Estuve un día entero en Niza y me dejé la catedral de San Nicolas y las cuevas de Lazareto por ver, pero todo lo demás lo visité, y siendo solo un día creo que me cundió bastante. Además, tuve la suerte de que, aunque era diciembre, hizo muy buen tiempo y hasta de manga corta en algunos momentos del día iba la gente (y yo arremangada lo que es mucho para mí que soy friolera). Mi alojamiento estaba cerca del casco histórico y la playa, localización perfecta para la visita, el paseo, las comidas, las cenas, e incluso para disfrutar del mercado navideño en la plaza Maesana muy cerca de mi alojamiento. Por la mañana me acerco al paseo de los ingleses, unos siete kilómetros de paseo marítimo junto a la playa, el sol está medio cubierto por las nubes y el amanecer resulta precioso, en la playa por ahora solo hay unos pescadores. Así que me vuelvo hacia el asco antiguo para empezar a ver la zona, los jardines están tapados ya que han puesto el mercado navideño y esta completamente blindado y con arcos de seguridad y vigilantes para el acceso 8como en Monaco) y hay mas seguridad que el control del aeropuerto de Barcelona (en el aeropuerto de Niza si hay control, como de pasaportes al llegar, que como la mayoría éramos europeos y llevábamos nuestro dni o carte de identidade pues tuvimos fila para pasar el control policial, que menos mal que era un vuelo de low cost desde Barcelona). Empiezo viendo la Plaza Massena, con un suelo de estilo ajedrez, a un lado hay luces navideñas, al otro el Marcano y las atracciones navideñas, y también tenemos en sus edificios coloridas arcadas pintadas de rojo pompeyano, una fuente también de gran estilo italiano (de noche, cuando lo visito, está lleno de gente, luces y mucho ambiente por las navidades). En la plaza hay unos palos con siete esculturas en lo alto y representan los siete continentes del mundo, de noche cada una se ilumina de un color. Este lugar conecta el Promenada du Paillon un parque que hace de pasillo verde y que conecta el Museo de Arte Moderno, pero que recorre después de terminar mi recorrido por el casco antiguo. De la plaza Maesana continuo hasta la Plaza del Palacio de Justicia y la Torre del Reloj. Lo curioso cuando llegas ahí es ver la escultura de un olivo y al lado de la torre, el Palacio Rusca. Aquí ya entramos en el callejeo del casco histórico, lo mejor para hacer buen turismo en esta ciudad. Una de las curiosidades es que todas las calles del centro histórico están en francés e italiano, revelando el origen italiano de la ciudad. De aquí llego a la Plaza Rossetti rodeada de coloridos edificios de estilo provenzal e italiano, aquí se encuentra la imponente Catedral de Santa Reparata del siglo XVII, estaba abierta pero en misa cuando llegue pero pude ver por dentro que es de estilo barroco, influido por la arquitectura italiana, ya que Niza perteneció durante siglos al Reino de Cerdeña antes de incorporarse a Francia, más adelante, por la tarde, subiré al castillo y el ascensor gratuito tiene carteles con la historia de la ciudad donde se ven las barras de la corona aragonesa, de cuando Niza perteneció a Cerdeña y estos a Aragón. Desde aquí llegas callejando a Rue Droite donde te encuentras con la Iglesia de Saint-Jacques, y destaca por su fachada con columnas corintias, frontones curvos y estatuas, estaba cerrada por lo que no pude ver su interior. Desde aquí puedes subir a la colina del castillo o, como yo lo dejé para la tarde ya que recomiendas durante el atardecer subir, continue por la Rue Droite para llegar al Palacio Lascaris, cuando entras te recuerda a todos los palacios italianos que he visitado y es que era de la familia genovesa Lascaris-Vintimille, y es de estilo barroco genovés, para entrar me cogí el pase de monumentos de cuatro días aunque solo estuve un día los precios me compensaba, solo el museo de Matisse eran 10 euros y el pase 15 euros así que empieza a sumar sitios (que si el palacio 7 euros, el museo arqueológico, etc) ya acaba compensando la compra. Eso sí, aunque tenía un billete de veinte no me lo aceptaron para 15 euros y tuve que pagar con tarjeta. Como en Chipre conseguir pagar las entradas en efectivo esta poniéndose complicadísimo (y era un billete de veinte y no de cincuenta, pero bueno, teniendo tarjeta no pasa nada, pero ya aviso que lo del efectivo ya en los museos y lugares de entrada esta la cosa complicada. El palacio consta de una sala inferior y luego dos pises, me preguntaron después de explicar en francés si lo hablaba y lo que dije, no lo hablo, pero lo comprendo, hace muchos años que no usaba ni oía el francés, pero si no hablan muy rápido todavía los entiendo. Después continuo la ruta hasta la Plaza Garibaldi, presidida por una estatua