Huailen - Taiwan

Hualien

Se pueden hacer varias excursiones esde Hualien (el Lago de la carpa y el Lago de las siete estrellas), si bien el auténtico plato fuerte de una visita a Hualien es el Parque Nacional de Taroko. Así que en Taipei reservamos un tren, el Puyuma Express (al final cogimos todos los tipos de trenes que tienen en Taiwán) y fueron 3 horas de trayecto desde Taipei a Hualien, por lo que no salimos muy tarde de Taipei para no llegar muy tarde y poder descansar para el día siguiente. El Puyuma tiene espacio para las maletas pero es muy pequeño y está ocupado, así que dejamos las maletas en nuestros asientos porque estos son tan amplios que entran mis piernas y mi mega maleta. Los trenes de Taiwan son muy espaciosos, nada que ver con los europeos. Como se hace de noche tan pronto nos daba igual el tipo de tren que coger porque no íbamos a tener vistas, pero existen dos tipos de trenes que van a Hualien, el costero y el de montaña, por el nombre ya se sabe por qué zona van los trenes. La última parada de nuestro tren es Hualien así que cuando íbamos a llegar el revisor pasó por todos los vagones pidiendo el billete de tren, y lo más curioso es que lo hizo como los japoneses, se presentó al vagón, dijo algo y se inclinó por la mitad, cuando llegó al final del vagón tras revisar todos los billetes se volvió a inclinar y salió. Yo no estoy acostumbrada a tanta genuflexión diaria. Buscamos un hotel cerca de la estación para andar poco con nuestras maletas, y mientras íbamos camino del hotel escuchamos un estruendo atronador, como vivo en Zaragoza estoy acostumbrada los aviones de combate y les dije a mis amigas que a ver si los veíamos porque eran eso, no los vimos pero al día siguiente el guía de tour que contratamos nos dijo que cerca está la Base de la Fuerza Aérea de Hualien desde donde despegan los aviones de combate F-16. El hotel donde nos alojamos está muy bien, bien situado, cómodo y tiene un hall que ofrece refrescos, café, té, cosas para comer tanto dulces como saladas. A mí me encanta eso porque yo desayuno Coca-cola por lo que siempre tengo que buscarme la vida cuando desayuno fuera de casa pero aquí mientras mis amigas tomaban un café y un té yo me tomaba una coca-cola, todo de parte del hotel. Desde nuestra habitación tenemos el parque por lo que hay vista directa a las montañas, y pasado el parque girando a la izquierda hay una gran avenida con tiendas y luces como todas las calles taiwanesas, siguiendo recto se llega al mercado nocturno de Hualien que difiere en los otros en que aquí hay comida aborigen, nuestro guía estaba muy orgulloso de la historia aborigen y aquí se ve que están muy metido en proteger y conservar esa parte aborigen. También fue aquí donde más español oímos, pues aquí ya hay turismo de todo tipo, y también donde vimos el único Carrefour, aunque el guía nos dijo que a los taiwaneses no les gusta mucho comprar ahí.Aquí, al regreso del primer tour por Taroko, conocimos el camión de la basura. Resulta que estás en la calle y suena una música tipo el camión de los helados de las series norteamericanas, esa música es la del camión de la basura. Aquí está prohibido dejar la basura en la calle, uno tiene que prepararla y separarla para su reciclaje cuando suena la música del camión de la basura la gente sale de sus casas y sus comercios y se acercan al camión para tirar la basura a su lugar correspondiente de reciclaje. En Hualien fue el primer lugar donde lo vimos pero luego nos encontramos con el camión en otros lugares de Taiwán, además la música los hace fácilmente identificables.

