por lo que era necesario completarlas. Afortunadamente no fue complicado escribir con pluma y tinta en las tarjetas (pensé que me mancharía pero hubo suerte) y tras ello conocí a Miss Jane Austen, la muñeca de Bath que su chaperón había traído al baile de Sevilla. Esta muñeca es toda una viajera en cuanto a bailes regencia se refiere y, por lo que me contaron los malteses, se había excedido en la bebida más allá de lo que una señorita debería. Os invito a seguir las aventuras de esta Miss Jane Austen en Regency Friends Of Jane. Salimos fuera para encontrarnos con el resto de asistentes al baile, que poco a poco iban llegando. Cuando había bastante gente fuimos entrando de dos en dos al salón donde fuimos presentados por el chambelán a Inma, la anfitriona del baile. Entramos de las primeras y así pudimos pasear por el salón y cotillear a los invitados que iban entrando, dado que había viejas caras conocidas, pero también otras nuevas. Tras la llegada de todos los invitados nos llevaron hacia la sala de la fuente para brindarnos una representación homenaje a Zorrilla. Tengo que decir que esta es la parte que menos me gustó de la noche, y no porque no me gustara la representación, si a mí me gusta el teatro, sino por otro tipo de problemas más logísticos. El lugar era muy pequeño, así que mucha gente, si no estaba en primera fila o con suerte en las escaleras laterales, no podía ver. Yo estaba al fondo del todo y lo cierto es que como soy alta si pude ver casi toda la obra, aunque lo que si vi es que la señora de la limpieza (por entonces no tenía muy claro quién era) fue la que mejor se vio la representación, porque la vi arriba de las escaleras y desde ahí se ve todo perfectamente (así como yo la podía ver a ella mejor que a los actores). Otro de lso problemas es que la obra solo era en español, por lo que todos los invitados extranjeros (rusos, ingleses, malteses, holandeses, italianos…) no se podían enterar de lo que se decía. Si además a algún extranjero le tocó en la parte de atrás (y los hubo) donde no se veía, puedo considerar que, estar atrapado en una representación donde no ves ni entiendes lo que oyes, sea algo negativo. Pero además de estos dos puntos, tengo que añadir un tercero, y es que fue una representación muy larga teniendo en cuenta que: no había donde sentarse (menos los afortunados de las escaleras), y muchos llevábamos desde el día anterior sin descansar (todo el día de un sitio a otro, o bien de pie o bien andando constantemente), el mismo día habíamos estado desde las diez de la mañana hasta casi las tres de la tarde de nuevo sin parar, y todavía quedaba toda la noche por delante. Yo hubo un momento que estuve a punto de tirarme al suelo porque me daba algo si seguía de pie (lo que hice fue ponerme a andar y balancearme), es más, en el fondo se encontraron dos sillas que fueron muy útiles para dos damas que tampoco podían más. No sé cómo no hubo algún desmayo. Creo que un poquito más corta, o con una mejor logística la cosa hubiera sido diferente. Tras la representación (que fue muy aplaudida así que los que la vieron y oyeron/entendieron la debieron disfrutar muchas) hubo un brindis, o eso creo porque yo escape de ahí corriendo. He de decir que en Florencia también lo pase fatal cuando el concierto en la iglesia, pero al menos ahí estaba sentada y tenía la opción de descansar (o dormirme al ritmo que iban los músicos). Y una vez pasada esta parte pudo centrarme en el resto de la noche que fue perfecta, completísima, maravillosa. Sé que hay actividades que muchos no llegaron a disfrutar porque agotados se marcharon antes de que todo acabara, pero es que fue un baile completísimo (como veis no solo fue baile, tuvimos de todo, bueno, ahora iréis leyendo que tuvimos de todo porque por ahora solo hemos pasado la presentación del chambelán, la representación y brindis con la marquesa, y ahora seguimos. Tras el brindis los músicos comenzaron a tocar y empezó el baile. Yo me quedé sentadita (y además lo necesitaba) y dejé que otros comenzaran el baile. Pero cuando estuve algo repuesta me levanté y ahí es cuando la profesora de baile me cogió para bailar una de las piezas, y no aceptó un no por respuesta. El caso es que estoy más que agradecida de ese “secuestro” a traición porque me quitó el miedo del primer baile que siempre tengo, y tras ese baile siguieron otros con otras parejas. Solo necesito un empujoncito (y que no me duelan los pies) para ponerme a bailar. Que aunque no te sepas los pasos de baile como muchos de nosotros no hemos bailado esas piezas más que en una o dos ocasiones, no hay problema, y lo más que puedes conseguir son momentos de risa entre tus compañeros de baile. Y así, con esa libertad que da el no sentirse estresado en tener que hacerlo correcto uno disfruta mucho más del baile. Hubo un baile con un mariscal amigo que no hubo forma que el grupo de los ocho consiguiéramos pillarlo, ni siquiera cuando ya acababa, pero como todos íbamos perdidos no se