de Giuseppe Garibaldi, el héroe italiano nacido en Niza en 1807, que luchó por la unificación de Italia, y rodeada de cafés, bares y restaurantes con terrazas y mendigos, muchos de ellos. Las casas alrededor de la plaza tienen un estilo precioso. Desde aquí comienzo mi alejamiento al casco histórico de camino al Barrio de Cimiez, ubicado sobre una colina con vistas panorámicas del mar Mediterráneo y del casco antiguo, eso sí, o coges un autobús o te preparas para una entretenida subida. Asi llegas a un parque con resto romanos y enfrente se encuentra la entrada al Museo Matisse, dedicado al pintor francés Henri Matisse, que vivió en la ciudad, y aunque el museo se alarga hasta la Villa des Arenes, un palacete renacentista del siglo XVII, rodeado de un bonito jardín con olivos y flores, el museo me dejo un poco decepcionada. Tras visitar el museo Matisse paseo por el parque con preciosas vistas y casas y observo desde fuera las ruinas de Cemenelum, una antigua ciudad romana de la que se conservan restos de un anfiteatro y unas termas romanas. Las piezas más valiosas como esculturas, mosaicos y cerámicas, encontradas durante diferentes excavaciones en esta importante ciudad romana, están en el Museo Arqueológico de Niza, la entrada está un poco escondida, pero está justo al lado del museo Matisse y para mí, que me encantan los restos arqueológico puedo decir que vale mucho la pena. Una vez visitados esta zona baje al centro a comer y hacer un turismo por la tarde empezando por el paseo de los ingleses para ir dirección al puerto de Lympia, pro el camino se puede ver las playas de guijarros en lugar de arena, aguas son claras de un azul brillante y muy claras, se ven las rocas sin problema. Muy cerca de aquí se encuentra el Reloj de Sol Rauba Capeu y otra parada imprescindible en la visita de Niza son las famosas letras de «I love Niza», que se encuentra al lado del reloj. Desde aquí continuo hacia el puerto pasando por el Monumento a los Caídos que fue excavado en la piedra de la colina en memoria de los 4000 soldados de Niza fallecidos en la Primera Guerra Mundial. Desde aquí hay preciosas vistas del mar con el paseo de los ingleses al fondo o del Faro de Niza que se ve en la distancia porque no es visitable. Y desde aquí, pasando la escultura a un viejo seiscientos lleno de equipaje de verano, un buen recuerdo de cuando comenzó el auge de esta costa. Desde aquí ya llegamos al puerto de lympia, rodeado de edificios históricos de fachadas color pastel de estilo genovés, y frente al puerto se encuentra la iglesia Notre-Dame du Port, con sus cuatro columnas jónicas y que es más interesante pro dentro que por fuera. Frente a la iglesia hay una fuente moderna de agua potable, vi a varias personas rellenar sus termos botellas de agua, muy buena idea, sobre todo para el verano. Tras llegar aquí volví sobre mis pasos hacia atrás para subir a la colina del castillo, puedes subir andando o en ascensor gratuito, como no es verano ni fin de semana no hay cola para subir en el ascensor, pero por lo largo que es el túnel hasta llegar a las puertas del ascensor esta claro que se deben formar largas colas para subir. La Colina del Castillo es una de las mejores cosas que hacer en Niza, tiene muchos miradores con diferentes vistas de la ciudad, muy muy recomendable, también quedan restos de varias fortificaciones utilizadas para la defensa de la ciudad, una cascada y el museo naval. El atardecer desde ahí es espectacular, aunque también lo es el color que le da el sol de la tarde a los edificios del paseo de los ingleses, como la opera y otros edificios como hoteles. Pero tras bajar de la colina del castillo lo primero que hago es acercarme al mercado de las flores. Dicen que el mejor momento para visitar el mercado es a primera hora de la mañana, cuando los puestos rebosan de flores frescas, frutas, verduras y productos locales, pero para mí fue cuando ya estaba cerrado porque no me van mucho los mercados. De aquí pasé por la capilla de la misericordia, y la rue Jules Gilly. Y desde aquí sigo pro el paseo de los ingleses para llegar hasta el Hotel Negresco. Por el camino hay bonitas fachadas de edificios de estilo Belle Epoque y varias sillas azules donde la gente se sienta a disfrutar de las vistas, el hotel Negresco es famosos pero su fachada está en reparación o algo porque estaba cubierta por obras así que no puedo comentar mucho al respecto. No continuo por los siete kilometros del paseo sino que regreso a mi hotel antes de que se haga de noche, para luego salir a cenar y ver las luces navideñas y demás rincones.
Visita: Diciembre 2025
Mis imágenes: Instagrem
Información para viajar: Pendiente

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