Visita: Noviembre 2018

Mis imágenes: Álbum de Taiwan en Facebook e Instagram

Información para viajar: Pendiente

Jiufen - Taiwan

Jiufen

A Jiufen llegamos desde Ruifang. Fue algo increíble porque volvimos de Shifen en el tren Pingxi, llegamos a Ruifang, bajamos y salimos de la estación de tren que da directamente a la parada de taxis, no había ningún taxi pero era la zona de taxis (por el cartel), y nada más llegar una mujer con un cartel nos enseñó un cartel con varias fotografías, le señalé lo que parecía Jiufen y ella nos llamó un taxi que salió de la nada, nos hizo montarnos y nos encaminamos a, suponemos, Jiufen, dado que en ningún momento tuvimos tiempo para abrir la boca ni decir nada ni enseñar el nombre del pueblo ni nada, el proceso fue raro y muy rápido. Creo que están tan acostumbrados a los turistas que ya saben lo que queremos hacer porque tras un recorrido por la montaña llegamos a Jiufen, el taxi nos dejó en la parada del bus y nos señaló unas empinadas escaleras. Le pagamos la tarifa fija y nos acercamos a la parada del bus para disfrutar de las vistas. Jiufen es un pueblo situado en la montaña frente a las costas del Océano Pacífico y como hacía un día soleado y despejado las vistas eran espectaculares. Se podía ver en la distancia la costa noreste y la isla de enfrente mucho mejor cualquier otro día dado que había un cielo despejado y el verde de la costa y la isla se veía con detalle. Tras disfrutar de la vista tuvimos que empezar a subir las escaleras, que dado el calor no nos apetecía mucho pero esto es Taiwán y no hay día sin escaleras. En la subida pudimos parar por estrechas calles y plazas con casas decoradas con farolillos, hay mucha gente visitando Jiufen y eso que es un día entre semana, sobre todo muchos escolares con uniforme. En un lateral de unas de las escaleras en cuesta que recorre el pueblo de Jiufen se encuentra la figura de un minero, y es que hay que recordar que Jiufen tuvo la mayor mina de oro y cobre de Asia durante los años cincuenta. Y justo sobre la figura del minero hay una plataforma llena de turistas haciendo fotos y es que en un lateral se encuentra la Tea House, la casa de té con farolillos que inspiró a Hayao Miyazaki a la hora de crear los escenarios de la película de animación ganadora de un Oscar “El viaje de Chihiro”. De día no tiene el mismo encanto que de noche, por eso nosotras en vez de coger un tour hemos decidido pasar noche aquí. Seguimos subiendo algunas escaleras más hasta llegar a la calle principal que empezamos a recorrer, está llena de tiendas de todo tipo y, por supuesto, de comida. Así seguimos hasta localizar el alojamiento, ya son pasadas las tres así que decidimos entrar para dejar el peso en la habitación, pero justo antes de nosotras ha llegado un grupo con guía y sus mega maletas así que tenemos que esperar, la cosa se alarga durante una hora y los del sitio nos ofrecen té gratis para tomar ahí mientras esperamos, y unos cupones de descuento que usamos para comprarnos un café heleado. Finalmente conseguimos subir a nuestro habitación y el lugar, aunque son todo escaleras, es muy curioso, la habitación es enorme, la taza del baño es de estilo japonés, y en las paredes de las escaleras tienen un antiguo impermeable taiwanés (no sabíamos lo que era pero en uno de los tours con guía que contratamos vimos otro igual y le preguntamos al guía qué era eso, en ocasiones viene bien tener un guía). Salimos del hotel y continuamos por la calle hasta uno de los miradores del pueblo desde donde vimos uno de los templos de Jiufen y disfrutamos del atardecer sobre la costa. Una vez pasado el atardecer volvimos al entresijo de calles y escaleras que ahora aún estaba más abarrotado de gente que antes, y es que las calles adornadas con los farolillos iluminados tienen un mayor encanto que vistas de día. Sin duda hay que disfrutar de Jiufen de noche. Regresamos hasta la Casa del té y la figura del obrero de las minas, aquí es raro que no hubiera ningún accidente bajando esas empinadas escaleras, que tienen una vista del mar y de los farolillos muy bonita pero que está tan llena de gente que parece la salida de un festival de música de la gente que hay. Muchos son estudiantes japoneses, aquí lo que más nos encontramos son turistas japoneses, casi parece que esté en Japón en vez de en Taiwán. Llegamos a la parte de la Casa de té que iluminada con los farolillos nos guata mucho más, aunque hay un flujo constante de turistas y más turistas haciéndose fotos con la casa en cuestión dado que ahora sí que refleja el parecido a la inspiración de “El viaje de Chihiro”. Decidimos entrar a la casa de té para acabar el día tomando un té desde la terraza, al entrar nos dicen que solo hay servicio tradicional de té pero no nos importa, de las tres solo a una le gusta el té por lo que subimos hasta la terraza y una chica nos sirve el té y nos hace una muestra en inglés de cómo se sirve el té de forma tradicional, nos deja una gran olla de agua en el suelo con fuego para que se mantenga hirviendo y todos los demás componentes para tomarnos el té y las pastas. Fue bastante divertido, y los japoneses al lado nuestro nos ayudaron en el proceso de conseguir rellenar el té de nuevo. Cuando terminamos volvemos a pasear por las calles de Jiufen hasta las nueve de la noche en la que tanto los mercados (ya sean de souvenirs como de comida) están cerrando y Jiufen se queda desierta, nadie pasea por sus calles y nosotras regresamos al hotel para dormir.

