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Niagara Falls - Canada

Niagara Falls

Como comentaba en la entrada de Toronto, tras terminar la visita panorámica por Toronto nos marchamos hacia Niagara Falls. Ya había estado en Niagara Falls cuando hice un recorrido por la zona Este de EE.UU. pero fue en otra época y en otra compañía, así que no me importó repetir. Cuando estábamos acercándonos a la ciudad paramos en el helipuerto para los que quisieran optarán por tomar la visita de las cataratas desde el aire. La vez anterior había recorrido todo el parque que rodea las cataratas en la zona de EE.UU., había estado en mirador que hay junto al puente en el lado estadounidense, había cruzado para ver la iluminación nocturna desde el lado canadiense, y había visto las cataratas en uno de los barcos que acercan a los turistas hasta casi debajo de las mismas, pero no las había sobrevolado en helicóptero así que esta era una parada obligatoria para nosotras, y sobre todo porque desde mi primer vuelo en helicóptero sobre Nueva York me he enamorado de esta opción. Solo había un helicóptero en funcionamiento, el resto estaban siendo recogidos en los hangares, entiendo que porque rápidamente se hace de noche y tampoco es una época de excesivo trismo. Debido a esto tuvimos que esperar a que el helicóptero llegara y al ser todo un descampado el aire corría con ganas y, tomando las fechas en las que estábamos, era bastante frío. Tras montarnos en el helicóptero nos fuimos acercando a río Niagara, como ya me conocía la zona pude ver el transbordador español en el hoyo que forma el río que debido al otoño estaba rodeado de árboles de hermosos colores rojizos y anaranjados. Y desde ahí ya se veía al fondo la torre Skylon de Niagara Falls, la construcción más alta que hay, y el vapor del agua de las cataratas subiendo por el cielo. Poco a poco nos fuimos acercando a las cataratas y dimos un rodeo para verlas por diferentes ángulos. Afortunadamente aunque nublado las cataratas se veían a la perfección, tanto la catara Niagara, como la del Velo de Novia, ambas en el lado estadounidense, como la herradura, en el lado canadiense. La fuerza del agua se alzaba como si fueran nubes desde el fondo azulado del río y los rápidos dejaban ver la velocidad del agua. La vista desde el helicóptero no tiene comparación, y al igual que me pasó en el Gran Cañón de EE.UU. es una vista magnifica que me gustó mucho más que la vista a pie. Tras la visita en helicóptero continuamos nuestro camino hasta Niagara Falls, donde nada más llegar paramos a comer. Para seguir aprovechando vistas nuevas del lugar fuimos a comer a la torre Skylon, el restaurante es giratorio 360 grados y era muy divertido ver que cuando conseguías encuadrar la fotografía el suelo ya te había desplazado y las cataratas se habían movido de lado. Estuvimos un rato hasta conseguir sacar alguna foto decente nuestra con el movimiento, aunque mientras estas sin mirar fuera no notas que se mueva. Lo cierto es que comimos muy bien y la vista desde ahí también es muy recomendable, no se puede comprar a la del helicóptero porque es diferente pero es un ángulo que desde los miradores no vas a poder tener. Tras la comida y la maravillosa vista de las cataratas salimos para recorrer los túneles escénicos del lado canadiense. Esta vista tampoco la había tenido en el viaje anterior dado que me recorrí más la parte estadounidense que la canadiense. Para bajar a los túneles escénicos se llega por el mirador del lado canadiense más cercano a la catarata de la herradura, debido a la fuerza del agua en esa zona parece que está lloviendo con intensidad pero simplemente es el agua de la catarata. Los tunes escénicos permiten ver la catarata de la herradura desde un lateral, casi al pie de la misma, y cuyo mirador estaba vacío dado que aunque te den impermeables el agua que cae en el lugar tan pegado a la catarata es impresionante. El resto del camino consiste en túneles interiores que recorren la catarata por dentro de la roca y tienen ventanas abiertas para poder ver y oír como cae el agua de la misma, es como estar justamente detrás de la catarata, solo que a una cierta distancia, para evitar peligros por la fuerza del agua. También hay varios carteles informativos sobre como desde ahí se lanzaban gente por las cataratas, siendo la primera una mujer y su gato, y también algún que otro cartel sobre la guerra de 1812 en ese lugar. Tras la visita a los tunes escénicos dimos un paseo por el mirador de la zona canadiense, que junto a la herradura, como decía, es una lluvia constante, pero ver como cae el agua desde arriba, la rapidez a la que va y el color brillante que tiene es mucho más interesante que luego la vista de las cataratas estadounidense desde el mirador canadiense. Y con este último paseo regresamos al minibús para volver a Toronto. Como veis en esta época del año no hay barcos pero hay muchas otras atracciones que encontrar en Niagara Falls.
Visita: Noviembre 2013