notaban tanto los giros perdidos a lados incorrectos. No puedo contar mucho más del baile porque consiste en bailar, conversar, pasear, en definitiva, pasarlo bien toda la velada de época. Tras una hora y media de baile tuvimos la cena buffet, con el jamón de Extremadura como plato estrella (más que nada porque el resto de platos eran demasiado exquisitos para mi paladar). Tras la cena comenzó la segunda parte del baile, durante este momento salí fuera y descubrí que había gente disfrutando de la calidad noche de Sevilla y es que, pese estar a final de octubre, hacia tiempo veraniego. Los grupitos que paseaban por los jardines o estaban sentados en los bancos de piedra ya estaban formados así que decidí echar un vistazo al baile desde los ventanales. Y tengo que decir que la vista del salón de baile desde fuera tenía un toque mucho más romántico que desde dentro. Hay que tener en cuenta que tras los grandes ventanales de reflejaba la luz de las velas creando un juego de luces y sombras que no apreciaba desde el interior, la música atenuada se seguía oyendo mientras veías a los lejos a los bailarines danzar, tanto caballeros como damas ejecutaban elaborados pasos y saltitos con elegancia, mientras otras parejas paseaban alrededor de la sala charlando, abanicándose, o riendo. Era como ve una historia de época pasar delante de tus ojos, entonces abro las puertas de cristal y entro de nuevo a la sala de baile. Regreso al sitio donde están mis amigar y charlo un rato mientras, en un ataque de impulsividad agarro a a una amiga, la levanto de su silla y me la llevo a la pista de baile para bailar un baile, ella me dice que no ha visto los pasos pero yo le respondo la verdad, yo tampoco, pero no hay de qué preocuparse. Este baile son grupos de seis personas y de los seis solo un caballero se sabe los pasos del baile, y aunque intenta guiarnos no puedo decir que lo consiga en todos, hay alguno de cruzarse que no acabamos de pillar. En cualquier caso bailamos y nos reímos un rato. Tras ese baile buscamos a otra amiga y escapamos a la sala de fuente, que extrañamente está vacía. Aquí suele haber siempre parejas, es un rincón muy curioso para observar sin ser observado o bien para hacer cualquier cosa que no quieras que te vean hacer. Y jugamos a las poses de Las Tres Gracias. Así las horas del segundo baile pasan más rápido, pero el baile no acaba cuando termina la música, la cena, las charlas y las danzas. Tras el último baile la anfitriona del baile nos presenta a una cantante que nos va a deleitar con un extracto de la Ópera Carmen. Este tema, promovido por el gracioso chambelán, fue repetido y seguido por las palmas de los invitados al ser una de las partes más famosas y, por tanto, conocida por todos. Tras la ópera nos acercamos a la salita de la fuente donde la anfitriona nos iba a regalar otra sorpresa, una introducción sobre duelos y lucha de esgrima con diversas armas como el sable o el bastón. Esta vez los balcones fueron provistos de asientos y disfrutamos de una magnifica exhibición de dos caballeros luchando (creo que he compartido dos vídeos en la página de facebook del blog). La explicación fue muy interesante pero lo más llamativo fue la demostración, hubo quien se emocionó y no paró de gritar “bravo” , y es que el sonido y brillo de los metales al golpearse y los giros de los contrincantes le daba un toque canalla al baile. Según la explicación, según de donde fueran los caballeros tenían una forma de luchar diferente, a los españoles los llamaban bailarines porque se movían como danzando siempre buscando el toque del acero frente a los italianos que siempre luchaban de frente y prima la velocidad. Tras la exhibición nos fue servido el chocolate con buñuelos y galletas de té. Con respecto al año anterior hay que decir que el chocolate caliente entraba peor porque no hacía el frío que debería en esta época, pero en cambio se compensó ofreciendo algo tan típico como los buñuelos, que ya se vendían en la época. Y mientras tomamos el chocolate tenemos la presentación de la última actividad de la noche y despedida. Ya que estamos en Sevilla la anfitriona ha pensado que lo mejor es ofrecernos como broche final a tan magnífica velada, un bolero bailado. Así que nos sentamos a disfrutar del baile. Algunos ya se han marchado pero es que hay que tener en cuenta que ya es de madrugada y al día siguiente toca de nuevo madrugar (por una vez no he notado para nada el cambio de hora, eso es que necesita la hora de más). Nosotras no nos marchamos hasta que el bolero se termina, la gente empieza a despedirse y el salón de baile se cierra. Y después igual estuvimos media hora o más hasta que pudimos irnos (el tema de los taxis ya lo comenté y prefiero no volver a recordarlo, con deciros que un taxi en verde pasó de largo a todo un mariscal francés). Otra año tuvimos una noche fabulosa en el Regency Ball. Un éxito de baile, que si todo va bien, el próximo año se quiere celebrar en Sintra (Portugal).