Visita: Noviembre 2018

Mis imágenes: Álbum de Taiwan en Facebook e Instagram

Información para viajar: Pendiente

Shifen - Taiwan

Shifen

Hay muchas excursiones para ir a Shifen pero nosotras fuimos por libre. Nos levantamos pronto para ir a la estación central de Taipei para conseguir el Pingxi Pass Day que es el billete que te permite subir y bajar del tren durante todo el día, para así ver los sitios donde para. Si uno tiene intención de coger la línea Pingxi solo para ir a Shifen, el trayecto del tren Pingxi se puede pagar con la Easy Card (que sirve para todo). Cuando estuvimos ahí vimos a mucha gente salir de la estación y volver a entrar pasando la Easy card (porque hay un guardia que te obliga a primero salir y luego entrar, no vale solo con pasar la tarjeta). Nuestro caso fue muy gracioso porque fuimos a información y nos dijo que en la ventanilla 14, cuando localizamos la ventanilla 14 había un cartel en chino diciendo algo y la ventanilla tenía luz pero estaba cerrada. La gente iba pasando leyendo y se iba pero nosotras no sabíamos que decía, seguimos a unos hasta el 7-11 dado que en el papel decía algo del 7-11 pero al parecer era porque uno de los billetes de esa ventanilla se podían conseguir ahí (en los 7-11 de Taiwán venden de todo) pero el Pingxi Pass Day no. Así que volvimos a información que volvió a decirnos que fuéramos a la ventanilla14 y al decirle que estaba cerrada nos dijo, entonces comprarlo en Ruifang. Ya, claro, hasta ahí habíamos llegado, pero preferíamos no tener que salir y volver a entrar en la estación de tren de Ruifang. Compramos el billete de tren a Ruifang y buscamos la vía para a coger el tren a Ruifang. El tren que cogimos es un tren local por lo que en el billete no hay nada legible para nosotras. Conseguimos sitio para sentarnos porque el trayecto, igual al ser tan pronto, nos pareció muy largo, además los vagones de los trenes locales son como los vagones del metro, así que hay que tener suerte si uno quiere sentarse. Igualmente al ser tan pronto no había mucha gente y a medida que fuimos avanzando se fue vaciando. Llegamos a Ruifang sin problema para poder coger el billete del tren Pingxi la estación está decorada con linternas y carteles de dibujos. Cuando llegó el tren ya había más gente que al llegar nosotras a Ruifang pero aun así nos sentamos en uno de los vagones y vimos que aún había mucho sitio libre para sentarse, a la vuelta el tren van tan lleno que es como una lata de sardinas. Esa es la diferencia entra madrugar o no. En los tres vagones del tren solo había cinco occidentales, una pareja mayor y nosotras tres. Luego descubriríamos que la pareja eran franceses, y del Sur de Francia que nos pilla más cerca. El tren atraviesa la montaña y pasa junto al río Keelung y algunas poblaciones de las que solo fui capaz de ver la estación porque estaban rodeadas de vegetación, disfruté mucho más del paisaje a la vuelta dado que a esta hora tenía el sol reflejando en las ventanas y no se apreciaba bien el color de la montaña. En este trayecto nadie se bajó hasta que llegamos a Shifen. Una vez llegas a Shifen hay un guardia que vigila que todos crucemos al otro lado de la vía cuando no hay trenes, y que corta la circulación cuando va a pasar un tren. Cuando cruzamos vimos que había mucha gente, pero luego cuando nos marchamos en el sitio no se podía andar de la gente que había, por lo que la mejor idea fue ir a primera hora, que el lugar está menos masificado. Paseamos por la Old Street que es la calle principal del pueblo, consiste en una cantidad de casas de tres o cuatro alturas, unas aceras invadidas por los tenderetes de las tiendas y entre acerca y a cera está la vía del tren que cuando no pasa el tren está invadida por la gente. Hay tiendas de todo, de souvenirs con muchas linternas de todo tipo y de comida, el marisco tenía buena pinta pero a primera hora de la mañana no es algo que nos apeteciera. Nos dedicamos a mirar a los turistas asiáticos, había muchísimos grupos de coreanos, que son delo más originales a la hora de posar para hacerse fotografías en las vías del tren. Lógicamente la gente llena las vías del tren porque es muy curioso y porque para lanzar las linternas es el lugar más despejado pues en la acera chocarían con los techos de las cosas. Y mientras observábamos como lanzaban una y otra linterna al cielo, vimos a un grupo de mujeres coreanas con una linterna roja, el chico con la cámara les decía las poses que tenían que hacer, les hizo un montón de fotografías con la linterna abajo, luego del otro lado, subiéndola, y finalmente lanzándola al aire, nos gustó tanto de todos los que vimos que decidimos seguir al chico para ver en qué tienda trabajaba y así coger las linternas ahí, porque el motivo de ir hasta ahí era hacer el proceso de lanzar la linterna al aire. Durante el tiempo que estuvimos ahí vimos que la gente lanzaba linternas rojas, que significa salud