Catedral de Sevilla Tras la comida quedamos en la catedral para entrar y hacer la visita por la una de las iglesias más grande que he visitado. Como son muy rigurosos no podíamos hacernos fotografías con la gente (encantada, menos agobios), y los caballeros debían descubrirse la cabeza. Aprovechando hice uso de mi velo negro, el que usé para el sol del mediodía, para entrar en la catedral. Lo tenía entre las ropas y cuando vi un cuadro de la época con el mismo tipo de velo no dude en estrenarlo en Sevilla. Nada más entrar lo que te deja sorprendido es lo grande que es el templo, aunque lo que más me gustó eran los colores de las vidrieras reflejándose en las columnas, coloreaba las paredes sin necesidad de pintura. Primero en la nave central se ubican dos de las construcciones; el coro, rodeado por órganos de grandes dimensiones y la Capilla Mayor, que cuenta con cuatro plantas y alberga el retablo mayor. Aquí podemos encontrar un espejo bien situado para poder ver todos los det
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