Visita: Octubre 2017

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Vídeo: Extracto de baile en el Regency Ball Sevilla
Vídeo:

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Paseo por la Plaza España de Sevilla - España

Paseo por la Plaza España

Tras la demostración de duelos de la época nos dirigimos en grupo a dar un paseo por la Plaza de España de Sevilla, algo muy de la época eso de pasear para ver y ser visto. El lugar estaba justo al lado del Casino por lo que no tuvimos que andar mucho para llegar a la plaza. Debido al calor veraniego (si, no estáis leyendo mal, treinta y siete grados para mi es calor veraniego aunque sea 30 de octubre) y siendo casi las dos de la tarde, la plaza no tenía mucha gente y la que había estaba, sabiamente, a la sombra. Tal vez porque hacía mucho calor el primer lugar al que nos acercamos fue la fuente central, cuando te acercabas a ella el ambiente era refrescante y una vez allí nadie se quería mover. Tampoco es un mal lugar para poder observar a las damas lucirse bajo las sombrillas, a los caballeros acercándose a ellas, o a otras tantas parejas abanicándose, o discutiendo a donde dirigirse a continuación. Pese a que habían pasado veintitrés años desde la última vez que estuve en Sevilla recordaba perfectamente donde se encontraba el mural de Zaragoza y cuando un caballero de ahí me preguntó si nos acercábamos ahí no tuve muchas dudas en señalar la dirección que teníamos que seguir. Y ciertamente cuando llegamos vimos que había acertado y que el mural de Zaragoza estaba donde yo había indicado. Tras verlo (y hacer la fotografía de rigor, aunque sea algo anacrónico de decir) marchamos de Zaragoza hacia Madrid para hacer lo mismo por otra compañera de ahí. En nuestro paseo nos dimos cuenta que muchos de los españoles había decidido hacer eso de ir cada uno a la provincia de donde era, y saludamos a algunos durante el paseo de un sitio a otro. La plaza de España de Sevilla es un lugar tan bonito que un paseo por ella siempre apetece, algunas parejas decidieron coger una barca, el caballero remaba mientras la dama sujetaba bien la sombrilla para protegerse del poderoso sol. Luego regresamos para cruzar uno de los puentes mientras charlábamos animadamente y vimos a una de las parejas cruzar bajo el puente con su barca de remos. Me repito, ya lo sé, pero la plaza de España de Sevilla es un lugar tan bonito para pasear y lucirse, para ver y ser visto, que creo que todos nos entretuvimos más de lo necesario. Afortunadamente las damas íbamos con las útiles sombrillas de la época, el mejor invento para protegerse del sol de esas horas. Como el calor era insistente y ya era la hora de la comida, nos despedimos y terminamos el paseo para dirigirnos cada uno a su alojamiento para lugar ir a comer. Hacia el final un extranjero nos preguntó algo, pero no sobre nosotras o nuestros trajes. Debía ser de un país donde encontrase bastante gente vestida así no lo considera un espectáculo de circo o bien tenía una buena educación, la verdad es que fue muy agradable poder conversar con una persona sin tener que sentirse acosado (o que te digan en la distancia que vistes como una novia gitana).