y paz, pero a nosotras con un deseo no nos vale así que tuvimos que elegir entre las multicolores, que como hay más colores que lados tiene una linterna había varias combinaciones para elegir. Una vez elegida viene el proceso más largo, te ponen la linterna apoyada en unas varillas de metal con pinzas y tienes que escribir o dibujar en ellas. Nosotras no sabíamos que escribir porque no es un lado sino los cuatro lados de la linterna los que había que completar. Para ello te dan pincel y un bote de tinta negra. Aquí es cuando descubrimos que la otra pareja no asiática eran franceses porque como nosotras al inicio observaban todo y al acercarse a nosotras y oírnos hablar nos preguntaron si éramos españolas. Tras conseguir terminar de escribir y dibujar en la linterna por todos los lados, con muchos deseos, el chico cogió la linterna nos acompañó a la vía del tren y la abrió para que la sujetáramos, nosotras le dios mi cámara y el móvil de una de mis amigas y de aquí surgieron varias fotografías y un video. Como se las apañan para hacer buenas fotografías con una cámara y un móvil en ambas manos y a la vez un video no sé, deben tener ya una práctica adquirida. Nos fue dando órdenes de poses y movimientos hasta que lanzamos la linterna al cielo con nuestros deseos. Es muy bonito verlas salir al cielo pero cuando fuimos al Camino Caoling las vimos todas enganchadas en los árboles llenando el monte de manchas de colores. Tras lanzar la linterna fuimos caminando por el pueblo en dirección a las cascadas y cuando estábamos todavía en las vías del tren una chica nos pidió hacer una fotografía con nosotras, ya se me hacía raro que todavía no nos hubiera pasado, siempre que voy a Asia me pasa. Cuando salimos de las casas del pueblo los taxistas intentaron que cogiéramos un taxi a las cascadas pero dado el sol que hacía no había excusa para no andar (bueno, sí, la excusa era el horrible calor y el sol abrasador que hacía). Y así llegamos a una bifurcación del camino. No teníamos claro cuál de los dos caminos era el correcto así que esperamos a ver pasar a otro grupo de turistas y los seguimos, tomamos el camino de la izquierda e íbamos por la carretera en fila india, subiendo una cuesta hasta que llegamos a un centro lleno de taxis dejando gente, por lo que habíamos llegado correctamente. Aquí atravesar una especie de mercado con un restaurante donde compramos unas enormes mandarinas y en el jardín de acceso al puente colgante Guanpu había un pabellón con unos bancos a la sombra, así que nos sentamos un rato a comer a la sombra antes de volver a caminar bajo el sol abrasador. Tras descansar volvimos al sol para cruzar el puente colgante de Guanpu, además de las escaleras otra de las cosas que les gusta a los taiwaneses son los puentes colgantes, porque hay varios por todos los sitios que recorrimos. Las vistas desde el puente son preciosas, no solo se ve la Cascada Yanjingdong sino que también tiene vista de otras pequeñas cascadas en las montañas que se ven, más la vista del río Keelong. Una vez cruzado el puente nos encontramos con que abajo , a los pies de los cables que sujetan el puente hay una serie de vagonetas de madera llenas de carbón, son un recuerdo de cuando el tren Pingxi era un tren encargado de transportar carbón. Seguimos caminando encontrándonos columpios, figuras de caballitos, un templo, arboles con cintas rojas, y mercados de souvenirs y comida. Una vez pasas esta parte te encuentras con la cascada Shifen y varios caminos y pasarelas para ver la cascada de diversos ángulos. Lo bueno es que como hay bastante vegetación tenemos una vista espectacular de la cascada pero sin morirnos de calor, y hasta hay bancos para sentarse. Tras un recorrido por la zona volvimos a comer ahí y luego camino al puente nos encontramos con riadas de turistas chinos (estos eran chinos no coreanos) que venían a ver las cascadas, fue una buena decisión madrugar. Una vez cruzado el puente en vez de seguir el camino anterior bajamos por unas escaleras al camino que recorre el río Keelung que con el día tan bueno que hace ofrece unas preciosas vistas y que nos lleva a otro puente colgante que atravesamos y que nos deja en el lado derecho de la bifurcación de antes. Es decir, ambos caminos eran correctos. De aquí seguimos rectos hasta el pueblo para coger el tren de regreso. Aquí el tren está lleno y nos toca ir de pie pegados los unos a otros. Aquí, al estar pegada a la puerta y el sol está más alto veo que el recorrido en tren es muy bonito, la vía va al lado del Río Keelung de aguas color turquesa que forman rápidos y pequeñas cascadas y también puedo ver cómo la gente camina por las vías con normalidad, aunque el lugar es pequeño para caminar así. Después de un par de paradas conseguimos sitio para sentarnos justo al lado del conductor del tren, que debe estar incomodísimo en la silla que tienen para conducir. Nosotras nos bajamos en Ruifang.

