La excursión más aburrida que he tenido ha sido la de ir en
barco de vapor por Holanda. Lo cierto es que al inicio tenía su encanto, más si
lo imaginamos vestidos de época recorriendo el lugar como entonces pero, siendo sincera, al final es demasiado largo y
monótono.
El puerto se encuentra justo al lado de
la estación de tren y el vapor esperando presenta otra postal en el tiempo. Por lo que llegar hasta en tren tiene su aliciente. Lo
que sí es cierto es que el viaje es algo más aburrido que el tren. Ambos
transportes, al ser a vapor, van algo lento. Tanto en el tren como en el barco
se puede visitar o bien la cabina donde están manejando, pero una vez hecho
solo queda pasar el tiempo viendo la costa y los veleros que navegan por el
lago, que antes fue mar.
Las mejores vistas de todo el viaje es al principio,
con la iglesia de Medemblik resaltando, el molino y el tren a vapor. Y también
cuando se acerca el final y nos adentramos hacia el puerto de Enkhuizen, donde
se ven lo alto de sus edificios antiguos, sus casitas junto al puerto y sus
veleros. Así que entre medio del trayecto, cuando uno se aburre y con el frío del lago se puede pasar el rato dentro de la cafetería.
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