Recreación civil Andoain 1837 El sábado cuando me levanté todavía era de noche y llovía, vestirse uno solo de 1837 es muy difícil, con tanta ropa y capa (y es ropa de verano). Al tercer intento (el corsé de época limita mucho los movimientos) conseguí terminar de vestirme (menos un par de broches arriba del todo que no se veían). Cuando miré por la ventana ya era de día y el arco iris aparecía sobre San Sebastián. Desde mi ventana se podía ver la ribera y la escultura en lo alto del monte. Al salir hacía sol pero hice uso del paraguas porque llovía, pero solo use el paraguas ese día durante el trayecto del alojamiento a la estación de tren. La supuesta lluvia y frío que daban en el tiempo durante varios días, o no había llegado o pasaba de largo. Esperando al cercanías para ir de San Sebastián a Andoain la gente me preguntó por mi aspecto. Lo más curioso fue la pregunta de si iba de boda o disfrazada, les dije que ninguna de las dos, que de recreación. Pero me sorprendió lo de
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