Visita: Noviembre 2018

Mis imágenes: Álbum de Taiwan en Facebook e Instagram

Información para viajar: Pendiente

Elephant Rock - Taiwan

Roca Elefante

Tras visitar el Cabo de Bitou fuimos a nuestra parada antes de regresar a Taipei. Esta enorme roca no está marcada en el mapa habitual, se encuentra cerca del puerto pesquero de Shenao y el acantilado Chief. De hecho, está justo detrás del acantilado Chief pero nuestro guía sabía perfectamente como llegar al parking y llevarnos andando a través de las rocas de la costa hasta pararnos enfrente de esta roca. La Roca Elefante tiene ese nombre porque parece la trompa y la cabeza de un elefante según como se mire desde cierto lugar, aunque también me recordaba a la desaparecida ventana azul de Malta. Aquí el guía nos pidió nuestras cámaras y nos mandó a subir a lo alto de la cabeza del Elefante, y no nos acompañó por algo, y es que es algo difícil conseguir alcanzar lo alto de la roca. Los asiáticos que subían lo hacían o descalzos o con un tipo de calzado del que agarra a la roca. Como son tan amables nos ofrecieron ayuda para bajar y subir con una sonrisa pero la rechazamos porque nos sentimos más seguras bajando con cuidado solas que arrastrarnos por otras personas, y sentirse seguro en lo alto de una roca es importante. Desde lo alto de la roca elefante se tiene unas vistas espectaculares de la costa, sientes el viento del mar y si miras abajo sabes que más vale que no tropieces. Pero la roca elefante no solo tiene el hito de subir sobre su cima sino que el paisaje alrededor de esta roca ofrece la posibilidad de caminar por formaciones rocosas que parecen setas o sobre cráteres lunares y asomarse por ventanas naturales hechas en la piedra por el viento y el mar.

