Dicen que el ser humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra, y debe ser verdad porque con la de aeropuertos en los que he hecho transfer y en el único en le que tengo malos momentos es en el de Londres, y aún así voy y cojo un vuelo con escala en Londres. La cosa empezó en Montreal, Canadá, cuando al ir a facturar y darnos la tarjeta de embarque la azafata nos indica que el vuelo se ha retrasado 40 minutos, como no íbamos muy sobradas, protestamos (sobre todo yo que ya he vivido la horrible experiencia de hacer transfer en ese aeropuerto) pero la chica dice que con hora y media para hacer el transfer en la misma terminal no hay problema y le da igual que la miremos furiosas. Entre unas cosa sy otras el vuelo sale con 60 minutos de retraso, a lo que hay que sumarle 10 minutos sobrevolando Londres (día completamente despejado y perfectas vistas del puente de londres, el big ben, el skyeye, etc) porque todavía no tienen permiso para aterrizar. a lo que aterrizam
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