Visita: Octubre 2017

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Duelos en Sevilla - España

Duelos en el Casino de la Exposición

Aún con la música sonando, y el baile todavía en vigor, comienza en la zona de la fuente la explicación/demostración sobre duelos. Ya en las mesas junto con el resto de accesorios que damas y caballeros habían depositado para poder bailar, podíamos encontrar notas de duelo. Una pareja de recreadores, también muy viajeros (me están empezando a dar envidia estos meses porque se han movido más que yo), son los encargados de la explicación en español y en inglés para los invitados rusos, ingleses, malteses, holandeses, italianos, etc. Tenemos una introducción sobre los duelos de la época, que eran de carácter privado y por temas de honor, y aunque había alguno entre dama, muy famoso, no era lo habitual, sino que eran los hombres los que se batían en duelo incluso por el honor de la dama. Y aunque los duelos eran de carácter privado tuvimos un vistazo de un duelo. En la sala un caballero español y ruso se cruzaron y el ruso no le saludó, el español lo consideró intolerable por lo que le entregó su tarjeta de presentación y le dijo que le enviaría a sus padrinos, a los que el ruso respondió con el mismo gesto. Dos de los caballeros asistentes eran los padrinos asignados por el español, y otros dos caballeros los padrinos del ruso. Los cuatro padrinos se reunieron para deliberar el tipo de duelo al que someterse tomando en consideración el nivel de la ofensa. Desgraciadamente desde nuestra ventanita no pudimos leer el documento con todos los tipos de duelos según ofensas pero tras una larga (o me lo pareció) deliberación, los padrinos se pusieron de acuerdo en que el honor sería saldado con un duelo a pistolas, donde no era necesario sangre, solo con el disparo ya se consideraría el honor restaurado. Así que cada padrino prepara las pistolas para un disparos, se las entregan a los duelistas. Cada caballero está uno frente a otro en cada lado del salón, cuando el director de campos así lo indique, han de contar cuatro pasos y entonces disparar. Los padrinos están cerca de los duelistas, el silencio es requerido. Los caballeros dan cuatro pasos y disparan sus pistolas, el silencio se rompe, se crea un alboroto alrededor del salón, ambos caballeros salen heridos pero el ruso está herido cerca del corazón, se acerca a sus padrinos, una dama grita a la esposa del ruso que corra hacia su esposo herido, mientras los padrinos lo atienden y vendan la zona herida. Ningún baile fue tan animado.

Visita: Octubre 2017

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Vídeo:Duelo de Pistolas - Regency Ball Sevilla

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Práctica de baile en Sevilla - España

Práctica de baile

Madrugamos para arreglarnos y ser puntuales a la práctica de baile regencia en el Casino de la exposición de Sevilla. El lugar puede que no fuera un palacio como el del año anterior en Madrid pero era muy espacioso para poder bailar sin problemas de espacio (como el año anterior) y sin problemas de resbalones por la alfombra del suelo (en este caso el suelo era sin alfombra). Durante la mañana no solo tendríamos práctica de baile sino que también tendríamos oportunidad de ver las exposiciones de los comerciantes y, si el bolsillo y el gusto nos lo permiten, comprar alguna cosilla. Lo primero que hice fue recorrer el lugar, con la luz de la mañana había rincones preciosos, como la misma entrada al salón. El lugar cuenta con altas columnas, y una entrada con grandes ventanales y puertas por las que entra la luz e ilumina escenas como los caballeros presentándose ante las damas antes de la recepción musical. La música comienza y las profesoras de baile dan las instrucciones en inglés, con una demostración práctica de cada baile comienzan las clases. Y con la confianza que da conocer a un compañero de recreación, le niego un baile. Tras el ajetreo del día anterior mis pies duelen y necesito descansar. Así que rechazo su ofrecimiento a bailar y durante unos cuantos bailes me mantengo sentada viendo al resto de bailarines. Ya me siento mejor así que me levanto y paseo para ver los sombreros, zapatillas, guantes, pendientes, medias, broches y demás accesorios que se muestran para la venta. Y luego decido pasear por esos rincones curiosos, como la sala con la fuente en medio, donde hay ventanas con celosías que dan una vista curiosa del lugar, y permiten coquetear. Así como unos balcones con ventanales que dan a la pista de baile, y que dejan ver el baile alejado, sin que nadie te vea como un observador. Los espejos antiguos también dan mucho juego, reflejando hermosas imágenes de los bailarines. Para matar el hambre hay polvorones de convento. Decido volver a la pista de baile e incorporarme a las clases, si te acercas no es muy difícil encontrar pareja para acabar formado grupo de cuatro, u ocho grupos y poder completar un baile. Me divertí bailando y conociendo gente nueva que no había ido al baile del año pasado. Y sin darme cuenta llegó el duelo entre caballeros.