Visita: Noviembre 2018

Mis imágenes: Álbum de Taiwan en FacebookInstagram

Información para viajar: Taiwan Adventures

Cabo de Bitou - Taiwan

Cabo de Bitou

Después de pasar por Nanya, el Cabo Bitou es un impresionante lugar al que vale la pena hacer un viaje. El Cabo Bitou es uno de los tres cabos del Norte de Taiwán: los otros dos son el Cabo Fugui, el cabo más septentrional de Taiwán y el Cabo Sandiao (el que inicialmente quería visitar pero que al final cambié por el de Bitou). El cabo de Bitou tiene varios caminos para recorrer dado que a los taiwaneses, según descubrimos, les gusta mucho andar. Nuestro guía aparcó en la ladera de una montaña donde nos encontramos con un accidente de coche, aquí había un templo que, como vimos en el camino histórico Caoling son los puntos de inicio o fin de caminos. Antes de llegar al templo había una fila de figuras de monjes con diversas poses y caras, la más curiosa la del anciano que se mesa el pelo de las cejas que le llega sobre la cintura (así de largo). Una vez pasado el templo se encuentra un cartel que te indica el camino del Longdong Bay Cape Trail del Cabo de Bitou. Como otros caminos está asfaltado con piedras y, extrañamente, no encontramos muchas escaleras sino cuestas. A medida que vamos subiendo por el camino podemos ver a los pescadores en las rocas junto al océano, hay bastantes por lo que debe ser una buena zona pesquera. Las vistas desde este camino nos ofrecen el espectáculo de los acantilados que rodean el faro de Bitou y un pequeño punto blanco que se distingue como el faro de Bitou. Durante el camino nos acompaña el intenso verde de la vegetación que se adueña de la montaña y el variable azul del océano pacifico, los colores se ven más brillantes debido a que nos ha tocado un día soleado (razón por la que vemos caminantes con palos de treking y paraguas para el sol). El camino llega a un pabellón de madera donde hay gente descansando y tomando algo, a la vez que disfrutando de las vistas, a un lado las montañas de frondoso verde con las playas a sus pies, y al otro lado el acantilado con el océano a nuestros pies. Y de aquí nos acercamos a un mirador que hay que permite ver el acantilado del camino y una gruta rectangular llamada “Cueva del Dragón”, así como distinguir el porqué del nombre del Cabo Bitou, que en chino es "punta de la nariz" por forma de nariz que es la tierra que sobresale en el océano. Después de esta vista regresamos por donde habíamos subido para coger el coche e ir a comer al pueblo de pescadores que hay junto al Cabo de Bitou, para así comenzar el camino llamado Bitou Area Tour. Así que después de comer fuimos a caminar y subir escaleras (que malas costumbres tienen estos taiwaneses). El camino recomendado comienza en la carretera y tiene una empinada cuesta que nos lleva hasta la escuela elementaría Bitou, que debe ser la escuela con las mejores vistas de Taiwán dado que está pegado al borde de la montaña, con el océano a un lado, y al otro el patio de recreo. Más o menos enfrente de esta escuela nos encontramos con un cementerio en la montaña. Durante el día de hoy hemos vistos varias mientras íbamos en