Aprovechando que teníamos que hacer noche en Madrid dadas las horas a las que el vuelo salía del aeropuerto destino Toronto, decidimos irnos por la mañana a Madrid y así aprovechar para ver algo de la ciudad. Salimos de Zaragoza en ave y a las diez y media ya estábamos en Madrid, para no perder tiempo yendo al hostal dejamos las maletas en la consigna de la estación y tomamos el metro hasta la parada de Bilbao. Nuestra primera visita era el andén cero-estación de Chamberí. Hacía tiempo que tenía curiosidad por ver la llamada estación fantasma de Chamberí. Ya en la misma estación del metro - parada Bilbao- había carteles orientativos sobre qué salida tomar para ir al andén cero. Saliendo apenas unos pocos pasos a pie se llega a la plaza de Chamberí y al andén cero. La entrada es gratuita, lo que no sabíamos es que también hay visitas guiadas gratuitas. Son cada cierto tiempo pero la guía te aconseja que puedas ver el audiovisual y aunque lo pilles empezado va en bucle y al final de la visita puedes entrar a terminar o empezar de verlo, según como lo hayas cogido.
Horario: Todos los viernes de 11:00 a 13:00 y de 17:00 a 19:00 horas, y todos los sábados y domingos de 10:00 a 14:00 horas, incluyendo los festivos coincidentes con este calendario de apertura
Dirección: Plaza Chamberí , s/n • Código Postal: 28010 • Distrito: Chamberí • Barrio: Almagro.
Metro: Iglesia (L1) , Bilbao (L1, L4) , Alonso Martínez (L4, L5, L10)
Autobús: 3 , 40 , 147
Así que entramos a ver el audiovisual sobre el metro de Madrid, el quinto tras Londres, Paris, Budapest y Berlin. Y cuando iba a empezar la visita la guía avisó en la sala que los interesados en la visita está iba a comenzar. Por supuesto que nos unimos al grupo, y he de recomendar que si se va se unan al grupo porque las explicación son mucho más interesantes que el audiovisual, además, una vez escuchados los comentarios de la guía el audiovisual tenía más sentido y uno sabía en qué fijarse, como por ejemplo la primera parada de metro, que pasa sin pena ni gloria en el fotograma del audiovisual pero que después de que te lo cuente la guía ya uno se interesa por verlo. Tras la visita, a veces interrumpida por el paso del metro, porque aunque no para ya en la estación de Chamberí desde la ampliación en 1960 de los vagones de metros, el metro sigue pasando, y el ruido es ensordecedor, además de que es muy curioso que la gente de Madrid que estaba ahí comentaba que nunca se había dado cuenta de esa parada inexistente.
Al igual que paso con la visita al cementerio de Zaragoza la guía hablaba más para los que conocían Madrid, supongo que porque en estas visitas no va tanto la gente de fuera como la de la propia ciudad. Tras la visita se puede recorrer el andén libremente, solo un lateral dado que el otro está cerrado el paso, pero se puede ver a través de una barrera de cristal, por el lateral que se puede recorrer el andén está lleno de publicidad de la época en cerámica, todos los detalles muy cuidados, y escasa iluminación porque han mantenido la iluminación de la época y todo lo demás, que excepto unos carteles de Chamberí, el resto es todo original restaurado. Al otro lado del andén además de la publicidad en cerámica hay unas imágenes de video que muestran lo que eran los carteles de publicidad en papel de la época, curiosamente apareció el anuncio de Galleas Patria Zaragoza, y el día anterior habíamos estado viendo la fábrica en Zaragoza.
Se pueden hacer fotos pero sin flash, y no se puede grabar video. La entrada y la salida se conservan con la taquilla y los tornos de la época y en el tablón de anuncios los precios de los billetes y recorridos y billetes especiales como el de los toros. Una visita muy interesante y recomendada. Tras volver a ver el audiovisual (ahora ya con más sentido y entero) nos marchamos a coger el metro de nuevo para visitar el templo de Debod. Mis amigas ya habían estado pero yo no, así que nos marchamos hacia allí y cuando llegamos nos pusimos a comer.
Tras la comida y un poquito de relax recorrimos primero el templo por fuera y luego hicimos fila para poder verlo por dentro, había leído que por cuestiones de tamaño solo pueden entrar veinte personas a la vez. Mis amigas no habían estado dentro, creían que no se podía entrar, no tuvimos que esperar demasiado y vale la pena, por dentro es como cualquier otro templo que visité en Egipto, bastante bien conservado, salas pequeñas, estrechos pasillos y una gran aglomeración de gente. En la sala de la planta superior había unos ordenadores con toda la historia del templo desde su construcción, Debido a la construcción de la presa de Asuan, por la que el templo de Abu Simbel fue trasladado piedra por piedra a otro emplazamiento, otros edificios se iban a ver anegados por las aguas. Y para que estos templos no se perdieran, entre otras cosas, el gobierno egipcio decidió donar cuatro de los templos afectados, siendo el templo de Debod el que se trasladó a España.
Tras la ver el templo por dentro y por fuera nos asomamos al mirador del parque que tiene una buena vista del Palacio Real y de ahí bajamos andando hasta Gran Vía, recorrimos con tranquilidad la Gran Vía y decidimos subir a la terraza del Círculo de Bellas Artes, sabemos que hay una terraza que es gratuita, o eso nos han dicho, pero como esta la teníamos tan cerca decidimos pagar los tres euros que cuesta la entrada y subir a ver Madrid desde la terraza, que tenía bastante gente, hasta tumbada, aunque el día era bastante frío y poco apetecible para estar mucho tiempo en la terraza, aunque las vistas merecían pasar algo de frío durante un rato.
Tras tomarnos algo salimos de nuevo a la calle y nos dirigimos hacia la Cibeles, que tenía los leones como ennegrecidos, y de ahí bajamos andando hasta la estación de Atocha. Durante el paseo pudimos ver la kilométrica cola que el Museo del Prado tenía para poder entrar gratuitamente, teniendo en cuenta la hora que era y la hora de cierre del museo no sé si les compensaba a los que estaban al final de la cola, ya pasado todo el edificio, que es largo ya de por sí. Como teníamos que madrugar bastante y aún había que llegar al hostal en Barajas nos dirigimos a coger las maletas y tomar el recorrido al hostal. Excepto el museo del ferrocarril habíamos visto todo lo planeado, y leído y vistos todos los audiovisuales, que eso quita bastante tiempo, así que quedamos satisfechas de nuestro día en Madrid.
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