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En la Infinity pool de Singapur

Dos veces he tenido el placer de disfrutar de este lugar, para los que tienen miedo a las alturas toda una aventura. Y la verdad, es que no me canso de ir allí y eso que a mí las piscinas no me van mucho, no recuerdo haber disfrutado de una desde mi niñez, excepto esta, claro. Estoy enamorada de las vistas de esta piscina.


La infinity pool (piscina infinita) del hotel Marina Bay Sands se encuentra en lo alto de las tres torres que tiene el hotel. Las torres del hotel tienen casi 200 metros de altura y en la parte más alta se encuentra la piscina de 146 metros de largo que si no te acercas al borde parece que el agua cae directamente a la ciudad. 





El acceso a la piscina solo es para clientes (al mirador observador se puede acceder sin ser clientes pero no puedes bañarte en esta piscina). Contrario a lo que uno pueda pensar alojarse aquí no es tan caro si te lo preparas de antemano. La primera vez encontré una habitación por el mismo precio que en España y luego en la piscina por lo que escuché en español no fui la única, cinco años más tarde no conseguí una oferta así pero si que tenía pensado volver y hacer que mis amigas disfrutaran del lujo de esa piscina, a ellas les gustan las piscinas y las vistas desde esta son espectaculares, así que aunque salió un poco máscara lo que hicimos fue equilibrar presupuesto, dos días dormimos en un alojamiento super barato en Taiwan, y el dinero ahorrado lo gastamos en la noche en el Marina Bay Sands. Si no encuentras una mega oferta como yo la primera vez todo es cuestión de equilibrar costes. 





La piscina se encuentra en el piso 57, la primera vez se accedía con una pulserita que te daban en recepción, lo que era un poco molesto porque si te la quitabas ya no tenías acceso, la segunda vez que fui el acceso es pro unos tornos vigilados por el que hay que pasar la llave de tu habitación, así hay más control y también comodidad para el que va. 





Sin duda lo mejor de la piscina son sus increíbles vistas, siempre la visito por la tarde, asi que el atardecer se ve increíble desde el agua y en las alturas, la última vez soplaba algo de brisa y el agua se movía como si fuera a caerse toda la piscina fuera del edificio, mientras que la primera vez estaba tranquila y lista. La piscina cubre muy poquito, no dejan nadar ni salpicas, suele haber mucha gente (al menos por la tarde) pero el lugar es espectacular, las vistas desde el relax del agua son increíbles y una sensación única, no es lo mismo que estar en el mirador sentado en el suelo de madera o de pie, para nada se puede comparar. 





La piscina cierra a las once de la noche, por lo que bañarse y ver la piscina de noches es también otro punto a su favor, los colores que dan la luminosidad de la ciudad al lugar le otorga un toque irreal, entre futurista y místico. La bahía de Singapur de noche es impresionante, pero las vistas desde el agua de la piscina es algo irreal. Una vista diferente y muy recomendable.




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