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Preikestolen - Noruega

Preikestolen

Stavanger se puede llegar a ver en medio día el resto del día se puede ocupar o bien haciendo una excursión al Preikestolen sobre el fiordo de Lyse o bien hacer un crucero por el propio fiordo de Lysse, cualquier de las dos opciones son válidas y recomendables. Para viajar a Noruega pude encontrar tres opciones: circuito, crucero o coche propio. Como no conduzco la opción del coche no era válida, pero por lo que pudimos comprobar a menos que estés acostumbrado a desvíos y buscarte la vida en carretera la del coche propio si no conoces Noruega, tampoco es recomendable, dado que nos encontramos en más de dos ocasiones con carreteras cortadas por desprendimientos de tierra y desvíos interminables. La opción del crucero es bastante buena, vimos algunos (aunque dicen que en verano son muchos) y los fiordos tienen unas vistas increíbles, pero lo cierto es que para mí me resultan muy aburrido así que prefiero el viaje en circuito con autobús, y fue un acierto, no solo por los paisajes que disfrutamos sino porque tuvimos la suerte de tener un buen guía, el problema o la ventaja de un circuito es el guía, y esta vez tuvimos un gran guía. Avisó al grupo de que la subida al Preikestolen no es para que la haga cualquiera, antiguas lesiones, no hacer ejercicio diario, etc, pueden pasar factura porque tiene picos de subida intensos y las piedras, aunque están bien colocadas, es fácil poner mal un pie y acabar mal, no todo el mundo le escuchó lo que teniendo en cuenta el día era una mala decisión. Para todo el día pronosticaban lluvias y ciertamente llovió con ganas. Conociéndonos ni mis amigas ni yo somos de cruceros, así que elegimos subir el Preikestolen. Salimos de Stavanger en ferry para cruzar el fiordo al otro lado de la costa, donde nos dirigimos a la base del Preikestolen. El trayecto en ferry fue corto pero con bonitas vistas. La subida debería costar una hora aunque a mí me costó dos horas, aunque el guía nos dio cinco horas (y avisó que no corriéramos, que el autobús no se iba sin nadie). Me costó mucho más de lo habitual porque aun con niebla y lluvia fui disfrutando del paisaje y haciendo muchas fotografías. Con tanta gente subiendo es muy difícil perderse, pero el camino está marcado con una "T" de color rojo. Tuvimos mucha suerte porque cuando llegamos arriba del todo se veía todo el fiordo, los cruceros que iban por él, las montañas, los valles y las casitas. La altura y el corte de la roca del Preikestolen (llamado el púlpito por su forma) es impresionante (la subida vale la pena), aunque la gente no tiene ningún cuidado y se pone a saltar en la misma orilla, aunque la caída es tremenda. Tras las fotografías de rigor nos sentamos a comer disfrutando de las vistas pero los nubarrones que nos habían estado planeando decidieron empezar a descargar, así que terminamos de comer y comenzamos la bajada. Toda la hora de bajada la pasamos bajo la lluvia, me recordó al camino de Santiago o a la bajada del Waynapichu en Perú, donde también nos pasó lo mismo, fue llegar arriba, ver las vistas y ponerse a llover. El guía nos había avisado el día anterior que daban lluvias y que los que fuéramos al Preikestolen lleváramos una muda de ropa para cambiarnos. Así que aunque llegamos a la base empapados de agua nos pudimos cambiar y poner ropa seca en los baños que había ahí. Los que hicieron el crucero vinieron contentos de ver cascadas y dar de beber a cabras. 

Visita: Septiembre 2016

Mis imágenes: algunas dentro del álbum de Noruega
Album Noruega Facebook

Información para viajar: Pendiente

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