coche. Resulta curioso como parecen pequeños coloridos templos plagando la ladera de la montaña, pero no son templos ni casas sino tumbas. Tras dejar atrás la escuela comienza el camino, a estas horas bastante transitado. Como el otro camino tenemos un recorrido por la montaña rodeada de vegetación con pabellones de madera para descansar con vistas al océano y los acantilados que rodean la costa. Y comienzan las escaleras de madera pero también las mejores vistas, porque cuanto más subes más ves. Aquí el guía nos iba a llevar por otro lado pero debido a que el faro está cortado por obras solo tuvimos un camino para recorrer. El faro lo vimos de lejos, se construyó por primera vez en 1896 y luego se reconstruyó después del bombardeo aliado de Taiwán en la Segunda Guerra Mundial, que forma el término de los senderos (hay tres caminos pero como decía estaban cortados y solo se podía tomar uno). Actualmente no está abierto y cuando llegamos ahí arriba el paso estaba cerrado y lleno de alambradas. Así que en vez de ir hasta el faro nos dirigimos hacia la otra punta de la montaña y su siguiente pabellón para disfrutar de las vistas, que desde ahí arriba son espectaculares. Por un lado tenemos vistas de las diversas montañas de diversos tonos verdes pro su vegetación, y por otro lado los caminos que recorren el cabo y los acantilados junto al océano que tiene el agua tan limpia que desde arriba se pueden apreciar las rocas de debajo del agua, de forma que hay zonas de azul más oscuro y otras zonas de azul más claro. Pero apenas hemos comenzado el camino pues hay diversos pabellones repartidos por las montañas que forman un camino de madera que recorre el cabo. Escaleras y más escaleras pero todas bien conservadas, y es que los caminos y puentes colgantes en Taiwán (hay muchos de ellos) se cierran para mantenimiento, por lo que si el lugar no está cerrado es fácil encontrar el camino es buenas condiciones. Aunque también puedes encontrarte que debido a mantenimiento el lugar que quieres visitar esté cerrado. Desde este punto del camino es desde donde mejores vistas de la costa y las montañas se obtienen, es como una postal, por lo que es normal que esté tan transitado. Nosotras nos paramos un rato a disfrutar del paisaje desde el cabo y luego continuamos el camino, ya escaleras hacia abajo para acabar saliendo al pueblo de pescadores y encontrarnos con un templo dedicado a la diosa Matsu (ya sabéis, fin de un camino y pueblo de pescadores tocaba templo a Matsu). En resumen las vistas desde este Cabo son espectaculares y pese a que el Camino Histórico Caoling nos gustó mucho esta caminata se llevó todos los puntos para situarse entre nuestros lugares favoritos de Taiwán. Si es posible es un lugar cerca de Taipei muy recomendable para recorrer, para ir por vuestra cuenta hay que coger el Bus 846, cuando planeaba ir sola lo había mirado para poder visitarlo junto con Yeliu. Hay lugares que vale la pena llegar, el transporte ya es solo el medio.

Visita: Noviembre 2018

Mis imágenes: Álbum de Taiwan en Facebook e Instagram

Información para viajar: Taiwan Adventures

Presentación

Curriculum Viajero - Presentación