Mis imágenes: Niagara Falls Noviembre 2013

Información para viajar: Pendiente

Niagara Falls - Canada

Niagara Falls - Cataratas del Niagara

Como comentaba en la parte estadounidense Niágara Falls se divide en dos, un lado del rio Niágara es estadunidense, el otro lado es canadiense. El lado canadiense está más explotado turísticamente, con más casinos, hoteles, torres y demás lugares turísticos dado que la vista de las cataratas desde el lado canadiense es frontal y más completa. Para pasar no necesitamos visado, cruzamos el puente (el rainbow bridge) y con el pasaporte pudimos entrar. Se puede pagar con dólares estadounidenses por lo que no tuvimos que cambiar. De noche, pero solo a partir de las nueve y algo ponen un juego de luces en las cataratas. Hasta que lo ponen, aunque es noche cerrada, no se pueden ver las cataratas pero se escucha su ruido del agua al caer. Los juegos de luces de colores sobre las cataratas me parecieron muy pobres, apenas se veían las cataratas. Solo con la luz blanca se podían apreciar las cataras de noche preciosas. Al lado canadiense también cruzamos al día siguiente por la mañana para ver la zona de Niágara Falls canadiense. Esta zona no son solo las cataratas (cuya vista frontal es preciosa, no s e puede negar) ni los casinos y las torres de altos edificios, también caminando por la carretera que recorre la ribera del rio Niágara se puede visitar el primer teleférico del mundo, inventado por un español (hay una placa conmemorativa al respecto) y que se llamo transbordador, cruzaba de una orilla a otra orilla del lado canadiense ambas pues el rio hace un requiebro. Hoy en día sigue en funcionamiento pero solo en determinadas ocasiones para no estropearlo. Siguiendo por esta ruta pasa al lado de varios campos de golf, sorprende que estén tan cerca de la carretera (que bordea el rio Niágara) porque ¿y si a alguno se le va la pelota? sin duda algún coche se habrá llevado alguna bolladura. La carretera que recorríamos se hizo famosa cuando Churchill la recorrió, aunque la fama de ir de luna miel a las cataratas del Niágara la inicio el hermano de Napoleón Bonaparte, o al menos eso dicen los canadienses. Finalmente se llega al jardín botánico y a un famoso reloj floral, o al menos es un lugar destacable en las guías para visitar en Niágara Falls.

Visita: Septiembre 2008

Mis imagenes: Pendientes

Información para viajar: Pendiente

Niagara Falls - EEUU

Niagara Falls - Cataratas del Niagara


Y ya entramos en Niágara Falls, la ciudad está dividida en dos por el rio Niágara, un lado es estadunidense y el otro canadiense. Ya en la entrada, al fondo de la ciudad se ve una gran nube, como una explosión, es el vapor del agua de las cataratas. Dormimos en el lado estadounidense y la verdad es que el hotel sorprendió porque era de mejor calidad que en la ciudad de nueva york, pese que aquí era de estrellas inferior pero lo de los hoteles en estados unidos es algo que ya os contare. Lo que resalta a primera vista al llegar a la ciudad de Niágara Falls es que el lado estadounidense está “menos desarrollado” que el lado canadiense. En el lado canadiense se pueden ver altas torres y rascacielos, todo edificios, mientras que hay muy pocos, básicamente hay uno que resalta, que sean alto. Más que nada es que el lado estadounidense es en sí casi todo un parque natural. Aprovechando que no llegamos excesivamente tarde dejamos las cosas y salimos hacia el parque, en las fotos que hice se puede comprobar que falta luz y es que a eso de las siete de la tarde se hacía de noche a las ocho ya era noche cerrada, un asco porque no había muchas horas de sol si lo comparamos con España en esas fechas. El parque tiene un mirador desde donde se ven las cataratas, el puente rainbow donde dicen se ve el arco iris, yo tuve mal tiempo así que no lo vi, y toda la ciudad de Niágara Falls canadiense, la torre skyeline desde donde se tiene una vista de las cataratas inmensa e impresionante, aunque no tuve tiempo de llegar, entre recorrer la parte de estados unidos, a lo que pase al lado canadiense ya era de noche cerrada y no iluminan las cataratas hasta las diez y solo con colorines unas horas. Después de ver las vistas del mirador se pase alrededor de las cascadas, hay tres, la más grandes llamada herradura de caballo es la más alejada y la que menos se ve de cerca, y hasta de lejos porque es la que provoca una gran densidad de agua, siempre esta lloviznando en esa zona, y una gran nube de agua tapa toda la catarata y su caída. Caminando alrededor se puede ver la rapidez con la que baja el agua del rio Niágara y la rapidez con la que cae. Después cruzamos el puente hacia la frontera. El puente creo que no es zona de nadie dado que las aduanas están en la orilla de cada puente. En la aduana estadunidense hay carteles en español e inglés, llegas a la aduana canadiense y hay carteles de que se habla en ingles y francés. No hace falta cambiar dinero solo que si pagas con dólares estadunidenses el cambio te lo dan con canadienses. Cenamos en una terraza frente a las cataratas, que dada la noche no se veían pero se oían, y cenamos muy bien aunque empezó a llovernos y hacer mucho viento. Recuerdo que el puente estaba medio en obras y a la vuelta estaba todo revuelto por el aire, con las maderas vueltas y los clavos hacia arriba, peligrosa fue la vuelta. Pero bueno, lo dela parte de Canadá ya lo comentaremos en otro momento. Al día siguiente visitamos la parte de las cataratas del lado Canadiense y cruzamos al lado estadunidense solo para coger el barco que se acerca a las cataratas. Hay barcos a cada orilla, uno del lado canadiense y otro del lado estadunidense y el recorrido es el mismo, lo que sí es cierto es que es una experiencia que nadie puede dejar de hacer. Irse sin ver las cataratas desde el agua es una pena porque, aunque te mojas, es una impresión y una imagen fabulosa. Sin duda vale la pena sobre todas las otras cosas que se puedan hacer (mucho más que verlo desde el aire o pasear al bordeando las cataratas).

Visita: Septiembre 2008

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