Visita: Octubre 2017

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Vídeo: Práctica de baile Sevilla Regency Ball

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Sevilla misteriosa - España

Sevilla misteriosa y sus leyendas

Y el tour nocturno por Servilla misteriosa y sus leyendas también merece otra entrada aparte, y esta porque me gustó mucho. Al inicio no iba a asistir a la visita debido a que este era muy tarde, comenzada a las once de la noche porque la gente que iba a la actuación de flamenco también iba a ir a este tour, y ambas actividades no podían solaparse. Así que había que esperar a que unos terminaran para comenzar el tour. Eso implicaba que iba a acabar tarde, y dado que ya sé como son nuestros viajes de recreación histórica (y si habéis leído mi entrada sobre Sevilla lo sabréis) no paramos ni un momento y lo de descansar y dormir no está en el plan del viaje. Pero al final, pese a que me podía haber evitado esas horas extras, al final me apunte al tour y me alegré de hacerlo, porque fue muy entretenido y me gusto mucho. Como decía la visita guiada empezaba después del flamenco, si uno no iba al flamenco (como nosotras) pues iba a la puerta del local que era la zona de encuentro. Nuevamente fuimos las primeras en llegar, y bastante puntual llegó el guía, simpatiquísimo, se presentó y estuvo hablando con nosotros hasta que entré al local de flamenco a hacer de mala y sacarlos por la fuerza, porque llevábamos más de media hora de retraso (y esta vez no fue culpa del guía sino de la gente). Y si, no me importa reconocer que fui de mala, pero con el día agotador, lo que faltaba era llevar un buen rato con el guía presente y bastantes personas del grupo presentes y que el resto no saliera del local porque se lo toman con calma. Pero antes de entrar a ser la mala, el guía nos estuvo entreteniendo, vino vestido con un traje del principios del siglo XX, con su bigote bien peinado y hacia arriba, su reloj de cadena, dijo que era lo más cercano que pudo para mimetizarse con nosotros (muy de agradecer por su parte), nos contó que él hacia teatrillo medieval en festividades, y también que era profesor de instituto y que daba clase de historia, y que los viernes a última hora hacia la clase más amena y les contaba esas cosas interesantes de la historia, que no entran para examen pero que no les deja dormidos. Supongo que por eso supo mantenernos a todos entretenidos hasta el final de la noche con las historias y su forma de contarlas, que eso también hacia mucho, porque tenía mucha gracia contándolas. Como veis nos dio bastante tiempo para conocer la vida del guía hasta que por fin salimos. Muchos de los extranjeros se macharon y menos un par de personas prácticamente el resto éramos españoles (tampoco es que me sorprendiera) así que el guía que estaba contratado para los dos idiomas, lo que hizo fue dar la explicación en español y luego acercarse a las extranjeras para contarlo en inglés. El sitio desde donde salimos estaba muy cerca de la catedral así que pasamos junto a ella siguiendo al guía, cruzamos una puerta (no recuerdo el nombre) que nos llevó hasta una plaza, y ahí el guía nos contó algo sobre la historia de Sevilla y esos momentos de telenovela e intríngulis que a veces tiene. Seguimos la visita adentrándonos en las calles estrechas del barrio de Santa Cruz, hay que tener el cuenta que el barrio de Santa Cruz no solo son calles estrechas, algunas están cubiertas, otras flanqueadas por los naranjos, o patios abiertos tras la rejas de las ventanas. Debido a ello, a veces, cuando iba al final del grupo, veía imágenes sacadas de una época pasada, o las que uno puede rememorar de la opera de Carmen, que se construían con el paso mis compañeros, vestidos de época napoleónica, al entrar en las callejuelas apenas iluminadas. Y en estas calles laberínticas llenas de patios estaba la Judería. Por una de esas calles cubiertas llegamos a un rincón donde hay una casa con una calavera en cerámica, y otra con un verso. Es aquí donde el guía nos contó sobre la leyenda es la de la Susona, la bella hija de un jefe judío, que era amante de un militar cristiano. Al enterarse de que los judíos preparaban un complot, les traicionó avisando a su novio cristiano, y como consecuencia, hubo una gran matanza de judíos, en la que casi todos los miembros de su familia -menos ella- fueron muertos. Avergonzada por su traición la bella Susona pidió que a su muerte le cortaran la cabeza y la dejasen colgada como muestra de su arrepentimiento. Y así se hizo y se cuenta que su cabeza estuvo muchos años colgada. También pasamos por otros rincones, como en una plaza donde había dos salidas y los que salían por una calle vivían y los que elegían la otra morían. Desde entonces esas calles se llaman calle Vida y calle Muerte y hoy siguen teniendo en Sevilla tal denominación. O la calle Reinosa, o de los besos, porque los balcones de una y otra casa están tan cerca que los vecinos pueden besarse. Un par de parejas de recreadores se besó en esa calle, para hacer recreación de la historia. También pasamos junto a la muralla que nos llevó a la Reja del diablo. Este nombre hace referencia a una ventana enrejada, esta ventana se protege con unos nudos de hierro que unen sus barrotes. Su peculiar nombre se debe a que su construcción es tan laboriosa que se decía que solo con ayuda del diablo se podía hacer, puesto que es una reja machihembrada en la cual cada barrote ensarta unos y es ensartada a su vez por otros, de ahí que existan pocos ejemplos por el mundo. Y de aquí pasamos a la calle Barrabás, donde el guía, con más salero que yo, nos contó la leyenda de que en la calle vivía la noble familia de los Melgarejo y en la casa familiar viviando don Fernando Ortiz de Melgarejo, Caballero de noble apellido. El tal don Fernando no era precisamente un santo, ya que sus aficiones favoritas eran el juego, el vino, las pendencias y los amoríos. Además, se trataba de una persona de mal carácter, que consideraba al resto del mundo de categoría inferior a la suya. Se casó con doña Luisa Maldonado, de noble familia, pero no renunció a aventuras extraconyugales, teniendo amoríos con doña Dorotea Sandoval, dama de alta cuna y también casada. Este hecho, en aquella época, era relativamente frecuente y hasta tolerado, pero la soberbia de don Fernando le llevó a alquilar un balcón en una calle principal y con ocasión la procesión del Corpus, y apareció en él acompañado de doña Dorotea, en un alarde de exhibicionismo ante tan sacro acontecimiento, de forma que se escandalizó toda la ciudad. Al día siguiente, el suceso era la comidilla en toda Sevilla llegando, como es natural, a oídos de la esposa, doña Luisa. la engañada mandó envenenar a la amante de su marido, para vengarse de la vergüenza (que por supuesto la tomo con la mujer y no con el marido). El de Melgarejo, más que lamentar la muerte de su amante, montó en cólera ante la osadía de su mujer, hasta el punto de mandar que la asesinaran. Y se dice que el esposo de la amante asesinada por la esposa de Melgarejo le tenía ganas a este, por lo que contrato a alguien para matarlo, y que en el regreso de uno de sus amoríos acabó acuchillado a muerte justo en la calle Barrábas (cerca del palacio Perkins) y que desde entonces el espíritu de tan mal tipo anda todavía por esa zona. Y comentó que la casa de donde el tipo salía justo antes de morir ahora está abandonada, y que aunque empezaron a renovar la parte baja, en una semana fue abandonada de nuevo. El guía nos invitó a mirar por un agujero de la ventana el interior de la casa abandonada por si veíamos al espectro. No pude evitar recordar ese almacén abandonado en pleno barrio francés en Nueva Orleans y que no hay forma de restaurar porque los trabajadores huyen diciendo que está embrujado. Pero claro, cuando se habla de una casa embrujada, lo mismo da que sea en el interior de Sevilla como en Nueva Orleans. Finalmente el guía nos llevó a donde hay una gran cruz en la pared, nos comentó su historia y después, como estábamos ya perdidos, nos acompañó hasta la catedral para que supiéramos orientarnos cada uno a nuestro alojamiento. Una noche de lo más entretenida (yo no sé contar las historias con el mismo interés y divertimento que el guía que tuvimos).

Visita: Octubre 2017

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Presentación

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